Transicion 15

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www.grupotransicion.com.mx Director: Carlos Ramírez

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La generación Aguas Blancas

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Octubre 2013, Número 15

Obama y las máquinas asesinas

Por Jorge Lofredo

Por Mark Bowden

de The Atlantic para Transición

La razón del Estado desde una perspectiva antimaquiavélica Por Leonardo Curzio


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Editorial

Índice Foro: ¿Hacía una nueva autoridad electoral? Por Sergio Jesús González Muñoz

Las Máquinas asesinas Por Mark Bowden

La razón del Estado desde una perspectiva antimaquiavélica Por Leonardo Curzio

Reforma energética; Sí, pero no así Por Marcos Marín Amezcua

Lenguaje, poder y control Por Fernando Dworak

La generación Aguas Blancas Por Jorge Lofredo

Haciendo agua

Por Gustavo Martínez Romero

Viable en México despersonalizar problemas para dinamizar empresas Por Luis Carlos Silva

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La decepción por Obama

Luego de haber acumulado un consenso social como nunca lo había tenido presidente anterior, Barack Obama ha declinado ya su penetración en la sociedad. Las encuestas le dan un nivel de desaprobación arriba del 50% y las quejas por los efectos sociales de la crisis rayan en la desesperación. En geopolítica, Obama ha desencantado a los que se entusiasmaron con el premio nobel de la paz: los ataques con drones y la amenaza de invasión militar a Siria evidenciaron que los EU son un poder imperial y por tanto su actuación tiene que ver con la doctrina de la dominación. Obama ya no fue el cambio social que se esperaba. Ciertamente que no había razones de que pudiera serlo, pero en realidad en el 2008 despertó expectativas el color de su piel y su falta de compromisos con la comunidad de los servicios de seguridad nacional. Pero la Casa Blanca no es un monasterio sino el centro del poder mundial. El reportaje que publicamos en esta edición sobre los drones como máquinas de la muerte señala el nivel de sofisticación de las guerras, pero revelan también que los EU son un país que sólo sobrevive en la muerte y la expansión imperial. En todo caso, Obama está rindiendo cuentas sociales con la desaprobación social hacia su gestión y la pérdida creciente de base social.

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Por Luy

Mtro. Carlos Ramírez Presidente y Director General carlosramirezh@hotmail.com Lic. José Luis Rojas Coordinador General Editorial joselrojasr@hotmail.com Dr. Rafael Abascal y Macías Coordinador de Análisis Político Mtro. Carlos Loaeza Manzanero Coordinador de Análisis Económico Dr. Samuel Schmidt Coordinador de Investigación Política Wendy Coss y León Coordinadora de relaciones públicas Emiliano López Analista emiliano_082002@yahoo.com María Eugenia Briones Juárez Diseño Mathieu Domínguez Pérez Formación Redacción Raúl Urbina Asistente de la dirección general Transición es una publicación mensual editada por el Grupo de Editores del Estado de México, S. A., el Centro de Estudios Políticos y de Seguridad Nacional, S. C. y el Grupo Editorial Transición. Editor responsable: Carlos Javier Ramírez Hernández. Todos los artículos son de responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F. Reserva 04-2012052910232300-30. Certificado de Licitud de Título y Contenido No. 15670. *Circulación certificada por La Asociación Interactiva Para el desarrollo Productivo, A. C. *Registro en el PNMI: 10/09/2013. Circulación: 20,000 ejemplares www.grupotransicion.com.mx


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Foro: ¿Hacía una nueva autoridad electoral? Por Sergio Jesús González Muñoz Mesa 2: Ley Electoral: ¿Regulación única o simultaneidad regulatoria?

Martes 13 de agosto de 2013. 11:30 horas.

Sean mis primeras palabras para agradecer la hospitalidad de la Cámara de Diputados, del Grupo Parlamentario del PRD y en especial del Diputado Fernando Zárate Delgado. Sean también para agradecer su invitación al gran Rafael Morales, científico social destacado y organizador extraordinario, junto con el propio Zárate, de este foro, imprescindible para reflexionar sobre la inminente discusión, en este recinto, respecto del Instituto Nacional Electoral. Misma gratitud la mía para con el Centro de Estudios en Partidos Políticos y Procesos Electorales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Debo aclarar, como asunto de previo y especial pronunciamiento, que desde mayo pasado he escrito varias columnas para el periódico LA CRÓNICA DE HOY y alguna colaboración para el periódico CONGRESISTAS expresando mi rotunda oposición a la creación del INE, pero sólo porque la premisa original del Pacto por México (en el compromiso 90) implica, aún hoy, que el INE se construirá sobre las ruinas de los órganos electorales locales. Habiendo conversado sobre la materia con legisladores y funcionarios del ejecutivo federal, estoy cierto que SALVO UN IMPREVISTO CATACLÍSMICO, el INE va, aunque ya sin ultrajes a la potestad normativa de los Estados y del DF en materia electoral; es decir, ya sin eliminar los órganos electorales locales; ya sin lesión al pacto federal. Se ha dicho con frecuencia que el IFE ya cuenta con atribuciones y responsabilidades que se pueden clasificar como NACIONALES: el registro electoral, la credencial para votar, la fiscalización de recursos de los partidos, el acceso de éstos a los medios de comunicación y el monitoreo del cumplimiento de la pauta ordenada, así como las sanciones respectivas por incumplimiento, etc. De acuerdo, sí. El asunto es que ninguna de estas atribuciones, NINGUNA, le fue arrebatada a los Estados y al DF, pues desde su creación jurídica residen en la norma constitucional federal o en la ley ordinaria federal. En otras palabras, mi oposición al INE se ha transformado en una aceptación condicionada. Condicionada a que del IFE se haga lo que haya que hacer, como lo propondré en esta misma intervención, pero sin suprimir los Institutos, Comisiones y Consejos electorales de los Estados y del DF, que si bien necesitan una buena revisada, de ninguna manera están como para prescindir de sus servicios. Procedo ahora a tratar de responder las tres preguntas que animan esta mesa. PRIMERA PREGUNTA: ¿Son suficientes principios generales para la organización de las elecciones en los Estados y el Distrito Federal? No como están hoy en la Constitución. ¿Entonces? Un buen inicio reside quizá en una bien pensada reforma a los artículos 116 y 122 constitucionales que, aunque son expresos y prolijos en las reglas que deben seguir en su actuación las autoridades administrativas

electorales estatales, es decir PRINCIPIOS DE OPERACIÓN, nada dicen sobre los mecanismos para la designación de los Consejeros, su permanencia, la duración de su encargo, su remoción; y menos sobre los requisitos e impedimentos tanto para su nombramiento como para cuando abandonan el cargo, es decir, PRINCIPIOS DE CONFORMACIÓN. Esta obsesión federalista (en realidad omisión) ha ocasionado una variopinta camada de Consejeros Electorales en la que por igual destacan doctores en ciencias políticas o en derecho con obra publicada, que funcionarios o exfuncionarios públicos de enorme experiencia y prestigio, que honorables empresarios del ramo mueblero con especialidad en cocinas, con todas las variables que van de un extremo al otro, todos igual de respetables y todos permitidos en las constituciones y leyes locales. Aquí aventuro nuevas preguntas ¿Qué tantos principios generales en esta materia deben estar en el texto Constitucional? ¿Pocos o muchos? Veamos. En el debate público actual sobre la creación del INE se aprecian ominosas dos pulsiones políticas que inexplicablemente se comentan, analizan e impulsan como si fueran siamesas, sin serlo. La primera parece ser “amarrarle las manos a los gobernadores” ante la injerencia que se dice tienen en la conformación y en el gobierno mismo, y cotidiano de las autoridades electorales de sus entidades federativas. La segunda indicaría que, en consecuencia, habría que transferir la preparación, desarrollo y calificación de las elecciones locales al IFE o al INE por lo que, a su vez, deberían desaparecer las autoridades estatales competentes. Lo que los quejosos llaman “excesos” son producto de normas aprobadas por ellos mismos a través de las expresiones parlamentarias de sus partidos políticos en los congresos locales y en la Asamblea Legislativa del DF. Si el problema es la desconfianza política en los Institutos, Comisiones y Consejos electorales estatales, lo que hay que hacer es fortalecerlos en lugar de aniquilarlos, si lo que se quiere son mejoras sistémicas en lugar de complicar un problema con soluciones ineficaces. En una feliz metáfora, José Woldenberg dijo recientemente que es como si al llegar a un hospital con un brazo fracturado, el médico de emergencias preparara una amputación en lugar de una radiografía y un yeso. Si bien es cierto que un problema de facto no se puede arreglar sólo por medio de reforma normativa, también lo es que sin cambios legales es imposible acometer exitosamente la empresa de resolverlo. Para combatir la presunta captura por parte de los ejecutivos locales este me parece el mejor arranque. Entre especialistas y funcionarios electorales federales y locales, todo parece indicar consenso en esta óptica. Procedentes de las más diversas profesiones y discipli-

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nas, trayectorias, experiencias y convicciones, lo han dicho en sus columnas o declaraciones para los diarios, en sus ensayos para revistas y en sus intervenciones en foros políticos o académicos como este, o como los del Senado de mediados de junio y el del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM unos días después. Es decir, los científicos de las elecciones parecen estar de acuerdo en la fórmula Woldenberg: enyesar es mejor que amputar, pero ¿Cómo? Quizá a través de estos 15 PRINCIPIOS GENERALES que la constitución federal pudiera disponer en materia de CONFORMACIÓN de los órganos locales electorales: 1. Que los requisitos e impedimentos para ser Consejero y las prohibiciones para después de serlo, sean más severos y estrictos que hoy: mayor preparación académica, mayor experiencia electoral, mayor distancia temporal de funciones partidistas; mayor tiempo de espera, al salir del cargo, para incorporarse a alguna función pública y para acceder a candidaturas a puestos de elección popular. 2. Que en los procesos de selección de Consejeros, los candidatos finalistas sean seleccionados en ternas de entre los mejor calificados en un proceso transparente, cierto y replicable en todas sus etapas mediante convocatoria pública igual y democrática en todos los casos, que incluya plazos y términos perfectamente delimitados. 3. Que el proceso de selección de ternas finalistas por cargo sea desarrollado por comisiones mixtas de Diputados locales, decanos y un Senador(a) de la entidad respectiva, así como universidades prestigiadas mediante exámenes rigurosos estandarizados y entrevistas o comparecencias públicas. 4. Que cada grupo parlamentario tenga derecho a vetar públicamente tres candidatos en total, fundando y motivando dicha objeción. 5. Que los Consejeros sean designados por mayoría de dos tercios de los miembros del Congreso local, según ternas presentadas por cargo, prefiriendo siempre a los de mayor experiencia previa en el ejercicio de la función pública en general o de la electoral en particular y/o mayor grado académico, y de preferencia con obra publicada en materia electoral o afines. 6. Que los Consejeros Presidentes sean designados por separado y para el plazo máximo de gestión por mayoría de dos tercios de los miembros del Congreso local (y no sólo los presentes) a propuesta del Sena-


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Si el problema es la desconfianza política en los Institutos, Comisiones y Consejos electorales estatales, lo que hay que hacer es fortalecerlos en lugar de aniquilarlos, si lo que se quiere son mejoras sistémicas en lugar de complicar un problema con soluciones ineficaces. do (o viceversa) según terna elaborada por el órgano proponente, de entre los aspirantes de mayor grado académico y/o edad o experiencia en el ejercicio de la función pública en general o de la electoral en particular. Que cuenten con voto de calidad. 7. Que si luego de 2 ó 3 rondas de votación, no se logra la mayoría requerida, se proceda de inmediato a la insaculación de entre las ternas respectivas. 8. Que la duración de su encargo sea en todos los casos de 7 años; que no se puedan reelegir bajo ninguna circunstancia, ni menos ser ratificados o confirmados en ningún caso y menos prorrogados por ningún motivo; que cuenten con las garantías laborales expresas necesarias para su desempeño (sueldo suficiente, inamovilidad durante su encargo, remoción excepcional, etc.) y que sean renovados escalonadamente por tercios o por mitades. 9. Que exista un formal procedimiento de remoción claramente regulado en ley con causales explícitas respetando el debido proceso y sus derechos humanos, pero que el correspondiente al Consejero Presidente sea más complejo que el de sus colegas y que no pueda ser iniciado por éstos. 10. Que los Institutos cuenten con mayor o verdadera independencia presupuestal. 11. Que el Servicio Profesional Electoral (SPE) sea obligatorio con bases, principios y funcionamiento igual en todos los casos; que salvo Consejeros, Secretarios y quizá Directores Ejecutivos, dicho SPE sea el medio privilegiado para acceder a puestos directivos y de estructura en los Institutos y que sea prevaleciente en número y en calidad sobre el personal administrativo permanente. 12. Que las estructuras operativas (distritales y/o municipales) sean permanentes. 13. Que los sistemas o programas de acopio, procesamiento y difusión de resultados electorales preliminares corran siempre a cargo de personal de los Institutos, sin posibilidad de contratar empresas privadas para realizar esos trabajos. 14. Que los Consejos Generales en pleno rindan informes por escrito al Senado y además presenciales a la sociedad civil y al Congreso local, de su gestión anual y de cada proceso electoral, tanto en lo electoral como en lo presupuestal. 15. Que queden expresamente prohibidos todo tipo de bonos de actuación, de marcha, de desempeño y en general todo sobre sueldo, reconocimiento o compensación, que no resida expresamente en la ley electoral o laboral, o en el presupuesto respectivo. De todos modos, en esta materia conviene asomarse a lo que la Constitución dispone hoy en el artículo 28 y en el sexto transitorio del decreto de reformas en materia de telecomunicaciones para la designación de los Comisionados del Instituto Federal de Telecomunicaciones y de la Comisión Federal de Competencia Económica. Es un proceso en marcha que hay que seguir en su desarrollo y analizar en sus resultados.

Estos principios generales podrían empezar a restañar la capacidad arbitral, prestigio y eficacia de los órganos estatales, aunque debo reconocer que en este apartado el demonio estará en el detalle de los artículos transitorios, sobre todo los relativos a los plazos o términos de entrada en vigor. Es decir, ¿El transitorio respectivo debe ordenar ya la renovación total de Consejeros Locales o simplemente debe mandatar que hay que esperar a que los actuales vayan terminando el periodo de gestión para el que fueron designados? ¿O quizá algo en medio, algo gradual a partir de cierta fecha? No quiero pasar a la pregunta siguiente sin esta admonición: Creo que hay que considerar estos requerimientos también para la designación de Consejeros Electorales del IFE. Sería contradictorio modificar el artículo 116 constitucional y no tocar el 41 en esta materia. Sería apenas consecuente con la historia reciente: No hay que olvidar que entre 1996 y 2007, mientras que el Congreso de la Unión hizo sólo ajustes menores al COFIPE, fueron los congresos locales y los institutos estatales los que avanzaron en temas innovadores del derecho electoral y de la operación fáctica, vigilancia y calificación de los comicios. En esta discusión indebidamente “chilangocéntrica”, las propias autoridades electorales locales se han tenido que hacer escuchar en lo individual o a través de sus organizaciones gremiales con dos señalamientos interesantísimos, que seguramente el Presidente de la Asociación de Consejeros Presidentes de órganos electorales locales, Don Fernando Herrera, abordará en la mesa 4 de este foro. Ellos dicen algo así: “1. Que se nos pruebe que somos una caterva de trúhanes y/o subordinados de los gobernadores. 2. Nosotros podemos hacer, además de lo que ya hacemos, también las elecciones federales.” SEGUNDA PREGUNTA: ¿Es posible ir a una homologación total de normas electorales, en todos los órdenes? Es posible ir pero no es conveniente de manera total. Se requiere cierta homologación pero no total. Me explico: es necesario combatir la terrible dispersión normativa y hacer del COFIPE una LEY GENERAL para estandarizar a nivel nacional cuando menos los siguientes temas: 1. Plazos para Precampañas y para inter campañas. 2. Plazos y métodos para el reclutamiento, selección y capacitación de funcionarios de casilla. 3. Plazos y mecanismo de ubicación de casillas y de conformación de sus mesas directivas. 4. Plazos y método para la determinación del diseño y contenido de los materiales y documentación electorales. 5. Geografía electoral (redistritación en particular). 6. Plazos de realización de Encuestas y difusión de sus resultados, así como sanciones para incumplimiento. 7. Plazos de la realización de la fiscalización, publicación de resultados y sanciones por violaciones graves.

