Un diario de dirección puede ser todo, es arbitrario y está repleto de singularidades, no hay dos diarios iguales, es la cercanía con la intimidad del artista, expone como se vincula con su trabajo y su vida, para ubicarlo en la dicotomía habitual que las sociedades organizan: trabajo y vida privada. Pero en el arte, las cosas no son tan rígidas, ni tan estables con respecto a dónde está la vida y dónde el trabajo, si el trabajo condiciona la vida o la vida el trabajo, si uno escribe para vivir o al revés. Lo que sigue a continuación es un boceto de mi desnudez.