Una antología de historias que celebran la diversidad del colectivo lgbtiq+ del mundo, a través de la mirada de fotógrafos, escritores y artistas visuales, quienes con su talento narran lo que nos hace tan humanos como cualquier persona, el amor, el deseo, y las ganas de dejar una huella en la historia de nuestro paso por la tierra. No hemos sido, no somos y no seremos, jamás invisibles.
IMPULSE.
Una antología de historias que celebran la diversidad del colectivo lgbtiq+ del mundo, a través de la mirada de fotógrafos, escritores y artistas visuales, quienes con su talento narran lo que nos hace tan humanos como cualquier persona, el amor, el deseo, y las ganas de dejar una huella en la historia de nuestro paso por la tierra. No hemos sido, no somos y no seremos, jamás invisibles.
IMPULSE.
Una antología de historias que celebran la diversidad del colectivo lgbtiq+ del mundo, a través de la mirada de fotógrafos, escritores y artistas visuales, quienes con su talento narran lo que nos hace tan humanos como cualquier persona, el amor, el deseo, y las ganas de dejar una huella en la historia de nuestro paso por la tierra. No hemos sido, no somos y no seremos, jamás invisibles.
IMPULSE.
Una antología de historias que celebran la diversidad del colectivo lgbtiq+ del mundo, a través de la mirada de fotógrafos, escritores y artistas visuales, quienes con su talento narran lo que nos hace tan humanos como cualquier persona, el amor, el deseo, y las ganas de dejar una huella en la historia de nuestro paso por la tierra. No hemos sido, no somos y no seremos, jamás invisibles.
IMPULSE.
Una antología de historias que celebran la diversidad del colectivo lgbtiq+ del mundo, a través de la mirada de fotógrafos, escritores y artistas visuales, quienes con su talento narran lo que nos hace tan humanos como cualquier persona, el amor, el deseo, y las ganas de dejar una huella en la historia de nuestro paso por la tierra. No hemos sido, no somos y no seremos, jamás invisibles.
IMPULSE.
PRIDE BOOK / VOL. 3 / 2023
Editor General
Hector Peñúñuri García @holapenu
Diseño Editorial
Keno Cordero @kencord
Impulse Cdmx
Héctor Peñúñuri García
Presidente
Mario Bustamante Tejeda
Vice Presidente
Rodrigo Bonfil Dominguez
Director De Marketing
Alan Villalobos Rodríguez
Director De Eventos
Viktor Martínez Lira
Director De Abogacía
Leonardo Tapia
Director De Operaciones
Alejandro Reyes
Director IMPULSE LATAM
Voluntarios
Alberto Rosales
Leonardo Tapia
Guillermo Luna
Juan D. Zuluaga
Federico Valdés
Mick Morteo
Aldo Alcantara
Eduardo Ayala
Marco T. Devars
Corrección de Estilo
Yolanda García Valencia
Fotógrafos
Luis De La Luz (México)
David Suárez (Colombia)
Ahmad Naser Eldein (Canadá)
Florian Hetz (Alemania)
Abel Anaya (México)
Pedro Lollett (Venezuela)
Misael Belt (Colombia)
Taleen Dersdepanian (México)
Carlos Ruizc (México)
Victor Luque (Alemania)
Iván Aguirre (México)
Jesus Soto Fuentes (Venezuela)
Tiziano Nardella (Italia)
Mario Aragón (México)
Escritores
Dave Brennan
Angel Indetectable
Santi Shibari
Tiziano Nardella
Producción General Dapper Maker @Dappermaker_
AÑOS
Fue un 06 de abril del 2013 cuando Impulse Group anunciaba su llegada a la Ciudad de México. Sucedió en un momento en el que el VIH había dejado de ser un tema relevante entre los hombres gays y queers de nuestra ciudad y nuestro país, tal vez consecuencia del hartazgo de tanto escuchar sobre el tema de maneras siempre desinformadas y estigmatizantes. En un momento en el cual la detección oportuna y el acceso al medicamento de forma gratuita ya eran una realidad, pero a causa de la falta de información asertiva hacia nuestra comunidad y el estigma que existía, preferíamos ignorar el tema y ver al VIH como algo lejano a nuestros espacios y a nuestros círculos sociales, y justo esa fue la primera lección que aprendimos, el VIH estaba mucho más cerca de lo que pensábamos y de lo que en ese momento podíamos ver.
En ese entonces no sabíamos la responsabilidad que estábamos adquiriendo con nuestra comunidad, ni la falta que hacía un grupo como Impulse, que se enfocara a comunicar de forma asertiva y a hablar entre pares sobre todas las problemáticas que nos atraviesa como hombres gays y queers.
Este 2023, a diez años de ese momento, hemos logrado convertirnos en un referente dentro de la comunidad LGBTIQ+ de nuestra ciudad y nuestro país en cuanto a la producción de campañas innovadoras, contenidos audiovisuales, así como la organización de eventos sociales y culturales. Hemos construido una importante red entre medios de comunicación, líderes de opinión, empresas y organizaciones de la sociedad civil, que nos han permitido compartir mucha información importante. Hoy en día existen creadores de contenido en redes sociales con miles de seguidores que, inspirados en nuestra labor, han decidido ser visibles y compartir con orgullo que viven con VIH, convirtiéndose en guías y referentes para las nuevas generaciones. Sabemos que aún falta mucho para que se logren eliminar todos los estigmas y las ideas erróneas y arraigadas, pero hoy, podemos celebrar orgullosamente 10 años de Impulse en la Ciudad de México, sabiendo que la prevención, detección y atención oportuna del VIH y otras ITS, el consumo de sustancias y la salud mental, son temas que están en boca de nuestra comunidad hoy más que nunca.
Toda esta labor, no hubiera sido posible sin el apoyo de todes ustedes, así que bienvenides a esta increíble edición 2023 de “Pride Issue”, ¡Celebremos juntes estos primeros 10 años de Impulse en México!
Mario Bustamante
Vicepresidente
de Impulse Group Ciudad de México
LOVE
Fotos por: Luis De La Luz @Luisdelaluz
Styling+Grooming: Hector Peñúñuri
Modelos: Mario Battezzati y Edson Moreton @Baxtmodels
Agradecimiento Especial: Hotel Naked Zipolite
CRUSH
Fotos por: David Suárez @Davidsuarezph
Modelos: Martin Staunsberg y Elias Hegstrup @Bang.management
Grooming: Bibi Glam @Bibi_glam y Erika Camacho @Erika_laband
Modelos: Alex Carrascosa @Alexcarrascosa, Luis Miguel Toro @Migueltorog y Sebastián Villegas @Sebass.villegas @Bang.management
Wardrobe: @By_josimar
KILL BILL
Director creativo: Diego Rueda @diegoruedaruiz Fotografía: Abel Anaya @abel.anaya.a Estilista: Juan Palacios @juanpaalacios Modelos: Raúl Palazón (@raulpalazon5), Joan Rabaza (@joanrabaza) Agencia: Dear Society Model Management @dearsociety.mgmt
Director de Casting: Diego Rueda @diegoruedaruiz MUAH: Reichel Aragües @reichel.aragues y David de Diego @daviddediiego Asistente de estilismo: Fabiola Rodríguez @fabiola.rrodriguez
TATTOO
Fotos en AI por: Pedro Lollett
GREENLIGHT
Fotos por: Luis De La Luz @Luisdelaluz
Modelo: Christopher Cahill @Chrisigram
Grooming+Producción: Héctor Peñúñuri
Agradecimiento Especial: Hotel Naked Zipolite
DANCE THE NIGHT
Fotos por: Misael Belt
Modelo: Manuel Hernández
Brand CAMI: Camilo Sanchez
BORDERLINE
Fotos por: Taleen Dersdepanian @Taleenders
Modelos: Roberto Hernández, Manuel Nevárez, Onel López, Arturo Huerta, Nicolás Iturbe Y Ernesto Peart Grooming: Bibi Glam @Bibi_glam Y Erika Camacho @Erika_laband Producción: Hector Peñúñuri
Agradecimiento Especial: Teatro De La Ciudad, Esperanza Iris
INDETECTABLE = INTRANSMISIBLE
#FEELSLIKEUGG
Fotos por: Luis De La Luz @Luisdelaluz
Modelo: Pipa Henao @Pipahenaol
Makeup: Erika Tirado @Kikatiradomakeup
Agradecimiento Especial: UGG
Fundada en 1978 por un surfista australiano en la costa de California, UGG® es una marca mundial de estilo de vida conocida por su icónica bota clásica. Usado primero por la realeza de Hollywood, los editores de moda y luego por el mundo, UGG® diseña y vende calzado, ropa, accesorios y artículos para el hogar con una actitud intransigente hacia la calidad y la artesanía. UGG® es una marca con conciencia ambiental y social que se esfuerza por ser socialmente justa, económicamente inclusiva y ambientalmente restauradora. UGG® posee tiendas conceptuales y outlet en todo el mundo en mercados clave, incluidos Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, París, Londres, Tokio, Shanghái y Beijing.
