JAKARAS EN EL ARCA, SUEÑOS DE NUNCA JAMAS

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Maria Georgina Natera

Jakaras en el Arca SueĂąos de nunca jamas



Arco de Taguanes, es un monumento que conmemora la Batalla de Taguanes, en la ciudad de Tinaquillo, en Cojedes Venezuela, se trató de un enfrentamiento protagonizado por lanceros comandados por los generales Atanasio Girardot, Fernando Figueredo y Rafael Urdaneta, quienes alcanzan en las sabanas de Taguanes al Coronel Julian Izquierdo comandante del ejercito español y le causan la derrota en esta árida llanura, donde el entonces sargento José Laurencio Silva cumple hazañas de valor.


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Edición digital 2020 Jakaras en el Arca, Sueños de nunca jamas ©Maria Georgina Natera © Fundación Editorial el perro y la rana, Ministerio del Poder Popular para la Cultura G-20007541-4 Centro Simón Bolívar, Torre Norte, Piso 21, El Silencio, Caracas – Venezuela 1010 Telfs.: (0212) 377.2811 / 808.4986 http://www.elperroylarana.gob.ve coordinaciondels.e.r@gmail.com @perroyranalibro Fundación Editorial Escuela El perro y la rana Sistema de Editoriales Regionales-SER, Cojedes Calle Sucre, entre Manrique y Libertad, Edif. Manrique 1er. Piso. Cojedes – Venezuela cojedes.ser.fepr@gmail.com @SERCojedes Editorial Cojedes

Diseño y diagramación Deibi Diaz Portada Alejandro Lopez Dibijo sobre papel 2017 Tamaño: 15cm x 23cm Depósito Legal: DC 2020000784 ISBN: 978-980-14-4698-9


Maria Georgina Natera

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Dedicatoria

Gracias a mi Dios mi buen señor… gracias por ser su hija… su oveja a veces perdida, pero siempre amada… gracias por darme la dicha de vivir. A mis hijos y a mis nietas con todo el amor de los sueños realizados, Y mí querido esposo por la dura tarea de entenderme, pues a veces ni yo misma lo logro.


Prólogo Cuentos de nunca jamás; Cuentos fugitivos… Canto de esperanza; Cuentos de colores… en claros de luna; lenan mi savia, Al son de sonrisas, dulces cual mermelada de jazmín. Buches… néctar de leche madre; Me dieron mis hijos ¡estos obsequios de existencia¡ Verónica retacito de alegría Fabiola, luz de amor y esperanza Natacha, siembra de risas al viento. Adornado los años dorados del arco iris; Cual garzas en el mar… Los crisoles de la vejez se reflejan Coronando de lirios blancos. Mi aureola. Mis manos callosas, ya no ven… solo siente. Ojos que perdieron lozanía (que despidieron la inocencia). Arrugas crecieron en mi faz; Pero… regocijo alegre despertar, al radiante renacer; Anido-- en mí ¡Mi júbilo! posee nombres de Eva. Esas las Que juegan en el jardín Junto al aljibe al lado las rosas, limones y mangos; Cantando rondas; Llamando Abuelita… abuelito cuéntame un cuento cántame una canción.

María Georgina Natera



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INTELIGENCIA OCULTA - Cállate muchacho del carrizo, no te muevas que te quito una oreja sujetando la nuca, con la mano izquierda. toma otro mechón de rizo encrespado… rubio y trasquila rauda Mueve la pequeña tijera plata, en su mano cual piraña, Enervada por la sangre corta mide… Por San Gerónimo y las Animas del bendito purgatorio Que le diría a su comadre pancha, Bueno ella tenía la culpa, yo solo le estoy haciendo un favor. Entrecierra la mirada gatuna - Ay dios…ay diosito, cállate chico que me pones nerviosa. - Señora yvette, no me afeite más… llorando a moco tendió - Mira niño este es favor que tu mama me pidió, mientras los ojos verdes evaluaban la obra, y estos se abrían como platos no entendía ¿por qué no lograba emparejar la melena rubia? mientras más cortaba peor se veía. - Ajo muchacho tu si eres cabezón, con esa tomuza, ni se te veía la inteligencia. - Se aparta un poco observando su obra. Gustavito arranca a correr hacia la puerta, pero sirillo al verlo lo desconoce y la muestra sus filosos dientes obligándolo a retroceder. - Sirillo, sirillo lo llama. el can al recoser al amo, se echa colocando las patas sobre sus ojos comienza a aullar desconsoladamente. Se vuelve al sute dirigiendo la mirada a la esquina de la casa sus ojos recorren la pared pintada de antaño rosado, decorada con grafitos y manchas 11


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realizadas por las duendes de la casa, allí esta… Un espejo pequeñito… se acerca se empina en sus delgadas piernas se estira… un grito de espanto sale del pecho… al ver el reflejo de estampa. - Le voy a decir a mi mamá que la meta presa, las lágrimas de dolor recorren las mejillas tostadas de sol roja de cólera… si que la pongan presa y que mi papá la peine con el garrote… no tenía más de ocho años, delgado espigado, su cabello rubio extendido sobre el piso de cemento cual flor desgarrada. - Cállate chico, fue lo que contesto la mujer. Ven pa´ca que lo que pasa es que no e terminado eso lo emparejo rapidito… Tomándolo de la mano lo jala y comienza de nuevo toma un mechón lo mide con el centímetro que saca del costurero, ves mostrándole al joven - Te lo voy a medir te lo voy a emparejar. - Esta segura mejor me lo deja así que mi mamá le pague doña Sipriana ella si corta pelo fino. - Que Sipriana, ni que Sipriana… tu taitas no tienen plata, a ti la tomuza te llegaba a las canillas yo le estoy haciendo un favor a tus papas no hile y que Sipriana , la vieja esa… no señor esto lo acomodo yo lanza una bocanada de cigarrillo pisándolo la colilla con la punta del desgatado zapato comienza su tarea. - Pasa un rato aquella cabeza parece un promontorio de mogotes de chivo, uno por aquí otro por allá, Yvette mientras más mide peor corta, le da vuelta al muchacho… mira mejor vamos a casa de Úrsula ella esta haciendo un curso de costura y sabe medir bien. 12


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El niño retrocede busca el espejo. Se deja caer en el suelo - Que la metan presa, si que la dejen… vieja loca - Yo no salgo , no salgo para la calle - Toma ponte esto tomando una bolsa de papel, se la estira… - Póntel,a con voz histérica - Noooooooooooo Bueno espérame aquí, sale a la calzada a mita calle arriba esquina abajo, una callejuela sola, nadie le contesta a las oraciones que entrecortadas salen de su boca. Un olor a lavanda inunda el aire, vuelve la mirada al callejón y como loca corre al pórtico donde una mujer, está abriendo las puertas de su negocio. - Sipriana, por tu madre ayúdame - Que quieres vos, la increpa la otra… mira Yvette yo no quiero más líos contigo, no quiero volver a esmoñarnos otra vez… tu a cuida a tu marido y yo a lo mío. - Deja de hablar zoqueteadas y ven. la hala, que es una emergencia de vida o muerte. - ¿Quien se está muriendo chica? no me vas a decir que mataste a tu pobre marido. Santiguándose, que hiciste cristina. Yvette … - Cállate… chica y corre La pobre Sipriana, corre… acatando el mandato la sigue. - Mira … - Por san Benito… - Que hiciste chiflada, ahora si la botaste de jonrón… 13


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- ¡Ayúdame! - ¡Ayuda! Yo…si todavía me estoy recuperando de la paliza que me diste - Que nos dimos, mira enseñando el rasguñó blancuzco en el brazo. - Pues mira … mostrando el antebrazo lleno de marcas dentales, estos son tus recuerdo - Pues, yo no te ayudo… estoy sentida. - A doña Sipriana… apiadase de mi… implora el jovencito desde la esquina - Ud. Cállese que esto no es con Ud. Respete la conversación de los mayores - ¡Claro¡ cómo no es Ud. la que parece: gallo brujo o gallito poncho… replica. Con los mocos rodándole… y la cara rojita de tanto llorar. - Está bien vamos a ver qué se puede hacer. La tarde descansa, los rayos de sol son refrescados por la brisa un suave a olor a café recién colado invade la casa. - Se oyen gritos… llantos. Los vecinos se arremolinan alrededor de la cosa rosada - A no comadre Ud. si es mala y mal agradecida yo solo le realice un favor, ese pelado estaba como enfermo… con ese mogotero crecido, Ud. no tenia plata, en la escuela se lo devolvieron por piojoso yo solo la ayude, de malos agradecidos. Pone cara de afligida y llora continua en sollozo y suspiro - Está el mundo lleno. Verdad Sipriana. - Si amiga. así paga el diablo a quien bien le sirve. le contesta. Sipriana - Mi muchacho, no es ningún piojos ¡respete ¡ después que lo malogra… también me le monta 14


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calumnias, la maestra, solo me dijo que estaba demasiado peludo que lo afeitara… Ud. Me dijo que estaba haciendo un curso por radio que estaba adelantadísima… Un sonido de carcajadas se escucho al fondo. - Buenos mirones que se creen esto es película pa´ sus ranchos a buscar oficio, resopla Yvette - Ay mija si Ud. Nos da circo, vende entradas a doquier… responde el boticario. - Ay pobrecito…dice doña Remedios - Me me lo hu…biera man…mandado a mi… mi ma..ma…rido daba corte ta..ta…para, en el campo… al menos es…es…taría mejor, pues mire Ud. E…ese mu…chacho es bien ca…ca…bezón. dice la chinga Josefina - ¡Cállese¡ nos sea entrometida… gritan Yvette al unísono con la madre del pobre muchacho, enardecidas en furiosa discusión - Tan bonito que tenía su buclecitos. anota. Don Arnoldo, Bueno vamos a tomarlo desde este punto de vista, se ahorra unas buenas afeitadas, ya no tiene piojo y el muchacho estrena gorra… verdad cabeza de mingo… - Mire viejo del sipote deje al muchachito tranquilo, que bastante tragedia tienen ya… La noche cubre el patio sentada en el pórtico, fumando Yvette, mira la calle ve pasar a frente un hombre alto con un maletín. - Oye ven chico, así pasa el hambre por mi casa… sin saludar. - Hola viejita, ¿qué es eso? no te dije que no fumaras… seguiste el tratamiento, como te sientes. tomando la arrugada mano. 15


