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HISTORIA DE VIDA

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MÚSICA

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Escondido de la Policía y de las bandas rivales sentía que sus problemas no tenían solución. Había obtenido dinero con el narcotráfico, pero no le servía para mucho. Hasta que una promesa a Dios lo salvó de ir a la cárcel.

ESCAPE HACIA DIOS

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ELISEO AQUINO/STEVEN LÓPEZ / FOTOS: ARCHIVO FAMILIAR

CUANDO los policías acechaba sus guaridas, Olver Betancur se escondió en el único lugar que le quedaba y que no había sido cateado aún. Encogido en uno de sus sillones, sentía el temor de caer en manos de las autoridades y pasar el resto de su vida en una celda oscura y fría. Cada vez que escuchaban pasos en las afueras del departamento, sus nervios se alteraban y pensaba que había llegado el momento de pagar su historia criminal. Ya conocía lo que era perder la preciada libertad porque a temprana edad pasó un corto periodo en un reclusorio de su natal Colombia. Las horas se hacían eternas en su escondite; sus viejos amigos y lugartenientes habían sido capturados y otros, alertados por gente cercana a la Policía, lograron fugar y hasta se marcharon del país. Llegó la noche y sintió los pasos de varias personas que se acercaban a la puerta de su departamento. Es allí cuando invocó a Dios.

Vida peligrosa

Olver Betancur había amasado una buena cantidad de dinero como producto de la venta de estupefacientes en la ciudad de Alicante, España. En algún momento llegó a ser considerado como uno de los principales narcotraficantes de la zona. Esa posición le generó muchos enemigos que pretendían la supremacía del negocio y le habían puesto precio a su cabeza; hasta los aliados buscaban la manera que retirarlo del mercado de las drogas. Un mal efectivo policial que integraba una banda rival, comenzó a investigar todo su historial y conocer su entorno familiar; encontró que el automóvil que se desplazaba para hacer sus negocios turbios, estaba a nombre Ana Prado Hidalgo, la esposa de Betancur. Al profundizar el seguimiento se encontraron que la esposa y familia eran gente humilde y sin ninguna injerencia en el narcotráfico, pero no importaba. La idea era sacarlo de en medio. El grupo rival, en complicidad con el mal policía, inició una búsqueda para capturar a Olver y su banda criminal. De ese modo, varios de sus cómplices cayeron y otros se escondieron. Él se sentía acorralado y renegaba de su vida en España, al que llegó con tan solo 21 años, y con una maleta llena de sueños.

Buena niñez

Desde su infancia, Olver Betancur Gómez tuvo el afecto de una familia. Nació en 1980 en la ciudad de Medellín, Colombia. Su padre, Iván Betancur, se esforzó en sacar adelante su familia y su madre, Sonia Gómez, se dedicó a criar a sus cuatro hermanos.

Llegada la adolescencia, las malas amistades empezaron a llevarlo hacia la mala vida. Entró al mundo de las pandillas y las drogas; y para satisfacer su adicción delinquió en el barrio. Los padres se rehusaban a creer que su hijo andaba en malos pasos, pero al enterarse de la verdad, el decepcionado papá lo botó de su casa porque era un mal ejemplo para su familia. Luego de unos meses, regresó arrepentido y prometió un cambio radical, pero no cumplió. A los 17 años, al salir de una fiesta, los policías lo interceptaron en un carro que había sido reportado como robado y lo detuvieron. Salió luego de un encierro de unos días y volvió a lo mismo. La rivalidad que había entre pandillas de su barrio empezó a crecer y se registraban muertes en ambos bandos. Betancur escapó de la muerte varias veces; la misma suerte no corrieron su primo y un amigo que fallecieron en unos enfrentamientos.

Un mejor futuro

Con tan solo 21 años de edad, Olver Betancur disfrutaba de la vida loca y el desenfreno nocturno

de Medellín, Colombia; muy poco pudieron hacer sus padres para corregirlo y llevarle por el buen camino. Las malas acciones seguían afectando a su familia, al punto de ser amenazados de muerte. El padre decidió gastar lo que había ahorrado por mucho tiempo y comprarle un pasaje aéreo a España para un futuro mejor. Aunque dudó en migrar al viejo continente, la esperanza de un cambio verdadero lo convenció por irse. Al llegar a la ciudad de Lorca, al sudoeste de España, lejos de la protección de su familia, empezó a pasar mucha necesidad, sin trabajo, tenía que recurrir a los centros de ayuda, donde recibió comida y albergue. Al cabo de un tiempo su situación mejoró y decidió irse a Alicante. Una vez que consiguió un buen trabajo empezó a vivir en medio de fiestas y jolgorio. En una de sus salidas conoció a Ana, con quien se juntó.

Duro golpe

A Olver Betancur todo parecía irle bien y avizoraba un futuro prometedor; pensaba que podía hasta

traer a sus padres a Europa, pero la crisis económica del 2009 en España acabó con todas sus esperanzas. Fue despedido abruptamente y agobiado por la necesidad económica encontró una salida. Unos malos amigos le incitaron a comercializar droga. Con el dinero que ganaba ilícitamente empezó a obtener muchas comodidades. Cuando su esposa se enteró le recriminó varias veces por meterse en ese mundo de la droga y le advertía de las consecuencias que acarrearían. A él le importaba poco las alertas de su mujer. En el mundo de las drogas así como crecía y obtenía poder, también se ganaba enemigos, que envidiaban su progreso. Es por ello, que decidieron acabar con su organización y comenzaron las detención de sus cómplices. Cuando parecía que Olver Betancur iba a ser capturado, recibió la llamada telefónica de un amigo que le hablaba desde Reino Unido, y le persuadía para que vaya con él. No lo dudó dos veces y aceptó. En ese momento, volvió su mirada al cielo y con los ojos llorosos le pidió a Dios un milagro. “Si tú me ayudas a salir de este lugar y de esta vida, te prometo que voy a cambiar de vida y buscar una iglesia”, prometió. De un momento a otro se enteró que los policías y la banda rival ya no lo buscaban, algo extraño había pasado. Aprovechó esa situación y acudió al lugar donde almacenaba un cargamento de droga y lo desechó. Quería irse a Londres limpio de todo lo malo.

Te buscaré

A la edad de 34 años, Olver Betancur encontró trabajo rápidamente en Reino Unido, cambio por completo su vida y se acordó de la promesa a Dios, un día conversando con su jefe le preguntó si conocía una iglesia donde podía congregar. Él le dijo que su esposa estaba yendo a la iglesia del Movimiento Misionero Mundial. Cuando el domingo llegó, decidió visitar la iglesia y entregar su vida por completo a Dios.

- Ingrese al templo y me sentí liberado de todo.

Luego de unos días asistiendo a la iglesia tuvo varias experiencias que afirmaron su corazón en Dios y Su palabra. Aunque en un primer momento su esposa no aceptaba el cambio en su vida, luego de una prueba en uno de sus hijos, ella buscó del Todopoderoso. Después de adoctrinarse, logra bautizarse. Olver viene apoyando en la iglesia del MMM en Londres, en el área de la evangelización, juntamente con el pastor Roberto Riojas, viaja a todas las ciudades del Reino Unido donde testifica de todo lo que Dios hizo en su vida.

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