@ugg @elpalaciodehierro
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EPSILON
Fotos por: Jesus Soto Fuentes @Jsotofuentes
Modelo: Ahmad Bakhoum @Ahmad.bakhoum @Bang.management Styling: Cindy Ocampo
Hair: Clo Reyna @Clostylistroom Make Up: Juan Peralta @Juanperaltamakeup Producción: Héctor Peñúñuri
Total Looks: EPSILON @EpsilonMexico
TOUCH ME
Fotos por: Luis De La Luz @Luisdelaluz
Modelo: Luis Garcia @Luisgarciarubalcava Grooming: @Maquillajexpaloma
Laspersonas como nosotros siempre hemos existido. Las identidades que asociamos con los términos modernos; lesbianas, gays, bisexuales, transgénero y queer pueden ser relativamente modernas, pero el arte antiguo y la literatura muestra que el sexo homosexual y el comportamiento no conforme de género han ocurrido a través de la historia. (Libro: Orgullo – La Historia del Movimiento por la Igualdad LGBTQ)
1| SIENTO ALGO DIFERENTE
Ser confrontado con la propia homosexualidad cuando uno es niño es difícil, en parte porque no lo aprendiste en la escuela. Mientras que otros adolescentes están ocupados besándose con chicas para obtener su primera experiencia, o visitan lugares para conquistar a una mujer y delirar pensando en un posible primer encuentro sexual, nosotros pasamos el tiempo tratando de averiguar por qué no sentimos lo mismo. ¿Les viene natural el tener estos rasgos comúnmente asociado a lo masculino?, ¿hay algo malo en nosotros?
Vamos por la vida tratando de ser invisibles, o intentando replicar manerismos y gestos que se consideran aceptados por la sociedad. Una disposición social e históricamente determinada de asociar la belleza y lo atractivo en un hombre con la fuerza y masculinidad, lo cual genera profundas heridas psicológicas que los hombres han llevado desde la infancia y la pubertad, y que los llevan a priorizar incluso obsesionarse con su masculinidad para evitar los prejuicios de la sociedad.
2| YO EXPLORO
¿Estoy volando o cayendo? La primera experiencia de ser gay es muy individual y consta de altas y bajas. Las primeras experiencias son muy fundamentales y desencadenan una explosión de sentimientos. Volamos, nos emocionamos con el contacto físico de una persona afín y del mismo sexo.
Todo el cuerpo vibra y pide mas, pruebas, sientes y solo estás feliz porque estos sentimientos sexuales se sienten reales.
Te caes porque los sentimientos psicológicos pueden ser engañosos. Los hombres homosexuales pueden ser codiciosos y dan inclinación sexual sin desarrollar sentimientos. Para los recién llegados, esto puede ser muy tóxicos y causan desamores, lo cual se siente como una montaña rusa.
El número de homosexuales es mucho menor que el número de heterosexuales y la mayoría de las veces no se puede decir si son homosexuales o no, por eso es más difícil para nosotros los homosexuales el encontrar una pareja adecuada, sobre todo cuando eres más joven.
3| SOY HOMOSEXUAL Y YA NO QUIERO ESCONDERME
Una pareja homosexual besándose sigue llamando la atención de muchos heterosexuales.
A diferencia de otras minorías, los gays y las lesbianas no
pueden evitar la mirada de los demás; por ejemplo, por tomarse de la mano o expresar sus sentimientos en público.
Como joven homosexual, todavía es muy difícil salir del clóset. Es un juego de esconder tu sexualidad, sentimientos o deseos profundos. Muchas parejas aparecen en el mundo exterior como amigos.en lugar de como una pareja, ya sea por la sociedad en la que viven o por la creencia que tenemos que estamos aún muy lejos de ser aceptados. Desafortunadamente, los titulares que atacan a nuestra comunidad, nos hacen creer que debemos seguir escondiéndonos. Muchos tratamos de protegernos adhiriéndonos a las normas sociales con respecto a, por ejemplo, la ropa, maquillaje o postura.
Sin embargo, para quienes no están conformes con su género y la comunidad trans, es casi imposible mantenerse en el anonimato.
Debido a que la visibilidad puede ser peligrosa en la vida cotidiana, es importante que las personas LGBTIQ+ estemos representados en otras áreas de la sociedad, por ejemplo, en los medios de comunicación, la cultura, la política, la ciencia, el deporte, las empresas y los sectores de la educación y la salud. Todavía hay una necesidad de ponerse al día en todos estas areas.
4| EL PROCESO DE SALIR DEL CLOSET
La salida del armario es el nombre que le damos a compartirle al mundo con nuestro alrededor nuestra preferencia sexual o nuestra identidad sexual.
Si bien el proceso de abrirnos con el mundo exterior es complicado, en mi experiencia es el camino mas liberador que existe, aunque es evidente que cada quien vive este proceso de manera diferente, dependiendo del contexto social en el cual se desarrolla, la cultura, la religión y los estándares de cada población.
Independientemente de cómo alguien se identifique, un factor común es que cada persona hace una profunda decisión personal acerca de a quién, si es que alguien, pueden confiarle su identidad o preferencia sexual.
La mayoría de las personas salen porque llegan a un punto en el que ya no están emocionalmente dispuestos o capaces de ocultar quiénes son en realidad.
Salir del closet es un acto de valentía, autenticidad y apertura. El ser visibles, nos hace dejar de ser personajes ficticios, como los unicornios.
Tiziano Nardella es un fotógrafo italiano/suizo enfocado en la desnudez masculina.
Su proyecto actual es sobre la homosexualidad masculina mientras viaja por América Latina (principalmente México), conociendo historias sobre como fue salir del closet, las relaciones sentimentales y como viven su sexualidad distintas poblaciones.
Viaja con su cámara Sony Alpha y un flash, mientras que las ediciones las trabaja con Photoshop. En esta serie ofrece autorretratos y no hay otros modelos involucrados.
THE PAINTER
Fotos por: Mario Aragón @Soymarioaragon
Modelos: Ricardo Garduño @Rygard Y Nicolás Palazzolo @Nicolaspalazzolo Asistente De Foto: Alan Maldonado @Igooei
Grooming: Erika Camacho @Erika_laband
Producción: Héctor Peñúñuri
EL MUNDO HIPERREALISTA
DE RICARDO GARDUÑO
Miprimer acercamiento al arte fue desde muy pequeño al sentir curiosidad por la música y la pintura, lo que me llevó a poder realmente hacer todo lo que mi mente imaginaba.
