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Concepción Mercader Larios
Concha Mercader Larios9
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Antes de describir las técnicas aplicadas en el abordaje del abuso sexual, me parece importante
describir lo que voy a llamar abuso sexual manifiesto y latente.
Como abuso sexual manifiesto conceptualizo toda conducta sexual impuesta, ya sea menor o adulto y,
donde existe contacto físico.
Como abuso sexual latente, todas aquellas conductas seductoras donde no tiene porqué existir contacto
físico y donde puede haber confusión sobre su carga sexual.
En las jornadas sobre abuso sexual, se realizó un taller pedagógico donde se abordaba terapéuticamente
el abuso sexual con psicodrama. En ambos tipos de abuso se utilizaron dramatizaciones y técnica de
construcción de imágenes. Me parece interesante aportar nuevas formas de abordaje que han surgido de las dificultades encontradas en la práctica privada, sobre todo en los casos donde el /la paciente no podía
verbalizar lo que le había ocurrido y en los casos donde lo sexual comprometía al cuerpo llegando a invadir
(felaciones, penetraciones, etc.). En estos casos he recurrido al objeto intraintermediario (Rojas Bermúdez,
J. 1997), en concreto títeres en las dramatizaciones.
Una breve descripción del trabajo realizado:
Juego de roles: Es la línea de lo vivencial, de las emociones, se utiliza esta técnica cuando se trata de involucrar en la dramatización y lograr al mismo tiempo, su compromiso a nivel emocional.
Lo importante es lograr la integración de todos los elementos “reales y fantaseados” (Rojas Bermúdez, J.
1997).
Construcción de Imágenes: Es línea de lo intelectual, de la compresión global: de las estructuras de
pensamiento, de las sensaciones y de las acciones. A partir de ella podemos tener acceso no solo al
material en sí, sino también a la particular forma de configurar que presenta el material para el
protagonista (Rojas Bermúdez, J. 1997).
9 Psicóloga Sanitaria, Magister Ps.Clinica, Directora Escuela Psicodrama, Sociodrama y Psicodanza de Huelva.
Títeres: Los títeres además de ser usados cuando existen alteraciones graves de la comunicación, suelen
ser utilizados en dramatizaciones que conlleva un gran compromiso físico: temas sexuales y
escenas de violencia, las escenas pueden ser interpretadas sin peligro real (Rojas Bermúdez, J. 1997).
Descripción del Procedimiento de representación de escenas durante el juego:
Grupo: El grupo estaba formado por profesionales, una psicóloga, trabajadores sociales, enfermera,
educadora de menores. Para una mejor comprensión de las técnicas, voy a describir algunos casos donde
éstas se han aplicado.
Caso 1: Se representa escena traumática donde ella va dramatizando con los títeres alternando a los
personajes, y cuando llega a rematrizar el punto cúlmine (penetración), deja los títeres, comienza a llorar verbalizando que ella sentía placer, aunque no quería hacerlo y que ella odia a su padre pero que también
lo quiere, y que no comprende cómo le pasa todo esto (ambivalencia afectiva por disonancia). Otro
aspecto explorado es el conflicto que surge en su relación con la madre, donde se vuelve a recurrir a los
títeres y el locus de ella cuando esto ocurría, vuelve a escenificar con los títeres y la sitúa detrás de la
puerta de la habitación la cual deja entreabierta y como el títere que representa a su madre mira y se va
(complicidad pasiva). En la etapa de comentarios, habla de cómo su madre sabía lo que pasaba y no la
protegía. Se vuelve a escenificar lo que le hubiera gustado que pasara, cogiendo un títere que la representa
a ella en una mano, y otro que representa a su madre que la abraza. A partir de esto se van elaborando las
relaciones con sus padres. Todos estos conflictos tan complejos, se pudieron abordar de este modo.
Caso2: Cuando acude a consulta, llama la atención la falta de expresión de su rostro. No quiere hablar de
nada, así que le digo que juguemos a lo que él quiera, decide jugar al fútbol. Me sitúa en un lado del
escenario y en el otro extremo se sitúa él, poniendo encima del escenario una tela que nos separa, durante
varias sesiones jugamos así, hasta que, en una de ellas, transforma el escenario, quita la tela y acorta la distancia entre nosotros, pero sin que exista contacto, así transcurren varias sesiones, hasta que me
propone jugar a regatear, lo que implica cambio en el contacto físico en algunos momentos sin objeto que
separe, desde su propia elección.