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8. Plazos y métodos de obtención y difusión de resultados electorales preliminares y definitivos. 9. Plazos y términos para recepción, procesamiento y resolución de impugnaciones en el ámbito local, etc. En esta idea de transformar al IFE en autoridad nacional electoral, quizá en estas 9 materias sea hasta necesario y conveniente atribuirle facultades pertinentes. Para tal efecto, consideremos que parece ser que luego del ruido político previo y posterior a los comicios locales de julio pasado, y luego de la presentación de la iniciativa presidencial de reforma energética de ayer, las cosas empiezan a serenarse en la materia electoral. Esto es así pues, aunque las fuerzas opositoras al PRI han condicionado la aprobación de las reformas energética y hacendaria a la reforma política electoral, resulta que para lograr ésta se requiere al PRI, que además de ser la fuerza parlamentaria determinante por la dimensión de sus bancadas, si bien propone crear el INE, no propone desaparecer los órganos electorales locales. No lo hizo en su propuesta de reforma electoral de 2007 en el marco de la Ley de la Reforma del Estado y no lo ha hecho en esta coyuntura. De ese análisis parlamentario extraigo la conclusión de que el Instituto Nacional Electoral avanza inexorable pero ya sin afrentas al pacto federal y esa es una premisa completamente distinta a la que no tengo porque oponerme y cuya virtud es precisamente el justo medio. Si el INE va así, que vaya. Cualquier reforma constitucional que sirva para mejorarle al IFE sus atribuciones, su posición en el concierto institucional, su autonomía política, su vida interna, sus capacidades técnicas, sus relaciones con los otros órganos y poderes del Estado mexicano, bienvenida. Lo digo porque soy orgulloso miembro de la generación fundadora del IFE, he trabajado en el IFE en tres ocasiones y con el IFE en una más desde los órganos electorales locales. Conozco el IFE y uno de los institutos locales en su diseño conceptual y por dentro en la operación en pleno proceso electoral, y estoy cierto que el sistema entero es uno de los pilares fundamentales de la vida democrática del México contemporáneo. La historia del IFE y la de los órganos locales tienen su propio peso y dinámica pero también ondas expansivas hacia y desde la historia de México que permiten entender mejor nuestra organización federal y la transformación de nuestro régimen político. Juntos son la garantía civilizatoria insustituible de la competencia política pacífica al hacerla discurrir por los cauces constitucionales y por reglas procedimentales uniformes y conocidas.


Columna

Sin embargo, creo que ahora el asunto es de viabilidades. La viabilidad política es la reina y parece que está al alcance, quizá se concrete este mismo mes de agosto o quizá en septiembre. Sin embargo, hay que detenerse un poco en la viabilidad de finanzas públicas, pues habrá que hacer rápidos cálculos, pero responsables, para determinar el nuevo perfil presupuestal de la autoridad electoral nacional. Aquí hay que recordar también que además de la inminente creación del INE, la reforma política de 2012 le asignó nuevas tareas al IFE en materia de participación ciudadana e iniciativa y consulta populares, lo que ya demanda nuevas o incrementadas partidas de gasto institucional. Viabilidad institucional: debemos tener presente que hoy el IFE, en lugar de nueve Consejeros, tiene ocho y que cuatro de ellos llegarán al término de su gestión en menos de 80 días; eso significa que además de nombrar cinco nuevos (o quizá siete, si la propuesta panista- perredista en el Senado gana tracción), habrá un gran recambio también de mandos superiores y medios en la institución a principios de noviembre o en diciembre. Todas estas variables presentan retos mayúsculos que en ocasiones anteriores han sido superados casi siempre eficazmente. Si la reforma viene en ese tono y la seriedad se impone, como parece que va a suceder: SÍ AL INE. TERCERA PREGUNTA: ¿Una legislación nacional electoral atenta contra los principios del federalismo? No atenta, si es conducente a una mejora sistémica del conjunto. Atenta si sólo propugna un nuevo centralismo extralógico. Les doy apenas unos datos que expresan una enorme diversidad normativa en materia de conducción institucional de los órganos electorales locales y que requieren intervención legislativa del Constituyente Permanente. Así como hay lecciones que hay que aprovechar, existen deficiencias que hay que acometer: 1. Perfil democrático. Todos los Institutos se rigen por los cinco principios constitucionales de la función electoral (certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad), pero las normas locales les han asignado a 20 de ellos principios rectores adicionales, como definitividad, profesionalismo, equidad, constitucionalidad, veracidad, austeridad y/o transparencia, entre otros. 2. Profesionalización en órganos desconcentrados. Los órganos Distritales son en todos los casos integrados por funcionarios del servicio profesional electoral, salvo en 7 estados (Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Morelos, Nayarit, NL y Tlaxcala). 3. Requisitos de elegibilidad. Los candidatos a Consejeros deben tener más de 21 años (Campeche), o de 27 (Coahuila), o de 30 (Puebla) o entre 30 y 70 (Querétaro). Destacan 9 entidades que no exigen ni

siquiera título profesional (BCS, Guanajuato, Morelos, Nayarit, NL, SLP, Sonora, Tamaulipas y Tlaxcala). 4. Equidad de género. Hay que destacar a 8 estados (Chihuahua, DF, San Luis Potosí, Sonora, Morelos, Veracruz y Zacatecas) cuyos congresos se han dado una norma que no existe en la ley federal: cuota asegurada de Consejeras. 5. Detonador de proceso de selección. Inicia en todos los casos por convocatoria pública y/o por consulta abierta (nominación social), salvo en 10 entidades (Aguascalientes, BCS, Campeche, Colima, Guanajuato, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Oaxaca y Zacatecas), donde la nominación inicial corre directamente y exclusivamente a cargo de los grupos parlamentarios, los partidos o el propio Congreso local (nominación política). Sólo en 5 estados (BC, NL, SLP, Sinaloa y Yucatán) los ciudadanos, los partidos políticos, las Universidades y/o grupos sociales también pueden presentar propuestas. 6. Selección profesionalizada. En todas las entidades federativas se requiere a los interesados comparecencia, examen de conocimientos y/o entrevista, pero en la mayoría sólo se acude a estos mecanismos si no hay acuerdo político entre los partidos. 7. Calendarización de la selección. Cuando existen, los plazos y términos para inscripción de aspirantes y para la elección o designación son variables, aunque las normas aplicables nada dicen al respecto en 14 entidades (Aguascalientes, Campeche, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Oaxaca Quintana Roo, SLP, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala y Zacatecas). 8. Umbral parlamentario de designación. Para votar los nombramientos, la regla es que se requiere mayoría de 2/3 de los diputados integrantes del Congreso o de

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2/3 de los presentes, pero Guerrero sólo pide mayoría simple. Al fallar las mayorías referidas, sólo en 8 Estados (Aguascalientes, BCS, Chihuahua, Colima, Durango, Michoacán, NL y Yucatán se acude a la insaculación). 9. Conformación numérica de Consejos Generales. Los Institutos tienen 5 Consejeros (en 14 Estados), 7 Consejeros (en 16 Estados) y 9 (sólo en Puebla y SLP). Duran en el cargo 3 años (en 7 Estados), 4 años (en otros 7 Estados), 6 años (en otros 7 Estados), 7 años (en otros 7 estados) y 9 años (sólo en Durango y Veracruz); en dos casos extremos, Sinaloa y Sonora, los Consejeros ejercen su cargo sólo dos procesos electorales. 10. Reelección de Consejeros. Sólo en 7 Estados (Campeche, DF, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tabasco y Veracruz) está expresamente prohibida, mientras que en el resto de los 25 Estados está expresamente permitida o bien posibilitada la prórroga en el periodo o la ratificación. Estoy por terminar, moderador, quiero citar al hoy Consejero Electoral Lorenzo Córdova y al Director de la Revista Mexicana de Derecho Electoral, Cesar Astudillo, que en un libro de 2010 sobre los órganos electorales locales decían: “..Englobar a todos los institutos electorales en una indistinta categorización sin hacerse cargo de sus diferencias institucionales, estructurales, funcionales y de desarrollo, parece ser una mala idea para fundamentar una propuesta de una envergadura y con un impacto tan profundo” “Constituye un despropósito que desplaza la historia individual de cada entidad federativa y hace caso omiso al empeño y el compromiso que muchos funcionarios electorales han demostrado en el transcurso de los años.” “la solución no es sustraer facultades que actualmente están reservadas al ámbito local para concentrarlas en órganos nacionales. Se trata de una salida falsa.” Termino: recordemos que Bovero decía que el derecho y la política son las dos caras de una misma moneda, y que Reyes Heroles decía que no es posible neutralizar un exceso con un exceso contrario. Muchas gracias. Buenas tardes.


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El debate de los drones

Las Máquinas asesinas De The Atlantic en especial para Transición en México

Por Mark Bowden

Cómo pensar en torno a los drones

M I. Injusticia.

edita David. El joven pastor se “crece” en el singular combate contra el filisteo gigante Goliat. Armado tan sólo con una frágil honda enfrenta al temible guerrero vestido con un casco desgastado y una armadura hecha de malla empuñando un lanza con la punta tan pesada como un trineo y la vara (poste, palo, barra) como madero de telar. Goliat desestima la proximidad del muchacho: “¿Soy un perro para que vengas a mí con palos?” (1 Samuel 17).

Entonces, como se sabe, David mata al arrogante gigante con una sola piedra lisa de su honda. Una historia para alegrar los corazones de los oprimidos de todo el mundo, la moraleja bíblica es: Es mejor tener a Dios de tu lado. Pero, al hacer de lado el contexto teológico lo que queda es una parábola acerca de la tecnología. La honda, una pequeña y ligera arma que emplea la simple física para lanzar un misil con fuerza letal a distancia, fue una innovación que transformó las ventajas del gigante en insignificantes. Ignoró el espíritu de competencia. El arma de David fue, como todos los avances significativos en la guerra, esencialmente injusta. Como cualquiera que ha estado en combate podrá decir, lo último que desea es una pelea justa. La tecnología ha inclinado la balanza de las batallas desde la caída de Goliat. Yo nací en la época en que las guerras se inician pulsando un botón. Ivy Mike, la primera bomba termonuclear, capaz de vaporizar una metrópoli moderna (actual), de asesinar millones de personas a la vez, fue detonada sobre el Pacífico antes de mi segundo cumpleaños. Al crecer, el concepto de aniquilación global no era sólo ciencia ficción. Llevamos a cabo simulacros de defensa civil. Durante mi vida esa evolución dio un giro sorpresivo de 180 grados. Actualmente, nos encontramos confundidos en la encrucijada entre lo legal y lo moral acerca de los drones, un arma que puede localizar y atacar un simple objetivo, generalmente, una sola persona, por vía control remoto. A diferencia de las armas nucleares, los drones no emergieron de programas vanguardistas y multimillonarios de la ciencia, esto no es completamente nuevo. El primer dron Predator consistía en un motor de un

motonieve montado en un planeador. Cuando son conectados a comunicación vía satélite a un centro de control remoto de radio control, los drones aprovechan métodos de telecomunicaciones perfeccionados hace años por televisoras, de hecho la Fuerza Aérea (Air Force) ha pedido asesoría a ESPN. Pero cuando se unen estas tecnologías dispares, lo que resulta es un arma capaz de localizar y matar a cualquier persona en cualquier lugar del mundo. Los ataques de drones están lejanos de la destrucción atómica de ciudades enteras, pero el horror de la guerra no se ve disminuido cuando éste se reduce en escala. En todo caso, el acto de localizar intencionalmente a una persona y adicionalmente ejecutarla a distancia, reduce la guerra a un acto espantoso. Un día del pasado enero, una pequeña patrulla de marines en el sur de Afganistán iba de camino al atardecer por un camino lodoso, cerca de Kandahar, evadía bombas plantadas, cuando sus integrantes fueron atacados inesperadamente. Los marines buscaron refugiarse, ya que una destartalada camioneta se les acercó y sus ocupantes les comenzaron a dispararles con algo que sonaba como una enorme arma. En otro continente, en una zona horaria distinta, un delgado soldado estadounidense, de 19 años, se sentó en un escritorio ante un gran monitor a color, observaba esta acción en sorprendente alta definición. El jamás había estado cerca de una batalla. Se graduó directamente del entrenamiento básico de la secundaria (high school), y fue uno de los pocos seleccionados invitados a volar a distancia los Predators. Esta fue su primera vez en los controles, esencialmente una palanca de mando (joystick) y el monitor. El dron volaba aproximadamente a 15.000 pies (4,500 metros) por encima de la patrulla sitiada, cada miembro marcado claramente en blanco y negro en su monitor mediante una señal infraroja en el uniforme. Él había sido instruido para vigilar la patrulla sin moverse, lo que signi-

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ficaba “pase lo que pase y sin entrar en pánico”. Nadie esperaba que pasara algo, sin embargo algo ya estaba sucediendo. El joven piloto a distancia realizó un acercamiento para enfocar a la camioneta. Observó en su caja una ametralladora calibre 50, un arma que podría hacer más daño a un ejército que un pelotón de Goliats. Un coronel, mirando por encima de su hombro le dijo: “Ellos fueron localizados por el enemigo y los van a matar sino haces algo”. El coronel pidió al piloto apuntar hacia la camioneta. Un botón de la palanca de control acercó la retícula generada por la computadora, la cual mostraba las coordenadas exactas, distancia, dirección, rango, etcétera. Una vez que la computadora ubicó la camioneta, apuntó al objetivo en movimiento. “¿Estás listo para ayudar?”, preguntó el coronel. Una superposición de la retícula mostró anticipadamente el radio de la explosión de un misil AGM114 Hellfire, el dron llevaba dos. Por medio de una comunicación vía digital, el coronel dio órdenes de retroceder a los hombres que se encontraban en tierra, luego les dio unos segundos para hacerlo. El piloto escudriñó el vehículo. Aquellos quienes han visto “videos” no confidenciales de ataques aéreos, tienen sólo una débil apreciación respecto a la visión sólo permitida a militares y la CIA. “Yo podía ver exactamente qué clase de arma estaba detrás.” El piloto me lo dijo después. “Podía ver dos hombres en el frente, sus rostros estaban cubiertos. Uno iba en el asiento del copiloto y el otro estaba en el asiento del conductor, después uno tomó el arma y creo que había otro en la caja de la camioneta, pero él no se distinguía desde mi ángulo. Por la radio, ellos podían escuchar a los marines gritando pidiendo auxilio. “Fuego uno”, dijo el coronel. El Hellfire es un misil antitanque de 100 libras, diseñado para destruir vehícu-


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los blindados. Cuando la explosión de humo se disipó, sólo había un cráter humeante en el camino de tierra. "Yo estaba muy asustado", dijo el piloto. "Todo mi cuerpo temblaba. Fue algo completamente distinto. La primera vez que se hace, se siente casi mal. No es fácil quitarle la vida a una persona. Es difícil pensarlo. Muchos chicos me felicitaban, diciéndome: "Tú los protegiste; hiciste tu trabajo. Para eso fuiste entrenado", así que fuiste un buen refuerzo. Pero aún así los sigo pensando.” Una de las cosas que le molestaba, y que todavía le siguió molestando meses después, era que había asestado este golpe mortal sin haberse puesto en ningún peligro. Los hombres que mató, y los infantes de marina en tierra, estaban en guerra. Ellos estaban arriesgando sus vidas. Mientras que él estaba trabajando su turno en edificio de confortables oficinas, dentro de la base militar, en un país pacífico. Parecía injusto. Él se había inspirado en alistarse motivado por las historias de batalla viriles de su abuelo en la guerra de Corea. Había querido demostrarse a sí mismo y para su familia, para que se sintieran orgullosos de él como lo habían sido de su Pop-Pop. "Pero esto era una sensación extraña", dijo. "Te sientes mal. No te sientes digno. Estoy sentado allí, sano y salvo, y esos muchachos allá abajo están en el medio de todo, y yo puedo tener un mayor impacto que ellos. Es casi como si yo no mereciera estar a salvo”. Después de matar a Goliat, David fue nombrado comandante de los ejércitos de Israel y se le dio la mano de la hija del rey Saúl. Cuando el Pentágono anunció a principios de este año que iba a conceder una nueva medalla a los pilotos de drones y guerreros cibernéticos, provocó tal indignación de los veteranos que la producción de la nueva condecoración se interrumpió y el secretario de Defensa sometió la medalla a un examen y luego la eliminó. Los miembros del Congreso presentaron una legislación para asegurar que tales reconocimientos estuvieran catalogados bajo el Corazón Púrpura, la medalla dada a todos los soldados heridos.