A los 12 años de edad hice un primer cuadro de un conejo al que recuerdo de di muchísima importancia, incluso en el diseño del marco. Fue en ese momento que supe que iba a pintar para siempre.
Para mi el arte es la forma de expresión más pura que podemos tener los seres humanos; la energía que puede transmitir al espectador y todas las emociones que conlleva.
Mi obra trata de transmitir una dimensión paralela por medio de imágenes, sonidos y toda una experiencia alrededor de ella. Mi carrera como músico y arquitecto han hecho que mi enfoque sea más extrovertido que solo ver una de mis piezas colgada en una pared.
Mi trabajo también está involucrado con otras áreas del arte como el cine y la fotografía; me encanta pintar e intervenir pianos tanto en su forma y color y crear performance y experiencias en ellos. Toda mi obra reciente es producto de mis sueños e imágenes que aparecen al estar en un sueño profundo, el cual me hace conectar con una quinta dimensión creativa.
Ricardo Garduño nació en la Ciudad de México en 1988, estudió piano en el Conservatorio Nacional de Música y la Licenciatura en Arquitectura en la UNAM. Artista dedicado al dibujo hiperrealista y foto realista, reconocido por la Asamblea Legislativa cómo el “Máximo exponente del hiperrealismo mexicano”
Ha hecho obras de arte para marcas de lujo, así como retratos en pintura de celebridades mexicanas e internacionales.
Su viaje no es solamente visual, sino que trata de captar los 5 sentidos para comunicar a través de sus obras toda una nueva experiencia, buscando maximizar la sensibilidad del espectador y el despertar del inconsciente.
Actualmente es conocido por su extrovertido arte en pianos, mismos que interviene tanto en su forma y color creando performance en ellos.
En México sus pianos y obras de arte han sido expuestos en el Museo de arte moderno, Museo Tamayo de arte contemporáneo, Museo Jumex, Galería Maia, Museo de Arte Popular entre otros.
SODOMA y el mundo
Por Pavel Cossi y Felipe Plascencia @sodomayelmundo
diagnóstico tratamiento Leer como
-Dave Brennan y escribir como
Cuántxs de ustedes disfrutan leer? Me refiero a de verdad disfrutar sentarse a leer caracteres en blanco y negro en papel o en pantalla y no sólo entender la denotación o significado obvio de las palabras, sino también la connotación, lo que viene entre líneas, el mensaje poético que a la gente cada vez más le da flojera descifrar cual receta médica escrita a mano.
Recuerdo nostálgicamente que mi maestra de español de 6to de primaria, en un esfuerzo por antojarnos la lectura, nos pintó el siguiente escenario: una luz cálida, el sillón más cómodo del hogar, un vaso de leche en la mesita y cojines pachoncitos alrededor de nosotrxs. A todxs se nos antojó llegar a leer en la noche el libro de tarea, pero la mayoría no aguantamos ni 10 minutos.
Sentarse a leer, además del ejercicio de decodificación antes mencionado, también implica un ejercicio de comodidad con nosotrxs mismxs, de poder limpiar la mente de los pendientes de mañana para poder dedicar toda nuestra atención a las palabras de ahorita.
A veces hay que ir a terapia para poder encontrar y leer libros que también nos brinden una ayuda terapéutica. Entonces leer requiere así un mayor esfuerzo que el de ver una serie o película.
Ciertamente hoy en día vivimos en una cultura primordialmente audiovisual y de gratificación inmediata: es más fácil sentarse a ver la tele después de un agotador día de trabajo y es más rápida la dopamina de satisfacción de un clímax que llega al final de un episodio de 40 minutos o una película de 90. Pero, ¿qué se pierde en la transición de lo textual a lo audiovisual? Intimidad e imaginación.
El contenido de series y películas, lo atractivo de ellas, también es su restricción: el camino del guion está atado a objetos visuales que mueven la historia y que actúan en el cuerpo como un anti-imaginatorio. Además, muchas veces el mensaje de lo audiovisual viene preparado por miles de personas porque es un arte colaborativo. En los libros nos está hablando una persona que ha sido editada por otra. En este sentido los libros se parecen más a las canciones que a las películas, proyectan una voz que tiene algo que decir, algo que no siempre es visual y que obliga a nuestras neuronas a ensancharse, a crear nuevos cúmulos
en nuestra mente que, al igual que nuestro universo, no para de expandirse (si somos de mente abierta, claro).
Una película te muestra tal cual cómo lucen los personajes. Un libro te permite interactuar con él, te invita a que te proyectes, que disfrutes y te envuelvas en ese mundo en el cual tu cerebro completa los rincones con imaginaciones y recuerdos.
¿Qué pasa cuando hablamos de contenido LGBTQ+?
Tener más escritorxs, más libros escritos por alguien de la comunidad, es indispensable para un mejor pronóstico en esta lucha continua por nuestros derechos, más aún que contar con personajes de la comunidad en series o películas. ¿Qué pasó con el reboot de Queer as Folk? ¿O el de Gossip Girl? No resonaron con el público porque lxs guionistas, por más queer que hayan sido, se preocuparon más por rellenar las casillas de diversidad en los personajes y con el drama, que con la profundidad de ellxs y un mensaje honesto, algo distinto a lo que hayamos visto antes, como lo fue en el 2000, la serie original de Queer as Folk que hizo que muchos de nosotros nos masturbáramos por primera vez con una serie y no con pornografía. Además, seamos honestxs, lo gringo está pasando de moda, visualmente ya nos sabemos Nueva York y Los Ángeles de memoria y por eso empiezan a pegar cada vez más las series hechas en otros países.
Ahora, si siguen leyendo aquí, todavía hay esperanza. Siéntense a escribir porque si son miembrxs de la comunidad, seguro tienen algo que contar, seguro tienen eventos traumáticos porque nosotrxs vivimos entre la aceptación y el rechazo y eso siempre va a generar contenido más real, más honesto. Entonces, escribir se convierte en terapia y leer se vuelve más sencillo. O vayan a terapia y escriban sobre ir a terapia, yo lo hice y lo recomiendo como un multivitamínico para la cruda realidad. Siéntense a escribir lo que chingados quieran y tal vez así la página de Wikipedia de “Escritores LGBT de México” llegue a tener más de 32 nombres, llegue a tener mínimo la mitad de personas vivas y llegue a completar el abecedario con los apellidos. Tal vez así lleguen a haber menos películas de Rápidos y furiosos…
Indetectable Angel
@Angelindetectable
Tengo 38 años de edad y 19 de ellos los he vivido con VIH. Cuando me lo detectaron bloqueé el tema y no quise atención médica ni tomar fármacos anti-retrovirales, por miedos emocionales y estigmas sociales que se les atribuyen. En ese momento yo vivía con mi pareja y le comenté el resultado del estudio y me respondió: -YO ME ENAMORÉ DE TI no de un diagnóstico y voy a estar contigo mientras me lo permitas -. 5 años después entré en una etapa de SIDA donde llegué a pesar 30 kilos y estuve hospitalizado por neumonía. En ese momento los doctores me comentaban que la probabilidad de sobrevivir era poca. Estando en ese lugar recuerdo claramente que el paciente que estaba frente a mí murió por las mismas circunstancias por las que yo estaba internado (neumonía). La madre del chico fallecido se me acercó y de una manera insistente, con énfasis me dijo, no te preguntes ¿por qué?