Con este trabajo de técnicas proxémicas, se respetó al paciente para que el mismo manejara las
distancias con el otro. En entrevistas con los padres, comentaron que el niño no se dejaba tocar por nadie.
Después de esto se pudo trabajar con otras técnicas con temas que le preocupaban, y nunca contó en
consulta lo que había ocurrido, decía que ya se lo había contado a sus padres y muchas veces al médico forense.
Con títeres se trabajaron historias que él proponía, una de ellas era de una persona mala que iba a la
cárcel por matar, a quien mata es a todos sus familiares, en esta sesión destruyó todos los títeres,
aplastando cabezas y arrancando los vestidos.
En sesión con los padres, anterior a esto, ellos comentan su preocupación, pues últimamente el niño les
dice que tienen la culpa de lo que le ha pasado. También se utilizó técnicas psicodramáticas para la
preparación al juicio, se trabajó en tanto con los padres, como con el niño, sesiones separadas y una
conjunta.
Con el niño se construyó con telas la sala y las personas que el fantaseaba podrían estar presentes y a
partir de esto se fueron aclarando dudas sobre cómo sería en realidad, sus miedos que giraban en torno a que le iban a preguntar, que pasaría si se le olvidaba algo, si no contaba nada, etc.
Con los padres se trabajó igual, sus preocupaciones giraban en torno al miedo a perder el control si se
encontraban con el agresor. El juicio se desarrolló muy bien tanto por parte de los padres como del niño.
Por último, describir el taller que se desarrolló en las jornadas de abuso sexual, hasta ahora lo que se ha
expuesto son sesiones terapéuticas individuales, es interesante comentar como se trabaja en grupo y más
a nivel pedagógico que clínico.
Etapa final del compartir (Sharing):
Se comienza por preguntar al grupo que creen que es el abuso sexual latente, la mayoría comenta que
es el abuso no denunciado y oculto, después de definir lo que para mí es abuso sexual latente, se pasa a
pedir al grupo que elijan a un protagonista, se le sitúa en el centro y se le pide al grupo que se vaya
acercando, a la yo auxiliar se le da la consigna de que se acerque de forma seductora, la protagonista
comienza a sonreír, verbaliza sentir vergüenza. A partir de aquello se representan 3 escenas donde queda
de manifiesto las dificultades que se viven al nivel de la relación padre-hija, madre-hijo, cuando son traspasados los límites. Pese a gatillarse reacción agresiva, en vez de ponerse el foco en ella ni en el motivo
subyacente, se recurre a propuestas de intervención en estos casos por tratarse de talleres pedagógicos, no se trabaja con el material propio de los/as protagonistas ya que este tipo de intervención corresponde
a un encuadre terapéutico.
CONCLUSIONES: Del trabajo que se realizó en las Jornadas de abuso sexual, a través de la técnica de
construcción de imágenes y dramatización, los integrantes del taller (profesionales que trabajaban con
personas abusadas sexualmente) pudieron darse cuenta, del nivel de confusión y las repercusiones, en cuanto a lo que puede ocasionar en futuras relaciones sexuales y afectivas, en aquellas personas que
durante la niñez y adolescencia, habían estado expuestas a un abuso sexual latente, y de la utilidad de las
técnicas psicodramáticas, para objetivar este tipo de abuso, además de abordar las fantasías que los
profesionales tenían sobre el tema, y cómo poder desarrollar o planificar la intervención.
Se recurrió esta técnica con el menor, ante su dificultad de contar con palabras, y para trabajar la
agresividad contra toda su familia, por sentir que no le habían protegido. La sesión terminó con el aplastamiento de cabeza y roturas de vestidos de todos los títeres, respetando el no contar el abuso,
evitando así la revictimización.
De especial interés es la utilización de técnicas psicodramáticas para la preparación de menores en
juicios, ya que provoca una gran ansiedad, y el hecho de contarles cómo va a ser, no es suficiente, es
necesario que vivencien la fantasía, como la realidad del juicio.
