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Arte y Vino en San Miguel de Allende
VIÑEDOS SAN LUCAS La experiencia inicia en Santísima Trinidad, conformado por tres propiedades: Viñedos San Lucas, Viñedos San Francisco y Santísima Trinidad, un trío de atracciones turísticas que incluye hoteles, restaurantes y un desarrollo inmobiliario conocido como Viñedos de los Senderos, ideal para los inversionistas que buscan plusvalía enológica. Sí, así como lo lees, Viñedos San Lucas es un resort que fusiona distintas pasiones en un solo lugar, donde el entusiasmo por hacer vino es el hilo conductor para conceptualizar un resort y el desarrollo inmobiliario que le permite a cada uno de los propietarios de sus fincas contar con su propio viñedo, siempre atendido por el equipo de enólogos para que la inversión también arroje frutos, o mejor dicho, producciones de vinos de alta gama. Sin duda muy interesante para los entusiastas que desean contar con su propio predio y su propio vino. Pero la experiencia enológica también llega a la mesa, Viñedos San Lucas cuenta con tres restaurantes. Viñedos San Francisco es el más fancy, que se caracteriza por contar con un menú internacional con bases mexicanas. Por su parte Santísima Trinidad y Viñedos San Lucas se han especializado en un menú mediterráneo, perfecto para comenzar con un pan hecho en horno de leña, aceite oliva y aceitunas cosechadas aquí mismo. En los tres restaurantes se puede pedir asesoría para tener el maridaje perfecto. Pero también hay que estar atentos a los eventos que allí se llevan, como nos sucedió a nosotros, cuando se llevó a cabo una fiesta de vendimia, que incluyó corte de uvas, callejoneada con estudiantina y el burrrito mezcalero, mojigangas, pisado de uvas y un bacanal de Dios Baco con vinos sin límite. Y es aquí donde hay que saber que La santísima
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Trinidad produce cuatro vinos: un blanco, que es un ensamble de uvas Chardonnay/Macabeo/Moscatel; un blend crianza que fusiona caldos de Malbec, Cabernet Sauvignon y Syrah. Para los puristas está el Merlot Reserva, así como el Cabernet Sauvignon Reserva. Cuatro productos que poco a poco se han colocado en las listas de los vinos mexicanos más solicitados en las enotecas. Así lo comprobamos mediante una cata guiada, donde descubrimos los valores organolépoticos bajo los consejos de la enóloga Mailén Obon. El desarrollo turístico inmobiliario ha sido diseñado para conocer el otro San Miguel de Allende, para disfrutar de la tranquilidad y alejarse del bullicio que genera ese centro neurálgico de arte y gastronomía; ya sea en un viaje familiar o de tipo romántico para vivir una experiencia de viaje, como si se tratara de la Toscana, entre edificaciones privadas y centros de servicios que han sido desarrollados bajo el mismo concepto arquitectónico, manteniendo esa integridad y armonía, ideal para dar caminatas o recorridos en bicicleta en cada amanecer y atardecer. Respecto a los hoteles hay mucho que decir pero aún más qué experimentar. Cada uno mantiene un estilo propio. Santísima Trinidad es de tipo italiano, con arcos y terrazas que recrean ese espíritu medieval y renacentista, pero a todo lujo. Por su parte, los complejos San Lucas y San Francisco son más de tipo moderno, con grandes vistas a los viñedos y una serie de cálidos detalles arquitectónicos que ofrecen un ambiente cálido y confortable.
Viñedos San Lucas cuenta con instalaciones ecuestres, que permiten a los visitantes cabalgar caminos y veredas, además de una cancha de Polo donde es posible tomar clases con profesores especializados.
San Lucas es un desarrollo inmobiliario único en su tipo en el país. Ofrece la magia de tener una finca con viñedos. Se trata de una extensión de 99 hectáreas que han sido fraccionadas en 72 terrenos de aproximadamente una hectárea de superficie privada –cada uno- con aproximadamente 1,850 m2 de área habitacional.