Pregúntate ¿PARA QUÉ estás pasando por esta situación?
Mi hijo acaba de morir y tú aún respiras. En ese momento algo sucedió, aún con mis miedos y estigmas decidí intentarlo una vez más y empecé a tomar el medicamento y seguir las instrucciones de los doctores. Hoy puedo entender el para qué del VIH en mi vida: para valorarme, respetarme, abrazarme, escucharme y sobre todo amarme. A partir de esto me hice responsable de mí y comencé a reconstruirme internamente.
Hoy comprendo que el VIH no era ni el mayor ni el único problema, a esto había que agregar toda la carga emocional que venía guardando desde hace mucho tiempo. Ser diagnosticado solo incluye atender la salud del cuerpo físico, pero no la salud mental y emocional y la necesidad de atenderlas a la par.
En este momento soy fundador de un colectivo que se llama Universo Positivo. Desde hace 5 años estamos dentro de la clínica especializada Condesa, dando acompañamiento y ofreciendo grupos de auto-ayuda a personas con un diagnóstico. En este lugar te compartimos algunas herramientas que pueden colaborar emocionalmente, pero no puedo obligarte a usarlas.
Puedo dirigirte, pero no puedo responsabilizarme por lo que haces.
Puedo darte a conocer algunos estigmas, pero no puedo obligarte a creer.
Puedo darte amor, pero no puedo obligarte a aceptarlo.
Puedo advertirte acerca de las sustancias químicas, pero no puedo evitar que las uses.
Puedo explicarte como vivir, pero no puedo vivir por ti.
ARTE SHIBARI ataduras de las el
Esta práctica no tiene la intención de enseñarnos a hacer tal o cual atadura, sino mostrarnos cómo se utiliza la cuerda para lograr comunicar emociones.
El Shibari puede llegar a ser muy constructivo como herramienta en dinámicas de parejas, intercambio emocional y de confianza, en el lenguaje corporal y en el respeto de los límites de la persona, así como en el desarrollo de la autoestima, la creatividad y la relajación.
Las cuerdas que se utilizan para la inmovilización pueden ser de 3 tipos: algodón, nylon y yute. Las primeras son las más nobles para los primerizos, ya que te permite controlar la presión ejercida en el sujeto. Las segundas pueden ser un poco más rígidas y agresivas con la piel y las de yute son para los niveles más avanzados.
La inmovilización se divide en dos, parcial y total. En la primera puede realizarse un arnés al tronco o el amarre de brazos o piernas únicamente; en la segunda todas las extremidades pierden la libertad.
Llevo aproximadamente nueve años realizando esta actividad y a lo largo de este tiempo he incorporado diversas técnicas del BDSM a la práctica con la finalidad de dar mayor placer al sujeto inmovilizado, por ejemplo: sounding, spank, cbt, cum control, wax, por decir algunas.
La selección de la práctica es diferente para cada individuo, hay quienes no toleran el dolor y otros que se han sorprendido de lo que pueden resistir y lo que pueden llegar a experimentar.
Para conocer un poco más al respecto pueden encontrarme como
@Santi_Shibari en Instagram.
ALGO DE CONTEXTO HISTÓRICO
Shibari significa literalmente atadura.
Es un concepto moderno inspirado en el arte Samurái del S. XVI llamado hojojutsu, donde se usaba una cuerda para defensa e inmovilización, captura, transporte y castigo de prisioneros.
Tuvo su origen en los tiempos de esclavitud en Oriente, en donde se sujetaba a los prisioneros con unas cuerdas, mismas que con el paso del tiempo se empezaron a utilizar para producir placer en un contexto sexual que dio origen al shibari.
El gay más aburrido y odiado de toda la población homosexual
- Tonatiuh López
Cuando
recibí la comisión de escribir un texto sobre consumo de sustancias en la población LGBTTTIQ+, pensé en distintas opciones de acercamiento al tema. Hace algunos años decidí salir del clóset de las drogas y hablar abiertamente de mis hábitos de consumo y lo que desencadenaban. Soy un usuario de metanfetaminas en cristal, cris pa’ los cuates, para los conocedores. Mi consumo está ligado sobre todo a mi sexualidad, en otras palabras, practico chemsex. Soy un hombre que tiene sexo con otros hombres y esto implica que mis prácticas y hábitos de placer no son necesariamente hegemónicos o “normales”, y hablar a propósito de lo que hacía o hago, de lo que desata mi deseo, de lo que soy testigo y parte en esas sesiones de extasis químico y carnal, sigue siendo aún hoy complicado. Porque a ratos ni siquiera soy capaz de entender qué es lo que me sucede o por qué actúo de cierto modo. Cuando salí del clóset de las drogas lo hice porque quería encontrar a otrxs que estuvieran atravesando por situaciones similares a la mía, y porque aunque aparentemente los conocía y pasábamos noches enteras encerrados, dándonos placer, hablábamos muy poco sobre cómo nos sentíamos y sobre las otras cosas no tan placenteras que también nos provocaba el consumo. No tenía idea de qué hacer con eso que un amigo llama “lo que viene después”, no tenía claro a dónde ir, ni con quien hablar de lo que me pasaba. Sentía que lxs otrxs me iban a juzgar. Tenía miedo y vergüenza. Aún hoy me cuesta mucho trabajo hablar de algunas de las cosas que he vivido como parte de esto. Quisiera aprovechar esta oportunidad para compartir un texto que escribí hace algunos años luego de leer algunos comentarios vertidos en las redes sociales y aplicaciones de geosocialización y a partir de las experiencias propias y de amigos y conocidos. Antes de eso me gustaría desarrollar otras ideas que servirán para entenderlo mejor.
Hay rasgos identitarios que aún no podemos celebrar con orgullo. El consumo de sustancias es uno de ellos. Es bien sabido que el consumo de sustancias afecta la salud mental de las personas. No me refiero sólo a lo que implica la acción de los químicos en el cerebro y la consecuente desregulación de las emociones, sino también al impacto que en ésta tienen todos los estigmas y formas de discriminación y exclusión que vivimos quienes las utilizamos con distintos fines. En el caso específico del cristal, el consumo excesivo o reiterado de esta sustancia puede provocar ataques de ansiedad, de pánico, delirios paranoides, alucinaciones sensoperceptuales, brotes psicóticos, e ideaciones suicidas que tienen un impacto serio en la salud mental de sus usuarixs y ponen en grave riesgo sus vidas. Sin embargo, no todo lo que los médicos o las personas en sobriedad llaman “psicosis” pertenece necesariamente al terreno de la locura. La mayoría de los “delirios” de las personas de la diversidad sexual que usamos esta sustancia tienen un sustento en la realidad, otros simplemente no encuentran explicación y quizá es mejor dejarlos pasar.