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- Zalamero, esos remedios si son malucos… tu como que te esas vengando por la peleíta. Mira que yo te desperté la inteligencia, la tenia bloqueada de lo peludo... - Ay vieja, sabe que en estos días… le comente a mi hijo, que si no se ponía las pilas en los estudios te lo traía… y mira pues el muchacho salió bien en el examen. Lo que es el poder de la sugestión - Mira chico, que yo termine mi cursito por la radio también hice uno por correspondencia y estoy haciendo uno por esos que mientan internet. ven aquí tengo unas tijeras. - Abre reto viejita, me voy no a vaya a ser que me deje convencer por esos ojos verdes de gata y termine traquilado, pelón además de enamorado… Se aleja… - Bueno lo digan en juego o no yo le desperté la inteligencia, aja ese vicho sigue siendo un cabezón …

ARCO IRIS IRREAL Una lagrima, Negra surco el rostro y el humo denso, que le quemaba la mirada, ese olor a kerosén y la llama rojiza, amarilla que ahumaba las ollas. En eso pensaba Petra al lavar el cerro de corotos sucios. Sus manos recorrían con la esponja enjabonada el rabo encarbonado de las ollas. Estaba cansada, todo el día lavando. Se estiro y su delgada espalda dio un traquido; escurre el plato, es el ultimo. Entro al baño se mira al espejo, empieza a bañarse, se enjuaga los cabellos negros, se seca las largas piernas y los tullidos senos; se coloca el vestido negro. 16


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Empieza a llegar la gente. . . hablando quedo y Allí, En medio de la sala sobre el piso de tierra esta tendida el ausente, custodiado por cuatro sirios y un animal viejo y cansado, que no come, solo espera acompañar a su amo. Y ella, vestida de negro, con sus manos entrelazadas y sus uñas llenas de hollín, oía las voces lejanas en el ambiente cargadas de sudor y el olor de kerosén que emanaba de la vieja cocina que alguien encendió para coser café. Dirige su mirada al muerto que en su lecho mortuorio, le era extraño, no reconocía en el cadavérico cuerpo al marido. Llega el cura con su andar rapidito, secándose el sudor con su pañuelo multicolor que parecía una bandera, al guardarlo en el bolsillo de negra sotana. Apurado para dar el sermón de descanso final al difunto “pensó que broma, en este pueblo no hay más descanso”. Las mujeres contestan el rosario, los hombres comentan. - ¿Quién será el próximo? ¡Nadie contesta! A fuera en la calle polvorienta unos perros flacos casi trasparentes, ladraban incansables tenia atrapado a un gato, tan zarrapastroso como ellos. Una casa de un color indescifrable, se distingue la pálida luz de una vela y una mujer cubría la frente de un niño. Su cuerpo se crispaba tras otro ataque de tos. Retira el trapo, toma otro… de la palangana de agua fresca en la que coloco hojas de ruda, romero y jugo de limón. Estaba tan pálido. Ya tenía tres días inconscientes. ¿Dónde estaba Su alegría, su vitalidad? ¿Dónde estaba? Aquel niño que se montaba en las matas de guayaba y corría por las calles del pueblo. 17


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Solo queda de él, una figura amarilla, tan amarilla como las sabanas curtidas que lo cubren. Y ella a su lado muriendo pasó a paso. De sus cuatro muchachos ya solo quedan dos, rezaba por el pequeño, pero sabía la verdad, moriría como los otros, no al amanecer ya no estaría, se coloca las manos flacas, cansadas, En el rostro llora ¿porque ella? la lámpara que dio luz y ve impotente como otro de sus cocuyos se apaga. Gime por los perdidos de sus entrañas, por ella por la vida. Clarea, despunta la aurora, cubre el pueblo un olor nauseabundo que envuelve en desolación a todo el entorno. El lugar es de solo, tres calles dos de tierra la otra empedrada daba a la iglesia en la que el padre flaco sube la vieja escalera al campanario a llama a misa de difuntos, todos los días misa de difuntos, aquí ya no se celebran bautizos. Las mujeres y hombres están estériles como la tierra del pueblo. En el cementerio dos mujeres un niño y una mula vieja, Petra que entierra su marido. La otra se despide de sus tres hijos. Se van. Caminan despacio, con el paso lento pesado, van dejando a tras el pueblo. Pasan cerca de la laguna a la salida del lugar, en un recodo la laguna con sus aguas grises, verdes, azules, rojas cuantos colores pintadas en sus aguas. La adornan burbujas que revientan como postulas de pus en sus orillas. y en un cerro, cerquita, escondido, agazapado, tras el monte un tuvo un drenaje oscuro mortal vierte su veneno en sus aguas en otrora limpias. Las mujeres no habla se escapan. Huyen el 18


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bebe levanta su cabeza, pelona, bosteza apoya la cabeza en el pecho de su madre, se duerme, tiene una oportunidad de vida. No voltean. Solo, el eco de las campanas de la iglesia que llama a misa de difuntos las despide.

UNO DOS TRES QUIEN SERÁ EL MUERTO Gumersindo padrón, el león de la montaña lo llamaban hombre grande y conocedor del llano, resabiado, bullangero, mujeriego y peleonero. Que un tesoro antiguo encontró y su espíritu perdió. Bajaba cada tres meses de la monte, con una carga de casería y los bolsillos llenos de doblones españoles. Que nadie sabía de dónde sacaba. Se emparrandaba en la pulpería de Demetrio contreras, este último en varias ocasiones trato de sacar el secreto de las monedas Gumersindo, este le respondía - Al quieto déjelo quieto. No quiera saber más… que caro le puede costar y una sonrisa macabra se marcaba en su rostro color serpia. - Pero Gumersindo, de dónde saca Ud. Esas monedas tan antiguas. Sirviéndole aguardiente insistía. Unos días antes de la llegada de personaje, cercano a día de los difuntos. Demetrio, comienza a preparar la bestia y las mochilas de viaje con la intención de seguirlo hasta la montaña. Tenía tres planes y dos socios El primero era emborrachar a tipo, con un 19


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aguardiente preparado por don Cosme el yerbatero, que le garantizo que el bebedizo… aflojaba la lengua, jamás le había fallado. podría robarle el secreto al mentado. Con la condición de que se asociaran en el reparto del tesoro. Si el primero le fallaba, ponía en marcha el segundo plan , contrato los servicios de Perfecta Padrón, una hermosa mujer dedicada a la profesión más antigua, ya habían acordado que ella le sacaba la información al cliente y los tres don Cosme, ella y él se repartirían el botín. Llega el día, Gumersindo pone un pie en la pulpería con su inseparable perro negro, de ojos rojos el cual entra detrás del tendiéndose bajo la mesa. una estela e moscas lo seguían el olor a sobaco y trementina impregno la estancia alumbrada por la luz mortecina de las lámparas de carburo, las antorchas de luz azuladas se movían al vaivén de la brisa, en constante matizar de en tonos amarillos, rojos y azul, de las que se desprendía un humo negro que quemaba la vista. Se puso en marcha el primer plan. Le coloca delante una manburria botella de aguardiente y dos vasos el visitante comienza a beber lentamente… - No me acompaña extendiendo la botella - No, mi mujer la condenada me purgó y si se me ocurre tomarme un traguito la voy a pasar muy mal. - Mal si sigue por donde viene, si la va pasar mal … carcajeándose de forma siniestra. El tendero se levanto, despacio, con los pelos parados del temor, pero al ver relumbrar las monedas en la mesa se sentó despacio secándose el sudor del 20


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redondo y grasiento rostro con un pañuelo sucio y hediondo a mugre aupó al comensal a terminar la botella, la cual consumió junto con cuatro con la misma pócima, sin efecto ninguno. - Bueno y la hembra que me prometió, recuerde que ud. la floreo mucho, no me vaya a salir un viernes atravesado, que ese aguardiente me dio un calentadito que lo quita solo una buena cama. - Lo prometido es deuda, Perfecta, Perfecta. Llama. Hace la entrada, una mujer baja de estatura, el cabello negro azabache, relucía contra la luz de las lámparas, su cuerpo delgado con las proporciones de la Venus de Nilo. Era hermosa sin lugar a dudas. Bien acércate siéntate en mis piernas, al rato se retiran a la trastienda en ritual antiguo. Pasa las horas…Gumersindo padrón sale solo su sonrisa es más amplia mas tétrica - La próxima me consigues una menos preguntona, más bien muda, se acerca a la mesa y deja una bolsa llena de plata. - La compartes con dama. El perro sale debajo de su escondite y salen juntos al frio de la noche. Tres seres de rostros crispados lo miran y lo siguen, las lechuzas cantan la canción del ánima en pena. Un centenario de murciélagos los asechaba sin que ellos se percataran. Se fueron adentrando en la montaña más y más lúgubre, en un recodo el perro negro le corta el paso, el aire se hace frío, gélido casi imposible de respirar. - Le dije que dejara al quieto, quieto pero 21


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porfiado… No quiera saber más… que caro le puede costar, su dedo largo apunto a la mujer - Lástima, buena cama Apunto el herbero, lastima buen aguardiente. Apunto al pulpero lastima buen ambicioso. - Bueno de uno, dos, tres ¿quién será el muerto? Solo el medo le respondió, los murciélagos hacían coro a rededor de la comitiva expectante. - Me decido por los tres, necesito mujer, un buen aguardiente y alguien como yo para compartir. Uno, dos, tres. Los vampiros de la noche se lanzar sobre sus víctimas. Días después comenzó la leyenda que en lo profundo del monte, hay una pulpería, si tiene sed, hambre, ganas de mujer o simplemente esta perdido, pase de largo no entre. Pues león de la montaña, está cansado de aguardiente enyerbado, de la voz de su compañera y del amigo aburrido. Esta penando en nuevas conquistas. Que se anhelen su plata además sus avecitas tienen hambre.