¿Cómo puede alguien que nunca ha estado físicamente en el combate recibirá una condecoración de combate? La pregunta apunta a algo más importante que las medallas de guerra, yendo a la esencia nuestra inquietud por el avión no tripulado. Al igual que la honda, el dron fundamentalmente altera la naturaleza del combate. Mientras que el joven piloto del Predator superó su malestar- claramente justificable disparado en combate convencional, y los marines en tierra expresaron su sincero agradecimiento, la sensación de injusticia permaneció. Si el soldado que jala seguirá siente esto, imagina las emociones de aquellos en el destino final, recogiendo lo que queda de las partes del cuerpo de sus esposos, padres, hermanos, amigos. ¿A dónde dirigen su ira? Cuando una persona equivocada es apuntada, o un espectador inocente es asesinado, imagine la sensación de impotencia y rabia. ¿Cómo aquellos que sobrevivien contraatacan? Ningún ejército está dispuesto contra ellos, ningún aeropuerto está próximo para ser atacado. Si logran derribar un avión de este tipo, ¿qué han hecho sino deshabilitar una pequeña máquina? No importa cuán justificada nos parezca un ataque, no importa cuán cuidadoso y hábilmente sea llevado a cabo, para aquellos en el destino final es muy arrogante, el acto de un enemigo tan distante y superior que es intocable. "El mensaje político [de ataques con drones] hace hincapié en la disparidad de poder entre las distintas partes y refuerza el apoyo popular a los terroristas, que son vistos como David luchando contra Goliath", Gabriella Blum y Philip B. Heymann, ambos profesores de derecho de Harvard, escribieron en su libro de 2010 Laws, Outlauws and terrorist: lessons from the war on terror. Por parte, acudiendo a la fuerza militar y no a la policía, los asesinatos selectivos podrían fortalecer el sentido de la legitimidad de las operaciones terroristas, que a veces son vistos como la única opción viable para el débil para combatir contra un poderoso imperio“.

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¿No es de extrañar que el enemigo se apodere de objetivos de oportunidad, una cafetería llena de gente, un avión de pasajeros, la meta de un maratón? No hay justificación moral para atacar a civiles deliberadamente, pero es comprensible por qué se hace. Podría decirse que la principal razón de los ataques terroristas en solitario en los últimos meses, en todo el mundo occidental, han sido una respuesta a los ataques de drones. Esta nueva arma es eficaz. Su extraordinaria precisión hace que sea un avance en la guerra humanitaria. En teoría, cuando se usa con mesura, es el arma perfecta contra el terrorismo. Se dirige a los asesinos indiscriminados con exquisita discriminación. Pero debido a que su objetivo nunca puede ser perfecto, sólo puede ser tan buena como la inteligencia que lo guía, a veces mata a la gente equivocada, incluso cuando no lo hace, su eficiencia es literalmente inhumana. Entonces, ¿cómo debiéramos sentirnos acerca de los drones?

II. Mirada Gorgon

El Departamento de Defensa cuenta con un centro de control del secreto en Dubai con una pantalla IMAX en la sala principal que puede proyectar imágenes de video de docenas de aeronaves de este tipo a la vez. La Fuerza Aérea ha sido orientada para que pueda mantener la capacidad de 65 patrullas aéreas de combate. Cada uno de ellas consiste en varios drones, y mantiene visibilidad constante sobre un blanco potencial. El centro de Dubai, de acuerdo con alguien que lo ha visto, se asemeja a un centro de control de la NASA, con cientos de pilotos y analistas dispuestos en filas ante monitores. Este es un largo camino desde el primer ataque conocido con Drones, el 4 de noviembre de 2002, cuando un misil Hellfire lanzado desde un Predator sobre Yemen hizo explotar un vehículo que transportaba a Abu Ali al-Harithi, uno de los líderes de al-Qaeda responsable del bombardeo en el 2000 de la USS Cole. Asesinado junto con él, en el coche había otros cinco, entre ellos un ciudadano estadounidense, Kamal Derwish, sospechoso de liderar una célula terrorista con sede cerca de Buffalo, Nueva York. El dron usado ese día había sido recientemente reconfigurado como un arma. Durante las pruebas, sus diseñadores se preocupaban de que el retroceso del misil dañara la nave ligera. No lo hizo. Desde ese día, los drones han matado a miles de personas. John Yoo, profesor de derecho quien se vio envuelto en una gran controversia como consejero legal del presidente George W. Bush sobre las prácticas de interrogatorio severas, se sorprendió de que los ataques drones hayan provocado tan poca indignación. "Pienso que usted es un civil liberal debería estar mucho más molesto por el avión que por Guantánamo y los interrogatorios", me dijo cuando lo entrevisté hace poco. "Porque pienso que la privación más radical de la libertad es el gobierno quitándole la vida a alguien. Pero con los asesinatos por drones, tú como un


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miembro del público no ves nada. Uno lee informes quizá de personas que mueren por estos aviones, pero sucede a 4,800 Km de distancia y no hay imágenes, no hay restos, no hay escombros que alguien en los Estados Unidos que se lleguen a ver. Es una especie de juego de video, como Call of Duty". Lo menos destacable del sistema es el propio avión. La Fuerza Aérea rechaza la palabra dron, que evoca robots voladores autónomos, lo que refuerza la idea de que los seres humanos no lo pilotean. La Fuerza Aérea prefiere que sean llamados Aeronaves remotamente pilotadas. Pero esta batalla lingüística ya se está perdiendo: mi nuevo diccionario Americano Oxford ahora define a los drones como – además de una abeja macho y monótona una aeronave o misil sin piloto controlado remotamente. A pesar de que las aeronaves varían en tamaño desde un Raven –del tamaño de la palma de la mano que utilizan las unidades de infantería para poder ver sobre la siguiente colina, hasta el Global Hawk que es del mismo tamaño que un Boeing 737, la nave en sí misma es un avión. La mayoría de los drones son de hélice y de tecnología de movimiento lento que data de principios del siglo 20. En diciembre de 2012, cuando Irán logró reconstruir una versión rehabilitada de un Scan-eagle que se había estrellado en aquel país, se presentó en la televisión nacional iraní como un importante golpe de inteligencia. "Podrían haber ido a Radio Shack y capturar el mismo secreto tecnológico”, confesó a The New York Times el vicealmirante Mark I. Fox, jefe adjunto de la Marina para las operaciones, planes y estrategia. El vehículo tenía menos poder de cómputo que un teléfono inteligente, agregó. Aun cuando el año anterior Irán logró recuperar un derribado Centinela RQ-170, un vehículo desarmado furtivo no tripulado utilizado principalmente por la CIA y uno de los más sofisticados drones de la flota, todo el interior sensible había sido destruido a distancia antes de que se apoderaran de él. James Poss, un general mayor retirado de la Fuerza Aérea, quien ayudó a supervisar el desarrollo del Predator, dice que ha llegado a tener tanta fascinación por el vehículo que ha adoptado el lema "Es el datalink estúpido." La nave es esencialmente un conducto, un ojo en el cielo.

Separado de su respaldo, de sus enlaces satelitales y sus procesadores de datos, sus analistas de inteligencia y su controlador, el dron es tan inútil como un globo ocular desconectado del cerebro. Lo que lo hace destacable es lo que la Fuerza Aérea llama PED (procesamiento, explotación y difusión). A pesar de toda la atención en los misiles, lo que le da al drone su valor singular es la capacidad de proveer vigilancia permanente y a relativamente bajo costo, observando un blanco continuamente por horas, días, semanas e inclusive meses. Los misiles fueron montados en los Predators solamente porque se perdía mucho tiempo al lanzar una misión desde plataformas militares más convencionales. Ese retraso reducía o eliminaba la ventaja clave ahora ofrecida por el avión. Con la constante vigilancia en tiempo real un controlador puede atacar con el blanco en la mira. Éste puede, por ejemplo, elegir un momento cuando su víctima está aislada, o viajando en un automóvil, reduciendo la posibilidad de herir a alguien más. Hace poco hablé con un piloto de la Fuerza Aérea que pidió ser identificado sólo como Mayor Dan. Ha registrado 600 horas de combate en el bombardero B-1, y en los últimos seis años, más de 2.000 horas volando del Reapers, la versión más grande y más fuertemente armado del Predator. Describe el Reaper como significativamente mejor herramienta de combate para esta misión que el B-1. Lo único que se pierde cuando se va de un B-1 a un Reaper, dice, es la emoción de la encender cuatro propulsores. Desde la perspectiva del piloto, los aviones tienen varias ventajas clave. En primer lugar, la duración de la misión puede ser extensa. Sin tener que tratar de permanecer

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despierto durante misiones largas, ni soportar el estrés físico y mental de vuelo. "Después de haber estado sentado en un asiento de eyección durante 20 horas estás muy cansado y dolorido", agrega Dan. Además, los drones ofrecen ahora una mayor conciencia de lo que está ocurriendo sobre el terreno. Ellos rutinariamente observan objetivos por periodos prolongados, a veces durante meses, antes de que se tome una decisión de lanzar un misil. Una vez que el B-1 se encuentra en vuelo, la capacidad de observación del terreno es más limitado que lo que está disponible a un piloto de dron en una estación en tierra. Desde su puesto de mando en el Pentágono, Dan no está solamente observando el objetivo en tiempo real, sino que tiene acceso inmediato a todas las fuentes de información al respecto, incluyendo una línea de chat con los soldados en el terreno. Dan estaba tan entusiasmado con estas y otras ventajas de los drones que, hasta que lo presioné, no dijo nada acerca de los beneficios de llegar a casa con su familia y dormir en su propia cama. Dan tiene 38 años, casado, con dos hijos pequeños. Desde su graduación de la Academia de la Fuerza Aérea, se ha trasladaba en diversas ocasiones a bases lejanas durante extensas misiones. Ahora está regularmente en casa para cenar. La claridad deslumbrante de la óptica del dron tiene una desventaja. Como piloto de B-1, Dan no conoce los detalles acerca de los efectos de sus armas hasta una reunión post-misión. Pero al volar un dron, él ve la masacre de cerca, en tiempo real, la sangre y partes del cuerpo separadas, la llegada de los servicios de emergencia, la angustia de los familiares y amigos. A menudo él ha visto a la gente que mata por un largo tiempo antes de apretar el gatillo. Los pilotos de aviones drones se familiarizan con sus víctimas. Los ven en su vida cotidiana -con sus esposas y amigos, con sus hijos. La guerra por control remoto resulta ser íntima y perturbadora. Los pilotos algunas veces resultan afectados. "Existe una conexión muy visceral con las operaciones en la tierra", dice Dan. "Cuando uno ve el combate, cuando escucha al chico que está apoyando a quien está bajo fuego, se percibe la tensión en su voz, se escuchan las emociones a través de la radio, se ven los rastreadores y proyectiles que se disparan, y cuando eres llamado a disparar un misil o dejar caer una bomba, atestiguas los efectos de ese poder". El lo atestigua de manera más inmediata que en el pasado, y desdeña la idea de que él y sus compañeros pilotos de drones son como videojugadores, separados


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de la realidad de sus acciones. En todo caso, están mucho más apegados. Al mismo tiempo, rechaza la idea de que la masacre que ahora ve de cerca es emocionalmente agobiante. En mi mente, comprendo lo que hice, yo no diría que una fue significativamente diferente de la otra ", dice. Los drones obtienen tres principales tipos de datos: visual; infrarrojo (gracias a una cámara con sensor de calor que puede ver a través de la oscuridad y las nubes), y de lo que se llama señales de inteligencia (SIGINT, por sus siglas en inglés), reunidas electrónicamente a través de dispositivos y otros sensores. Uno de tales dispositivos es conocido como LIDAR (una combinación de las palabras de la luz y de radar), que puede mapear áreas grandes en 3-D. Los sensores ópticos son muy buenos y la matriz de píxeles tan densa, que el dispositivo puede acercarse con claridad a los objetos a pocos centímetros desde una altura de más de más de 15.000 pies. Con ayuda de las computadoras para eliminar la distorsión y contrarrestar el movimiento, el software de reconocimiento facial está muy cerca de ser capaz de elegir personas dentro de una multitud. Los operadores no tienen ni siquiera que saber exactamente dónde buscar. "Ponemos en la escena [de 2011] un sistema llamado “Mirada Gorgon", el teniente general Larry James, subjefe de la Fuerza Aérea de inteligencia, vigilancia y reconocimiento, me dijo. "En lugar de un punto de visión reducida, ponemos esencialmente 10 cámaras que se acoplan entre sí y te da una zona de visión muy amplia de alrededor de cuatro kilómetros por cuatro kilómetros -del tamaño de la ciudad de Fairfax, [Virginia]- que se puede ver continuamente. La fidelidad no es tan alta en términos de lo que la cámara puede captar, pero puedo ver el movimiento de los coches y la gente. Ahora, en vez de mirar a un pequeño espacio, que puede ser una villa o un campamento, puedo observar la ciudad entera continuamente durante todo el tiempo que estoy volando ese sistema en particular." La tecnología de vigilancia permite más que sólo mirar: las computadoras almacenan las imágenes en movimiento para que los analistas pueden marcar un tiempo y lugar en particular, o marcar ciertas personas y vehículos para dar instrucciones a las máquinas para realizar un seguimiento en el tiempo. Un sospechoso líder de una célula terrorista o un fabricante de bombas, dice, se puede ser observado durante meses. La computadora puede entonces instantáneamente dibujar mapas que muestran los patrones de movimiento: dónde estuvo el objetivo, cuándo hubo visitas o entregas a su hogar. Si tú fueras observado de esta manera durante un período de tiempo, los datos podrían no solamente hacer un retrato de tu rutina diaria, sino además identificar a todos aquellos con quienes estás asociado. Añade a ésto la intercepción de celulares,

mensajes de texto, y correo electrónico, y verás cómo las unidades de operaciones especiales en Irak y Afganistán pueden, después de un solo arresto nocturno, reunir a redes enteras antes del amanecer. Todo esto requiere de la recolección y manipulación de grandes cantidades de datos, lo que, dice James, es el reto técnico más difícil. "El video, por ejemplo", dice. "ESPN tiene todo tipo de herramientas con las que se puede encontrar a Eli Manning en cada vídeo que fue grabado durante el último año, y probablemente lo pueden hacer en 20 minutos. Entonces, ¿cómo trasladar ese tipo de herramientas [a labores de inteligencia]? Bueno, quiero encontrar esta camioneta pick-up roja de 1976 en toda la pieza de vídeo que he grabado en esta zona durante los últimos tres meses. Tenemos un tarea bastante difícil que trabajar con el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y la comunidad comercial para entender qué herramientas puedo aportar que ayuden a dar sentido a todos estos datos”. Para ser utilizado con eficacia, un dron debe ser capaz de volar sobre un blanco potencial por largos períodos. Un Predator típico puede permanecer en el aire durante aproximadamente 20 horas y los drones son utilizados en relevos para mantener una patrulla aérea de combate continuo. Los satélites de vigilancia pasan sobre un punto dado sólo una vez durante cada órbita a la Tierra. El U-2, el avión espía más exitoso en la historia, puede permanecer en el aire aproximadamente 10 horas, debido a la necesidad de reabastecerlo. El Predator da a las agencias militares y de inteligencia una opción de vigilancia que es mucho menos costoso y más útil porque vuela sin tripulación bajo y despacio.