VIÑEDOS SAN LUCAS EN LA RED: http://vinedossanlucas.com/
EXPEDICIÓN DE ARTE EN SAN MIGUEL DE ALLENDE Después de un par de días de retiro espiritual es hora de explorar la movida cultural de San Miguel de Allende. Nuestra primer escala, después de habernos registrado en el hotel boutique Hilo Rojo, fue una visita al nuevo spot gastronómico conocido como la Terraza del hotel Vista Hermosa by Selina, dirigido por el chef Abel Hernández, de Culinaria Chic, que goza de una espectacular vista a la Parroquia San Miguel Arcángel y se complementa por un menú bien ejecutado. Allí, como si fuéramos los dioses del hedonismo, probamos unos sopes de tuétano con rib eye a baja cocción, camarones con foie gras, una tostada de tartar de atún, callo de hacha en recado negro, ostiones mignonette y un poderoso risotto con pato, todo acompañado por Aperol Sprits, vinos mexicanos y un delicioso Pinot Noir de Coastal Estates, de California. Perfecto para hacer una larga sobremesa y planear el siguiente sitio a visitar. Pero antes de continuar el cubre bocas nos hizo recordar que aún estábamos en tiempos de pandemia, así salimos a caminar por un relajado San Miguel de Allende. Sin hordas de turistas buscando la selfie, pero sí con locales que caminaban pausadamente para su quehacer diario. Así llegamos a la cantina El Gato Negro, una especie de hoyo funky, lejos del galmour que caracteriza al destino, pero cerca de la contracultura. Sentados en la barra tomamos un mezcal guanajuatense Jaral del Berrio y un par de cervezas, sólo para recordar o añorar la visita que, cuentan los fanáticos de The Doors, fue visitada alguna vez, en solitario, por el enigmático Jim Morrison. La tarde de cantinas seguía incitándonos a caminar por esta Ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad hasta llegar a El Manantial, una legendaria cantina que ya cuenta con 100 años de existencia y la primera licencia de venta de alcohol de la región, un
sitio que ha sido testigo de innumerables historias de parroquianos y forasteros que llegaban hasta aquí para calmar la sed. Allí, entre trago y charla, el cantinero nos recomendó visitar la nueva sucursal para echar botana. Y no podía tener un mejor nombre que La Hija del Manantial, cantina que apenas abrió sus puertas en el Centro Histórico. Uno de esos lugares “Pandemials” que al haber nacido en plena pandemia, con apenas tres meses atender a los tragones, se ha mantenido firme. Para corroborarlo decidimos visitarla y disfrutar de sus tostadas de camarones, de pulpo, escabeche de
A PARTIR DEL MES DE AGOSTO, TODO VISITANTE QUE QUIERA ENTRAR A SAN MIGUEL DE ALLENDE DEBERÁ DISPONER DE UNA RESERVACIÓN CON CÓDIGO QR, DISPONIBLE EN ESTABLECIMIENTOS CERTIFICADOS DEL MUNICIPIO. DE ESTE MODO SE BUSCA REFORZAR LA SEGURIDAD TANTO DE LOS CIUDADANOS COMO DE LAS PERSONAS QUE VISITAN EL CORAZÓN DE MÉXICO. MÁS DATOS EN: VISITSANMIGUEL.TRAVEL
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TRAVEL SAN MIGUEL DE ALLENDE
HOTEL HILO ROJO El cine al aire libre es una experiencia que ofrece Hilo Rojo Hotel Boutique. Se trata de un servicio de cena con vinos, tablas de quesos y palomitas gourmet en la terraza de tu suite. www.hilorojohotel.com
LIVE AQUA SAN MIGUEL DE ALLENDE www.liveaqua.com pescado, así como ceviches peruanos, alcachofas y unos mezcales que disfrutamos en cada bocado. Con el corazón contento seguimos el plan. Sabíamos que se llevaría una subasta de arte en el hotel Rosewood. Habría obras de Tamayo, Picasso, Warhol, Toledo, Ehrenberg, Coronel, Banksy y Díaz Infante, entre otros. La puja estaba interesante, pero quedaba poca luz del día y deseábamos seguir explorando las calles solitarias de San Miguel. Así llegamos al hotel Live Aqua, donde se llevaba un evento Pop Up llamado 6x4, un proyecto de arte que pretende promover el coleccionismo de arte contemporáneo de artistas emergentes, todo bajo un formato de 6” x 4” (tamaño postal) a un precio bastante accesible. Allí tuvimos la oportunidad de platicar con los creadores, Alejandro Soto y Andrés Rodríguez, quienes desean romper con el estigma que señala que “el arte solo es para millonarios”, “tiene que ser caro”, “tiene que ser inaccesible”, “tiene que ser snob”. Así que este par de entusiastas decidieron hacer que las colecciones de arte fueran más democráticas, invitando a artistas de carrera, con trayectoria, para que se atrevieran a incursionar en el colectivo, donde todas las obras deben de tener un mismo precio, $5,000 pesos, con el fin de llegar a nuevos muros, de sembrar esa semilla del coleccionismo y del interés por el arte en jóvenes y quitar este tabú del arte elitista. Y así se comprobó con las obra que en ese momento exhibían, arte multidisciplinario en un solo formato. Todo ya enmarcado en capelo de acrílico, listo para darle color a la pared de la persona que lo adquiriera. Pero allí, mientras caminábamos para admirar las obras pude reconocer a Rodrigo Garagarza, arquitecto y escultor de la obra monumental conocida La Matatena, ubicada en el patio central del hotel. También un gran museógrafo que ha trabajado en diversas instituciones, como el Museo de San Carlos. En ese patio, al calor de una charla, Rodrigo comentó que la conceptualización de la obra, La Matatena, fue concebida para que fuera una pieza homogénea con el espacio, que complementara con la arquitectura, pero que al mismo tiempo hablara de San Miguel de Allende y que captara la atención de los huéspedes y visitantes del hotel. La pieza fue inspirada en los faroles mexicanos de herrería y latón creados aquí, en San Miguel de Allende, pero también es una declaración que nos transporta a la infancia, a la inocencia, a la búsqueda de algo simple, básico, a la niñez que hay que cuidar y proteger, al poder la capacidad de sorpresa, tal y como lo comprobamos en este gran viaje a San Miguel de Allende, el centro neurálgico del arte contemporáneo.