UN DULCE DE PASO Un grito surca la calle. - Pan de horno, calientito, pa´ tomar con cafecito, venga vecina. Están baratas, se las dejo fiadas pa´ el sábado, pan de hornooo. - También tengo la rica catalina, rica sabrosa golosina. 22


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- Aquí tengo los cortaos, pa´ el enamorado… cortao cortao pa el enamorado - Cómprenme la rica melcocha pa´que, es mágica endulza el día y el corazón Era la negra Juana, cargada de una inmensa canasta de bejucos, llena de dulces una colmena de niños la siguen riendo, juagando, diciéndole a coro - Regálame un coquito negra, un coquito lleno de miel anda negra… regálame un coquito Así recorre la negra Juana, su mente cavila pensando en la casa, en las caras que esperan su regreso La noche se viste de cobija fría, tejiendo el incierto mañana La venta fue poca, su paso se hace famélico, pesadas gotas de sal recorren su rostro, un sabor a tristeza a retama se introduce en su boca, la carga sobre su cabeza la obliga a doblar los hombros con su tristeza a cuesta, lega al rancho, la reciben los ladridos escandalosos de los perros de la cuadra. Una suave brisa le besa la faz, secando las lágrimas y una sonrisa traviesa su cara, más no le llega a la mirada, cruza el sa Juan cubierto de flores y plantas Entra en la casa , siente la miradas de los niños que corren a abrazarla. - Como te fue abue… Juana, vendiste. Tomate sácate las alpargatas… Otro carricito le extiende una silla de mimbre rojo - Aquí está la ponchera de agua con sal y pétalos de árnica abue, le indica otra voz de niña risueña Las risas refrescan la estancia, atrás queda el cansancio, la calle, las trabas. 23


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Los niños arrastran una silleta y se sientan a su lado mientras la mano infantil de la niña le peina la melena con una péinate de nácar. Ella sonríe, su alma se llena de calma, renace el sosiego, levanta sus ojos, su vista se incrusta en la figura de yeso observa detenidamente la imagen de una virgen ubicada sobre la repisa, da gracias por los ángeles que la rodean, sus nietos son la fuerza de motor que la mantiene viva, mira la imagen divina pide por la paz del alma de su hija . la cual le legó su lecho agónico a sus criaturas - Cristo divino, tenla a tu diestra, mija cuídanos desde los cielos. en murmullo, quedo, tenue. Pasa la noche, canta el gallo en el corral, el sol duerme… la negra está al lado del fogón, coloca la olla de barro a hervir al calor de la leña, pone agua miel, concha de limón rayado, papelón, guayabita, clavos de especies y los ingrediente más importante amor, dedicación . A un lado de las topias el horno de barro con su inmensa chimenea humeante, en espera de la caga de pasta dulce, las cuales sus ardientes brazas parecen trinar un cantar el estribillo, al cose el pan de horno, el cortao los dulces pa´ los enamoraos en cantos de tradición. Sale Juana, tempranito. A la iglesia mayor, pasa por el convento de las madres piadosas al colegio de las niñas que como golondrinas cantan , ríen sueñan… de allí al mercado y la plaza Regresa la negra temprano, la cesta vacía reposa en su regazo. Una mochila de losa carga sus manos, en su interior, un quilo de queso fresco, un trozo grande de carne de lagarto, tres cabezas de galitas agobiadas estremecen la orilla del saco tres gallinas al cacarear escandalosas. Qué buena estibo la 24


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venta. Esta feliz, una ráfaga de brisa la besa, un perfume a cállena le llega de lejos, le recuerda a su hija, tal vez sea ella, la que la que en forma de soplo suave la acompaña. Su espíritu en calma, la sonrisa en los ojos un suspiro se le escapa feliz como niña comiendo mangos, piensa… en tres caritas sonrosadas que en su lar la esperan llenos de amor de esperanzas En el delantal de flores rojas y anaranjadas, escondidas tres perinolas… Se saborea la negra, imaginando la algarabía al descubrir sus ángeles el regalo. Ese es su mayor pago, la alegría… que su hija ausente en ellos le lego y que Dios en su misericordia infinita le otorgo.

EL PACTO Le duelen los dedos, mira desolada las uñas comidas… hasta sangrar esconde las manos, avergonzada en los bolsillos de suéter negro. La tarde está fresca la luz del sol se refleja dentro del estanque, rodeado de las hojas doradas de los almendrones en otoño. Una voz suave, casi melodiosa me llama por Analia, Analia… no logro descubrir de donde proviene, de repente una figura se muestra es un anciano de años indefinidos, con los ojos más profundos que e visto, me sonríe. - Me conoces hace unos días me llamaste, no lo recuerdas. - No se a que se refiere, no lo conozco. 25


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Por un instante pe percate d que no habíamos pronunciado palabra alguna, sin embargo la conversación continuaba. - Mi nombre es Metistofe, Lucifer dame el nombre que prefieras. Analia de levanta como impulsada por un resorte, esta pálida, su rostro blanco parece convertido en cera, en sus ojos verdes aparecen motas amarantas de asombro. - De que te asombras, te conozco soy la respuesta. - No quiero oírlo. tapándose los oídos, pero es inútil, la conversación muda ya se inició. - Bien, cuando estés lista solo piensa en mí. Desapareciendo como llego sin perturbar la tarde en estanque. Corre a la casa, las largas piernas parecen tener alas, pero no está asustada. Sabe que él tiene razón ella lo llamo es su única oportunidad. La luz del sol se desvanece lentamente, como su deseo de ser madre, había recorrido muchos caminos, médicos en todo el mundo, tratamientos de todo tipo, lo mejor de la tecnología científica a sus pies, curas, iglesias, ruegos plegarias, promesas, brujos piaches pócimas conjuros, vudú, magia blanca, verde… Ya no recordaba, que no había realizado a quien no había visitado, pero… nada su vientre estaba muerto era un árbol sin salvia, jamás seria madre ni de forma natural, ni de forma artificial. Todos le aconsejaban adoptar, jamás ella era una Gómez Arrealba, era un deber debía dejar un heredero su apellido, su linaje su sangre no podían 26


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morir con ella. Además su orgullo se negaba a admitir que era imperfecta, la última de una estirpe y con una tara la infertilidad total… Se mira al espejo de su cuarto abarca toda una pared, el reflejo le muestra la opulencia de una habitación, una mujer desnuda frente al espejo, es hermosa delgada de amplios bustos, suave cuello de cisne, caderas, piel suave cabellos marrones ojos vedes podía poseer y hacer feliz a cualquiera, pero esa felicidad no podía ser completa. Lanza el vaso de vino contra el vidrio, toma una decisión era una mujer de negocios vería cual era el trato¿ quién dijo miedo? La mañana se inicia con el canto angelical de los pájaros. Pero dentro de la casa una extraña reunión está en pleno apogeo. - Que me propone - Un hijo - Cual es pago - En principio, yo seré el padre. - ¿Por qué? - Se me antoja un hijo mortal, seria mío me lo entregaras. - No me paréese buen trato, me poseerías, tendrías mi alma y la de mi hijo… no es rentable para mí. ! Pierdo mucho! - Diablo, mueve la cabeza ¡eres dura! - Bien serás mi mujer en esta vida y en la otra, tu alma será mía, seré el padre del hijo. - Bien yo lo criare, tendrá libre albedrío y hasta los treinta años lo aconsejare. - Que te paréese así, tendrá libre albedrío pero a los dieciocho años. yo lo, ayudare a criarlo aconsejarlo, 27


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no lo vallas a malcriar. Dicho esto se inicia la danza de siglos, una mujer es seducida y un demonio es dominado por el perfume sexual de Eva, cae Lucifer en la trampa de ella Pasa el tiempo, un niño inocente corre por el parque, su madre lo contempla. Es perfecto, un perfecto Gómez Arrealba, nacido para triunfar, un duende rojo de fuego juega con inocente, le dice al oído - Tú serás rey. Miles de ojos lo observan, todos sus caprichos son cumplidos, su padre lo admira, crece fuerte con puño de acero. Otros ojos lo ven y se le acercan en soledad, le cantan canciones, les cuentan historias le dan amor. Pasan los años, la madre hermosa no a envejecido muere lentamente, un calor carcome sus entrañas, es el infierno que se apodera de ella, Diablo, la espera, la desea, por toda la eternidad. Diablo, llama a su hijo tiene veinte años, conoce el vicio, la lujuria y la degradación sin embargo el recuerdo de voces en su cuna, a su lado año a año, lo hacen titubear. - Es la hora debes estar listo, tu madre muere. Ella y yo vamos al infierno a vacacionar. Decide cuándo será tu bautizó negro. - Deme, más tiempo, déjame hablar con mi madre me voy a despedir. - Como que a despedir, su alma es mía, tu eres mi heredero algún día será tuya. - Ay, diablo, no te ofendas, tu no te mueres, no regalas, eres egoísta y tengo mil hermanos, crees que 28


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en cualquier caso querrán compartir. Sonríe el diablo. - Me conoces bien demonio, me conoces bien. Horas después se acerca al lecho de la madre. Ella tira de el acerca su boca al oído y le dice. - El trato no te incluye a ti, tienes libre albedrío, se lo de las voces, por la noches, procuraba entretenerlo… para que cocieras otra historia. - Libre eres libre perdóname la vanidad y el falso orgullo impulsaron tu gestación y nacimiento, pero te amo, siempre te anhele, desde un principio pensé como protegerte- El libre albedrío fue lo que se me ocurrió, sin embargo, debes tener presente que el demonio es parte de ti, sin embargo todos los hombre tenemos un demonio, lo bueno es que ese demonio de cierta forma también te quiere. Él… no termino la frase expiro. Sale de la habitación, su padre lo mira, algo ha cambiado. Lo presiente su mirada es limpia, diáfana. - No voy contigo, soy libre, soy tu hijo eres mi padre pero enseñando el cielo - ¡él es mi rey! Truenos y peste dentro de la casa, los demonios y duendes corren a esconderse, de la furia diabólica. - Ella lo pagara, mil torturas lo pagara. - Déjalo diablo, a quien vas e engañar ella, es tu perdición. Su perfume te doblego. Bajando la cabeza… - Tomaste tu decisión y ¿si negociamos? Pregunta socarrón, que tentación vamos, ya sé que perdí, pero si me necesitas me llamas, todavía soy tu padre. 29


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El joven, se aleja por la avenida, sabe que no está solo un trinar de trompetas y un coro de Ángeles lo acompañar, al iniciar la vida, pero una vida de verdad, llena de retos, de dolor, de alegría. Ya conoce el infierno ese fue su radiante y mimoso hogar. Ahora conocerá abiertamente el amor de Dios en su infinito amor y bondad. Por el que se decidió.