También es importante resaltar, por qué el uso de títeres y no muñecos anatómicos. Los títeres no
tienen la carga emocional que tienen los muñecos anatómicos donde los genitales están bien definidos, los muñecos anatómicos sólo describen lo que pasó a nivel objetivo, pero las emociones, conflictos, no
emergen, no se puede trabajar las fantasías sobre el tema y que rol tienen otras personas importantes para él/las pacientes ya estén relacionadas tanto directa como indirectamente con la agresión. Con los
títeres, se puede abordar no solo el momento de agresión sexual, sino que se pueden trabajar historias
propuestas por los pacientes que están relacionadas con el tema y que de una forma simbólica representan contenidos del/la paciente. Pueden expresar tanto amor como el odio, matar, resucitar y perdonar. Con los muñecos anatómicos rápidamente quedan atrapados en lo genital, pasando a un
segundo plano otros hechos que pueden ser más conflictivos para el paciente que la penetración en sí.
A nivel terapéutico, elaborar todo lo que rodea a la agresión sexual es básico, como tener en cuenta que
para el paciente lo más traumático, no tiene que ser la penetración o los tocamientos. En cuanto a
Informes periciales o testimonios de credibilidad, se puede también perder información o sugestionar al
paciente ante estímulos tan estructurados como lo son los muñecos anatómicos.
Bibliografía:
Cantón Duarte, J. Cortés Arboleda, Mª R. “Malos tratos y abuso sexual infantil”. Ed. Siglo XXI. Madrid. 1998.
Cantón Duarte, J. Cortés Arboleda, Mª R. “Guía para la evaluación del abuso sexual infantil”. Ed. Pirámide. Madrid.
2000.
Rojas Bermúdez, J. “Teoría y técnica psicodramáticas”. Ed. Paidós, Barcelona. 1997.
Rojas Bermúdez, J. “Títeres y psicodrama”. Ed. Celcius, Buenos Aires, Argentina. 1985.
Luis Weinstein Crenovich10
“TRABAJO COMUNITARIO Y SENTIDO DE VIDA”
Asociando las nociones de trabajo comunitario y sentido de vida, mi intención es dar cuenta, de una
orientación en éste, a lo que me he dedicado desde hace muchos años, sin entrar en el abordaje ni
discusión de la emergencia actual, con la pandemia y los encierros.
El trabajo comunitario puede responder a intencionalidades muy diversas.
El sentido de vida tiene un fondo inefable que evoca con facilidad el dictum de Wittgestein: es mejor
callar.
En el marco muy ceñido de este texto Intentaremos dar algunas pinceladas introductorias sobre el
trabajo comunitario, ello a conciencia y pidiendo la aquiescencia bondadosa de ustedes, lectores, hacia
mis sesgos personales.
Dejaremos que el contenido cognitivo- sintiente del sentido de vida fluya más bien por vía intuitiva y, tal vez, analógica. Hemisferio izquierdo y hemisferio derecho unidos no serán jamás vencidos…si lo quiere
el cuerpo calloso…y la porosidad del sistema cultural dominante.
Por comunidad tendemos a entender dos nociones diferenciables, que se suelen confundir e integrar.
Comunidad, como sinónimo de vecindad geográfica, territorio en que se habita, trabaja, educa, recrea.
Comunidad, como una forma de convivencia, lo que Tönnies señaló en 1887 con su diferenciación entre
sociedad y comunidad, en que la segunda, la gemeinschaft, se caracterizaría por los lazos directos entre
los participantes, por la importancia de la intimidad.
La llamada modernización trae la paradoja de que los lazos comunitarios más fuertes, pueden ser los
establecidos a distancia y que el Internet alcance a ser, en ocasiones, una fuente de cercanía afectiva
más rica, más auténtica, que el contacto cara a cara.
Vaya un ejemplo personal. Vivo en un edificio de departamentos relativamente pequeño, de 11
unidades habitacionales. Hace un tiempo teníamos un vecino reticente al saludo, de mirada elusiva, de
ninguna palabra, de claras distancias. Un día, inesperadamente retiene mi mirada y mi palabra y establece una interacción. Me explica que tiene algo que decirme un amigo común, residente en
10 Educador comunitario, escritor, médico psiquiatra y de salud pública. Director de Rev. Coincidir
Vietnam, le había escrito sobre mí. Es decir, estando a metros de distancia, nos conectamos vía correo, al
otro lado del océano.
Hay, así, actividades de índole territorial cercanas y distantes de la cercanía afectiva y existencial, del bien común y de la creatividad social. Por otro lado, sin vecindad física, las redes solidarias, los
movimientos sociales, los partidos políticos pueden nutrir su quehacer de mayor o menor densidad del
espíritu de la relación comunitaria.