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Precisamente los drones por volar tan bajo y tan lento, y tener una firma electrónica "ruidosa", es posible operarlos fuera de un espacio aéreo controlado. La Fuerza Aérea de Estados Unidos controla totalmente el cielo sobre zonas de guerra activa como Afganistán e Irak, y tiene poco que temer sobre países como Yemen, Somalia y Mali. En las regiones agrestes del noroeste de Pakistán, donde se han producido la mayoría de ataques con drones, el Pentágono opera con la aprobación tácita del gobierno paquistaní. Sin tal permiso, o sin una capacidad de protección robusta, el avión representa un tiro fácil. Su enlace de datos puede ser interrumpido, atascado o secuestrado. Es solamente un poco más difícil de derribar que a un globo aerostático. Esto significa que hay poco peligro de ataques de drones enemigos en América en el corto plazo. La tecnología de drones tiene aplicaciones que van mucho más allá de los usos militares, desde investigaciones policiales o investigaciones arqueológicas hasta estudios ambientales. A medida que se hacen más pequeños y más baratos, se convertirán en algo común. ¿Significa esto que el gobierno podría algún día comenzar a disparar a los indeseables en las aceras de la ciudad? Improbable. Nuestro sistema legal entero tendría que derrumbarse primero. Si la policía sólo quisiera disparar a distancia a la gente en la calle, ya se tiene la capacidad que se remonta a la invención del rifle Kentucky largo y antes de eso, la ballesta. Ayudé a cubrir el único caso conocido de un gobierno local dejando caer una bomba en su propia ciudad en 1985, cuando una secta de culto “back-to-nature” se encontraba en un enfrentamiento armado con la policía de Filadelfia. El entonces alcalde Wilson Goode, autorizó dejar caer una bolsa llena de explosivos desde un helicóptero sobre un bunker en una azotea del oeste de Filadelfia. La bomba causó un incendio que consumió una manzana completa. El incidente vivirá durante mucho tiempo en los anales de la estupidez municipal. La capacidad de hacer lo mismo con un dron no lo hará de esta decisión una más inteligente,

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o más probable. En cuanto a los ojos de Big Brother en el cielo, las autoridades han estado monitoreando los espacios públicos con cámaras aéreas, helicópteros y aviones desde hace décadas. Mucha gente piensa que es una buena idea. El dron es nuevo sólo en que combina la tecnología conocida en una nueva forma original de aeronave, los enlaces de telecomunicaciones globales, la óptica, sensores digitales, supercomputadoras, etc. Se reduce considerablemente el costo de la vigilancia permanente. Cuando está armado, se convierte en una notable herramienta altamente especializada: un arma que emplea la física sencilla para lanzar un misil de fuerza letal a la distancia, un primer paso hacia un mundo en el que ir a la guerra no significa alinear a un ejército, o poner a cualquiera de sus propios soldados, marinos o pilotos en riesgo.

III. La lista de muertes

Es la lista más exclusiva del mundo, y no querría estar en ella. El procedimiento puede haber cambiado, pero hace varios años, en el apogeo de la guerra de drones, el presidente Obama sostuvo reuniones semanales antiterroristas en las que se le presentó una lista de posibles objetivos -sobre todo de al-Qaeda o figuras talibanescon fotos y breves biografías presentados como "un anuario de la escuela secundaria", según un informe publicado en The New York Times. La lista producto de un proceso de selección riguroso que la administración ha mantenido en secreto. Durante la campaña para la Casa Blanca en 2008, Obama dejó en claro (aunque algunos de sus seguidores escuchaban atentamente) que respaldaría el uso de drones para ir tras lo que él consideraba el objetivo militar apropiado post-9/11, o sea "el núcleo de al-Qaeda”. Cuando asumió el cargo, heredó una guerra de drones que ya se estaba expandiendo. Hubo 53 ataques conocidos dentro de Pakistán en 2009, según cifras reunidas de reporte de prensa por el diario The Long War Journal, más de 35 en 2008, y solamente cinco el año anterior a ese. En 2010, el total anual se duplicó a 117. El ataque fue eficaz, al menos por algunas medidas: cartas incautadas en el 2011 tras el ataque que mató a Osama Bin Laden, muestran su consternación sobre la lluvia de muerte por drones. Mientras el análisis de inteligencia de Estados Unidos mejoró, el número de objetivos proliferó. In-

cluso algunos de los partidarios del programa temían que estuviera creciendo fuera de control. La definición de un objetivo legítimo y los métodos empleados para realizar un seguimiento de tal objetivo fueron sospechosos cada vez más. Basándose en las agencias de inteligencia de otros países en busca de ayuda, el Pentágono fue en algunas ocasiones manipulado para atacar personas que se creía que eran los líderes terroristas, pero que pudieron no haber sido, o estar implicados en las prácticas que violan los valores estadounidenses. Los periodistas y académicos trabajando en las zonas donde los ataques con Predator se habían vuelto comunes advirtieron de un gran contragolpe. Gregory Johnsen, un alumno de estudios del Cercano Oriente en la Universidad de Princeton, documentó el fenómeno en 2012 en un libro acerca de Yemen titulado “The Last Refuge”. Mostró que los ataques con drones en Yemen tendían a tener un efecto contrario al deseado, sobre todo cuando las personas que no eran extremistas resultaban muertas o heridas. Los drones no han debilitado a la organización Al-Qaeda, argumentó, ya que la organización ha crecido al triple. "Los ataques de Estados Unidos y particularmente los que matan a civiles, -ya sean hombres o mujeres- están sembrando las semillas de las futuras generaciones de terroristas", escribió en su blog el año pasado. Michael Morrell, que era el director adjunto de la CIA hasta junio, fue uno de los que abogó por la moderación en el gobierno estadounidense. Durante las reuniones con John Brennan, quien fue asesor de contraterrorismo de Obama hasta que asumió el cargo de director de la CIA, en la primavera pasada, Morrell dijo que le preocupaba que el objetivo predominante parecía ser el uso de drones como artillería, atacando a cualquiera que pudiera encajar en la definición de terrorismo -un enfoque burlonamente llamado "Whack-AMole". Morrell insistió en que si el propósito del programa de drones era para disminuir a Al-Qaeda y proteger a Estados Unidos de ataques terroristas, entonces ataques indiscriminados eran contraproducentes. Brennan lanzó un esfuerzo para seleccionar los objetivos más cuidadosamente. Formalizando una serie de reuniones especiales que se iniciaron en el otoño de 2009, Brennan en 2010 instituyó cónclaves-semanales, deliberaciones de pena de muerte donde los posibles sucesores de Bin Laden y Khalid Sheik Mohammed fueron seleccionados para su ejecución antes de ser

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presentado a Obama para su aprobación. Brennan pidió definiciones claras. Había "objetivos de alto valor", que consistían en figuras importantes de al-Qaeda y los talibanes; "amenazas inminentes", como un montón de bombas en las carreteras con destino a la frontera afgana y más controversiales ataques dirigidos a personajes que participaban en actividades sospechosas en las zonas enemigas. En las reuniones de los directores, que Brennan presidió desde el “Situation Room”, en el sótano de la Casa Blanca, las resoluciones fueron divididas en dos partes: la ley y la política. Los participantes habituales incluían representantes del Pentágono, la CIA, del Departamento de Estado, el Centro Nacional de Contraterrorismo, y, en un principio, el Departamento de Justicia, aunque después de un tiempo los abogados dejaron de asistir. En la primera parte de las reuniones, se habla a las cuestiones de legalidad: ¿Fue la perspectiva de un objetivo legítimo? ¿Era alto nivel? ¿Podría acertadamente ser considerado una amenaza “inminente”? ¿Pudo el arresto ser una alternativa viable? Sólo cuando se consideraron estos criterios la reunión hizo el cambio hacia la discusión de política. ¿Era inteligente matar a esta persona? ¿Qué tipo de impacto podría tener este asesinato en las autoridades locales, o en las relaciones con los gobiernos de Pakistán o Yemen? ¿Qué efecto podría tener su muerte dentro de su propia organización? ¿Mejoraría las cosas o las empeoraría? Para el propio Brennan era a menudo la pregunta más difícil. Dos participantes en las reuniones regulares lo describieron como pensativo y preocupado, uno dijo que su actitud era "casi sacerdotal." Otro participante habitual, escéptico y cauteloso, era James Steinberg, el secretario Adjunto de Estado para los dos primeros años y medio del primer mandato de Obama, que se adhirió a una lista estricta de los criterios jurídicos aceptables elaborado por el abogado del Departamento de Estado, Harold Koh. Estos criterios estipulaban que cualquier objetivo para un dron tendría que ser un "miembro de alto rango" de al-Qaeda que estuviera trazando activamente ataques contra Estados Unidos, ciudadanos estadounidenses o de las fuerzas armadas. Koh estaba seguro de que aunque sus criterios no cumplían todas las preocupaciones más amplias de los activistas de derechos humanos, ellos apoyarían una reclamación de -derecho internacional de la legítima defensa- y por eso pensaba que la administración debería hacer públicos los criterios. Durante el primer mandato de Obama, miembros de la administración discutían sobre cuánto del proceso de deliberación revelarían. Durante estos debates, la posición de Koh sobre la divulgación completa fue denominada despectivamente "The full Harold." Él era su único defensor. Muchas de las sesiones fueron polémicas. Los militares y la CIA rechazaron con fuerza los estrictos criterios de Koh. Comandantes de las Fuerzas Especiales, en particular, aborrecían lo que vieron como los esfuerzos excesivos para "litigar" su guerra. El precio de todos los objetivos que la Casa Blanca rechazó, comandantes militares dijeron, fue pagado en vidas estadounidenses. Sus argumentos, procedentes del frente de guerra, tuvieron un peso significativo. Cameron Munter, un diplomático veterano que fue embajador de Estados Unidos en Pakistán desde 2010 a 2012, sintió ese peso de primera mano cuando inten-


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John Brennan

tó retroceder. Munter vio la influencia estadounidense en declive, en cada ataque. Mientras algunas facciones de inteligencia militar y de Inter-Servicios de Pakistán creían en el valor de los ataques, la indignación del público paquistaní creció y los funcionarios elegidos fueron cada vez más hostiles. El trabajo de Munter era contener la crisis, una tarea complicada por la confidencialidad del programa de drones, que le impedía explicar y defender las acciones de la Casa Blanca. La cuestión alcanzó un punto crítico en el verano de 2011 durante una reunión a la que Munter estaba conectado digitalmente. La dinámica de estas reuniones, -donde las autoridades recurrieron a los debates de política después de haber hecho la determinación legalera dar importancia a apoyo unificado de los objetivos políticos. La mayoría de los participantes querían concentrarse en el éxito de la batalla contra los enemigos de Estados Unidos, no en los efectos secundarios de la corrosiva política exterior del programa de drones. En las reuniones de toma de decisiones era difícil para alguien como Munter decir que no. Él aparecía digitalmente en la pantalla del “Situation Room”, contemplando al vicepresidente, secretario de Defensa, y a otros directores, y ellos le presentarían la decisión que estaban dispuestos a tomar. Era difícil de objetar cuando tantas personas titulares que le superaba en rango ya habían tomado la decisión. En junio de 2011, sin embargo, dos eventos en Pakistán –primero el arresto y subsecuente liberación del contratista de la CIA Raymond Davis, quien había sido acusado de asesinar a dos paquistaníes que se le acercaron en la calle en Lahore y luego la incursión de Abbottabad que mató a Bin Laden- habían disminuido la alianza entre Estados Unidos y Pakistán hasta

un nivel mínimo. Preocupado por el equilibrio de los beneficios a corto plazo de los ataques (eliminando potenciales enemigos del campo de batalla) y sus costos a largo plazo (la creación de una desconfianza duradera y resentimiento que socavara el objetivo político de la estabilidad y la paz en la región), Munter decidió poner a prueba lo que él creía que era su autoridad para frenar un ataque. Como recordó más tarde, el movimiento se hizo de la siguiente manera: Cuando se le preguntó si estaba a favor de un ataque particular, él dijo que no. Leon Panetta, el director de la CIA, dijo que el embajador no tenía poder de veto, que eran decisiones de inteligencia. Munter procedió a explicar que bajo el Título 22 del Código de Regulaciones Federales de Estados Unidos el presidente le da la autoridad a su embajador para llevar la política exterior a un país extranjero. Eso significa que no hay política de Estados Unidos que pudiera llevarse a cabo en cualquier país sin la aprobación del embajador. Desconcertado, Panetta respondió: "Bueno, yo no trabajo para ti, amigo." "Yo no trabajo para ti", le dijo Munter. A continuación, la secretaria de Estado Hillary Clinton intervino: "Leon, estás equivocado”. Panetta dijo rotundamente: "Hillary, tú estás equivocada”. La discusión llegó a ese punto, cuando la secretaria de Estado y director de la CIA chocaron, la decisión se escaló. Panetta ganó. Una semana más tarde, James Steinberg llamó a Munter para informarle que él no tenía la autoridad para vetar un ataque con drones. Steinberg explicó que al embajador se le permitiría expresar una objeción al ataque y que se aseguraría que su objeción fuera registrada, pero la decisión de eliminar o rechazar un ataque se haría más arriba en la cadena. Fue una victoria clara para la CIA. Más tarde ese verano, el general David Petraeus fue nombrado para hacerse cargo de la agencia de inteligencia en lugar de Panetta. Antes de asumir el puesto, Petraeus voló desde Kabul, donde él seguía siendo el jefe militar, a Islamabad para reunirse con el embaja-

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Leon Panetta

dor. En la cena de esa noche, Petraeus apuntó con el dedo sobre el pecho de Munter. "¿Sabes lo que pasó en esa reunión?", preguntó el general. (Petraeus había observado el choque desde un enlace seguro de su puesto de mando en Afganistán.) "Eso nunca va a suceder." El corazón de Munter se hundió. Pensó que el nuevo director de la CIA, a quien admiraba, estaba a punto de amenazarle. En cambio, Petraeus dijo: "Yo nunca te voy a poner en una posición donde se sientas obligado a vetar un ataque. Si tienes un problema de largo plazo, un problema contextual, un problema de tiempo, un problema ético, quiero saberlo antes. Podemos trabajar juntos para evitar este tipo de conflictos con mucha antelación”. Petraeus cumplió su palabra. Munter nunca volvió a impugnar un ataque con drones en una reunión con los nuevos directores durante su gestión como embajador. Se fue a Islamabad en el verano de 2012. Para entonces, los esfuerzos de Brennan por hacer el proceso más juicioso habían comenzado a mostrar resultados. El número de ataques con drones en Pakistán y Yemen se redujo a 88 el año pasado y han caído aún más desde entonces. El descenso refleja en parte el número de víctimas que la guerra de drones le ha dejado a Al-Qaeda. Hay menos líderes-objetivos de al-Qaeda que atrapar, me dijo un alto funcionario de la Casa Blanca que está trabajando en la evolución del enfoque de la administración de ataques con drones. La reducción de los ataques es "algo que el presidente dirige. No necesitamos una lista top-20. No necesitamos encontrar 20 si sólo hay 10. Hemos quitado del negocio el mantener un número como un fin en sí mismo, por lo tanto, ese número se ha reducido”. Cualquier historia de cómo Estados Unidos destruyeron la organización de Osama Bin Laden incluirá el dron. Cualquier pregunta que se ha planteado, por incómodo que nos haya hecho sentir, el dron ha sido un arma extraordinariamente eficaz para el trabajo. Estados Unidos enfrentan una operación terrorista sin Estado, bien financiada, altamente organizada y lo suficientemente sofisticada como para llevar a cabo actos de asesinatos en masa sin precedente. Actualmente, mientras que las franquicias locales de Al Qaeda siguen siendo una amenaza en todo el Medio Oriente, la organización que planeó y llevó a cabo el 9/11 ha sido aplastada. Cuando Bin Laden fue asesinado, los estadounidenses bailaron en las calles.

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Protesta contra los Drones en Pakistán

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Hillary Clinton

"Nuestras acciones son efectivas", dijo el presidente Obama en un discurso en la lucha contra el terrorismo en la Universidad de Defensa Nacional en mayo. No tomen mi palabra para eso. En la inteligencia recopilada en el recinto de Bin Laden-, se encontró que él escribió, "Podríamos perder las reservas a los ataques aéreos enemigos. No podemos luchar contra los ataques aéreos con explosivos. Otras comunicaciones de agentes de al-Qaeda, así lo confirman. Decenas de altamente calificados comandantes de Al Qaeda, los entrenadores, los fabricantes de explosivos y agentes se han retirado del campo de batalla. Las conspiraciones que se dirigían a la aviación internacional, los sistemas de transporte de Estados Unidos, las ciudades europeas y nuestras tropas en Afganistán se han interrumpido. En pocas palabras, estos ataques han salvado vidas. ¿Entonces por qué el constante bombardeo de quejas?