EL AHORCADO La serenidad embarga la calle, empedrada de lajas grises, enmohecidas de años, unas cuadras más adelante el callejón del ahorcado. Al final de este una casa de adobe cercada por sus cuatro costados, por trinitarias multicolores de gruesos troncos y afiladas espinas impidiendo el paso cual soldados. Agachada, al fondo del solar, detrás de la batea y el tambor de agua doña Fulía, observaba con detenimiento, el cachicamo, perdido meses atrás, escondido en un hoyo al lado de la antigua letrina en des-huso. Un remolino de polvo se levanta y remueve el faldón, medio luto dejando ver las enormes varices de sus piernas delgadas. Del bolsillo del delantal, pálido de lavadas, toma unas tijeras oxidadas, comienza a cortar, los racimos de flores del jazmín café, los lirios tupidos de flores multicolores, caen en sus callosas manos. Todas las matas en flor del amplio jardín, son cortadas sin miramientos. Con su carga, se acerca a la inmensa cruz de madera, que está en el recodo final de la calle, debajo 30


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de la Ceiba, tiembla, la brisa frío del mayo hiela la sangre, viste la cruz rezando un padre nuestro, sus ojos vigilan la Ceiba, tiembla no es frío, es miedo. Doña Dulce y Anacleto, llegan a hacerle compañía. - Ay Fulía, otro año … vamos a rezar, dándole un codazo al hombre le indica que hable Este baja la mirada y dice… - Mire amiga, el cura, no quiere venir a dar la misa, el año pasado tuvo un mes con calentura … del susto que le dio el difunto - Nosotros te acompañamos hasta la cinco, tenemos que recogernos temprano. - Hablamos con el comisario y los vecinos y ni de broma vienen al velorio de cruz, ay que entenderlos - Venancio se las trae, con su alma mortificada… Fulía, los mira, los oye pero nos los escucha, gruesas lágrimas recorren el triste rostro. Como culparlos, si ella misma tiene miedo. Años atrás su marido, enloquecido de ira se colgó, en el árbol, el día del velorio de cruz de mayo, jurando que volvería y desde ese momento, cada año regresa a pedir perdón a la venerada, pero como siempre está con la calentara, encima, no obtiene el perdón, y continua año tras años aterrado a los que están en la calle ese día. Cae la tarde los vecinos corren a sus casas, los rapases del la cuadra se recogen temprano, solo Sinforiano Álvarez, se atreve a salir, se esconde en un mogote cubierto con una manta negra y una linterna, hace algunos años tiene una sospecha… Se hace un silencio sepulcral, ni los perros 31


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ladran, solo el canto de un búho, se escucha en la lejanía. De repente en un recodo una figura, alargada, macabra de inmensa cabeza arrastrando cadenas, aullaba detrás del ella un cortejo de figuras le seguían. Con antorchas, se reían, uno de ellos tenía un artefacto en las manos, o manipulo y un rugido ensordecedor… retumbo en la calle. Sinforiano, desde su escondite debajo del mogote, protegido por el tronco, sudaba, ya no le perecía tan buena la idea de espiar a las ánimas, pero de repente sus oídos escucharon una voz conocida. La de su sobrino, Aníbal seguida de la voz, es Roque el hijo de doña Estela, apretó la mandíbula furiosa, sin esperar a recoser oras voces. Toma la poderosa, así llamaba a su escopeta seis tiros de casería, la levanta y salta del mogote - Conque espantos, bueno yo les voy a dar sus descanso eterno, sin vergüenzas… Dispara a discreción, uno de los espantos se cae de bruces, sobre su compañero que cae de los zancos, se oyen gritos salen los vecinos, la pobre Fulía con un rosario enrollado en la mano empuñando una escoba, con la que golpea a los tarajallos. Llega el cura arrastrando la sotana, esta rojo de la rabia, muchachos del carrizo, el año pasado casi me matan, estuve un mes durmiendo con la lámpara encendida teniendo miedo… hasta mi sombra. El vecindario se amanece congestionado, el mercado es un hervidero de chismes. Solo Fulía, duerme, tranquila, sabe que el pobre Venancio, descasa en paz, mientras que los inventadores tienen su penitencia… 32


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MATRONA Domitila Silva, caminaba lentamente enfundada en su vestido blanco, combinaba perfectamente con su tez canela. En la delgada mano colgaba una vieja canasta de juncos en la que colocaba: ramas de perejil, hierba buena, frailejón, ajenjo. Sale despacio del amplio patio su botica natural. En el rancho sobre las topias la esperan sendas pencas de zábila, cocuiza y cocuy para ser llevadas al trapiche. El calor de la llama cose la pócima. Une la negra todos los ingredientes colocándolos en una tapara y en una bolsa de cuero de chivo blanco aponiéndola a serenar por tres días. El sol, inunda con sus con sus primeros tímidos rayos, el gallo grita que el mundo parió un nuevo día. Se levanta Domitila, sus manos cansadas preñadas de siglos, se peina el largo cabello cano que llega hasta la cintura lo teje y acordona con la peinetas de carey lo hace con calma, con sosiego. En el san Juan empieza a remolinarse rostros expectantes, sus caras están serias hacen antesala. El negro Nicanor las hace pasar una a una las almas. Frente a la mesa delante de un altar acicalado de flores blancas con santos e ídolos de yeso, espera la curiosa su primer paciente. - Negra… mi vientre está seco El silencio le responde - Negra - Pa´ que quieres un muchacho, muchacho no amarra hombre… - Pero, no es por eso, si se va … Gime, suspira. 33


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- Se va, que se vaya… pero ser vid, la uva de vida vino de esperanza es mi deseo con el o sin el ser madre, favor de Dios será. - Bien … bien - Levántate. Ordena con firmeza, se coloca frente a un altar cuajado de velas e inicia una oración - Padre amado, ayudada, permite que sea semilla de vida. - Madre santa auxíliala, que sienta el dolor de parto, que su alma se cuaje de llanto al ver crecer a la vida de sangre. Toma unas ramas de cruceta algunas llenas de espinas, voltea al rostro hacia la mujer que arrodilla espera - ¿Estas dispuesta a sentir dolor, a martirizarte? - Sí. - Estas dispuesta a llorar lagrimas de sangre y perder la libertad, ser prisionera de amor, encadenada igual que Maria madre casta al cordón de amor umbilical que ni la muerte corta. - Si, si, si, siempre será si. Inicia oración y cantos antiguos mientras baña a la mujer arrodillada a sus pies, suplicante. Fatigada Domitila, se sienta en una silla de mimbre multicolor. Descansa unos momentos su vejez se hace patente. Se aleja al sanjuán donde cuelgan las taparas, toma una llevándola a la joven toma una copa de noche al caer el crepúsculo y al amanecer antes de canto del gallo cuando la luna y el sol se crucen. Pasan los meses lentamente. Una mujer grita, gime, llora el dolor de se transforma la alegría. 34


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La sangre cubre el catre, un llanto rompe la luz del día. Nace una nueva vida…

EL BAÑO

El ladrido de los perros ensordecía la noche, un mutismo sepulcral se extendía a lo largo de la camino, solo unas débiles luces titilaban dejando percibir a través del la hendijas de madre cerradas a dos aldabones. El viejo Aníbal, alumbrado solo por una vela de sebo, contaba la historia del carretón. Siento que la sangre sube a mi sienes haciéndolas golpear en mis oídos, pero era incapaz de levantarme y alejarme, la voz creaba un red invisible que obligaba a escuchar atenta el relato. a mis siete años era fascinante las historias fantasmagóricas aquel viejo desdentado. La luna llena. Se hace cómplice y el mamón del patio, conspiraba. Al hacer Acelerar, nuestro pulso al silbar… el viento a través de la fantasía. Una sombra alagada irrumpe…hace gritar a los rapaces, al salir de sopetón de un recodo del sa Juan, era la abuela, el aroma del chocolate casero nos golpeo, con los pocillos de peltre cuarteado rebosantes de chocolate y una bandeja de cortaos. - Ay malaya viejo, estos se orinan esta noche. - Esa historia es verdad si se portan mal... hoy capaz la viste el duende esta noche. Dice el viejo Me mira, con la cara seria y señalándome con sus delgados dedos encorvados por el artritis y el pilón 35


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- Gumersinda, es contigo muchachita, traviesa, deja escapar una risita y pica el ojo al viejo Aníbal. - Pero, yo me porto bien abue…déjame dormir contigo, si, déjame. Enrollando los brazos alrededor del camisón medio luto de la anciana. - No mi pasita, negra, eso es embuste a ti te cuidad san Miguel Arcángel, dándole un beso sonoro en le cachete. Le tiende la taza de chocolate. - Mira viejo, termina ese cuento que ya va a llover. Acurrucados bajo la mantas, cuatros críos comparen el lecho y el temor, Marianita, se enrolla el rosario en el cuello y se tapa hasta la cabeza, Ana Maria toma el calendario con la imagen de la virgen del Carmen y oprime contra su pechos debajo del fondo… Azucena se arma con los misales de la abuela y mi me dejan las estampas del Nazareno. Después de un rato, en la casa no se escucha ningún sonido humano, el sonido del los truenos y el resplandor de la tormenta y el sonido de las ramas arrastrándose sobre las tejas rotas con las dantescas figuras que se arrastran en la oscuridad del patio reflejándose en la habitación logran… A la mañana siguiente, en el patio al lado de tambor de agua recogida del aguacero nocturno, cuatro niñas lloran de vergüenza, mientras se bañan y la anciana refunfuña, regándolas . - Se los dije,,, miren la gracia hediondas a miao , pero la culpa de ese viejo loco, deje que llegue me va oír. - ¡ Ay! abue… esta fría, mira a la pobre Azucena, estaba morada del frio 36


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- Silencio, miren que tienen que lavar los trapos orinaos y poder el colchón a secar y con esta lluvia … deje que venga el Aníbal me las va a pagar Despacio detrás de la puerta el anciano se escurre rápida y sigilosamente - Mejor me voy más vale un mes de hambre que una hora de regaños de Agustina, bendito sea Dios, achacarme a mí la culpa. si mis cuentos no son de espanto… son de risa.

