Una excelente idea bastante costosa.

Disney se caracteriza por llevar a otro nivel el concepto de parque temático, siendo los expertos definitivos de este tipo de negocio en el mundo, teniendo como ejemplo de su excelente administración, conceptualización, diseño y atractivos turísticos sus exitosos parques alrededor del mundo, donde con tan sólo cruzar la entrada prácticamente se ha entrado a un mundo de magia y fantasía propio de la marca que este año cumple un siglo de historia. Dentro de sus marcas más importantes cuentan con la franquicia galáctica Star Wars, una compra que hoy en día les ha resultado sumamente fructífera y rentable, y que, como tal, debían llevar a otro nivel al construir su propio parque tematizado, el ya mítico Galaxy’s Edge.

Así como los mundos de Pixar, Disney, Avatar y Marvel cuentan con un espacio tematizado dentro de los resorts de Disney en el planeta, Star Wars cuenta con su propia frontera galáctica ambientada hasta el más mínimo detalle para hacer de la experiencia de sus visitantes, los fanáticos más empedernidos del mundo, una experiencia de vida única al conocer a detalle naves como el Halcón Milenario, Stormtroopers, personajes de la saga deambulando por ahí, y conseguir cientos de coleccionables alrededor del parque.

Aunque Galaxy’s Edge ya era un hito por sí solo dentro del diseño de parques temáticos, Disney quiso ir aún más lejos al ofrecer una experiencia única que solo el universo de Star Wars podría lograr, un viaje inmersivo que llevaría a sus visitantes, en este caso huéspedes en una experiencia de rol para convertirse en personajes de su propia aventura galáctica en el primer hotel espacial hasta ahora, una experiencia temática e inmersiva de 3 días donde las familias podrían ser parte del universo Star Wars en un crucero galáctico completamente ambientado en una galaxia muy muy lejana. Lamentablemente, esto resultaría demasiado costoso para Disney.