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PERITO MORENO
LA OCTAVA MARAVILLA DEL MUNDO
Texto y Fotos: Marian Pérez
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Salgo desde El Calafate, por la carretera provincial Nº11. Después de aproximadamente hora y media y ochenta kilómetros recorridos, entraré en El Parque Nacional Los Glaciares. Es una de las reservas de agua dulce más importantes del mundo junto con la Antártida y Groenlandia.
Durante la primera parte del trayecto, y siempre bordeando el colosal Lago Argentino, voy entrando en esta inmensa área protegida. Este lago, el mayor de los patagónicos y el más austral, con sus casi
1500 kilómetros cuadrados, se forma con las aguas procedentes de varios glaciares. Todo un espectáculo para los ojos debido al color que se consigue con la unión de estas aguas heladas. Da origen al Río Santa Cruz que desemboca en el océano Atlántico.
La ciudad de El Calafate, mi punto de partida, pertenece a la provincia argentina de Santa Cruz. Estoy a unos tres mil kilómetros de la Capital Federal de Buenos Aires, al sur del continente americano.
La pequeña urbe, con nombre de arbusto, es puerta de acceso para esta zona que, dentro de la Cordillera de los Andes, forma un paisaje único. Su origen se debe a la creación de un punto de encuentro para los transportes de lana a principios del siglo XX. La árida estepa junto con los hielos perpetuos crea un paisaje lleno de contrastes entre lagos, montañas y bosques. La Unesco lo declaró Patrimonio Mundial en 1981. Este parque lo componen 47 grandes glaciares y más de 200 de menor magnitud. Hablo de algo grande, muy grande.
Diecisiete mil kilómetros de extensión. Ahí es nada.
El Perito Moreno, que es el protagonista de este reportaje, tiene un frente de 5 kilómetros, que es sin duda la zona más conocida y fotografiable. Pero no debemos dejar pasar sus 14 kilómetros de largo, con una altitud media entre 50 y 70 metros por encima del Lago Argentino. Nace a 2.950 metros de altitud y termina en el Canal de los Témpanos. La profundidad alcanza los 170 metros.
Un coloso de hielo, nuestro Perito.
Según me voy acercando, rodeada de silencio y naturaleza virgen, la emoción va creciendo.
En un recodo de la carretera, con música clásica a todo volumen, el vehículo que me lleva hace una parada, y la imagen que veo no puede ser más impactante. Una gruesa masa de hielo de color blanco azulado hace notar que el poder de la naturaleza en directo siempre es sorprendente. Espero que a pesar de los desprendimientos de nuestro glaciar, por los avances y retrocesos de su continuo movimiento, nos siga impresionando durante muchos años más. Este glaciar fue descubierto en 1879 por el Capitán Inglés de la Armada Chilena Juan Tomás Rogers. El curioso nombre de Perito Moreno se debe al científico de la generación del ochenta nacido en Buenos Aires, en 1852 el cual fue profeta en su tierra de adopción, La Patagonia.
Francisco Pascasio Moreno, director del Museo de la Sociedad Científica Argentina y fundador del Museo de Ciencias Naturales de la Plata recorrió a caballo las amplias estepas patagónicas.
Siempre generoso y desprendido, murió prácticamente en la indigencia
EL COLOSAL LAGO ARGENTINO ES EL MAYOR DE LOS PATAGÓNICOS Y EL MÁS AUSTRAL, CON SUS CASI 1500 KILÓMETROS CUADRADOS
en 1919, a pesar de haber nacido en una familia porteña de alta alcurnia. Realizó diversas donaciones de su capital propio, entre ellas 7.500 hectáreas que cedió al Estado con la única condición de que fueran mantenidas como un parque natural y que se conservaran intactas. Esto ocurrió el 6 de noviembre de 1903, y esta fecha sería recordada ya como el Día de los Parques Nacionales.
“Un niño con la barriga vacía no puede aprender a escribir la palabra pan” era una de las frecuentes frases del solidario Francisco.
Trabajó más de 20 años como perito en la delimitación de la frontera entre Chile y Argentina, pero sería científico, naturalista, político, botánico, explorador, geógrafo... Sin duda un gran personaje.