Las personas con una orientación sexogenérica disidente se enfrentan cotidianamente a muchos actos de violencia: desde insultos en la calle, golpizas, burlas, omisión de sus experiencias y opiniones, discriminación, etcétera; todo esto aún estando en sobriedad. Quienes consumimos sustancias tenemos que soportar además las violencias que ejercen las instituciones con sus campañas públicas criminalizantes, patologizantes y prohibicionistas. Me refiero en específico a la Estrategia Nacional Contra las Drogas que repite constantemente, acompañada de imágenes que parecen una farsa
de nuestra realidad, con cuerpos en decadencia mal maquillados y con una iluminación sórdida, que “en el mundo de las drogas no hay final feliz”. La reiteración de este tipo de comunicación dificulta la creación de otro tipo de narrativas en torno al consumo y permite que el miedo, la vergüenza y la culpa se instauren como mecanismos de control de nuestros cuerpos. Debemos añadir el terrorismo que sobre nuestra comunidad ejercen las autoridades judiciales y el crimen organizado. Las primeras mediante el hostigamiento policial, la corrupción y la desestimación de nuestras denuncias en caso de ser víctimas de algún delito. Porque si estabas drogadx “tú te lo buscaste”. El segundo mediante abusos constantes que transgreden nuestra integridad, mediante el bombardeo privado en las redes sociales y aplicaciones de mensajería de una especie de marketing narcomenudista que crea en los usuarios la necesidad de consumir incluso si no quieren hacerlo, y los chantajes, formas de extorsión, y amenazas de las que somos sujetos por parte de los distribuidores de drogas que incluso ponen en juego nuestra seguridad y nuestra vida. Cuando digo terrorismo lo hago con conocimiento de causa, pues éste se refiere a la intimidación o coerción de poblaciones mediante la amenaza o la violencia; y eso es justo lo que vivimos cotidianamente.
Están presentes también las violencias interseccionales que ejercemos entre pares, al interior de nuestras comunidades de consumo, en nuestros encuentros, aún sin darnos cuenta. Formando parte de juegos de roles que nos colocan en papeles denigrantes en donde en ocasiones nos vemos privados de nuestro consentimiento, objetualizando nuestros cuerpos poniéndolos al servicio de otro que tiene soberanía sobre nuestro placer. O creando jerarquías y formas de exclusión que colocan a ciertos cuerpos fuera del juego e imponen a otros la urgencia y la compulsión del consumo como parte de lo que tienen que soportar para ser atractivxs a los ojos de lxs demás. Con esto no quiero decir que este tipo de ejercicios del deseo estén “mal” o sean “incorrectos”, sino simplemente reconocer que, en entornos de consumo, sería prudente preguntarnos qué tanto formamos parte de esos juegos por propia voluntad y que tanto en realidad nos dejamos llevar por una imposición del deseo de alguien más. A esto se añade el clasismo, porque hay que decir que los arquetipos del “chacal”, el “mayate” y el “malandro” no son otra cosa que una fetichización de las masculinidades de los márgenes en términos raciales, de género y de posición socioeconómica; y también porque “mantenidos y gorrones solamente que sean vergones” (un dicho que acabo de inventar pero que viene al caso para explicar el tipo de jerarquización que hace nuestra comunidad de acuerdo a los atributos físicos de una persona y cómo estos pueden ser utilizados como medio de transacción económica o por sustancias). Existe además la fobia a los cuerpos diversos, el edadismo y la falta de comprensión de las neurodivergencias. Escudados en que son “nuestros gustos”, en que sólo queremos “good vibes” o “cero problemas”, todo el tiempo reiteramos que los gordos, los afeminados, los malviajados, los que no se saben medir, los pitochicos, los maduros, los viejos, y otros tantos más, quedan fuera de la fiesta (a menos que la inviten, claro está). Está también el alto grado de discriminación que se ejerce por parte del resto de la comunidad de hombres que tienen sexo con otros hombres que, con la autoridad moral que les da portar las etiquetas de “sanos”, “sobrios”, DDF (drug and desease free / libres de drogas y enfermedades), “limpios”, “pulcros”, “bien conservados”, fit, “en una relación”, “machos”, “gente bien”, y otras formas de masculinidad inmaculada, lanzan comentarios desde sus pérfiles de redes de ligue que están cargados de serofobia,
sexofobia (slutshaming), machismo, racismo y clasismo, cancelando las identidades, sexualidades y formas de intimidad de las poblaciones consumidoras y otras que gozan de experimentar con su deseo.
Todo esto crea un caldo de cultivo de violencias que tarde o temprano cobra grandes facturas en la salud mental de quienes consumimos y que, sumado a la falta de sueño, la mala nutrición, la depresión química y la baja autoestima resultado de observar el deterioro del propio cuerpo, termina por imponer la autoexclusión y el aislamiento como un mecanismo de respuesta al impedimento de cumplir con todas las exigencias que no sólo el consumo impone sino también la vida y su regularidad. Porque sin importar cómo estés, tienes que ir al trabajo, responder a tu familia y amigxs y hacer como que nada sucede. Y cuando todo explota, y las instituciones públicas al cuidado de la salud no dan respuesta con efectividad, unx se encuentra solx frente a una nube negra de pensamientos amenazantes, y aunque uno se repita: “No es cierto, nadie te ve, estás paranoicx”, lo cierto es que hay montones de ojos que al mirarnos nos juzgan y cancelan nuestra identidad y nuestra forma de vivir.
Después de todo esto, que te permite entender el contexto de quien escribe, comparto el escrito que antes mencioné, originalmente publicado en mi perfil de Facebook, y que hace referencia a una situación que nos sucede a muchxs y que lxs médicos, psicóterapeutas, nuestros familiares y amigxs clasifican de paranoia o psicosis pero que, aunque no tenga modo de probar cómo suceden las cosas, es algo que nos está pasando en realidad.
Antes de comenzar me gustaría compartir una imagen que tomé de los comentarios emitidos por un usuario en el chat de un foro en el que se comparten links a sesiones de Zoom en las que se permite y fomenta –digo esta palabra libre de su cualidad moral– el consumo y en las que suceden formas de exploración de la sexualidad homosexual sobre las que valdría la pena escribir otro texto.
Traducción: Ustedes usaron mi historia y mi vida para postear cosas. Ésta es la razón por la que me empujaron a desconectarme de todo. Abducción, indigencia, abuso sexual, etcétera, todo eso para ver cómo es que la gente respondería. Y ahora soy el gay más aburrido y odiado de toda la población homosexual.
Me gustaría no tener que escribir esto. Esperar un poco más y darme tiempo para
algunas respuestas. Soy muy poco valiente, es un hecho, pero tampoco soy un cobarde. Es sabido, yo mismo lo he ventilado, que hace un par de años comencé a consumir sustancias como parte de mi sexualidad. Es un hecho, las adicciones son un problema humano muy difícil. Para mí eran también un problema familiar y personal: la fragilidad de la salud mental, la confusión de las personas que están cerca de una persona que vive en esta condición, las muchas preguntas que quedan sin respuesta luego de darse cuenta de las dimensiones inverosímiles que puede alcanzar el dolor humano, así como la soledad, la ausencia y el silencio en los que un “adicto” vive y hace vivir; todo eso lo conocía de primera mano, pues habitaba en la recámara contigua: la de mi padre.
Siempre me pareció cruel, la forma en la que lxs otrxs, incluso yo, lo tratamos, lo invalidamos, y me llenaba de amor y ternura ver cómo también había quienes apenas conociéndolo lo querían, cuidaban y estaban dispuestos a tender sobre el suelo, o lo que fuera, una cama para hacer descansar su atolondrada cabecita con un mechón de pelo blanco al centro.
Mi padre, un alcohólico de profesión, fue amarrado, encadenado, encerrado bajo llave, internado en centros de rehabilitación, y de todo esto huyó, entre descuidos de lxs otrxs y con una creatividad sin par, para estar en compañía de algo que para él, por alguna circunstancia, resultaba vital y que también fue una parte importante de su muerte fisiológica. Digo muerte fisiológica, porque su espíritu de búsqueda incansable de las revoluciones posibles y su generosidad con los que se creen oprimidos y no están sino vendados de ojos y atados de manos para que no agarren la libertad, todo eso sigue aún vivo en mí y en quienes lo conocieron.