IV. Drones no matan a gente. Las personas matan a la gente.

El argumento más fuerte contra ataques de drones es que matan a inocentes. John Brennan ha argumentado que los reclamos acerca de las matanzas colaterales son exagerados. En junio de 2011, se pronunció la célebre frase de que no había habido "una sola muerte colateral" durante un ataque de drones en los 12 meses pasados. Casi nadie cree esto. Brennan posteriormente enmendó su declaración, señaló que en los últimos 12 meses Estados Unidos no habían encontrado "evidencia creíble" de que los civiles habían sido asesinados en ataques con drones fuera de Afganistán e Irak. “Estoy usando aquí la palabra civiles en el sentido de no combatientes", argumentó. Una interpretación razonable es que los drones infaliblemente alcanzan sus objetivos y en tanto que la Casa Blanca cree que sus objetivos son legítimos, el daño colateral es cero. Pero los drones son tan precisos como la inteligencia que los guía. Incluso si la máquina es perfecta, es una exageración asumir la perfección en aquellos que los manejan. Por un lado, nuestros militares y agencias de inteligencia generosamente definen combatiente para incluir cualquier hombre en edad militar en la zona de ataque. Y la prensa local de muchos de los lugares de las explosiones ha informado la muerte de mujeres y niños. Algo de eso puede ser propaganda, pero no todo lo es. No importa cuán preciso sea, cuando una bomba de 500 libras o unos misiles Hellfire explotan, algunas veces habrá víctimas involuntarias en los alrededores.

¿Cuántos? Las estimaciones del número de bajas varían tan ampliamente y están tan politizados que ninguno de ellos es totalmente creíble. En un extremo, los propagandistas anti-estadounidenses publican regularmente estimaciones que hacen que la guerra con dron suene a genocidio. Estas altas cifras ayudan a impulsar la narrativa anti-dron, lo que equipara las acciones de la Casa Blanca con los actos de terror. En dos de los ataques terroristas islamistas más recientes -el bombardeo al Maratón de Boston y la decapitación de un soldado en Londres- los autores justificaron sus asesinatos como venganza por la muerte de musulmanes inocentes. En el otro extremo, están las declaraciones de Brennan acerca de cero víctimas civiles. Las verdaderas cifras son desconocidas. La secrecía es una gran parte del problema. El gobierno ni siquiera reconoce la mayoría de los ataques, mucho menos revela detalles de las consecuencias. La Oficina de Periodismo de Investigación, una organización de izquierda con sede en Londres, ha hecho un esfuerzo extenuante, utilizando fuentes de información para contar los cuerpos después de los ataques con drones de la CIA. Se calcula que entre 2004 y el primer semestre de 2013, 371 ataques con drones en Pakistán mataron entre 2,564 y 3,567 personas (el rango cubre el mínimo y el máximo de las muertes creíbles reportadas). De los muertos, dice el grupo, en alguna parte entre 411 y 890 -entre 12 y 35 por ciento del total de la población- eran civiles. La disparidad de estas cifras lo refleja. Pero si asumimos el peor escenario y tomamos la estimación más alta de soldados y civiles muertos entonces una cuarta parte de esas muertes en ataques con drones en Pakistán han sido civiles. Todo el mundo está de acuerdo en que el monto de daño colateral ha caído abruptamente en los últimos dos años. La Oficina de Periodismo de Investigación estima que las muertes de civiles por ataques con drones en Pakistán se redujo a 12 por ciento del total de muertes en 2011 y a menos del 3 por ciento en 2012. Ninguna muerte civil es aceptable, por supuesto. Cada una es trágica. Sin embargo, cualquier evaluación de las muertes de civiles en ataques con drones debe ser comparada con el daño potencial de tácticas alternativas. A menos que tengamos que renunciar a la búsqueda de los terroristas de al-Qaeda por completo, las fuerzas estadounidenses deben enfrentarse a ellos ya sea desde el aire o en el suelo, en algunos de los lugares más remotos de la Tierra. En los ataques áereos los drones son, por mucho más precisos que las bombas o misiles. Eso reduce las opciones a ataques con estos aviones o ataques terrestres.

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Michael Morrell

Algunas veces los asaltos terrestres tienen éxito. Por ejemplo el que mató a Osama Bin Laden. Fue ejecutado por los soldados mejor entrenados, mejor entrenados y más experimentados del mundo. Mataron a Bin Laden-, y su hijo adulto Khalid, sus principales guardaespaldas, los hermanos Abu Ahmed al-Kuwaiti y Abrar al-Kuwaiti, y la esposa de Abrar Bushra. Suponiendo que Bushra calificara como civil, incluso cuando ella estaba ayudando en un refugio de los terroristas más notorios, las muertes civiles en el ataque ascendió a 20 por ciento. En otras palabras, incluso una casi perfecta incursión de operaciones especiales, sólo produjo una ligera mejora con respecto a las peores estimaciones de las bajas contando las muertes por drones. Muchos ataques no son tan limpios. De hecho, el combate en tierra casi siempre mata a más civiles que los ataques con drones. Avery Plaw, politólogo de la Universidad de Massachusetts, estima que en las ofensivas terrestres de Pakistán contra los extremistas en las zonas tribales de ese país, el 46 por ciento de las víctimas son civiles. Plaw dice que las muertes de civiles en conflictos militares convencionales en los últimos 20 años van desde 33 por ciento a más del 80 por ciento. "Una evaluación imparcial de los mejores datos de que disponemos indican que el programa de drones se compara favorablemente con operaciones similares en los conflictos armados contemporáneos en general", dijo a The New York Times. Cuando consideras las alternativas -incluso, y tal vez sobre todo, si usted está profundamente preocupado por preservación de la vida de civiles- usted es guiado, como Obama, a la lógica del dron.


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¿Pero acaso no es que atacar con drones viola la prohibición de asesinato, la Orden Ejecutiva 12333? Esa orden, firmada por Ronald Reagan en 1981, surgió a partir de las revelaciones de que la CIA había tratado de matar a Fidel Castro y a otras figuras políticas de tendencia izquierdista en los años 1960 y 70. Fue claramente destinada a detener los asesinatos políticos, de hecho, la orden original, firmado en 1976 por Gerald Ford, se refiere específicamente a este tipo de actos. El intento de impedir los actos de asesinato en masa por una organización internacional peligrosa puede extender la definición legal de los conflictos armados, pero no es lo mismo que el asesinato político. Además, las órdenes ejecutivas no son leyes, sino que pueden ser reemplazados por los presidentes posteriores. En el caso del presidente Bush, después de los ataques del 11 de septiembre, el Congreso autorizó específicamente el uso de operaciones letales contra Al-Qaeda. Cuando Bush calificó el esfuerzo de la “guerra” contra Al-Qaeda, estableció efectivamente la protección legal de asesinato selectivo. El asesinato selectivo es una práctica establecida desde hace mucho tiempo en el contexto de la guerra. De acuerdo a los tratados internacionales, los soldados pueden ser asesinados simplemente por pertenecer a un ejército enemigo, ya sea que se dedican activamente a un ataque o sólo preparándose para uno, ya sean jefes o empleados de oficina. Durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos descubrieron y derribaron el avión que transportaba al almirante Isoruku Yamamoto, comandante en jefe de la marina japonesa, que había sido el arquitecto del ataque a Pearl Harbor. La orden de atacar el avión fue dado por el presidente Franklin Roosevelt. Pero más allá de lo que los tratados internacionales llaman "conflicto armado" es "hacer cumplir la ley", y aquí, hay problemas. El 1990 el Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y el Tratamiento del Delincuente establecieron los principios básicos para el uso de la fuerza en operaciones para la aplicación de la ley. (Las reglas, aunque no obligatorias, elaboradas en lo que se entiende por el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, al que Estados Unidos se ha adherido). El pasaje pertinente -escrito más de una década antes que los drones armados- dice lo siguiente: Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley no emplearán armas de fuego contra las personas salvo en defensa propia o en defensa de terceros cuan-

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MQ-9 Reaper , mide 11 mts. de largo y está armado de misiles Hellfire AGM-114, Paveway II GBU-12, y municiones GBU-38.

do haya peligro inminente de muerte o lesiones graves, para evitar la comisión de un delito particularmente grave que entrañe una seria amenaza para la vida, para detener a una persona que represente ese peligro y oponga resistencia a su autoridad, o para impedir su fuga, y sólo cuando los medios menos extremos sean insuficientes para lograr estos objetivos. En cualquier caso, el uso intencional de armas letales sólo se podrá hacer cuando sea estrictamente inevitable para proteger la vida. Una vez que la "guerra" con Al-Qaeda termine, la justificación de asesinato selectivo se hará tenue. Algunos expertos en derecho internacional dicen que sería simplemente ilegal. De hecho, una base para condenar la guerra de drones ha sido que la búsqueda de al-Qaeda nunca fue una verdadera guerra en primer lugar. Sir Christopher Greenwood, el juez británico en la Corte Internacional de Justicia, ha escrito: "En el lenguaje del derecho internacional, no hay bases para hablar de una guerra contra Al-Qaeda o cualquier otro grupo terrorista, por ejemplo un grupo no puede ser beligerante, no es más que una banda de criminales y al tratarla como cualquier otra cosa corre el riesgo de distorsionar la ley mientras que la ley da a dicho grupo un estatus que hasta cierto grado implica un tipo de legitimidad”. Greenwood señala acertadamente que la declaración de Estados Unidos de guerra contra Al-Qaeda reforzó el estatus de ese grupo en todo el mundo. Pero la historia no va a pelear con la decisión de Bush, que era inevitable, dado el estado de ánimo nacional. La democracia refleja la voluntad del pueblo. Dos presidentes de diferentes partidos y con muy diferentes perspectivas ideológicas han, con un fuerte apoyo en el Congreso, metido de lleno en la idea de que Estados Unidos está en guerra. En su discurso en la Universidad de Defensa Nacional en mayo, Obama reafirmó este enfoque. "Las acciones de Estados Unidos son legales", dijo. "En virtud del derecho interno

MQ-1B Predator , mide 8.2 mts. de largo y está armado de misiles Hellfire AGM-114

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y el derecho internacional, los Estados Unidos está en guerra con Al Qaeda, los talibanes y sus fuerzas asociadas". Señaló que durante su presidencia, ha informado a los supervisores del Congreso sobre cada ataque con drones. "Cada ataque", dijo. Ciertamente Bin Laden no estaba confundido acerca de la importancia, sino que llevó a cabo una conferencia de prensa en Afganistán en 1998 para declarar la jihad contra los Estados Unidos. Ciertamente, la escala de los ataques de Al-Qaeda fue más allá de lo previamente definido como criminal. Pero ¿cuáles son los límites de esa guerra? Diferentes críticos dibujan las líneas en diferentes lugares. Mary Ellen O'Connell, profesora de derecho en la Universidad de Notre Dame, es una crítica decidida y elocuente de los ataques con drones. Ella cree que, si bien los ataques en los espacios de batalla bien definidos como Irak y Afganistán están justificados, y puede limitar las muertes de civiles, ataques en Pakistán, Yemen, Somalia y otros lugares cuentan como "ejecución extrajudicial", no importa quién sea el objetivo. Estos homicidios se encuentran fuera de los límites de los conflictos armados, dice, y por lo tanto viola la ley internacional. Philip Alston, ex relator especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, reconoce que el alcance y la amenaza de Al-Qaeda trascienden la criminalidad, sin embargo las fallas del programa de drones en EE.UU. carecen del debido proceso y la transparencia. Le dijo la revista Harper´s: Leyes internacionales no prohíben a una agencia de inteligencia como la CIA llevar a cabo asesinatos selectivos, a condición de que cumpla con las normas internacionales pertinentes. Esas normas requieren que, no es de sorprender, cuando se trata de un asunto de ser capaz de matar a alguien en un país extranjero, que todos esos asesinatos sean legalmente justificados, que conozcamos la justificación y la existencia de mecanismos eficaces para la investigación, juicio y sanción si las leyes son violadas. La respuesta de la CIA a estos compromisos ha sido muy reveladora. Por un lado, sus voceros han confirmado el secreto total y por lo tanto falta de responsabilidad del programa, insistiendo en que no pueden ni confirmar ni negar que exista. Por otro lado, se han hecho grandes esfuerzos para emitir garantías imputables, ampliamente citadas en los medios de comunicación, tanto que existe una amplia responsabilidad nacional y que las bajas civiles han sido mínimas. En esencia, se trata de un " puede confiar en nosotros" respuesta de una agencia con y un que menos estelar historial en la materia. El presidente Obama ha tomado medidas en los últimos meses para hacer frente a las preocupaciones de Alston. Ha comenzado la transferencia de autoridad de ataques con drones de la CIA al Pentágono,


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que los abrirá a un mayor escrutinio del Congreso y el público. Tiene fuertemente limitadas "ataques dirigidos", aquellos basados en los patrones de comportamiento más que el conocimiento riguroso de quién está siendo observado. (Debido a que la mayoría de ataques dirigidos han sido utilizados para proteger a las tropas estadounidenses en Afganistán, esta clase de ataques con drones es probable que disminuyan aún más una vez que estas fuerzas se retiren). En su discurso de mayo, estuvo a punto de apoyar a "The full Harold," delineando públicamente en términos generales, las limitaciones dirigidas elaboradas por Koh. También ha dejado claro que la guerra contra Al-Qaeda con el tiempo terminará -aunque no llegó a decir cuándo. Las tropas de combate estadounidenses se irán de Afganistán a finales del próximo año, pero el esfuerzo de la guerra contra el "núcleo de Al-Qaeda" es casi seguro que continuará al menos hasta Ahman al Zawahiri, el médico egipcio fugitivo que ahora preside los restos de la organización, sea capturado o muerto. Entonces, ¿qué? "Fuera del contexto de los conflictos armados, el uso de los drones para asesinatos selectivos es probable que casi nunca sea legal", escribió Alston en 2010. Mary Ellen O'Connell está de acuerdo. "Fuera de la zona de combate o el campo de batalla, el uso de la fuerza militar no es legal", me dijo. Sin embargo, aquí es donde parece que estamos actualmente. Obama ha corrido su última campaña presidencial, y uno siente que él puede apreciar el legado de poner fin a tres guerras en su reloj. "Nuestro compromiso a los principios constitucionales ha superado cada guerra, y cada guerra ha llegado a su fin", dijo en su discurso de mayo. "Tenemos que definir la naturaleza y el alcance de esta lucha, o bien nos va a definir. Tenemos que ser conscientes de la advertencia de James Madison que "ninguna nación podía preservar su libertad en medio de la guerra continua”. Los cambios señalados por el presidente no significan que pronto dejaremos de perseguir a al-Qaeda. Si la guerra contra el terrorismo se declara terminada y la autorización de 2001 para el Uso de la Fuerza Militar (AUMF) es retirada, entonces sería necesaria alguna otra justificación legal para dirigir ataques con drones contra los terroristas de Al-Qaeda y es probable que se busque. "Creemos que tenemos una base jurídica nacional e internacional para nuestros esfuerzos actuales", indicó Ben Rhodes, quien es vice asesor de seguridad nacional de Obama para comunicaciones estratégicas. Una hipótesis: los talibanes ahora son sujetos al uso autorizado de la fuerza militar, pero podríamos no encontrarnos en hostilidades con los talibanes después de 2014. En ese caso, la autoridad militar para atacar objetivos talibanes con drones. Otro escenario que Rhodes esbozó fue uno en el que un grupo terrorista local "aumentó hasta el nivel en que pensábamos que teníamos que tomar acciones directas”. Es posible que tenga que volver al Congreso para obtener una autorización independiente. Si necesitamos que la autoridad en contra de un nuevo grupo terrorista que está emergiendo en otra parte del mundo, deberíamos volver al Congreso y conseguir la autorización”. No puedes saber de antemano "las circunstancias de la acción directa", dijo Rhodes. "Puedes estar actuando para evitar un ataque inminente a Estados Unidos o puede estar actuando en respuesta a un ataque, cada

uno de los cuales lleva su propia base jurídica. Pero hay que ser responsables por cualquier acción directa que estés tomando", en lugar de depender de una autoridad protectora para atacar, quien siempre decide es el presidente. "Usted tiene que definir específicamente, a nivel nacional e internacional, lo que la base de su acción es en cada caso y por cada instancia no me refiero a cada ataque, sino más bien el grupo terrorista o el país donde estés actuando", agregó. Solicitar estas autorizaciones ayudaría a sacar de las sombras el debate sobre la continuidad de los ataques con drones. Paradójicamente como la guerra contra el horror pierde fuerza y según el número de ataques con drones, la controversia sobre ellos puede aumentar.

