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VIDA LATINA
VIDA LATINA Escúchame, ¿me amas?
Por Magdaleno Rose-Avila
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ria, mi madre se enfermó en su el duodécimo hijo. En aquellos días, mi madre era una LPN, o “enfermera práctica con licen la dejó sin condiciones para tra volvimos muy dependientes del Departamento de Bienestar y sus productos alimenticios, y fuimos nuestra ciudad. ya de la Navidad, escuché ruidos delantero, que de seguro que no nito trineo de renos. Algunos de nosotros nos asomamos por la ventana de la sala mientras otros cionados y acomodados jóvenes gunos de sus padres y familiares de productos enlatados; es decir, todo lo necesario para una cena mos mucha comida en la casa en ese momento y la cena de Navi
“Mamá, quiero que esas personas salgan de nuestro jardín. Les voy a decir que se vayan; les voy a tirar la comida a la cara”, le dije exaltado; “¡puede que seamos pobres, pero no necesitamos comida de los gringos!” furioso de que nos restregaran jado.
“No”, respondió ella, “no vas a hacer eso”. “Mamá”, respondí, “sé que somos pobres, ¡pero no tan pobres! No necesitamos su comida y seguramente no los necesitamos a ellos ni a su canto. Déjame deshacerme de ellos”. Mi madre me detuvo en seco, diciendo: “No. No harás nada. Tus hermanos y hermanas necesitan esta comida. Vamos a aceptarlo y a agradecerles y a pedirle a Dios que los bendiga”. “¡Por favor, mamá!” le supliqué, “¡nunca podré volver a la escuela y enfrentarlos! Me niego a volver a la escuela
FOTO ILUSTRATIVA PEXELS
secundaria y verlos, se burlarán de mí. ¡No quiero su comida!” Mi madre se impuso; ella, mi padre y mis hermanos salieron para agradecerles y aceptar la comida los Caroler’s se fueron, mi familia revisó la maravillosa variedad de cot y me quedé con los frijoles y el
Cuando volví a la escuela se comportarme con los estudiantes esa Navidad con sus canciones y sus canastas de comida. Even Pero, aun así, nunca les di las gracias y ellos nunca lo mencionaron. do apreciados.
Volviendo a nuestra historia, vidades difíciles, decidí que cuando tuviera dinero compraría un mente, tuve la oportunidad de Rural Legal Services”, y ahorré el llevarle regalos a mis padres y a muy ocupado tratando de salvar cionantes como un activista chicano radical. tres de la tarde. Mi familia me dijo mi anunciada llegada, ya que ha menos tres meses.
Ese día llegué tarde, tras con Boulder hasta Las Animas. Cuan casi las 4 de la tarde; ¡llegué con recogí y me cargué todos los re hermano.
Manuel, o Mano, como le gusta de que sonreiría y me agradecería profusamente. Irrumpí triunfalmente en la vivienda mientras los guiándome tras ellos por el centro de la sala de estar mientras los “¡Leonard!, Leonard!, ¡llegaste! Esta historia continuará.
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