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Viernes, 7 de noviembre de 2014
AĂąo 2014 ÂŚ NÂş 188
Desarrollo equitativo y sostenible en Ecuador Rafael Correa no se anduvo con rodeos. El desarrollo es un proceso polĂtico y no XQD HFXDFLyQ WpFQLFD DÂąUPy en la conferencia que dictĂł en la CĂĄtedra RaĂşl Prebisch \ VH UHÂąULy D ORV HVIXHU]RV UHDOL]DGRV HQ (FXDGRU HO SDtV ODWLQRDPHULFDQR TXH PiV UHGXFH OD GHVLJXDOGDG SDUD FRQVWUXLU XQ PRGHOR de desarrollo equitativo \ VRVWHQLEOH 3iJ
Dilma Rousseff 2 y el gran desafĂo: conjurar la maldiciĂłn econĂłmica Fernando Cardim de Carvalho*
C
omo sucede en las reelecciones, no va a existir “luna de mielâ€? para el gobierno que comenzarĂĄ el 1 de enero de 2015 en Brasil. Dilma Rousseff encara una difĂcil situaciĂłn. La economĂa estĂĄ en un punto muerto y las perspectivas para el aĂąo prĂłximo no son mejores. /D LQÂłDFLyQ GXUDQWH OD SULPHUD DGministraciĂłn de Rousseff (2011-2015) ha estado casi siempre por encima del techo GH SRU FLHQWR ²MDGR SRU VX SURSLR gobierno y las estimaciones para el 2015 no prevĂŠn una reducciĂłn. La posiciĂłn de la balanza de pagos muestra un elevado Gp²FLW HQ ODV WUDQVDFFLRQHV FRUULHQWHV \ marcada dependencia del sector externo. Los grandes programas de inclusiĂłn social que tuvieron un ĂŠxito notable en el pasado reciente, estĂĄn exigiendo una remodelaciĂłn. Finalmente, durante la campaĂąa electoral estallĂł un escĂĄndalo sobre casos de corrupciĂłn en la administraciĂłn y en empresas estatales, incluida Petrobras. En
HVWH SODQR VH DJXDUGD XQD UiSLGD \ ²UPH reacciĂłn del gobierno. Esto no tiene una relaciĂłn directa con otro tipo de problemas, los vinculados con la formaciĂłn de gobiernos que, en el sistema polĂtico brasileĂąo, requiere el armado de coaliciones con partidos polĂticos que estĂĄn mĂĄs interesados en el regateo que en debates sobre principios o programas gubernamentales. Debe quedar claro que la situaciĂłn actual de Brasil es problemĂĄtica en algunos IUHQWHV SHUR HQ PRGR DOJXQR FDWDVWUy²FD como la oposiciĂłn ha querido infundir durante la campaĂąa electoral. El cuadro es menos sombrĂo, por ejemplo, que en Europa occidental, donde hay varios paĂses con las economĂas devastadas por una irracional adherencia a la polĂtica de austeridad impuesta por un grupo de gobiernos guiados por Alemania. Pero tampoco se trata de problemas que el nuevo gobierno pueda tomar a la ligera. El primer desafĂo econĂłmico que Rousseff deberĂĄ enfrentar es la llamada “maldiciĂłnâ€? que Brasil soporta desde que, hace veinte aĂąos, se consiguiĂł controlar OD LQÂłDFLyQ (O 3ODQ 5HDO LQWURGXFLGR HQ 1994, apuntaba a abaratar los bienes de consumo a travĂŠs de las importaciones, con
la liberalizaciĂłn del comercio exterior y la revaluaciĂłn de la nueva moneda nacional, precisamente el real. Para revaluar el real era necesario atraer capitales extranjeros, lo que a su vez exigĂa el sostenimiento de altos tipos de interĂŠs, en niveles superiores a los que pagan otros paĂses. Las tasas de interĂŠs elevadas eran tambiĂŠn necesarias para el control de la demanda interna. Pero esta medida y la revalorizaciĂłn del real redujeron la competitividad de los productos nacionales, particularmente en el sector manufacturero, que es muy sensible a las variaciones de las paridades monetarias. El resultado es que la economĂa brasileĂąa ha vivido en vaivenes durante el Ăşltimo veinteno, alternando perĂodos en los que la devaluaciĂłn del tipo de cambio permitiĂł alguna expansiĂłn industrial a
&RPR OD UHFXSHUDFLyQ OOHYDUi WLHPSR 5RXVVHII GHEH KDOODU OD PDQHUD GH SURPRYHU HO FUHFLPLHQWR HFRQyPLFR VLQ LQFHQWLYDU OD LQ²DFLyQ QL DFUHFHQWDU la vulnerabilidad externa.