Cuando llegó el turno de mi propia adicción descubrí que había cosas de mi padre que yo mismo no comprendía, y me sentí un poco tonto y un poco triste por haberlo juzgado sin realmente aventurarme a entenderlo o sin siquiera preguntarle algunas cosas. Quise tenerlo cerca para saber más sobre él y sobre el proceso que en mi vida acababa de comenzar. Siempre se llega a destiempo a la compresión y el agradecimiento de la compañía familiar. Y aunque la presencia física de mi padre hubiera resultado una suerte de consuelo, estoy seguro que tampoco tendría respuestas y soluciones para lo que yo mismo necesito buscar.
Últimamente he desaprovechado muchas oportunidades para estar cerca y conversar con otrxs que han emprendido una búsqueda similar. Lo he hecho guiado por la soberbia y la negación, pero también por el miedo y la vergüenza. Estoy agotado, a menudo todo es confusión, aislamiento y soledad, haya drogas o no de por medio.
¿Cómo comenzó esto? A inicios de la pandemia, mi economía derruida por el desempleo me hizo mudar mi consumo. Adiós cocaína. Buenas noches, metanfetaminas. Una dosis menor de sustancia, a un precio menor, teniendo como resultado un “high” superior. ¿Qué más podía pedir? A las noches sin sueño, llenas de desinhibición sexual, se añadió mi asombro al descubrir las prácticas que yo y otrxs realizábamos; y el dolor, la zozobra, la violencia y desinterés mutuo que ocultábamos detrás de una dosis de droga fumada, inyectada o absorbida por alguna de nuestras mucosas.
Luego vino una suerte de extrañamiento y la introducción de miles de dudas. Trabajando como consejero de consumo descubrí un universo de síntomas que no estaban relacionados propiamente a los supuestos efectos de las sustancias en nuestros cuerpos. Nadie estaba comentando nada al respecto y las respuestas dadas por los profesionales de la salud no calmaban lo que a muchos nos sucedía.
Me refiero a cosas psicológicas, físicas y también “espirituales”: bultos en el cuerpo, sueños extraños, formas otras de percibir la realidad que sabíamos diferenciar de los delirios paranoides que suelen ocasionar los psicoactivos, estados de ánimo que no encontraban coincidencias con lo que se describe en los manuales de psiquiatría y una extraña sensación de que algo sombrío se cernía sobre nosotros.
Presencié “brotes” que terminaban en envíos de chicos en calidad de desconocidos a hospitales psiquiátricos, escuché narrar extrañas historias de personas que intentaban dar coherencia lógica a recuerdos que se asociaban con una sensación de “abducción”, de abusos sexuales y violencias antes no registradas en la memoria.
En medio de todo eso, el terror de la pandemia canceló para muchos la posibilidad de reunirnos. Las fiestas en los hoteles, casas y lugares de encuentro recobraron la clandestinidad y algunas se mudaron a reuniones en salas de zoom. En estas últimas, un universo de prácticas relacionadas con
tabúes como el incesto, la sexualidad infantil, la pornografía, la escatología, las relaciones sexuales interespecie, las infecciones de transmisión sexual, la enfermedad y otras formas de lo abyecto tenían, todas, una visibilidad sin precedentes. Un click y estabas, literalmente, embarrado de mierda, o por lo menos presenciando como otrxs la untaban en su cuerpo. A mí, todo esto me causaba muchísima curiosidad, en algunos casos observaba atónito aquello que un cuerpo es capaz de hacer guidado por su deseo, otras huía despavorido, cerraba la sesión y me inundaba el pánico al no saber qué hacer con lo que acababa de ver.
Entonces otra ola de fenómenos empezaron a sucederme, a sucedernos (hablo en plural porque algunos de los amigos que hice en estos y otros espacios de consumo reportaban que les pasaba algo similar). Pérdidas de conocimiento, de la capacidad del habla o de una articulación coherente de los hechos en los días posteriores, pesadillas, recuerdos vagos que tenían que ver con abusos sexuales sufridos en la infancia, marcas en el cuerpo que no encontraban relación con ningún accidente registrado por la memoria. Y una cosa más, las cosas dichas en medio de los juegos sexuales para despertar el deseo del otro o dar rienda suelta a una fantasía en medio de esas videollamadas o de nuestros encuentros, ahora se tomaban como una rotunda verdad, y con esto entraba en juego la posibilidad de lxs otrxs de chantajearnos con revelar alguno de los aspectos de nuestra “sucia” sexualidad si no cedíamos a “algo”. Como consecuencia, se despertó en mí una fobia a los dispositivos tecnológicos y mi vida sexual se vio reducida a una tímida actividad masturbatoria, una escasa interacción con lxs otrxs por miedo a que me lastimaran aún más, o a que pudieran “contagiarse” de lo que a mí me pasaba, o a que tras un nuevo encuentro lo que vivía se pudiera complicar aún más; y el terror, siempre el terror, de las consecuencias que podría acarrear el hecho de que lxs demás se enteraran de lo que había dicho, hecho, o visto. Ese mismo terror cobró la vida de mi mejor amigo.
Los diagnósticos dados por médicos, psicólogos y otros profesionales poco ayudaban: disociación de la personalidad y trastornos psicoafectivos por consumo de sustancias, cosas que pasaban también, en algunos casos y según el tratante, por posesiones demoníacas o contaminaciones espirituales que nosotrxs mismxs nos habíamos granjeado luego de haber abierto “portales prohibidos”. Esto, en personas que tenemos un anclaje religioso puede ocasionar crisis severas de fe, nos llena de confusión y vulnera aún más
nuestra salud mental. Alguna vez escuché a alguien decir “Yo no tengo miedo de decepcionar a Dios, porque no creo en él, pero tengo un miedo terrible de decepcionar al Dios en el que mi familia sí cree”. Y a esto se añadía la homofobia y la culpa interiorizadas por amar y coger de un modo anormal, contra natura e inmoral. Y la vergüenza social por haberse convertido en un ser disfuncional a causa de una adicción. Y afuera, en la calle, más homofobia, discriminación por motivos de consumo, las violencias de la policía y del narco, la ausencia de servicios de salud mental de calidad, la fragilidad de nuestras situaciones afectivas, la escasez de redes y espacios de apoyo, y el miedo a que lo nuestro pudiera ser también un daño para los otrxs. Todo eso nos llenaba de un temor, ansiedad, dolor y pánico difíciles de ser explicados y compartidos; los mismos que en ocasiones eran sólo aliviados por el consumo, dando paso a una espiral sin fin.
Aparecieron también los testimonios de personas que perdían también sus ahorros, sus hogares, sus trabajos, sus oportunidades escolares o de empleo, y algunas hasta la vida en medio de esos torbellinos desatados por quién sabe qué. No solo me refiero a “perderlo todo por las drogas”, comprándolas y consumiéndolas, sino a robos, extorsiones, golpizas, secuestros, suicidios, atentados, muertes repentinas, despojos, y más, que suceden aún, sin que a nadie le interese buscar a los responsables porque el sujeto destinatario del crimen es un marica y drogadicto y el que lo perpetra es una especie de entidad desconocida cuyo rostro nadie puede concretar a describir y que no es otra cosa que el fantasma más despiadado y sádico de una sociedad hetero cis patriarcal que ha impuesto la violencia como sistema y la necropolítica cómo forma de control y gobierno.