En la actividad comunitaria, acotada o no en el sentido territorial, encontramos toda clase de sentidos,
de motivaciones, conscientes e inadvertidas, claramente diferenciadas o confundidas entre sí.
Enumero, al modo asistemático, algunas de las que encuentro con más frecuencia explicitadas en el diálogo de los momentos de encuentro, o, también, más o menos estructurados o susceptibles de ser
interpretados a través de años de observación en el trabajo conjunto.
Coexiste la búsqueda de estimación con el ethos solidario y el compromiso testimonial, la motivación
por el problema inmediato y la búsqueda de presencia y poder político, la vivencia del goce en el compartir
y la distancia objetiva de la tarea propia del investigar o cumplir una función institucional.
Se dan anhelos de realización personal y propuestas de promocionar salud, educación y cultura grupal.
En ocasiones, el sentido está muy ligado a un vínculo directo con la familia, el grupo barrial, el partido, la misión profesional. En otras oportunidades, prima una racionalidad pragmática, con poco
involucramiento yoico, más cerca de lo instrumental.
En este siglo, es dable pensar en la relación del trabajo comunitario con el contexto de la cultura
dominante en que prima el individualismo, la competencia, el inmanentismo, el mercantilismo, la técnica,
el espectáculo, la unidimensionalidad del hacer, el logro, el disfrutar.
Desde ese ángulo de miras, la intencionalidad comunitaria aparece en un primer plano como marginal,
como potencialmente subversiva.
Más allá de la pandemia, se está viviendo una crisis epocal, tal vez la más importante desde los tiempos en que, hace algunos millones de años, nuestros antepasados bajaron de los árboles en el África, ahora
oprimida por profundas privaciones y conflictos.
Podríamos intentar caracterizar esta crisis, muy esquemáticamente, por cinco bien conocidos grandes
rasgos generales:
En primer lugar, lo más visible, los grandes problemas que nos tienen a la deriva.; la existencia de una
parte considerable de la humanidad en pobreza y extrema pobreza; los riesgos que trae la existencia del
difundido armamento nuclear en un mundo en que hay constantes conflictos armados; la presión sobre las disponibilidades de medios que implican la explosión demográfica y las grandes migraciones; las
profundas perturbaciones en el equilibrio ecológico en el aire y el agua, la tierra, las reservas de bosques
; la mala calidad de la vida de las mayorías oscilando entre la soledad y la violencia, la trivialidad, las
adicciones y el nihilismo. En segundo lugar, el profundo desnivel que existe entre el desarrollo
verdaderamente espectacular en el ámbito científico y técnico que nos sitúa en una verdadera utopía, o
distopía cibernética, en que se suceden velozmente, en tres siglos, el descubrimiento de la máquina a vapor, la implementación de la electricidad, la entrada a la intimidad del átomo y el genoma, la salida al
espacio.
Todo ello en contraste con el desarrollo del ser humano como un todo, en que seguimos siendo los
mismos no sólo de lo descrito por Cervantes y Shakespeare, sino, también de lo reconocible en la Epopeya
de Gilgamesh, de las primeras escrituras cuneiformes hace unos siete mil años atrás.
En tercer lugar, la crisis se expresa, viva y aterradora, en la colisión de dos grandes paradigmas básicos,
el de la modernidad homogeinizante y el fundamentalista regresivo, el de la separatividad individualista, racionalista, tecnocrática, del autoritarismo del mercado; el del dogma, la fusión totalitaria, la obediencia
ciega.
En cuarto término, la zozobra por la falta de referentes, perdido el sentido de la revolución francesa,
derrotada la revolución rusa, desprestigiada la ciencia que condujo a Hiroshima y a la opción del neo
liberalismo, lejanas las ciencias sociales que hablan del fin de las utopías, de los grandes relatos, de las
ideologías y de la propia historia; la falta de una vigencia de una confianza integral en grandes religiones institucionalizadas que no han estado al margen de los enfrentamientos fraticidas ni de las posibilidades
frustradas de conducir a la humanidad por derroteros más sanos.
El quinto elemento se refiere a la conciencia de problema, conciencia de crisis no se puede descartar,
es parte integrante de la crisis, la falta de conciencia de la misma por las grandes mayorías que siguen
nadando con la corriente del sistema, son arrolladas o lanzadas a las orillas, sin que integren críticamente
la marcha del mundo en su imaginario, reproduciendo el modo como el adicto y el sicótico no aprehenden
su problema básico.