V. ¡Salgan con las manos arriba!

Una vez que la búsqueda de Al-Qaeda se define como "hacer cumplir la ley", los asaltos terrestres pueden ser la única táctica aceptable en virtud del derecho internacional. Un delincuente debe tener la oportunidad de rendirse, y si se niega, se debe hacer esfuerzos para arrestarlo. Mary Ellen O'Connell cree que la incursión de Abbottabad era un ejemplo de cómo deben funcionar las cosas. "Llegó tan cerca como nos es permitido por el derecho internacional ", dijo. "John Brennan salió justo después del asesinato y dijo que los marinos tenían órdenes de intentar capturar a Bin Laden y si se resistía o si estaban en peligro sus propias vidas, entonces podrían usar la fuerza necesaria. No utilizaron un dron. No dejaron caer una bomba. Ellos no dispararon un misil”. La fuerza en tales operaciones sólo se justifica si el sospechoso se resiste a la detención y aun así, su fuga es preferible a dañar a personas inocentes. Estas son

Mary Ellen O’Connell

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las reglas que rigen a la policía, contrariamente a los guerreros. Sin embargo, los enemigos que enfrentamos no cambiarán si la guerra contra el terrorismo termina. El peor de ellos, son aquellos que más necesitamos eliminar, son los denominados asesinos suicidas y combatientes endurecidos. Ya que no existe tal cosa como la policía global, cualquier fuerza empleada vendrá en mayor medida de unidades estadounidenses de operaciones especiales. Ellos son muy buenos en lo que hacen, pero bajo las reglas de la aplicación de la ley, mucha más gente, tanto soldados como civiles, son susceptibles de ser asesinados. Sería prudente considerar lo sangriento que pueden ser este tipo de operaciones. Cuando Obama eligió la opción más arriesgada disponible para capturar a Bin Laden - en Abbottabad- lo hizo no por el deseo de cumplir con el derecho internacional, sino porque esa opción le permitía la posibilidad de tomar a Bin Laden vivo y, probablemente más importante, ya que si Bin Laden fuese asesinado en un asalto por tierra, su muerte se podría probar. La redada fue exitosa. Pero ¿y si el grupo de ataque tropezara con defensas aéreas de Pakistán, o si se hubiera enfrentado a la policía y unidades del ejército en el terreno? Las tropas estadounidenses y los aviones estaban listos en Afganistán para responder en caso de que sucediera. Tal choque probablemente habría matado a muchos paquistaníes y estadounidenses, y dejar a los países en desacuerdo o literalmente en guerra. Hay otro ejemplo del estilo de la aplicación de la ley en una incursión que se ajusta al modelo que O'Connell y otros críticos de drones prefieren: en octubre de 1993 la incursión de la Fuerza Delta en Mogadiscio, que escribí en el libro Caída del Halcón Negro. El objetivo que se logró fue lanzarse en picada arrestar a Omar Salad y Mohamed Hassan Awale, dos tenientes superiores del proscrito líder del clan Mohammed Farrah Aidid. A medida que se realizaron las detenciones, el grupo de ataque de la Fuerza Delta y los operadores de los elementos del ejército de Estados Unidos quedaron bajo el fuego pesado de los partidarios locales del líder del clan. Dos helicópteros Black Hawk fueron derribados y se estrellaron en la ciudad. No estábamos oficialmente en guerra con Somalia, pero el tiroteo posterior dejó 18 estadounidenses muertos y mató de unos 500 a 1,000 somalíes, un número comparable al total de muertes de civiles de todos los ataques con drones en Pakistán desde 2004 hasta el primer semestre de 2013, según las estimaciones de la Oficina de Periodistas de Investigación. El ejemplo de Somalia es un extremo único. Pero la batalla que se desató en Mogadiscio me parece un recordatorio justo de lo que puede ocurrir incluso a un grupo de ataque muy hábil. Pocos de los terroristas que


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¿Deseas observar la capacidad destructiva de estas máquinas de la muerte? Ingresa:

son objetivos se van tranquilamente. Sabiendo que son objetivos, seguramente buscará un terreno hostil, una fuerza estadounidense o de la ONU. La elección de la acción policial sobre los ataques con drones puede sentirse como que se está tomando la autoridad moral en el terreno. Pero si es probable un tiroteo y luego la incursión de un dron no sólo puede pasar el examen legal (reglas de la ONU que permiten fuerza letal "cuando sea estrictamente inevitable para proteger una vida", pero también podría ser la opción más moral. La Casa Blanca lo sabe, pero es poco probable que anuncie un fin formal a la guerra contra Al-Qaeda en el corto plazo. El modelo de evolución de Obama contra el terrorismo seguramente incluirá tanto las redadas y los ataques con drones y la legalidad de la utilización de esos ataques fuera del contexto de la guerra sigue siendo turbia. Ben Rhodes y otros en el equipo de seguridad nacional de Obama han estado pensando mucho acerca de estas preguntas. Rhodes me dijo que "la imagen de la amenaza", la administración principalmente preocupada por el cambio por el terrorismo global, con Al-Qaeda en su centro, a un "terrorismo más tradicional, que se localiza en grupos con sus propias agendas". Estos grupos "puede ser extremistas islámicos, pero no están necesariamente dentro de una jihad global. Una agenda local puede aumentar la amenaza a embajadas e instalaciones diplomáticas y cosas parecidas [la instalación de BP que fue atacado en Argelia a principios de este año], pero disminuye la probabilidad de un ataque complejo de tipo 9 /11”. Si el terrorismo se vuelve más localizado, Rhodes continuó, "debemos tener una base legal y una política antiterrorista que se ajuste a ese modelo, en lu-

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gar de este enorme edificio que construimos después del 9/11”. Esto significa, dijo, que después 2014 el contraterrorismo "tomará una forma más tradicional, con la ventaja de la aplicación de la ley”. Pero esto va a ser aumentado por la capacidad del Pentágono de actuar directamente si es necesario en un tiempo muy estrechamente definido en un conjunto de circunstancias. "Lo que la política de Estados Unidos tendrá como objetivo, dijo Rhodes, es la tradicional lucha contra el terrorismo más un limitado despliegue de nuestros drones y fuerzas especiales cuando sea absolutamente necesario”. Para dar cabida a las necesidades a largo plazo de ataques de drones, Obama está evaluando un proceso formal de evaluación externa de la lista de objetivos. Esto podría significar que se nombraría a un panel de justicia militar, o una instancia de revisión civil inspirado en el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, que supervisa las solicitudes para vigilar presuntos espías extranjeros y terroristas en Estados Unidos. Pero esto plantea espinosas cuestiones constitucionales sobre la separación de poderes y los presidentes están renuentes a ceder su autoridad para tomar la decisión final. ¿Cómo nos debemos sentir sobre los drones? Como cualquier innovación en tiempos de guerra, que se remonta a la honda, estas aeronaves se pueden utilizar bien o mal. Son herramientas notables, una combinación sumamente inteligente de las tecnologías existentes que ha mejorado enormemente nuestra capacidad de observar y de luchar. Representan cómo Estados Unidos ha respondido al reto de la delincuencia organizada y de alto nivel, sin timidez contra el terrorismo, como Bin Laden -predijo, pero con valentía, tenacidad e ingenio despiadado. Mejorar las tecnologías hacen que los drones sean capaces no sólo de la vigilancia más amplia y permanente, sino de mayor precisión en los ataques. Mary Ellen O'Connell dice, medio en broma, que hay una "puesta de sol" en su oposición a ellos, porque los drones pueden llegar a ofrecer más opciones. Ella dijo que se imagina que pueden ser capaz de dar una advertencia: "¡Salgan con las manos en alto!"-y luego aterrizar para hacer un arresto con esposas. Los esfuerzos de Obama para mitigar el uso de drones ya han hecho una gran diferencia en la reduc-

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ción del número de ataques, aunque los críticos como O'Connell dicen que la reducción ha llegado a regañadientes, en respuesta a "un nivel creciente de condenas en todo el mundo”. Sin embargo, Obama ciertamente merece crédito: es bueno que los drones se estén utilizando con mayor criterio. Le dije a Ben Rhodes que si el presidente tiene éxito en el establecimiento de directrices claras y prudentes para su uso, tendrá mucha gente feliz, pero mucha otra gente molesta. "Bueno, no”, dijo Rhodes. "Es peor que eso. Vamos a tener mucha gente molesta y no tanta gente feliz”. Ningún presidente estadounidense pagará un precio político por haber elegido la seguridad nacional a través de la opinión pública mundial, pero la única manera correcta de proceder es adoptar decisiones y hacer públicos los resultados del ataque, aunque después de los hechos. A largo plazo, la observancia estricta de la ley es más importante que la eliminación de otro mal actor. Mayor prudencia y transparencia no son sólo moral y legalmente esenciales, son de nuestro interés a largo plazo, ya que los mismos ataques alimentan la narrativa antidron, e inspiran el tipo de ataques terroristas al azar, a pequeña escala, que son el legado infame de Bin Laden- . En nuestra lucha contra las redes terroristas como Al-Qaeda, la distinción entre el conflicto armado y hacer cumplir la ley tiene una gran importancia. El terrorismo abraza la anarquía. Se trata de romperlo. Está dirigido deliberadamente a civiles. Entonces ¿por qué limitar nuestra respuesta? ¿Por qué sujetarnos a las reglas de la ley? Porque cumplir la ley es el punto, sobre todo con un arma como el dron. Ningún acto es más definitivo que matar. Los drones destilan la guerra a su esencia. Cumplir cuidadosamente por la ley del hombre y no de Dios, formular juicios con cuidado, hacerlos transparentes y sujetos a revisión, es la única forma de alternar con autoridad moral y la única manera de definir claramente el terrorismo como un enemigo de la civilización. (c)2013 The Atlantic First published in The Atlantic. Distributed by MCT Information Services Derechos exclusivos para Transición noticiastransicion.mx


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Maquiavelo: 500 años de El Príncipe (4)

La razón del Estado desde una perspectiva antimaquiavélica Por Leonardo Curzio

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acia finales del siglo XVI y principios del XVII se generó en Italia y en España una pléyade de ensayos, cuyo objetivo era la refutación de las tesis que Nicolás Maquiavelo había publicado unas décadas antes y que ganaban cada vez mayor aceptación en los círculos políticos y en los ámbitos intelectuales de toda Europa.1

Alegoría del Buen Gobierno (Effetti del Buon Governo), Ambrogio Lorenzetti, fresco del Palacio Comunal de Siena, 1339.

Las tesis maquiavélicas, como es sabido, descansaban en un supuesto que inquietaba a la Iglesia: la autonomía de la esfera política del ámbito moral individual. Maquiavelo, en síntesis, venía a plantear que la conducción de los asuntos del Estado no podía ser analizada o valorada a la luz de principios religiosos individuales. El ejercicio del gobierno impedía al príncipe o al gobernante limitarse a una esfera moral personal y lo remitía a cumplir los grandes objetivos del Estado. Es probablemente superfluo destacar en este trabajo la contribución de Maquiavelo a la ciencia política,2 pero vale la pena recordar que aun los estudiosos que no son entusiastas sobre la completa originalidad de su pensamiento, como el historiador Paul Veyne, reconocen que El Príncipe supuso un choque enorme para la sociedad del siglo XVI. No era habitual, por decir lo menos, que un tratado de esas características no se dedicara a compendiar un repertorio de consejos edificantes o a coleccionar meditaciones al estilo Marco Aurelio, y en cambio tratara de la realidad política de los hombres de carne y hueso. Tampoco era común en aquellos tiempos que alguien describiera —y peor aún, preconizara— conductas desprejuiciadas para el gobernante en el ejercicio del gobierno. Es verdad que ninguno de los consejos del florentino hubiese hecho sonrojar a Livia, la astuta mujer de Octavio. Los romanos conocían bien los resortes del poder. Los usaron sin tapujos ni complacencias. Las artimañas de los césares no fueron desconocidas para Suetonio, quien se encargó de legarlas a la posteridad en sus biografías de

los doce césares. Para cualquiera que se zambullera en los textos de Tito Livio, como lo hiciera Maquiavelo, la política no podía entenderse ni explicarse sin considerar la naturaleza humana con sus pasiones y sus tentaciones. A pesar de ese conocimiento heredado de los clásicos la originalidad del florentino es indiscutible. El propio Veyne lo apunta en su estudio introductorio a El príncipe: “[Maquiavelo] dijo en un tratado lo que decían los libros de historia, esta pequeña revolución literaria generó un choque.” (Veyne 1980:32). Un choque, en efecto, que generaría ondas expansivas hasta bien entrado el siglo XVII. En ese periodo, durante el cual el poder temporal y el espiritual aún no tenían fronteras claras, las recetas maquiavélicas resultaban escandalosas. El escándalo ha acompañado a Maquiavelo a lo largo de los siglos. Aun en estos tiempos perviven miradas recelosas sobre la obra de Nicolás. Es más, si el autor de El príncipe resulta todavía inquietante, las expresiones ligadas al territorio maquiavélico también generan recelo y desconfianza en algunos sectores. Una de ellas es la razón de Estado. Como ha apuntado Rafael del Águila en una obra reciente: La razón de estado se halla vinculada al mal. Para muchos la política en general también lo está. Parece que ambas supondrían transgresión de valores que nos son queridos y rupturas con nuestras ideas sobre la moral y la justicia. Sin embargo siguen con nosotros y desafían todos los intentos por domarlas en el horizonte teórico o en los ámbitos prácticos. (Águila 2000:11)

Para los conocedores de la obra del florentino no es una novedad, pero para muchos es motivo de sorpresa que el concepto “razón de Estado” no aparece de manera expresa en los textos de Maquiavelo (véase Senellart 1992). Muchas de las expresiones que se le atribuyen son creaciones de sus seguidores e incluso sus detractores. Aunque en el caso del concepto que nos ocupa vale la pena hacer una precisión. La no utilización de la expresión “razón de Estado” por el florentino no invalida que sea el propio Maquiavelo, como lo ha establecido Meinecke, el primero de los tratadistas políticos en desarrollar de manera sistemática la esencia de la razón de Estado. Maquiavelo, apunta el más grande historiador de las doctrinas de la razón de Estado: No comprimió todavía en una expresión tópica sus ideas sobre la razón de Estado. Aun cuando gustaba de los tópicos enérgicos y cargados de contenido, y aun cuando acuñó muchos, no sintió, sin embargo, la necesidad de una expresión precisa para las ideas supremas que ocupaban su ánimo, cuando éstas le parecían evidentes y le absorbían totalmente [...] todo su pensamiento político no es otra cosa sino reflexión continuada sobre razón de Estado. (Meinecke 1997:31) Es importante notar que la expresión ya articulada y dotada de coherencia semántica aparecerá por primera vez en la literatura política en el texto de uno de los impugnadores de Maquiavelo, Giovanni Botero. Antes de abordar el objetivo central de este ensayo, vale la pena situar de manera más precisa el impacto

El autor agradece los comentarios que amablemente le hicieron los profesores Francisco Gil Villegas y José Luis Hoyo Arana. [1] Hernán Gutiérrez, en el estudio preliminar al libro de Ludovico Settala, compendia 38 autores diferentes que escribieron otros tantos libros entre 1552 y 1652 para refutar

a Maquiavelo. Desde Lucio Paolo Rosellini hasta Salvatore Cadana, pasando por Gualandi, Pigna, Natta, Bizzarri, Arrighi, Manfredi, Baldi, Prato, Spontone, Galván, Frachetta, Speroni, Zecchi, Ciera, el terrible Bellarmino, Sivestri, Capaccio, Lanario, el prolijo Rocabella, Solera, Rostelli, Gucci, Marliani, Borromeo y otros más (véase Settala 1988:24 y ss.).