Hablo en pasado la mayor parte del tiempo, pero todo esto sigue pasando. Un amigo profesional de la salud mental me ha comentado que incluso él comienza a creer en la veracidad de nuestras historias tras la iterabilidad de las mismas en pacientes de todas las edades y contextos. Puede que sea un caso de psicosis colectiva, desatado por ir pasando de boca en boca la misma historia, pero también puede ser que no. En todo caso, el miedo se basa en situaciones reales. Porque sí, los dealers saben donde vivimos; sí, el crimen organizado tiene tomados los hoteles en que nos reunimos; sí, muchos tenemos una sexualidad traumática que se resuelve de formas que muchxs no podrían comprender; sí, algunxs sufrimos abusos y violaciones; sí algunxs quedamos inconscientes y despertamos quién sabe dónde o rodeadxs de quién sabe quién, sin saber lo que han hecho con nuestro cuerpo; sí, a algunxs de nosotrxs la policía y el narco nos extorsionan de modos indignantes; sí, muchxs desaparecemos y nadie vuelve nunca más a vernos; sí, aunque cada vez somos más quienes consumimos, también somos cada vez menos; y sí, en las calles miles de rostros nos observan con desprecio, e incluso se atreven sin miramientos a decir: “un día te van a
matar pinche joto” (palabras que usó un vecino una mañana de fin de semana, en lugar del tradicional buenos días, al cruzarnos en la calle mientras paseaba a mí perro, aún intoxicado y sin dormir).
Si eres unx de nosotrxs, si estás pasando por alguna de estas situaciones, debes saber que no estás solx. A ratos yo también soy el gay más aburrido y odiado de toda la población homosexual, y esto es dolorosísimo, a ratos siento que lo he perdido todo y que me he quedado solo y vacío, que toda mi vida ha sido compartida a destajo y sacada de contexto para el escarnio y el divertimento público, pero aún así elijo vivir. A veces no puedo despegar la mirada del piso, porque siento que por lo menos el pavimento me mira con amabilidad. Pongo en él los rostros de la gente a la que quiero y hablo con ellxs, absorto en pensamientos que me hacen sentir bien. Y aunque nadie me confirma lo que yo creo que sucede; ya no hace falta, porque el fin de este cuerpo que le puso fin a su mundo no es una opción, sonrío y elijo persistir. Y agradezco la compañía de amigxs y seres queridos que me hacen esto más leve.
Por más desesperadx o asustadx que estés en medio de tu consumo, no tomes decisiones que
puedan ponerte en peligro, contacta a alguien de confianza, respira y espera a calmarte un poco. Verás que todo pasa, y si tú también te conviertes en el gay más aburrido y odiado de toda la población homosexual, no pasa nada, no te preocupes, ya encontraremos el modo de divertirnos. Sí puedes y te sientes en confianza, levanta la voz, cuenta lo que te pasa, no tengas miedo. Empecemos a buscar otro tipo de respuestas a las que nos han sido dadas. No eres culpable de nada, ni cómplice de ningún crimen por ejercer tu sexualidad con libertad. No importa lo que hayas visto, ni de lo que hayas sido parte. Lo que nos hace ver y padecer la confusión y la soledad, lo perdonan el amor de quienes nos acompañan y la empatía de quienes estamos viviendo lo mismo. Y si fuiste o estás siendo víctima de un delito, tienes entero derecho a denunciarlo y exigir protección.
Si alguna de estas situaciones te hace eco, porque las has vivido, tranquilo, comienza a conversar la situación con otrxs, con tu familia, con tus amigxs, y busca un profesional de la salud que cuente con la sensibilidad para entenderte y ayudarte a lidiar con lo que te pasa. Antes de seguir elaborando pensamientos en tu cabeza, pregúntate por la raíz del miedo, esto puede ser un buen comienzo para parar el desenfreno de la mente y la ansiedad. Y si no eres unx de nosotrxs pero nos tienes cerca y quieres ayudarnos; no juzgues, acompaña desde una distancia que sea segura para ti y, a pesar de que nuestra situación te resulte imposible comprender, ten paciencia, ya vendrá la calma y podremos conversar desde otro lugar. En el momento de la crisis sugiere alternativas, ayúdanos a distraernos, pero no nos impongas más violencia, no nos insultes, no te exasperes, no nos sacudas, no intentes que volvamos a un estado mental “normal” de golpe y a costa de lo que sea, imagina lo que sentirías estando en nuestro lugar con una amenaza que plantea una gran incógnita y ninguna respuesta. A veces sólo hace falta un cuerpo al lado para volver en sí y poder seguir, pues, aunque la respuesta al acertijo del consumo de sustancias no es sino necesariamente individual, puede que éste y otros problemas, que de ninguna forma “nos buscamos”, sean algo de lo que podamos salir también en comunidad, con paciencia, escucha compartida, ternura y unidad.
Y ahora, para terminar, quisiera compartir una canción que me sirve de mantra en esos momentos en los que todo apunta a que la única alternativa para parar es acabarlo todo
de una buena vez, es decir, acabar conmigo, así sin más. Pero aquí sigo, y lo único que acaba por ahora es este texto.
Tonatiuh López es parte del equipo de Inspira Cambio A.C., una organización que trabaja por la salud sexual e integral de los distintos grupos que componen la diversidad sexual. Desde 2019, la organización cuenta con una coordinación de consumo de sustancias, creada en respuesta a las necesidades de varixs usuarixs quienes se acercaron reconociendo sus consumos problemáticos ligados al ejercicio de su sexualidad (chemsex). Para Inspira, el camino de las drogas tampoco ha sido sencillo. En primera porque en un clima general de prohibicionismo, criminalización y patologización del consumo de sustancias, hablar del tema sigue siendo complicado. Por otro lado, existe muy poca evidencia científica y estadística al respecto de las poblaciones de la diversidad y sus consumos, lo que dificulta exponer la magnitud del problema y obstaculiza que el asunto sea visto como lo que es, un problema de salud pública que requiere una mejor atención por parte de las instituciones y servicios de salud pública. Afortunadamente, en Inspira hemos encontrado valiosxs aliadxs, desde profesionales de la salud mental, expertxs en adicciones, personal de instituciones y espacios públicos que han posibilitado nuestra labor en esta materia. El trabajo de pares también ha sido y es fundamental, sin la colaboración de las propias personas usuarias de sustancias que trabajan dentro y fuera de nuestra organización, lo que hacemos no sería posible.
Aún así, existen muchas problemáticas que permanecen desatendidas, muchas realidades y contextos a los que no tenemos acceso, muchas situaciones que no sabemos cómo atender. El consumo de metanfetaminas y otras drogas entre las comunidades de la diversidad sexual es un asunto que aún plantea muchas interrogantes y que exige complejas respuestas, desde modelos específicos de reducción de riesgos y daños hasta programas de consejería en materia de drogas y gestión de placeres, así como servicios de atención a los consumos problemáticos que sean accesibles para la población en general y en los que se garantice el respeto, la no discriminación, y un trato digno y libre de estigmas para lxs miembrxs de nuestra comunidad.
Si por alguna razón este texto te interpeló y necesitas ayuda o conoces a alguien que la necesite, acércate a nosotrxs. Ayúdanos también compartiéndolo, para contribuir a sensibilizar a más personas sobre lo que vivimos quienes consumimos sustancias como parte de nuestra sexualidad. Gracias.
CDMX Darwin 31, Anzures, Miguel Hidalgo, 11590. Las pruebas son gratuitas y con resultados en minutos. pruebadevih.org.mx/
Alojamiento
Lleca CDMX
Asilo a personas LGBT+ en situación de calle @lleca_org lecaescuchandolacalle@gmail.com
Casa Hogar Paola Buenrostro CDMX
Refugio a mujeres trans nacionales y migrantes provenientes de diversos contextos de violencia interseccional @ctiresias munecas.tiresias@gmail.com 5522271436 munecastiresias.org
Casa de la Sal CDMX
Refugio para infancias y adolescentes que viven con VIH/ Sida @lacasadelasalac informes@casadelasal.org.mx 5511029003 casadelasal.org.mx
Casa La Banda CDMX
Casa de resistencia, amor y cuidad para la comunidad LGBTTTQI+ @casalabanda casalabandamx@gmail.com 5520616968 redes.dh.tamu.edu/node/277
Refugio Casa Frida CDMX
Alojamiento, cuidado y atención a la salud, a personas LGBTIQ+ migrantes @refugiocasafrida casafrida@refugiolgbt.org 5589260663 refugiocasafrida.com
Directorio
Clínica LGBT+ CDMX
Clínica integral especializa en el diagnóstico y atención en salud sexual abierta a todos, todas y todes.