En las crisis siempre hay una balanza. Junto a las amenazas se dan las oportunidades. Con la obscuridad
comparte la salida luminosa del túnel. Hoy, disperso, en gérmenes, en vías de integración dentro de una
diversidad, van surgiendo movimientos culturales, huellas de avances científicos, expresiones de una
renovada espiritualidad, aperturas epistemológicas que van conformando una minoría activa que, dentro
de su heterogeneidad, va esbozando algunos consensos. Así, ecologistas, espirituales, artistas, trabajadores sociales, de la salud, de la educación van coincidiendo en la importancia de la paz y la no
violencia activa, en los derechos humanos, en la solidaridad, en la apertura a la trascendencia, en la
participación.
Dos grandes directrices parecen cobijar las bases de esta convergencia: la epistemológica y la ética ,
la mirada integradora a la realidad , a la humanidad , al ser humano, a la relación del ser humano con la
naturaleza; la opción por profundizar la democracia, por ir dejando atrás el autoritarismo, el patriarcado, el colonialismo, la instrumentalización del otro en la casa, en los pequeños espacios, en los países, en el
mundo, de creer en relaciones solidarias y fraternales, en la comunicación y el respeto a la diversidad.
Así, se va anunciando un tercer paradigma básico, nuevo y muy antiguo, que rescata la importancia
de la razón y el intelecto, pero incorpora los valores, la intuición, el sentido, que tiende a la no
confrontación sin dejar de ser propositivo, de contar con el necesario sentido de la autonomía y la
crítica.
Cuando se plantea la idea de una nueva mirada, desde la posibilidad de contar con la unidad en la
diversidad, aparece un tema impostergable, el propio ser humano.
Se trata de plantearse el problema de la evolución, el de las relaciones del ser humano con la realidad,
el de lo humano del ser humano.
En primera instancia, surge con facilidad una constatación. La crisis histórica es de tal profundidad que no puede separarse de la crisis constitutiva del ser humano. Es la tensión de un ser finito que tiene
necesidad de absoluto, de un ser que reúne lo individual, lo original y, a su vez, es inseparable del otro, del
mundo, del ser. Es el desgarro entre la certeza y la incertidumbre, el vivir a la realidad cotidiana, consensual
y la conciencia, o la mala conciencia del misterio. El desarrollo humano se encuentra con el desarrollo
personal.
Se trata de un proceso socio cultural complejo, con una opción de metas y no de plazos; difícil sino
imposible de evaluar a la manera positivista.
El ideal, del que estamos lejos, sería acercarse a lo que indica Clemente Estable “Que la utopía sea tan
fuerte que parezca razón. Que la razón sea tal bella que parezca utopía” .
Bibliografía
Abbagnano, Nicola “Existencialismo Positivo”. Ed Paidós 1951
Berlin, Isaiah “El Sentido de la Realidad” Ed Taurus 1998
Blumenfeld Walter “Sentido y sin Sentido”, Ed Losada 1948
Devés, Eduardo “Escépticos del Sentido” Nuestra América Ediciones 1975.
Fatone, Vicente “La Existencia Humana y sus Filósofos” Ed. Raigal 1953
Ferry, Lue “El Hombre -Dios o el sentido de la vida” 1997
Frankl, Viktor “El Hombre en busca del Sentido” Ed Herder 1988
Holzapfel, Cristóbal “A la búsqueda del Sentido” Ed. Sudamericana 2005
Marcuse, K Popper y M Horkheimer. “A la búsqueda del Sentido” Ed Sígueme 1976
May, Rollo “El Dilema Existencial del Hombre Moderno” Ed Paidós 1968
Maturana, Humberto “El Sentido de lo Humano” Ed. Hachette 1992
Prini, Pietro “Historia del Existencialismo” Ed Herder 1992
Weinstein, Luis “Desarrollo Personal y Trabajo Comunitario”. Ediciones Tralcamahuida 2011
Weinstein, Luis “Al Encuentro del Coraje de Ser” Ediciones Eutopía 2016
Weinstein, Luis “Miradas” Ediciones Tralcamahuida 2019
Revistas:
Revista Polis Universidad Bolivariana N 8 “Educación, Caos y Complejidad” 2004
Revista Polis Universidad Bolivariana N25, 2010