[2] Existe una bibliografía muy extensa sobre el particular. Puede consultarse el ensayo biográfico que sintetiza el contexto histórico y pone de relieve las principales contribuciones de Maquiavelo (Viroli 1998). Puede verse también un texto que revisa a otros autores y se centra en el estudio del republicanismo florentino, pera también aporta muchos

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La razón de estado se halla vinculada al mal. Para muchos la política en general también lo está. Parece que ambas supondrían transgresión de valores que nos son queridos y rupturas con nuestras ideas sobre la moral y la justicia. Sin embargo siguen con nosotros y desafían todos los intentos por domarlas en el horizonte teórico o en los ámbitos prácticos. (Águila 2000:11)

que supuso la obra de Maquiavelo y los dilemas políticos y morales que planteó en la era del barroco, para apreciar en un contexto más amplio la obra de Botero, la cual nació con la vocación expresa de ser una refutación al florentino. ¿Qué es la razón del Estado? La razón de Estado es el puente, señala Meinecke, entre el cratos y el ethos. Es un concepto que articula en un sentido general un conjunto de objetivos superiores y edificantes que legitiman el obrar del político. Sin objetivos edificantes, el ejercicio del poder se convierte en una mediocre lucha cortesana. El Estado necesita también de objetivos superiores para proyectarse y ganar legitimidad entre sus gobernados. El primero de los fines de todo Estado consiste en la garantía de su propia existencia y su conservación. Para conseguir este doble objetivo primordial es necesario neutralizar todas las fuerzas internas o externas que intenten obstruir la consecución de ese objetivo. El segundo es generar las condiciones para su expansión y crecimiento, y de esta manera elevar la riqueza y el esplendor del Estado que se trate. La razón de Estado se vincula entonces con una concepción que plantea que la política es el criterio último, el fin supremo de la acción política del Estado. La razón de Estado es un edificio conceptual, cuya clave de bóveda es la existencia de una finalidad edificante que en la práctica política no siempre es perseguida. Por motivos personales o impulsos facciosos el gobernante puede soslayar el objetivo superior (el fin) y entregarse a la corrupción y la tiranía. ¿Cómo garantizar entonces que la propia acción del príncipe no se despegue del gran objetivo que le da su razón de ser al Estado? ¿Cómo garantizar que al invocar la razón de Estado no se dejan de lado los grandes fines del mismo y se pliegue a los apetitos de poder del gobernante en turno? En realidad, este dilema no tiene solución. Los intereses del gobernante se confunden a menudo con los intereses del Estado. La literatura posmaquiavélica incidirá en las virtudes del príncipe y en la religión

elementos sobre la obra de Maquiavelo (véase Pocock 2002). [3] En la historia de las formas de gobierno la diferencia entre un tirano y un monarca se había resuelto de diversas formas, pero es Montesquieu quien establece la ley como elemento diferencial entre el monarca y el tirano. Los tiranos gobernaban sin leyes ni convenciones, mientras que los

como freno a los excesos del poder. del barroco, muchos de ellos escandalizados por aqueDe hecho, éste fue uno de los pocos lla máxima que se desprende como el corolario de la diques conceptuales para frenar la arobra del florentino: “el fin justifica los medios”. bitrariedad del príncipe hasta que las Para todas las voces que reivindicaban el evangecartas constitucionales y la división de lio y la religión como fundamento del poder terrenal, poderes establecieron explícitamente el la máxima atribuida al florentino llevaba en sí misma pacto de delegación del poder por parte su descalificación y profunda depravación. ¿Cómo pode los gobernados a sus gobernantes.3 dría un príncipe mentir, embaucar, incluso matar a sus En estos tiempos está claro que en los detractores si enarbolaba un propósito encomiable? regímenes constitucionales el poder se ejerce de ma¿Cómo podría aquello considerarse digno de un buen nera delegada y en condiciones específicas. También cristiano? Un ejemplo de esta indignación es el jesuita es verdad que los gobernantes están sujetos a responespañol Baltasar Gracián. En una de sus obras memosabilidades de diversos órdenes, y la mayor parte de los rables, El criticón, Gracián hará la más dura crítica de diseños constitucionales están pensados para evitar los la doctrina del florentino. Vale la pena recuperar la cita: abusos del poder. Pero en tiempos de Maquiavelo no ¿Quién piensas tú que es este valiente emexistían tales frenos y sólo la virtud del príncipe podía bustero? Este es un falso político llamado el evitar los excesos y canalizar la energía del principaMaquiavelo que quiere dar a beber sus falsos do a los objetivos edificantes. Los grandes objetivos se aforismos a los ignorantes. ¿No ves cómo ellos convierten en este sentido en una aspiración de reducir se lo tragan pareciéndoles muy plausibles y la arbitrariedad del príncipe. El poder dotado verdaderos? Y, bien examinados, no son otro de fines legítimos adquiere otra dimensión que una confitada inmundicia de vicios y moral. Los críticos de Maquiavelo omipecados: razones no de estado, sino de ten siempre que sus consejos y máxiestablo. Parece que tiene candidez en mas para conservar el poder no son sus labios, pureza en su lengua, y un fin, sino un medio para alcanzar arroja fuego infernal que abrasa las los propósitos superiores. costumbres y quema las repúblicas. El ejercicio del poder en funAquellas que parecen cintas de seda ción de fines edificantes (como la son las políticas leyes con que ata construcción del Estado nacional las manos a la virtud y las suelta al o el mantenimiento de la indepenvicio. Este es el papel del libro que dencia) puede convertirse en una publica y el que masca, toda falsedad forma de moral diferente, por supuesde apariencia, con que tiene embeto, de la individual. Se entiende entonlesados a tantos y tontos. Créeme que ces que en caso de entrar a un conflicto aquí todo es engaño; mejor sería desenrede prioridades entre la moral del individuo darnos presto de él.4 (Gracián 1982:78-79) y los fines del Estado, lo más importante no Baltasar Gracián En su estudio sobre Gracián, Elena Canes garantizar la solvencia moral del príncipe, tarino (1996) descubre la disyuntiva que se sino la conservación del Estado que es algo superior a abría a los tratadistas de esa época y era la bifurcación las consideraciones religiosas o morales a las que puede entre la razón de Estado y la razón de Estado del indiestar sometido un individuo. viduo. Pequeño, pero importante matiz. El arte de gobernar, para Gracián y para toda la pléyade de autores Maquiavelo planteó el dilema de la moral y la pocristianos, no debía poner en riesgo la integridad moral lítica: ¿hasta dónde se deben seguir los dictados de la del príncipe. Desde el punto de vista de los antimamoral personal cuando los intereses políticos superioquiavelistas la conducción de los asuntos públicos era res están en juego? O planteado de otra manera ¿qué perfectamente posible, siguiendo las normas cristianas. debe primar en la acción de un gobernante: lo moral, Es más, si atendemos a una de las glorias de las letras lo religioso o los intereses del Estado? españolas, Francisco de Quevedo, eso era lo deseable. Este dilema entre la salud moral del individuo y las Como apuntaba en su dedicatoria al texto Política de funciones del gobernante será uno de los nudos proDios, gobierno de Cristo, el autor de El Buscón decía: blemáticos más ampliamente tratados por los autores A los hombres que por el gran Dios de los ejércitos tienen con título de reyes la tutela de las gentes. monarcas aceptaban una norma fundamental del Estado que Pontífice establecía límites al ejercicio del poder y, por consiguiente, Emperador daba certidumbre a los gobernados (véase Bobbio 1987). Reyes [4] Ciertamente, lo de “la razón de establo” no es nada Príncipes comparado con la formulación de los papas Pío V y Sixto V A vuestro cuidado, no a vuestro albedrío que hablaban de “la razón del diablo”. encomendó las gentes Dios nuestro señor, y en

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La razón de Estado es el puente, señala Meinecke, entre el cratos y el ethos. Es un concepto que articula en un sentido general un conjunto de objetivos superiores y edificantes que legitiman el obrar del político. Sin objetivos edificantes, el ejercicio del poder se convierte en una mediocre lucha cortesana. El Estado necesita también de objetivos superiores para proyectarse y ganar legitimidad entre sus gobernados. los estados, reinos y monarquías os dio trabajo éstas se irán templando en las siguientes décadas. Hay afán honroso, no vanidad ni descanso. El que cia finales del siglo XVII la propia Iglesia romana se os encomendó los pueblos os ha de tomar cuenplegaba nolens volens a las reglas del poder temporal, ta de ellos, sí os hacéis dueños con resabios de y la obsesión por la rectitud del individuo empieza a lobos. Sí os puso por padres, y os introducís en tropicalizarse de manera notable para sobrevivir en el señores, lo que pudo ser oficio y mérito hacéis nuevo contexto de la política europea. El papa y sus culpa, y vuestra dignidad es vuestro crimen. Con cardenales, sin olvidar los inflamados discursos de los las almas de Cristo os levantáis, a su sangre y a jesuitas de la contrarreforma, enfrentan una realidad su ejemplo y a su doctrina (sic) hacéis despreció. cada vez más áspera a la que no pueden sustraerse. La Procesaros han por amotinaros contra Dios, y consolidación de los Estados nacionales le confiere a seréis castigados por rebeldes. Adelantarse ha el la política un carácter diferente. El poder del soberacastigo a vuestro fin; y despierta y prevenida en no se prolonga y complejiza a través de un entramado vuestra presunción la indignación de Dios faadministrativo cada vez más sofisticado y ramificado. bricará en vuestro castigo escarmiento El rey ya no puede despachar en solitario toa los porvenir. Y con nombre de dos los negocios del Estado. El reino debe tiranía irá vuestra memoria difadotarse de una tecnoestructura complemando por las edades vuestros ja que aborde los problemas internos huesos y en las historias sery externos que enfrenta la corona viréis de ejemplo escandalo(véase Elliot y Brocliss 1999). Los so... (Quevedo 1986:113) ministros, y en especial los válidos, De hecho, en la tradición caempezaron a adquirir un protagotólica el ars regendi o el ars gunismo enorme en la vida política bernandi se aprendía cultivando europea. En Francia, por ejemplo, virtudes personales como la pruaparecen dos poderosos personajes dencia y la sabiduría. El corolario a quienes por muchas razones podel Oráculo manual y arte de prudríamos considerar paradigmáticos: dencia de Gracián es que el gobernanMazarino y Richelieu. Ambos cardete, como toda persona, debe ser: nales llegaron a suplantar en muchas ocaEn una palabra, santo, que es desiones el poder del rey. Richelieu encarna cirlo todo de una vez. Es la virtud ca- Francisco de Quevedo como ningún otro persodena de todas las perfecciones, centro naje la razón de Estado de las felicidades. Ella hace un sujeto prudente, y los intereses del reino por encima atento, sagaz, cuerdo, sabio, valeroso, reportado, de consideraciones que hubiesen esentero, feliz, plausible, verdadero y universal hécandalizado a los antimaquiavélicos roe. Tres eses hacen dichoso: santo, sano y sabio. de la contrarreforma.5 Mazarino, por su parte, no solamente no se planteó La virtud es el sol del mundo menor y tiene por los escrúpulos de Gracián y no tuvo hemisferio la buena conciencia. Es tan hermoempacho en hacer lo necesario (inclusa, que se lleva la gracia de Dios y de las gentes. so deslizarse al lecho de la reina) para No hay cosa amable sino la virtud, ni aborrecible conservar el poder. De hecho, debemos sino el vicio. La virtud es cosa de veras: todo lo al audaz cardenal un opúsculo desprejuidemás de burlas. La capacidad y grandeza se ha ciado y directo sobre el arte del gobierno de medir por la virtud, no por la fortuna. Ella que no tiene pérdida (Mazarin 1997). La sola se basta a sí misma. Vivo el hombre le hace salud del reino y la conservación del poder amable, y muerto, memorable. (Gracián 1997) son sus objetivos centrales, y para ello hace El dilema entre política y moral puesto al descuuna serie de recomendaciones más cercanas bierto por Maquiavelo generaba, como hemos visto, a Maquiavelo que a Roberto Bellarmino.6 una áspera descalificación entre los tratadistas del siglo Maquiavelo no sólo está en deuda con la XVII. La dureza de los calificativos es reflejo del avance Iglesia por haber recibido un reconocimiento práctico y la aceptación de las tesis maquiavélicas. El príncipe se por alguno de sus príncipes; es también paradójico que publicó por primera vez en 1532, y la descalificación de el tema central de su obra fuese finalmente acuñado Gracián es de casi nueve décadas después. en una expresión por sus impugnadores. Como hemos Pero el tiempo todo lo mitiga. Si el maquiavelismo visto, Maquiavelo nunca formuló explícitamente el despertaba pasiones furibundas casi un siglo después,

concepto de “razón de Estado” y, por lo tanto, no deja de ser paradójico que fueran precisamente sus críticos los que difundieran e inmortalizaran la expresión, contribuyendo así a dar lustre a la grandeza del florentino. Giovanni Botero y la razón del Estado El término “razón de Estado” aparece por primera vez en la literatura especializada en el libro de Giovanni Botero de la Ragion di Stato.7 Giovanni Botero nació en 1540 en una localidad del Piamonte llamada Bene Vagienna, al sur de Turín, muy cerca de los Alpes Marítimos. A los 15 años nuestro autor ingresa a la flamante Compañía de Jesús, fundada por Íñigo de Loyola en 1540,8 el mismo año que nació el piamontés. Recibe, pues, su formación con los jesuitas, y en poco tiempo empieza a descollar. Sus dotes de expositor y una espléndida capacidad didáctica le permiten iniciar su carrera como profesor de retórica. En esa condición lo encontramos en París cuando tenía poco más de 25 años. Su estrella iba en ascenso. En 1569 regresa a Italia y empieza a escribir los primeros borradores de lo que sería finalmente el texto primigenio de su obra: De regia sapientia. Al mismo tiempo que maduraba intelectualmente iba a encontrar, como muchos pensadores antes y después de él, los límites de la ortodoxia y la intolerancia de una orden que ha hecho de la disciplina su distintivo. Botero empieza a experimentar los rigores de la verticalidad en la interpretación y la estrechez del pensamiento de la contrarreforma. A finales de la década de 1570 empiezan sus problemas con la Compañía de Jesús. Según su biógrafa, Luciana Di Stefano, su ruptura con la orden se produce en 1579. El detonante fue

nal que consignan este hecho. Recientemente se ha publicado una biografía de Pascal que reconstruye de manera muy interesante el debate político y religioso del siglo (véase Attali 2000). [6] Nos referimos al poderoso jesuita que escribió en 1619 El oficio del príncipe cristiano. Hay que recordar que

este personaje formó parte del tribunal que juzgó y condenó a la hoguera a Giordano Bruno, quien también debatió con Paolo Sarpi las fronteras de la soberanía de Venecia y la jurisdicción papal; y para completar su oscura biografía se debe recordar que fustigó duramente a Galileo.