MAL ECHADO El diente dorado brillo dentro de la boca de Carmen Aguilar, su delgada su mano sostenía un aromático tabaco el cual leía detenidamente, su cabeza enfundada en un pañuelo blanco oscilaba de un lado a otro de forma negativa. A su lado estaba Ambrosio, expectante sudaba mientras la mujer se dirigía al altar y se santiguaba de manera repetitiva. - Mira mijo, esto está más difícil de lo que yo pensaba - Pero ñá Carmen, que es lo que tengo - Es que te mandaron… la cosa a matar muchacho, eso te pasa por andar buscando... rejuntarse y calentarse en cama ajena sinvergüenza. - Eso, es una calumnia … La anciana toma un cordón trenzado en nudos y lanza un latigazo que cruza la espalda de muchacho - Ay, que pasa… - Eso es por embustero, la digna madre me informa todo y tu sipote del carrizo le calentaste el nido a don Gregorio… ese se las cobra, con cosas 37


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peores que la sangre. Quítate la camisa rapidito y también el pantalón me das el calzón, apúrate. A no el cazón no, Ud., como que me quiere fisgonea… mire que todavía esta dura, pero tiene la edad, de Matusalén. Otros latigazos cruza el pecho del hombre formando una cruz - Irrespetuoso una más y te dejo a tu muerto recostado, para que se te pudra tu vanidad y tu hombría, falta de respeto, insolente. El hombre suspira y se desviste, su virilidad esta de un color verde, su estomago lleno de pequeños bultos, purpúreos. La anciana, retrocede, se santigua asustada sus ojos como paraparas… saltan angustiados de la cara, cae, su boca pide perdón por el infeliz. - Niño, Dios, que en Jerusalén, jugaste, madre, divina que sus rodillas de infante besaste, Padre… omnipotente, que tu hijo en oveja entregaste, te pido por favor que de esta alma perdida, te compadezcas… - ¿Por qué lloras negra? . Me estas asustando, que pasa - Cállate, grita. - Arrodíllate y pide perdón. Lo rocía con una lluvia de aguardiente y plantas, baña la humanidad que se dobla del dolor, que le hace gritar. - Reza, ora, pide por tu alma muchacho… que te estás muriendo, en mis brazos. Un olor repugnante, inmunda la aposento, del estomago, rompiendo la piel estremecida de dolor, comienzan a salir gusanos ponzoñosos, del miembro 38


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un marchito salta, orine baña las extremidades del hechizado. Su cuerpo cansado cae, al piso cubierto de gusanos… muertos, voces llaman a la vieja, esta abre la puerta y llama. - Que entre la madre. Una figura, cruza el umbral trémula, sus manos tiemblan, mientras recorren el rostro pálido del desfallecido. - Tiene salvación, mientras aparta asqueada los inmundos, que mueren a sentir la luz del sol, su voz parece del más allá. - Si , lo trajeron a tiempo, ya la ponzoña salió, faltan varias consultas… pero le va costar recuperar la hombría, le recostaron uno difunto, que murió de mala forma , un miércoles santo. lo enterraron un viernes santo a las doce de la media noche. - Este trabajo esta peludo por un momento creí que me moría junto a él. Se acerca al altar y se arrodilla toma un tabaco lo mastica y lo enciende, lee. - Lo que me suponía, no puede salir del cuarto. llamen a don Cipriano, pa´ que me ayude, también a señor cura y al doctor Táparo. - Vamos a velar a este muchacho nueve días, nueve noches ay qué engañar a la peluda, que lo está arropando. - Que Dios ilumine mi facultad, la reina, guie mi espíritu porque lo que viene es candanga…

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COCHINITOS DEL RECUERDO Con la cara pegada al piso, respirando entrecortada, apretando ojos con fuerza pidiendo rogando no ser encontrada. - Carmenza, donde estas - Mira muchachita no te escondas - ¡Ah! Mira es mejor que vengas, sal… se me está calentando el entendimiento, muchacha del carrizo, la voz de doña Camila se hacía más aguda, más temible… Metidita en la profundidad de su escondite, debajo de la cama, con la oscuridad de aliada. Allí desde su la trinchera, envuelta con del cobertor rosa de flores descoloradas, que tomo del escaparate. Refunfuña con un una voz solo audible en su interior - Si ya Salí abuela, crea Ud. - De aquí no me muevo hasta que llegue el abuelito, - Abuelito, abuelito ven, reza - ¡Ay¡ doblando y cruzando las manetas extremidades, aguantando las ganas de orinar. No era más que una tripona de unos nueve años, con la cara delgada alagada, donde unos ojos grises claros, ocupaban la atención de todo el que la conocía. - No se par que tanto escándalo, solo fue un pelotazo, quien no aguanta un pelotazo - Bueno tengo que recoser que el señor Arnoldo, estaba muy molesto. cuando del pelotazo, cayó de cabeza dentro de la pocilga de los cochinos. - Carmenza, donde estas, mira mija, ven a pedir 40


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disculpas. Es Ana la madre rogando, al mirar la cólera de su progenitora. Sabe que cuestión de nada que la encuentren. - Abuelita, abuelita mami, la encontré, la encontré. Ve una cabeza redonda invadiendo su escondite, le lanza un zarpazo y lo toma del pelo con fuerza, es su hermano Benjamín. - Chismoso, mira que te es moño. Se convierten en un amasijo envuelto de gritos y mordiscos llantos, todos corre a la habitación a separa el dúo. - El empezó, el tuvo la culpa, no atajo la pelota - Eso, no es verdad ella, la lanzo mal la pelota, le dio al viejito, perdón a la señor. - A callar, ordena doña Camila - Primero a pedir perdón a Arnoldo, los dos par de pastusos, sinvergüenzas ale, ale muévanse. Salen al patio, encuentran al señor Arnoldo, sentado en una silla con una camisa y un pantalón del abuelo, sus largas piernas sobresalían una cuarta del pantalón y las mangas de la camisa le llegaban un poquito más abajo de los codos. Estaba tomando café, hablando con Ana la madre de los dos rapaces, la cual lavaba la ropa del gigantón, este calmado, al ver a los muchachos. Mueve la cabeza. - Si vergüenzas, ladinos…. Dice. - Par de demonios, me provoca molerlos a palos, como no me avisan para atrapar la pelota, no tenían… que hacerme doble play, para mandarme al banco, con la cochina recién parida… eso no se vale. 41


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Continua. - Comadre, tiene que darle un castigo, equitativo a ridícula humillación, pero tengo que recoser que ellos no solo tienen la culpa, los años me quitaron agudeza. - Bueno, rascándose la cabeza, la abuela piensa en el castigo - Y el abuelito cuando llega, pregunta Benjamín, juzgando… que también le sale castigo. - Papá, viene mañana. está vendiendo unos cochinos en la feria. Se miran los dos por el rabillo del ojo, los rapaces tomando cuentas que su bienhechor no estará para salvar la travesura. - Bueno ya lo tengo que limpien y laven el chiquero y los cochinitos así estaremos a la par. Dice el anciano. La abuela asienta Sentada aliñando el pernil, debo recoser que me divertí muchísimo lavando la pocilga, con la pelea de lodo acuático que Benjamín y yo tuvimos cuando cumplíamos el castigo, soltando una profunda carcajada. - ¡Mami¡ de que te ríes ¡mira¡ llego el tío Benjamín, dice que si te sirve ponche crema - ¡Mira! que recuerda este ¡cochinito¡ Benjamín … - Al viejo Arnoldo, ja, ja, ja…

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NI QUE LA FAJEN CHIQUITA - Mira Cosme, llego un carro negro. - Deja de espiara a la vecina Baudilia. - ¡Ay¡ viejo ya vienes con tu cantaleta, mientras arrugaba el ojo y miraba por la pequeña grieta de su ventana. - Mala… haya, no pude ver quien la trajo. Sentándose en la silla de mimbres rojo, que daba al televisor - Un día de estos te vas a meter en un buen jaleo, por entrometida, mujer dice don Cosme desde otro mueble, su cara morena delineaba un sonrisa irónica. - Yo entrometida, me estás diciendo chismosa. Solo velo por las buenas costumbres del vecindario, pertenezco al comité de vigilancia del vecindario. - Si como no comité de vigilancia comité COHACHAF es como decir … viejas habladoras , charlatanas, fisgonas y metidas jaaaaaaaaa - Eres un desconsiderado no te hago de comer esta noche, voy donde doña Gertrudis - Si a reunirte con el comité a chismear, te advierto te vas a meter en un lio, recógete mujer, la delgada figura sale rauda rumbo a la casa vecina, tal vez doña Gertrudis, si logro divisar algo desde su porche. Solo se veía el mover de las cortinas floreadas, más Sofía sabia que la señora Baudelia, espiaba todos sus movimientos. Suspira esas señoras se las traen de verdad. Mientras sacaba de las bolsas de papel el vestuario para la obra… suena el teléfono, la joven 43


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levanta el auricular y su voz suave responde. - Nos vemos esta tarde. - Claro tenemos que hablar. Cae la tarde un auto negro se estaciona al frente de la casa de Sofía, al rato se escuchan unos gritos airados, las ventanas se abren de par en par algunas cabezas salen al porche tratando oír más, un silencio se hace profundo cae la noche un apagón de luz se apodera de la cuadra. El conductor del carro sale con un bulto entre los brazos, la luna dibuja su silueta lleva un baúl lo arrastra por el jardín hasta meterlo con dificultad dentro del vehiculó, seis pares de ojos lo asechan a pesar de la oscuridad. Pasan los días las damas están más alborotadas que nunca - Ay doña Gertrudis ha visto a la Sofía - No doña Baudilia esa chica no da muestras de vida - Ay muchachas eso parece un crimen pasional, dice doña Inés. - Verdad que si pregunte por el apagón y me dijo Antonio el de la bodega que para él fue intencional. - Jesusita, la mujer de Bartolo, me dijo que esa muchacha a veces estaba toda morada que disimulaba con maquillaje. - Tenemos que poner la denuncia. - Yo tengo las placas y el modelo del carro. - Yo un dibujo del tipo. - Pues yo ya me comunique con el teniente Arias, para sondear el asunto. - Mañana bien temprano vamos aponer la denuncia. 44