FRVWR GH DFHOHUDU OD LQÂłDFLyQ VHJXLGRV GH XQ FRQWURO LQÂłDFLRQDULR TXH GHSULPtD el sector industrial. Fernando Henrique Cardoso fue prisionero de este dilema, como lo fueron su sucesor Lula da Silva y Dilma Rousseff durante su primer mandato, cuando tuvo el mĂŠrito de plantear claramente que Brasil GHEH GHVPRQWDU OD WUDPSD DQWLLQÂłDFLRQDria, aunque no logrĂł avanzar en esa meta. Ahora, con la economĂa internacional debilitada y la previsiĂłn de que la recuperaciĂłn llevarĂĄ tiempo, Rousseff debe hallar la manera de promover el crecimiento sin LQFHQWLYDU OD LQÂłDFLyQ \ DFUHFHQWDU OD YXOnerabilidad externa. Es decir, sin aumentar el volumen de las importaciones mientras las exportaciones declinan. $GHPiV FRQWHQHU OD LQÂłDFLyQ HV QHcesario porque los pueblos tienen buena memoria. AsĂ como los alemanes aĂşn conVHUYDQ HO PDO UHFXHUGR GH OD KLSHULQÂłDFLyQ de hace casi un siglo, los brasileĂąos no se olvidan de cuĂĄn difĂcil fue la vida con un tQGLFH GH LQÂłDFLyQ GH GRV GtJLWRV SRU PHV Aunque se estĂĄ lejos de repetir esa experiencia, los brasileĂąos estĂĄn atentos ante cualquier seĂąal de que el gobierno pudiera descuidar el control del alza de los precios. Por otra parte, tres aĂąos seguidos
FRQ SRU FLHQWR GH LQÂłDFLyQ DQXDO LPSOLFDQ XQD VLJQL²FDWLYD SpUGLGD GH SRGHU adquisitivo para quienes tienen salarios que no son adecuadamente actualizados. Por Ăşltimo, el gran ĂŠxito de los tres gobiernos sucesivos del Partido de los Trabajadores, sus programas sociales y de redistribuciĂłn de ingresos, necesitan ser renovados. En setiembre, la FAO anunciĂł que en Brasil el hambre ha dejado de ser un problema. Es sin duda una Ăłptima noticia, pero tambiĂŠn implica que hay que diseĂąar nuevas polĂticas sociales con objetivos mĂĄs elevados. Concretamente, se trata de mejorar la calidad de vida de la poblaciĂłn que fue sacada de la pobreza por los programas precedentes. La creaciĂłn de empleos, la educaciĂłn y la ampliaciĂłn del sistema sanitario son tareas mĂĄs arduas que la reducciĂłn de la extrema pobreza mediante becas y subsidios. Para cualquier polĂtico se trata de grandes desafĂos, pero lo son en particular para un gobernante reelecto, precisamente, para resolverlos. Los ciudadanos brasileĂąos estĂĄn impacientes por ver cĂłmo Rousseff los afrontarĂĄ. * Economista, profesor de la Universidad Federal de RĂo de Janeiro.