Bruselas 6, Colonia Juárez, Cuauhtémoc @clinica_lgbt contactoclinicalgbt@gmail.com 55 7201 9228
Clínica Trans y No Binarie CDMX
Servicios integrales para la transición
Av. Ejército Nacional 505 @c.transynobinarie mastoclinicsc@gmail.com 55 3421 1615
Transsalud
CDMX
Comunidad de profesionales de la salud que cuida, respeta, abraza y dignifica desde lo colectivo a la #diversidad del ser humane
Monterrey 243 Roma Sur Cuauhtémoc, Piso 5 @transsalud transsalud@gmail.com 55 4175 2462 transsalud.com
Inspira Cambio CDMX
Fomentamos el pleno ejercicio de la sexualidad y los derechos humanos de la comunidad LGBTIQPA+
Insurgentes Centro 51-int 401, San RafaeL @InspiraCambioAC info@inspiracambio.org 55 5566 1528 inspiracambio.org/
Salud Sexual
Clínica Especializada
Condesa
CDMX
Centro para la Prevención y Atención Integral del VIH/Sida de la Ciudad de México
Benjamín Hill 24, Condesa @CdmxClinica
5038 1700 Ext. 6440, 6441 y 8118 condesa.cdmx.gob.mx
Clínica Especializada
Condesa-Iztapalapa
CDMX
Centro para la Prevención y Atención Integral del VIH/Sida de la Ciudad de México Avenida Combate de Celaya S/N, entre Campaña de Ébano y Francisco Rivera @CdmxClinica
5038-1700 ext. 7902 y 7904 condesa.cdmx.gob.mx
AHF México
CDMX
Abogar por los derechos y la salud de las personas que viven con VIH
C. Darwin 31, Anzures @MexicoAHF 5552079081 pruebadevih.org.mx
Círculo Diverso AC CDMX
Detección de ITS @circulolgbt circulodiversolgbttti@outlook.com 55 3642 4328
Calma Consejería CDMX
Consejería, detección de ITS y la primera clínica privada de salud mental enfocada en personas
LGBT+
Gobernador Agustín Vicente Eguía #4, Interior 304 Colonia: San Miguel Chapultepec @calmaconsejeria 55 6115 9514 calmaconsejeria.com
VIHve Libre CDMX
Apoyo, terapia y acompañamiento a pacientes a servicios médicos incluyentes. @VIHveLibre y @Alainwho 55 3141 5062
Prevenir la transmisión del VIH e ITS en trabajadoras sexuales @brigadaelisa 55 2212 0422 brigadaac.mayfirst.org
Salud Mental
The Trevor Project CDMX
Prevención del suicidio y la intervención de crisis para juventudes LGBTQ+ @trevorprojectmx 5592253337 thetrevorproject.mx
INJUVE CDMX CDMX
Calzada México - Tacuba 235, Colonia Un Hogar Para Nosotros (55) 55 5341 7488
Chat Diversidad Segura CDMX
Apoyo jurídico y psicológico a víctimas del delito. 55-5533-5533
Hospital de las Emociones CDMX
Deportivo Ing. Eduardo Molina, Ferretería No. 81, Col. Ampliación 20 de noviembre, Del. Venustiano Carranza. 5795 2054 cdmx.gob.mx/vive-cdmx/post/ hospital-de-las-emociones”
Closet Abierto AC CDMX
Atención psicológica para la comunidad LGBTQ+ @closetabiertoac closetabiertoac@gmail.com 5513048427 closetabiertoac.com
Circulos de Apoyo
Grupo Vitiligo
CDMX
Grupo de apoyo para personas con vitiligo LGBTQ+ @hablaa_me 56 2034 7788
Maduros Con Identidad
CDMX
Grupo de apoyo para hombres gays mayores, de 40s,50s,60s y más
Café con Gloria - Coahuila 112 Col Roma 5537123713
La Tribu A.C.
CDMX
Acompañamientos, contenciones y grupo de ayuda para personas con VIH. Todo entre pares. @LaTribuAC 5564835156 somoslatribu.org
Italiano desde cero
CDMX
Grupo de clases de italiano LGBTQ @robengoechea 5513090219
PRIDENNERS
CDMX
Grupo de runners LGBTQ @yave_lobsang
Círculo de saberes disidentes
CDMX
Lectura, discusión y participación ciudadana LGBTQ 2221864230
AMO Sección Coyoacán
CDMX
Grupo de cultivadores de orquideas LGBTQ
Casa de Coahuila - Prol. Xicoténcatl 10, Coyoacán Fb: amoseccioncoyoacan
Somos Voces
CDMX
Cultura LGBTTTIQ+
Calle de Niza 23, Juárez @somosvocesmx libreria@somosvoces.com.mx 55 55337116 somosvoces.com.mx
Cuenta Conmigo
CDMX
Grupo de acompañamiento para jóvenes LGBTIQ+ y para padres y madres de personas LGBTIQ+ Dr. Andrade, Col. Doctores @Cuenta_Conmigo tuapoyo@cuentaconmigo.org.mx
55 5601 5695 cuentaconmigo.org.mx
Brujula Intersexual
CDMX
Punto de encuentro para personas interesexuales @brujulaintersex brujulaintersexual@gmail.com
Guimel
CDMX
Apoyo a miembros de la comunidad judía en proceso de auto-aceptación de su orientación sexual o identidad de genéro, perservando su identidad judía. @guimelmx guimel.mx
Circulos de Apoyo
ASILEGAL AC
CDMX
Defensa de derecho humanos de personas de la comunidad LGBTI+
Pitágoras 920, Col. Del Valle @AsilegalMx comunicacion@asilegal.org.mx
55 5687 8759 asilegal.org.mx
Centro de Apoyo a las Indentidades Trans, AC
CDMX
Acompaña y promueve los derechos de las mujeres trans, trabajadoras sexuales, migrantes, con VIH y en contextos de precarización @CentroTrans centroapoyoidentidadestrans. blogspot.com
IDL
CDMX
Bufet de abogados especializados en personas de la comunidad LGBTIQAP+ Av. de Las Fuentes 624, Jardines del Pedregal fb: idlburolegal info@idl.com.mx 55 4444 3923 idl.com.mx/en/home/
LEDESER AC
CDMX
Defensa y promoción de los derechos humanos, con énfasis en derechos sexuales y reproductivos Centro Histórico @LEDESER_AC info@ledeser.org 55 75864947 ledeser.org
LETRA ESE
CDMX
Atención a quejas por violación de derechos humanos a
Apoyo a la lucha contra el Sida Bajío #295, Col. Roma Sur @fundmexicovivo fundacion@mexicovivo.org 5615 7383 mexicovivo.org
Agencia Especializada en Atención a Personas Integrantes de la Comunidad LGBTTTIQ
CDMX
Agencia del Ministerio Público para atender toda clase de octos discriminatorios y delitos perpetrodos en contra de intograntes de la comunidad lgbtttiq
Calle Gral. Gabriel Hernández 56, Doctores 55 5346 8543 fgjcdmx.gob.mx