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- Para dónde vas tan temprano Baudilia, pregunta Cosme con una taza de café a humeante en las manos. - Con las muchachas para la comisaria a realizar el deber ciudadano de denunciar un asesinato - ¡Que¡¿ que? tú estás loca, ahora si se te volaron los tapones que asesinato ni que asesinato. - Claro que si, tu escuchaste los gritos. - Pero tu todos lo días armas una gritería y no por eso yo te mato o te denuncian por maltrato al marido… - Ese apagón fue provocado… Si por Antonio que se estaba robando la luz dos veinte y por poco se chamusca viste como le quedo el copete todo rizado el mismo cuenta como se produjo el apagón. - Tu a todo le das la vuelta para hacerme quedar mal. - Ese tipo de la carro negro mato a esa muchachita a ese angelito de Dios, - Me voy se me hace tarde, las muchachas me esperan - Mira mujer lo que olvidaste, Ella voltea y el muestra una vieja escoba - Mira que tus hermanas de comité, llevan sus escobas voladoras y tú no puedes olvidar la tuya. - Desgraciado… En la comisaria un hombre con la cara seria oía al trió. - Señoras, no pueden poner una denuncia, así sin tener nada conciso - Como que nada conciso, le estamos diciendo que el tipo la mato 45


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- Es sus deber investigar - Vamos a actuar… hasta las últimas consecuencias, de aquí para un programa de radio. - Puede ser un asesino en serie Ud. Tiene que tomar cartas en el asunto - ¡Oh¡ tendré que hablar con su esposa… Dice Baudilia en tono muy suave pero gélido - Con mi esposa… que pito toca ella en este lio. - Bueno… yo sé de cierta señorita morenita, con los cabellos pintados de bermellón de unos veinte años secretaria de un tal doctor en obstetricia ..., dice Clotilde - Y de las visitas asiduas de cierto uniformado… a ese medico y de sus salidas a un centro nocturno llamado el nido rojo. replica Inés - Ella su señora, estará muy interesada en esa información. siendo la hija única, consentida del general Hernández Ud. dirá… - Bien señora una comisión ira al sitio al momento. Pasan los días, la policía diligente investiga, las señoras tienen al pueblo en jaque. Todos investigan o hablan del asesinato de la pobre Sofía… en la casa de esta, se encontró una silla caída y una mesa de vidrio partida, rastros de sangre… Un tiempo más posteriormente de haber realizado las exequias, sin cuerpo alguno, después de una sentida misa. Donde las tres matronas, en cuestión residen el pésame, Pues a vista pública eran las únicas familiares putativas de la pobre joven extinta. 46


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- Una caravana de carros policiales escoltan un carro negro, hasta la comisaria. - Todo el pueblo se arremolina a las afueras del lugar, Gritando justicia. Justiciaaaaaaaa. De repente sale una mujer joven, bella, llena de vida del interior del vehículo oscuro, es ¡Sofía¡ detrás de ella, una mujer alta, con el cabello cortado al rape masculino, seria, molesta, miraba a la gente furiosa. - Señores estoy ¡vivita¡ y ¡coleando¡ lo que paso fue que estaba ensayando junto a mi amiga Juana, señalando la joven a su lado. - Pues soy actriz de teatro. - En esta escena de la obra de teatro el retorno del Zorro alegre canta, ella interpreta al malvado comandante… - Esa noche, al irse la luz me caí, sobre la mesa, me rasguñe la mano, Juana monto mi maleta en el carro y yo me subí a la parte trasera, pues no íbamos de jira. - Como ya se han dado… cuenta las autoridades y comprobado ustedes. Continua. no es más que un gran chime - Creado por tres chismosas sin oficio. Dice el comandante Las miradas se vuelven contra las tres compañeras comunicativas por demás, estaban mudas. Las mimas hacen mutis. Días después. - Te lo dije, que recogieras la lengua. Ya no llores 47


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- Es que todos me miran feo, se ríen o se apartan de mi cuchicheando - Pues, que bueno, es un cucharada de tu propia medicina y ¿tu gurruñas? - Inés se muda con su hija a otro estado - Gertrudis, pidió traslado, de la escuela, a otra zona más alejada creo que al campo - Yo tú te la calas yo, ni me mudo, ni me cambio de empleo, eso te sirve de escarmiento, para así dejas de ser tan fisgona. Un carro se estaciona en la calzada Baudilia, se asoma a la rendija… - A no mujer, tú no tienes remedio. - me cansé me voy, no sea que termine chismeando contigo. - Como dice el dicho árbol que nace torcido ni que lo fajen chiquita, oh será que no se endereza, bueno que importa - Cállate hombre, que no me dejas concentrar. ¡aja¡ es una la señora Fanny como que vienen de hacer mercado ... trae una caja grande ¿que compraría? dentro de un rato le llevo un poquito de dulce de merey y me entero… - Cosme, ah, se fue. - Bueno mejor así llamar a Antonio, el bodeguero y le cuento él. Debe estar interesad pues la Fanny… le tiene… un mono grande en la bodega. Hablando sola marca el teléfono. - Pero bicho, como será la gente de mala paga, tiene real para comprar y no para pagar, cuando termine voy a buscar el dulce de merey.

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UNA RAZÓN El olor penetrante de cirios, inundaba la estrecha habitación, asfixiando a escuálida figura, hundida en oscuro rincón. El suave lamento de las letanías, era repetido como una canción hueca, sin sentido. Una sombra, emerge del rincón, el rostro fatigado, pálido, como la esperma, que llora, al calor de la llama ascendida. De los ojos ya no brotan lágrimas, estas se secaron cual manantial esta noche. Se acerca tambaleante, su delgada mano blanca, se aprieta formando un puño, el que alza al cielo, como rengando, lo deja caer en lánguida caricia. sobre el féretro blanco rodeado de trinitarias multicolores que acompañan al fruto de su vientre. Cae de rodillas, su llanto es agónico, no quiere consuelo, no quiere vida, solo añora sentir… aquella boca absorbiendo su pecho. Henchido a reventar de crema de vida, de amor, la fiebre la consume, el dolor la destroza. De repente, un palpitar de mariposas, roza su frente, levanta la vista, observa la tristeza. En un rostro, triste con trenzas largas, que parece una muñeca. Se levanta erguida, repone fuerzas, levanta en sus brazos a la niña, se abrazan fuertes, la pena continúa, pero hay que vivir en su brazos esta la razón para continuar.

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SOLO CANTABA Juana de Dios, caminaba erguida con la frente en alto camino al cerro, su rostro no denotaba fatiga es más su cara se veía risueña, feliz, mientras subía la pendiente inclinada del loma su cintura atraía mirada incrédula de los turistas. Era una mujer de unos quince años delgada cual moriche, sus pies descalzos sobre el polvo parecían flotar, sus manos cual garfios aferraban dos tobos llenos de agua, en su cabeza recogidas a la espalda dos clinejas largas. Caían hasta la cintura, cual mariposas en red atrapadas, los largos cabellos, azabaches de risos rebeldes. se ensortijaban destacando el mollete trapos en forma de corona sobre su testa, en la cual reposaba otro tobo, en tripleta perfecta, llena de equilibrio circense, perfecto, elegante, caminaba en pasarela humilde, sube la cuesta llega al hogar. Larecibeunespaciollenodefloresmulticolores, el olor de las asialias impregna el ambiente lleva su húmeda carga, hasta un tonel de metal, recubierto por cemento. Se estira el delicado cuello grita - Ay traje el agua taita, valla a buscar la leña mientras yo monto la olla para el caldo, mire que en la plaza esta full de peregrinos e interesados Un hombre, alto, delgado. Sale de la casa encalada, su cuerpo es arropado, por unos pantalones arremangados de kaki y camisa blanca. - Mire muchacha no le dije que no buscara agua, que yo bajaba con Mustafá y la traía… - A bueno es que Mustafá tiene que estar descansadito. Mire que son seis días de feria y el lleva la carga al pueblo, además de ayudarlo… a mover la 50


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piedra del trapiche de caña. - Está bien contigo nadie puede ganar eres igualita que tu mamá mirando al cielo, se santigua. que dios la haya absuelto. Rascándose la calva pregunta - ¿A ver Juana como está la plaza? ¿hay movimiento? - Claro taita, si le digo que hoy vendemos coitico. El jugo de caña, con este calorcito y la bendición de señor nos va muy bien. - Su compadre Toribio, le mando saludos. Me quería ayudar con las latas de agua, pero le dije que no - Pues hiso bien, ese lo que quiere es meter vista, el viejo verde ese. - Pero taita no empiece, mejor póngale la silla a Mustafá mientras yo cargo las tinajas y los cacharros en la carreta. El viejo vuelve jalando un pollino, marrón. - Vamos Mustafá, hay que trabajar. De interior de corredor cuajado de hechos y gardenias sale Juana engalanada con su vestido rosa dominguero, sus cabellos recogidos en dos coronas de trenzas, cual corales negros brillaban al sol una cállena purpura complementaba su sien.los pies cubiertos por alpargatas bordadas de canutillos mostacillas, remataba en lindo marco, la fresca belleza de muchacha - Mira muchacha mejor te quedas. Ya me miro peleando y hasta preso por estarte cuidando. - Ay mija mirando a la distancia por que te fuiste, tenias que quedarte a cuidar a esta criatura… - A no taita, no empiece, mi madrina me 51


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cuida… - Jum … que te va cuidar si la Amparito, ya está llena del Cornelio … bien bueno que la cuido… del muy condenado. - Mira, yo me llevo la panda y mucho cuidado con lo que haces, porque la pelo. - Ay viejito que vas a estar pelando, primero te mochas el brazo. - Ni te creas … Llegan la plaza llena de colorines, los niños juega algunos comen cotufas acarameladas o palitos de algodón azucarado. El anciano descarga los pertrechos mientras instala el trapiche, juna invita a comprar la delicada bebida y las tinajas de barro. - Compre señor aquí su calme su sed, con agua de miel , coqueta a los mozos… sonreía - También tenemos tinajas, vasos, ollas, platos… bien cocidos, lindos, decorados… garantizados. No tarda en formarse una pequeña multitud de galanes atraídos por la vos del Cristo fue. El viejo toma se rasca la pelona. - ¡Por mi dios¡ que voy hacer… esta muchacha trae a los abejorros como a la miel. Divisas al padre Agapito, le hace señas para llamarlo. - ¡Ay¡ padrecito por vida suya, llévesela para la misa… - Vamos Juana de Dios… ven conmigo a arreglar la capilla, ustedes, descaros tómense un trago de jugo … que sofocón - tu viejo hazte a la idea… se enamorara. pues yo tengo ni pinta de nana, a pesar de las faldas sacudiéndose la sotana, tomándola por el brazo. - -Ud. señorita deje de ser tan coquetea 52


