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Calidad del aire, medir para mejorar

Graciela Patricia Arocha Gómez

Sólo lo que se mide, se puede mejorar, reza una máxima de la ingeniería, y esto aplica también en la calidad del aire que respiramos.

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Todas las ciudades comparten un mismo problema, aunque en diferente medida: la contaminación de su ambiente y del aire que respiran sus habitantes.

Con este antecedente general, en Saltillo hemos adoptado diversos métodos de control del aire que respiramos, para conocer el contenido de partículas suspendidas y contaminantes criterio en diversas zonas y horarios y poder reaccionar con políticas y acciones encaminadas en la mejora de la calidad del aire de la región.

UN POCO DE HISTORIA

El Valle de Santiago del Saltillo se caracterizó desde su fundación, hace 442 años, por ser una región donde se respiraba aire puro; venían familias enteras de Monterrey, Monclova o Torreón a pasar unos días para disfrutar del buen clima y del aire fresco y sano. Sin embargo, el boom de industrialización del último cuarto del siglo pasado, cambió esa realidad.

Las fumarolas de las tradicionales ladrilleras del poniente de la ciudad empezaron a tener seria competencia en el paisaje urbano: las chimeneas de las fábricas del corredor industrial y la creciente nube de smog generado por los automóviles y transporte de mercancías se volvió, poco a poco, parte de la vista normal de nuestro cielo.

En esa misma época, la Ciudad de México estaba en el pico de sus índices de contaminación, por lo que los estudiosos del tema ambiental idearon los IMECAs (Índice de Medición de Calidad del Aire) para saber si el ambiente exterior era sanamente respirable, o se debía evitar salir a la calle. Ese fue tal vez el primer y más popular método de evaluación de las características del aire en México.

Desde entonces, algunas otras ciudades de nuestro país, adoptaron los IMECA como su método de calificación de la pureza del aire y, en base a los resultados que dicha medición arrojaba, generaron sus políticas de remediación y prevención de la contaminación.

INICIO DE LA MEDICIÓN EN SALTILLO

De regreso a Saltillo, no fue sino hasta el año 2000 que, a iniciativa del Gobierno Municipal de la época, se empezaron a medir las concentraciones de diversos tipos de partículas suspendidas en el aire, como una primera aproximación a mejorar (o al menos detener la degradación de) nuestro aire.

COLABORACIÓN INTERINSTITUCIONAL

Cada vez más la conciencia ecológica se expande hacia todos los ámbitos y niveles de la sociedad actual, al grado de ver mensajes que exhortan al cuidado del entorno en las escuelas, las empresas, instituciones públicas, instalaciones deportivas, de salud y en la vía pública en general: no tires basura, espacio libre de humo, verifica tu auto, cierra la llave del agua, apaga la luz, desconecta tus aparatos electrónicos, no tires colillas, evita las bolsas plásticas, dile no a los popes de un solo uso…

Con la presentación y puesta en marcha de la Agenda Ambiental, documento generado por el Instituto Municipal de Planeación que detalla los cinco ejes fundamentales de trabajo recomendados para reducir el impacto de la actividad humana en la naturaleza de la región, Saltillo aparece una vez más como municipio pionero en políticas en favor del entorno.

En una segunda etapa, la administración local, cada vez más consciente de la complejidad de situación, además de las partículas suspendidas (sólidos de 10 a 2.5 micrómetros presentes en el aire respirable), empezó a medir la concentración de los contaminantes criterio, perjudiciales para salud y el bienestar de los seres humanos: ozono, dióxidos de nitrógeno, bióxido de azufre y monóxido de carbono.

Aunado a lo anterior, interesa destacar también que la Secretaria Estatal del Medio Ambiente implementa el Programa de Gestión para mejorar la calidad del aire del Estado de Coahuila de Zaragoza 2017-2026, el cual incluye la medición de la calidad del aire (lógicamente) y la obligatoriedad de la verificación vehicular en algunos municipios, entre ellos, esta capital.

Con esto como base, los gobiernos Municipal, Estatal, la Universidad Autónoma Agraria, Antonio Narro (UAAAN) y la Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC), signaron convenios de trabajo con los que comparten facilidades y tecnología de medición y análisis para conocer los estándares del contenido de elementos y sustancias presentes en nuestra atmósfera.

“Cada vez más la conciencia ecológica se expande hacia todos los ámbitos y niveles de la sociedad actual.”

Como resultado de esta colaboración, un analizador de volúmenes High-Vol móvil, se instala por periodos determinados en diversas partes de la ciudad donde los niveles de contaminación se han señalado como de especial observación, para tener un mapeo general más preciso de la situación, y sus resultados son debidamente analizados para interpretarlos y generar acciones en consecuencia. Pero esto es todavía el inicio de la historia.

UNA VISIÓN HACIA EL FUTURO

Cada vez es más fácil el acceso a la tecnología de punta; a la vez que los avances y actualizaciones se generan en tal cantidad y con tantos niveles de especialización que el espectro permite elegir lo que más conviene a cada proyecto.

Así, para mitigar la contaminación de una zona con problemas de metales suspendidos, se puede encontrar una respuesta precisa, mientras que en otra, donde el inconveniente son los óxidos, la propuesta sería diferente.

Entre las ideas que se han manejado para mejorar la calidad del aire en Saltillo, podemos imaginar que cada industria cuente con un árbol artificial del tipo BioUrban 2.0, sistema 100% mexicano de purificación del aire mediante microalgas, tan efectivo como 368 eucaliptos jóvenes que además genera biomasa que puede ser reutilizada por las propias industrias en la generación de energía.

Otra idea, que ya opera en ciertos países y puede aplicarse para el estudio y conocimiento en tiempo real de la calidad del aire local, es la utilización de sensores satelitales que observan la ciudad y determinan cantidad, tipo y distribución de elementos y sustancias suspendidas en la atmosfera. Con esos datos, se pueden diseñar planes de acción para modificar la vocación de los corredores industriales, planificar otros nuevos, diseñar áreas verdes de amortiguamiento de la contaminación.

Y cuando toda esta información llega a la ciudadanía, las personas en lo particular, pueden elegir mejor la zona donde desean vivir, en qué rumbo escoger la escuela de sus hijos, a dónde y a qué hora pueden ir de paseo; si trasladarse en transporte, en bicicleta o caminando, acciones que redundan en mejores condiciones del ambiente, menos enfermedades y mayor nivel en la calidad de vida.

Finalmente, el mayor aliento para todos los que nos dedicamos al estudio, cuidado y promoción del bienestar medioambiental, es la propagación constante de la conciencia ecológica en sí. Todos los días somos más los que cuidamos el entorno: dejamos de lado los plásticos de un solo uso, preferimos objetos de materiales reciclados, adoptamos el uso compartido de automóviles, cuidamos no tirar basura en la calle, reducimos la cantidad de desechos sólidos del hogar, apagamos o desconectamos los aparatos electrónicos que no se utilizan, tenemos tecnologías ahorradoras de energía en casa, cuidamos el consumo responsable del agua potable. Así, solucionamos en parte, y desde lo personal, uno de esos problemas que todas las ciudades tienen en común: la contaminación de su ambiente, especialmente del aire que respiran sus habitantes.

*Directora de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable

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