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Yo solo cantaba Si como no, solo cantaba

UNO MÁS - Que no te lavo más un calzón me dijo la comadre Anacleta, me lo dijo clarito… no me parteaba más… Era Columba martinez, pelando con su marido Teodoro Guzmán. - Mira mi negrita, eso no importa tu no me puedes hacer eso, mira que me busco otra… después ni llores. - Que te buscas otra pues será la mula, pues toditas te tienen miedo, solo yo soy la valiente ni de broma no quiero otra barriga la vieja Anacleta … - Pero no te hace falta la patera a Serafín lo pariste tu solita. - Bueno desgraciado como fuiste tú… - Con Bernabé y Carlitos yo te ayude. - Mira viejo, estoy cansada es que no te das cuenta que si seguimos así seremos los padres de todos los chicos de la escuela. - Tu siempre tan exagerada - Pero Si mi negrita… esos tripones son alegrías, bendiciones, mil satisfacciones, un millón risas! Somos ricos ¡en amor mi vieja. - Ella sonríe, así es mi viejito, ven vamos a tomarnos un café. Mientras delega funciones en las caras jóvenes - Bernabé trae agua del pozo para un cafecito. - Serafín, límpiale los mocos Agustina. 53


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- José, ayude a Clotilde a barrer el patio. Se esconde la luna sonríe el sol, sobre las topias una olla burbujea espesando los quinchonchos frescos, a su lado tendido el budare de barro con veinte arepas. El olor del café penetra la estancia. Columba riega el piso para asentar el polvo, con la larga escoba de mote, espanta al perro flojo echado debajo de mesa, de un manotazo derriba a la gallina poncha echada en esta. Suena la puerta, justo cuando el gallo da su primer canto mañanero. - ¡Aja¡ esto si huele sabroso caracha, abandone el chiquero, olfateando. por ese fragancia… que hambre tengo. - Deja eso, dándole por la mano. me trajiste los huevos - Claro mi santa están allá señalando un recodo del fogón. Están con el cántaro de leche recién ordeñada como landa la reina, inclinándose ante ella. - Zalamero, mientras le sonríe, acaricia la barriga inflada de su sexto embarazo. ! Ay ¡viejito estos como que también son morochos como los otros, será que nosotros no somos normales cinco parida todos morochos. - Pues claro que no somos normales somos benditos por dios... no llena de fortuna, de alegría cálmese mi negra que este loma aguanta y Ud. es una gran mamá, la mejor del mundo, echaremos a los muchachos adelante, no se me asuste. - Mira que susto ni que susto. después de este te pongo a dieta a dormir con los muchachos y como te me dice la comadre ni te lavo los interiores. - Me busco otro consuelo. 54


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- Ni loca que estuvieran, saben que la lotería se la sacan completa, puros morochos. - Mira mi negrita, ni que dejes, ni que mandes a dormir con el perro o el caballo en el patio yo te engaño Ud. es mi reinita, abrazándola que bonita se ve amada con barriguita. - Enamorado, levanta los muchachos. para que se desayunen tus los alistas y para la escuela. Viejo, viejo llama, desde la cocina Columba, rompí fuente, mostrando las pierna mojadas a sus plantas un charco de agua amarilla es depositada desde las entrañas. Una niña como de diez años sale corriendo del interior de una habitación - Luisito párate, grita, párate… morocho ve llamar a doña Anacleta. A leco tendido dice josefina Un jovencito de unos trece años. Es Joaquín, Con su voz ronca, voy a buscar leña, papá dígale a pancho, que cuide Lisandro y Martita, mire. Que se pueden caer de la hamaca, su doble hace entrada en sus brazos trae una niña de dos años. - Mira, pajarito enseñándole a la radiante negrita, la ataje en el aire. En la espada llevaba a un niño, que lo ahorcaba del cuello con los bracitos tratando de agarrar los cabellos de su hermana. - Ale…ale todos a sus lugares a dar gracia a dios, nos viene otra bendición. ale a trabajar ayudar a mami. - Bendito sea Cristo y su corona de espina… - Negro desgraciado. A mí no me abrace sinvergüenza, pobre comadrita tripones esa si es una Azaña. - Comadre le dije que bote, ese negro 55


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cómprele… una mula. - Por dios hablen con el boticario, que les prepare algo. Por DIOS no paran más Se esconde el sol sonríe la luna. Sentada en su mecedora Columba habla con su Anacleta. - Mire comadre, calle a los críos por dios esta es una tribu, un enjambre de una desena muchachos de distintas edades rodean la mesa donde una torta grande decorada de blanco es la gran anfitriona. - Deje de pelear con ello comadre, son mis bendiciones. Verdad mi viejito mirando al cielo, cuánta razón tenias somos ricos. - A no comadre, le voy a decir a los muchachos que esta hablando de nuevo con el difunto. - Que difunto, ni que difunto el está vivo en mi corazón en cada uno de nuestros veinticuatro muchachos en esa algarabía de nietos y bisnietos, Ud. Mejor que nadie sabe que es así. Por eso la adoptamos. - Claro mi hermana del alma. Yo que solo tuve uno, esta esperándome allá. con compadre Teodoro Guzmán, que me lo cuida, que buen marido el suyo comadre, buen padre, fiel esposo. Bueno a ser de verdad a las mujeres de la zona le daba miedo hasta darle la mano. - Si va seguir jorobando me lo dice para irme a dormir… - Peleando de nuevo. dice Luisito acercándose las canas cubren sus sienes. trae dos platos colmados de dulce, aquí le traigo a mis reinitas extendiendo el plato. - Este me salió al taita, zalamero y pico de oro. 56


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- Ay viejita quien no es pico de oro con una reina bella como Ud. - Cuantas bendiciones viejito. Son alegrías, bendiciones, mil satisfacciones, un millón risas! Somos ricos ¡en amor mi viejo, somos ricos.rie mirando al cielo, mira espérame viejito no tardo, mucho cuidado con sonsacar a una angelita. Se le escapa en voz alta - Ni que las angelitas sean bobas, comadre a ver si le pone una barriga de tripones y la botan del cielo con todo y alo. - A no le dije que me marchaba adormir si seguía. - No pelen más muchachitas, Joaquín vamos a sacar a bailar a estas bellas damas.

PERDIDA “Corriendo en la distancia” presentía su llegada y en ese momento un grito rompe el silencio. - Quítate muchacho ahí viene el tren. El tripón de ojos agua rapados, con los pies llenos de lodo y su cuerpo menudo, que jugaba ingenuo. En las vías enmontonadas que desde tiempo infinito perdido pasado; ya no corría el tren. Levanta la vista de su tierno solaz y mira a la mujer que le grita desesperada. Es, Solo la loca del pueblo, que en su mente febril, alucinante la cual… se perdió en la memoria de épocas pasadas y todavía ve y siente correr el tren en la distancia.

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ESTAMPAS

¡Imponente! Al frente de las voces mudas con la mirada diáfana, estaba él, tal vez recordando a su amada... Y allí con sus verdugos al frente; débil ante la muerte, fuerte en valor. Y ellos trémulos expectantes ante el hecho por consumar. … Suena el clarín, rompe el silencio el grito de la bala. Que rompe su cuerpo pero que no mata su estampa, el no murió recorre las calles, el tiempo no mato su historia la se escribió con su sangre. Luto justo Historial Asares Destino…que invitan a lucha Flores de la eternidad Cual solfearos de vida Expiración en manos, que rompen leyes… Divinas… oh del mortal Desierto, en inquiere de gloria, de la ignominia. Que juzga el futuro. Que cartabón entre surcos teñidos… tú historia Justicia al reo Entereza a la historia Justicia a tu muerte, a tu vida A tus luchas. Dedicados a Matías Salazar

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TIEMPOS DE ANGUSTIA El pasillo estaba atestado, las camillas amontonadas una al lado de otras, los vestidos de blanco corrían de una esquina a la otra. Un nuevo replique, cruzo el piso haciendo temblar las columnas de la pared, ruedan la piso cantaras de agua, personas llenas el pánico se hizo presente, un rumor profundo se escucha confundiéndose con los gritos de alarma y llantos histéricos. Samuel abraza con fuerza el cuerpo de su madre, sacando una fuerza desconocida sale a la calle, es más segura. Mira a su alrededor el caos esta por doquier, la muerte es la vecina más cercana, coloca con amoroso cuidado su carga, llora sabe que no la oirá jamás, su voz se apago, como la de muchos otros… Siente una mano que toca su espalda, al voltear ve a una niña no más de diez años, sus ojos están desbordados perdidos, de su cien brota un río rojo, su pequeño cuerpo cae a su lado. ! Solo tiene doce años, cargados de miedo. Mira a su madre que yace muerta a un lado del camino, Esta Desguarnecido, cercado por la desolación, el desamparo… Se repone levanta a la niña, rompe parte de los harapos de su camisa y comienza a curar la herida. Una mujer vestido blanco manchado de polvo, llega hasta el indicándole como curar a la pequeña, la calle se va poblando de dolor, unos heridos, otros asustados, pero todos unidos se dan la mano Se oye a lo lejos cantos de sirena, la brisa levanta polvaredas solamente queda rezar, para que la tierra molesta se calme y deje de temblar. 59


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ROSA Y MALVA

Con la visión nublada por las espesas nubes que se arremolinaban a su alrededor, trataba de observar la escena que se estaba efectuando millas distante de ella. Un cuerpo inerte en la mecedora, con un libro aferrado en la diestra, encerrando una vieja historia de amor. El rostro color serpia, regido mudo. Arrodillado, a lado de la inmóvil figura, silencioso, gemía, el compañero de alegrías de penurias, estaba enojado, triste, una lagrima taciturna se escapo recorriendo la ruta intransitable de arrugas hasta depositarse en la boca dejando un sabor amago de perdida. Solo, en la profunda tristeza que embargaba su espíritu lo inunda. Besaba la marchita frente, acariciaba las manos heladas, besaba los labios blancos cual lirios perdidos desojados. El eco de voces que se acercan, lo levantan y lo apartan, se emprende el teatro, una de las últimas escenas de acto, los gritos desgarrados inundan el ambiente ahogando la dicha. Se inicia el acto final, la última voluntad se perderá. Entablan la pugna. El deseo se cumplirá a medias. El anciano gime, al ver que la pequeña caja de madera insignificante que alberga a la consorte, la novia. Mira como se pelean el frágil sepulcro donde reposan la vida, el sueño, la alegría su vida.... Su dolor se hace agonía, mira espanto, como los originarios de ella de él, abren la bóveda rompen 60


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el sueño saquean y dividen cual piratas la cenizas. Se dividen los delfines, Desde lo lejos un ojos entre nubes llora, quería estar entre las rosas de jardín esperando a el, para unirse en eternidad dando color a las rosas, las violetas y a la malvas su lagrimas se convierten en suave gotas de roció uniéndose a las lagrimas del triste caballero, cuando pide perdón al regar las pocas cenizas que rescato del saqueo. Siente un beso suave que se posa en la frente, levantando la vista, la presiente sofríe lleva la urna al rosal a los pies de este una malva florea.

ENTRE CIELO Y MAR LA LUZ SOL Y LA LUNA De repente vio asombrada, como la gata, dormitaba cobijada por las patas robustas de canela, el can… Lamia a mimosa, como si fuera su cachorrita y la mota blanca de repente… comenzó a sorber de la tetas del la vestía, como si fuera su creadora Mi boca se abrió y creo que hasta saliva de tonta salió por el túnel de mis labios, una inmensa ternura abarco mi interior, Dios que bella estampa. - Sierre la boca mi hija, me dice el viejo, tiznao - Pero yo, calle y mostré a la pareja impar - Ah eso no es nada la canela mal pario, y unos desgraciados botaron a los gatos en el rio, ella los rescato y los crio como nos a costado regalar la camada ya están grandecitos, solo le queda esta pelusa blanca, mire Ud. - Se le acerca y trata de acariciar a la gata, mas la 61


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madre se engrifa y un gruñido escapa de su garganta - Piensa que se la quitaremos como a los otro para donde ella va la sigue la gata y si no ella se la lleva, vea Ud., señor. - Sale canela, pal patio, sale grita el viejo - La perra se levanta y se aleja, mas vuelve la mirada y al ver que la gata adormilada se queda acachada se devuelve y la toma con su hocico y se la lleva. - No la lastima - No esos colmillos solo acarician a esa gata ladina. - A Ud., si se la comería. - Bueno a lo que vine, mire Ud. el caso del ese niño… crispando el rostro. - A su nieto. - Bueno yo no sé si mi nieto… haciendo una pausa corta la frase, Ud. No está informado mi hijo... - Si su hijo, la ataja el anciano, el muy descarado me preño a la muchacha y ahora escurre el bulto - El dice que no es suyo… - Sí, que no es de él, eso dice el desgraciado, mire allá está el cielo ,mostrando el firmamento y volviéndose muestra y dice allá está la mar- y entre ellos se trata de esconder la verdad, pero seño, la luz del sol y la luna siempre alumbran y grita la realidad. - Cuanto quiere, por dejar a mi … - Cállese, no ofenda - Mire señora, a mi no eche cuentos, Yo sé de corazones, Y el nuestro es como el de la perra canela, puro limpio… el de los suyos es como el los desgraciados que botaron a los gatitos, vallase que la luz del sol o de la luna … dirá la Verdad. 62


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La mujer delgada, lo mira con desprecio a través de sus ojos color cielo, su rubia melena es mecida por la briza, de repente el sonido de una sonaja y un paso titubeante llama su atención. Un angelito rubio camina a tientas hasta los brazos del anciano, este lo alza, los contrastes son evidentes la piel sonrosada como algodón de azúcar y el chocolate amargo de los brazos de tiznao. Una lagrima es contenida por la dama, ve en pequeño su reflejo el de su extirpe, el viejo se levanta, - Salga señora no sea que mis dientes la destrocen como haría canela si le quitan su cría Esta mira a la pareja - Me lo pre.. mata las palabras, se da vuelta y sale , más puede el prejuicio se retira. Camina hasta el recodo donde la espera un carro negro de vidrios ahumados. - Viste mamá que me quieren montar en una celada - Cállate, si es tu reflejo - Hay ya caite en la trampa de estos - No esto es un episodio pasado - Qué bueno, Mañana nos mudamos y lo pasado pasado - Tú te casa bien casado, pero su mirada se dirige al porche sombreado de uvas de playa, donde su reflejos quedo grabado. Frente al vehículo una gata corre tras su madre la perra canela

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MITO Y O NO ¡ELLA SE LO COMIÓ! Se relamía solo de pensar en el sabor del cuero en su boca. Era Dulce Figueroa, barrigona de ocho y tantos meses, miraba sin ver el tambor de cumaco del negro Saúl… - Ah… pasándose la lengua por los carnosos y juveniles labios, como desceba masticar ese cuero, era un deseo irrefrenable, su vástago se retorcía como boxeador dentro del vientre materno. - Yo no sé cómo va Ud. a ser pero me consigue… tengo un antojo gimoteando Eufrasio su marido se rasca la cabeza pelona, moviendo como molinete reflejando el sol sobre la calva - Pero mujer ese en el capricho mas grande que se ha visto, te quieres engullir el cuero del tambor, estas chifa, capaz que me malogres la cría… mira mejor te comes un sancochito de … - De cuero y no te atrevas a contradecirme, imagínate al negrito benboncito como tú, calvito y con la boca abierta, le grita a la grita … abierta, por no cumplirme el antojo. - Pero mujer se cuerda si el viejo Samuel se da cuenta de lo que quieres hacer lo mas probable es que me de una zurra. - Pues que te la de, yo quiero ese bicho. Supera profundo ya lo huelo guisadito con papitas y arroz, rico, anda no sea malo consíguelo… - Que no mujer está mal. - Mira haya viene la vieja azucena con tu mama y mi abuela, vamos a preguntarle. Se acercan a la pareja tres mujeres ataviadas con bellos vestidos multicolores. 64


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- Hola mis par de tortolos como esta en premio gordo, seguro que es varón, dice la abuela pancha, sonriendo. - Claro que es machito mi primer nieto, caracha expone doña julia, abrazando a su hijos este la acaricia desde su altura. - Ya le hice la prueba del huevo en agua, esta mañana, bien tempranito la tengo debajo de la cama cuando de la hora del santo hoy día de san Juan, é sabremos si es varoncito. Pero tiene barriga de macho, la muchacha esta rozagante, la barriga de hebra marchita, dice la comadrona azucena con la boca desdentada clocando su tabaco de nuevo en la boca con la candela para dentro. - Miren verdad que si cuando uno está en espera y se tiene un antojito , el muchacho sale boca abierta. - Pues claro que si, mija eso es verídico, y tu muchacho del carrizo me le cumples el deseo a la muchacha mi nietecito no será un boca abierta, pellizcando el brazo del hijo con fuerza. - Así es, si mi bisnieto me sale tarado la culpa es tuya… - Mira mijo te acuerdas de Sinforiano el niño de doña Cleta la del botiquín - Si… el bobito - Bueno ese nació así porque el marido no dejo que zamuro en salsa y mira quien pago las consecuencias el podre muchachito bobo… - Buenos nos vamos y ya sebes cúmplele o compra muchos baberos… Comienza a caer un palo de agua, empapa a los bailadores de san Juan estos perdidos en su alegría ni 65


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lo sienten, retumban los cueros… danzan los cuerpos con la fuerza indómita de los siglos de tradición, el negro el indio el blanco rico o pobres se funden en el mar de creencias - Mejor nos vamos tú no estás para estos trotes, retirándose a su casa. Llega la oscuridad, Eufrasio acostado a lado de su mujer, en la cama, entre sueños ve a su hijo, morenito lindo, de repente el dulce sueño se transforma en pesadilla su hijo no solo es calvo, tiene cara de laño… con los ojos viscos la boca abierta y babeando… se levanta de un salto sale. La oscuridad es su aliada se escurre por la calle, los patio, los perros ladran endiabladamente, se santigua y toma la decisión. - Al amanecer Dulce Figueroa, ríe risueña saboreando una sopa … horrorosa - Mientras cuadras atrás el viejo Saúl… arma un escándalo pues le mutilaron el presido instrumento.

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Índice general

INTELIGENCIA OCULTA

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ARCO IRIS IRREAL UNO DOS TRES QUIEN SERÁ EL MUERTO UN DULCE DE PASO EL PACTO EL AHORCADO MATRONA EL BAÑO MAL ECHADO COCHINITOS DEL RECUERDO NI QUE LA FAJEN CHIQUITA UNA RAZÓN SOLO CANTABA UNO MÁS PERDIDA ESTAMPAS TIEMPOS DE ANGUSTIA

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19 22 25 30 33 35 37 40 42 49 50 53 57 58 59


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ROSA Y MALVA

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ENTRE CIELO Y MAR LA LUZ SOL Y LA LUNA

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MITO Y O NO ยกELLA SE LO COMIร !

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Ediciรณn Digital Abril 2020 Sistema de Editoriales Regionales - SER Cojedes - Venezuela


Colección: LITERATURA Serie: Cuento

Jakaras en el Arca Sueños de Nunca Jamás

Nos sumerge en este mundo de cuentos que nos van trasladando a cada escenario donde los sueños del nunca jamas pueden jugar en nuestra mente.

S istema de E ditoriales R egionales

Cojedes

María Georgina Natera (Aragua - Venezuela, 1961) Docente, Artesana, escritora, residenciada en este pueblo llanero hace mas de 27 años, nos presenta este libro cargado de emoción e ingenio, que nos traslada a ese mundo de sueños del nunca jamas, como ella misma lo titula.


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