[5] La coalición con protestantes y turcos del cardenal para luchar contra España es el emblema de la razón de Estado, por encima de consideraciones religiosas o morales. La política de Richelieu escandalizó en su momento a muchos, incluido a Jansenius. Hay muchos libros de historia y biografías del carde-

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que nuestro ensayista estaba “leyendo en el seminario una lección sobre el segundo salmo —y entonces hace una interpretación heterodoxa— y se pronuncia contra el dominio temporal de los papas, lo que le trajo un pequeño escándalo en la orden.”9 Tal vez fue algo más que un pequeño escándalo, porque fue a dar dos meses al calabozo, experiencia, imaginamos, poco grata; después se vio orillado a abandonar la orden del futuro San Ignacio. A pesar de los problemas con los jesuitas resulta evidente que la vida mundana no era la suya y que sus convicciones sobre el papel de la Iglesia —más allá de sus interpretaciones no canónicas— eran profundas, porque apenas unos meses después de abandonar el círculo jesuita vuelve a la vida religiosa. En 1580 ingresa como oblato, es decir, como laico que se agrega a una comunidad religiosa, a la orden fundada por el también futuro santo Carlos Borromeo. Tenía, debe reconocerse, magnetismo con los canonizables. Es importante recordar que el Borromeo, antes de ser nombrado arzobispo de Milán en 1565, se había distinguido como un gran defensor de los intereses de la Iglesia al desempeñar el cargo de secretario de Estado del Vaticano bajo la tutela de su tío Pío IV. Por lo tanto, Botero no llegaba a un sitio donde sus ideas resultarían inapropiadas; todo lo contrario, llegó a ubicarse en el centro del pensamiento contrarreformista del que por cierto nunca renegó. No nos resulta posible establecer una relación causa-efecto entre la salida de la Compañía de Jesús y el inicio de su producción literaria, aunque tampoco resulta descabellado suponer que tras la ruptura con los jesuitas el propio Botero hiciera un trabajo de reflexión sobre sus propias ideas y lo sistematizara en su primer opúsculo. Muy probablemente la sensación de soledad o abandono llevase a nuestro autor a buscar reflejar en su obra los argumentos esgrimidos contra la tradición maquiavélica por la Compañía de Jesús en la que había militado durante 20 años, buscando el perdón o la reconciliación. Los principales argumentos jesuíticos están en armonía con la obra de Botero. El primero de ellos es la indisoluble dependencia entre el poder del príncipe y el poder espiritual; la devoción obligada del monarca y sumisión al clero, para poder conseguir así la

prosperidad y el éxito, así como la advertencia de que la desventura puede golpear en la esfera mundana a quienes reniegan de los principios generales de la Iglesia. La obra de Botero, como lo veremos con más detalle, trata, en definitiva, de reflejar en la razón de Estado una temática edificante que contrapone a la argumentación maquiavélica la existencia de una “razón de Estado” cristiana. Las obras de Botero Pero retomemos el hilo cronológico para ubicar sus principales obras. Su primera obra titulada De regia sapientia se publicó en 1583.10 En 1588 aparece Delle cause della grandezza delle citta, un texto dividido en tres libros que en lo sucesivo se publicaría como un complemento de su principal obra Della ragion di Stato. La mente de Botero en aquellos cinco años debió estar en plena efervescencia. Era, como se aprecia en su obra, un hombre bien informado que seguía con atención los asuntos políticos que sucedían en la Europa de su tiempo. Además de los hechos de su tiempo, Botero era un lector de obras históricas, lo que le daba una gran capacidad de comparar situaciones presentes o pasadas y en muchos casos recurrir a ejemplos precisos para ilustrar sus propósitos. También se daba tiempo de hacer algunas lecturas teóricas. Los seis libros de La República de Bodino publicados en 1576, por ejemplo, influyeron en él enormemente. En 1589 aparece finalmente su gran obra Della ragion di Stato. El texto refleja todas sus capacidades. Es un libro sistemático y plagado de ejemplos clásicos y contemporáneos, desde Tiberio hasta Hernán Cortés, que aun ahora puede ser leído con provecho por el lector contemporáneo. Pero demos un paso atrás antes de profundizar en el contenido de su obra. Los seis años que transcurrie-

ron entre la redacción de su primer trabajo y La razón de Estado no pasaron inútilmente para Giovanni. No sólo trabajó profundamente en la obra que vio la luz en 1589, sino que tuvo, durante el año 1585, una estimulante función diplomática en Francia que lo obligó a profundizar todavía más en los intereses de los Estados. Esta experiencia práctica le permitió a Giovanni Botero no quedarse solamente en los prejuicios abstractos o en las consignas generales de cómo debe conducirse un príncipe, sino de observarlo en la realidad. Botero se ocupó ya no solamente, como en su primera obra, de construir un espejo de príncipes, un catálogo de principios que le permitieran al gobernante conducir los negocios públicos, sino también de asuntos que tienen que ver con la grandeza de las ciudades y su expansión. Estas digresiones le valieron algunas críticas como la que le endereza en 1627 Settala, al señalar “que sólo el título y la primera página tratan de la razón de Estado.” (Settala 1988:42). Más adelante veremos cómo otros estudiosos valorarán positivamente la inclusión de otros campos del poder como la economía en su análisis. Al ocuparse con un enfoque amplio de los asuntos del Estado, Botero entendió, de manera quizás incipiente, lo que los teóricos modernos llaman el poder nacional. Se ocupó en su libro de temas tan diversos como la agricultura de la industria y de otras muchas cosas que explican la grandeza de algunas ciudades y naciones, que también veremos con más detalle. Es importante aclarar que el trabajo de Botero no consistió en acuñar un concepto ideal o un neologismo. El término “razón de Estado”, comenta Javier Peña Echeverría, era “aparentemente usado con frecuencia en el lenguaje ordinario antes de 1589” (Peña 1998). El propio Giovanni Botero, en su dedicatoria al ilustrísimo y reverendísimo señor Wolf Walden Theodorico, arzobispo y príncipe de Salzburgo, se plantea la razón de Estado como una preocupación, no como una creación original. Le inquietaba la difusión con contenidos equívocos inducidos por Maquiavelo de un concepto que se emancipaba de la esfera moral, y también se mostraba atribulado por la lectura crecientemente desprejuiciada que se hacía de los clásicos. La razón de Estado era ya una cuestión de la que se hablaba con frecuencia y delectación en las

[7] La expresión “razón de Estado”, según Ferrari (un autor del siglo XIX que cita Reyes Heroles) nace con monseñor Della Casa en los primeros años de 1500, versión que resulta verosímil, pues cuando Botero retoma el tema es ya una expresión de uso frecuente (véase Reyes 1982:33, nota 5).

[8] Para una historia de los jesuitas véase Lacouture (1994). [9] Di Stefano, Luciana: Noticia biográfica en la edición de Botero (1963:84). [10] El texto fue enviado, siguiendo a Luigi Firpo, al Bo-

rromeo en 1582, y éste no le prestó demasiada atención, pues tardó varios años en contestar a Botero (véase Firpo 1990:1). [11] Todas las citas a la obra de Botero que se hagan a continuación, salvo que se señale lo contrario, son de la ya citada edición venezolana de García Pelayo y Di Stefano.

Alegoría del Mal Gobierno (Effetti del Cattivo Governo), Ambrogio Lorenzetti, fresco del Palacio Comunal de Siena, 1338.

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El primero de los fines de todo Estado consiste en la garantía de su propia existencia y su conservación. Para conseguir este doble objetivo primordial es necesario neutralizar todas las fuerzas internas o externas que intenten obstruir la consecución de ese objetivo. El segundo es generar las condiciones para su expansión y crecimiento, y de esta manera elevar la riqueza y el esplendor del Estado que se trate.

cortes europeas. De hecho, el propio autor expone de entrada que su objetivo expreso es rebatir las doctrinas maquiavélicas que avanzaban de una manera inquietante e inexorable, y proponer en cambio “una genuina razón de Estado que contemple los valores cristianos y no en la glorificación de las artes de disimular de Tiberio César u otros príncipes paganos.”11 Botero en su contexto La obra se inscribe en esa fecunda tradición antimaquiavélica que va desde la De nobilitate christiana, escrita por el portugués Jerónimo de Osorio en 1543, pasa por las obras de Gentillet (quien desde el protestantismo también condena la obra del florentino) y el Tratado de Ribaneyra sobre las virtudes del príncipe cristiano, hasta Baltasar Gracián, a quien ya citábamos antes, y por El maquiavelismo degollado, del franco español Claudio Clemente, en 1628. Vista como parte de una tradición literaria que se extiende casi un siglo y que incluye a escritores católicos y algún hugonote como Gentillet, la obra de Botero es propia de su época, un libro escrito para sus contemporáneos y cuyo contenido refleja el conjunto de preocupaciones que la alentaron y, de manera paradójica, lo que más refleja es la influencia, como lo ha identificado Skinner, de su odiado Maquiavelo. “No hay duda —escribe el historiador inglés— de que Botero es, reconociblemente, un habitante del universo moral de Maquiavelo.” (Skinner 1985:277). Algunas líneas sobre los grandes desafíos políticos de su época ayudarán a ubicar mejor la obra en el contexto en que se produjo. Se debe recordar que pocos años después del nacimiento de Botero se fundaba la Iglesia anglicana. La ruptura de Enrique VIII con el papa conmovió a toda la cristiandad, y a buen seguro el escándalo fue uno de los primeros contenidos de sus estudios en la Compañía de Jesús. Su vida estuvo marcada por otros acontecimientos que desafiaron el

poder vaticano. El primero es que el protestantismo en sus diversas manifestaciones se expandía por Europa y se aliaba con los príncipes para dar paso a los Estados nacionales. El segundo es el ascenso político militar del Imperio Otomano. La Sublime Puerta se convertía en un desafío colosal para Roma, al convertir al hasta entonces remoto Islam en un problema político-militar de primer orden para el papado y toda la cristiandad. Inscrito en una corriente literaria, Botero no es un tratadista del todo original, aunque tiene lo suyo. Sin ser ilegible su texto tampoco puede considerarse una joya de las letras italianas. Como muchos de sus contemporáneos recuperó un género que en la tradición musulmana ya existía y se dio en llamar “los espejos de príncipes”. Esta variante de la literatura política ofrecía a los futuros o presentes dirigentes el conocimiento de los procesos, medios y capacidades involucrados en el ejercicio de gobierno, un género que llega a Europa a través de España. Un estudioso del tema, Ricardo Uvalle, apunta que la influencia de los Espejos musulmanes llegó a España durante la baja edad media. Hay una abundante producción que el propio Uvalle cita en su obra, la cual incluye a don Juan Manuel y su arte de gobernar escrito en el siglo XIV. También se pueden citar —siguiendo a Uvalle— libros posteriores al de Botero en la misma tradición, entre otros los Consejos y consejeros de príncipes de Lorenzo de Prado de 1617; La política española, de Juan Salazar de 1619, el Norte de príncipes y vida de Rómulo, de Juan Pablo Mártir y Rizo, de 1626; los Emblemas regiopolíticos, de Juan de Solórzano, de 1653 y los Diversos dictámenes morales y políticos, de Juan Palafox, en 1672 (véase Uvalle 1993:251). Literatura, en resumen, basada en consejos y principios de cómo ser un buen gobernante. Botero en la historia del pensamiento político En los tratados de historia del pensamiento político más influyentes Botero no ocupa lugares de privilegio, si es que llega a ocupar alguno. Jean Touchard, por ejemplo, en su conocida Historia de las ideas políticas, solamente le dedica una nota a pie de página en la que dice: “la expresión [razón de Estado] fue vulgarizada por el italiano Botero (1540-1617) cuya principal obra Della ragion di Stato apareció en Milán

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en 1583”,12 George Sabine, en su famosa Historia de la teoría política (Sabine 1979), no se ocupa de él, como tampoco lo hace Raymond Gettel en su conocido manual (Gettel 1979). Otros tratadistas de la historia del pensamiento político, como es el caso de Meinecke, lo citan y lo desarrollan brevemente, pero lo mandan a la esfera de los segundones en términos muy poco amables. Hay otros autores que han estudiado con mayor detenimiento el periodo y han valorado las transformaciones del lenguaje a las que Botero entre otros contribuyeron de forma importante (véase Viroli 1992:252 y ss.). Es curioso que uno de los teóricos que mayor atención puso en Botero sea Antonio Gramsci, y lo hace recuperando un texto de Federico Chabod. En por lo menos dos ocasiones en su texto sobre el Moderno Príncipe compara a Maquiavelo con Botero, y le da alguna relevancia a este último al destacar las referencias económicas (cosa que en el siglo XVII le criticara Settala) en la obra del piamontés, ausentes en la obra del florentino (Gramsci 1977:283). Pero globalmente podemos decir que Botero es un olvidado en la historia de las ideas políticas. ¿Debemos ser tan severos con el piamontés, o una relectura de su obra podría mitigar el juicio de Meinecke? Reconozcamos de entrada que su tratado no es del todo original. Hay pasajes que recuerdan a otros autores y otros son francos estereotipos; pero también es posible aislar en su obra, como lo trataremos de demostrar en las siguientes páginas, elementos y argumentos que no son despreciables para la historia de las ideas políticas. Si nos atenemos a su argumentación central según la cual no había necesidad de abandonar los principios morales o religiosos para conducir el Estado —antes al contrario, los objetivos políticos eran perfectamente compatibles con una estrecha vinculación al mundo religioso y una observancia rigurosa de los principios del catolicismo—, podríamos concluir que nos encontramos ante uno más de los corifeos papales. Pero una lectura atenta de su libro nos sugiere que los argumentos de Botero no solamente eran los de un beato recalcitrante que se dedicaba a la difusión de propaganda. No era, digamos hoy, un vulgar “plumífero del aparato”. Hay en la base de su línea argumentativa un razona-


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Alegoría del Buen Gobierno en el campo, Ambrogio Lorenzetti, fresco del Palacio Comunal de Siena, 1339.

miento político que visto desde la perspectiva de nuestro siglo no deja de rezumar sofisticación y hasta cierto punto cinismo. La función de la religión, según Botero, era de doble utilidad para el Estado. Por un lado era un freno a los apetitos del príncipe, asunto no menor en regímenes preconstitucionales y, por otro, la propia religión era el garante de la sumisión popular. “La religión —establece Botero—es el fundamento de todo principado, pues viniendo de Dios toda potestad [...] otro tipo de fundamento sería ruinoso.” Además no esconde sus preferencias y explica con criterios utilitarios por qué la católica es la más funcional de las confesiones para un príncipe: Ésta no sólo somete los cuerpos y las fuerzas de los súbditos cuando conviene, sino también las almas y las conciencias, y ata no sólo las manos, sino también los pensamientos y sentimientos, y quiere que se obedezca tanto a los príncipes díscolos como a los moderados y que se soporte todo para no perturbar la paz, (Gramsci 1977:124, libro 2). Ni el propio Maquiavelo, el objeto de sus desvelos, podría haber hecho oferta más tentadora a los déspotas y tiranos de todos los siglos. Las ediciones de la obra La primera edición del libro La razón de Estado de Giovanni Botero apareció en Venecia en 1589. Tenía una dedicatoria al ilustrísimo y reverendísimo señor Wolf Walden Teodorico, arzobispo y príncipe de Salzburgo. Hubo en los años posteriores una serie de reediciones en varias ciudades italianas, lo cual demuestra el éxito que muy pronto tuvo la obra del piamontés. Hay una segunda edición veneciana el mismo año; ambas fueron publicadas por el editor Giolitti, Su éxito no debió resultar momentáneo, pues en 1598 otra edición publicada por el mismo editor vuelve a imprimirse en Venecia, ésta ya sin dedicatoria específica a algún político o príncipe. Empero, no sólo en la serenísima se leía la obra de Botero. Hay una tercera edición del libro publicada en la ciudad de Ferrara entre 1589 y 1590. La edición ferrarese es del impresor ducal Vittorio Baldini, En el mismo año aparece una edición en Roma nuevamente con la dedicatoria al Arzobispo de Salzburgo; en esta

ocasión, la edición es de Vincenzio Pellagallo. En 1596 aparece en la capital de Lombardía, Milán, una nueva edición bajo el sello editorial de Pacífico Pontio, en este caso dedicada a Federico Quinto. También en 1596 aparece otra edición de su obra en la capital de su Piamonte natal, Turín, bajo el sello editorial de Dominico Tarino, dedicada en este caso al serenísimo Filipo Manuel, príncipe de Piamonte. Como puede apreciarse, Botero iba dedicando su obra a diferentes personajes, buscando la rentabilidad política y la simpatía de cada uno de los príncipes o dignatarios de la ciudad en que publicaba su obra. Se tiene registrada una nueva edición milanesa que se publica entre 1597 y 1598. Un año después, en 1599, aparece una edición bilingüe en París; el título es interesante porque se pierde la contundencia de la expresión y se gana tal vez en precisión. La versión francesa publicada en la casa de Gillaume Chaudine es Raison et Gouvernement D Estat y tiene como base la cuarta impresión italiana traducida por Gabriel Chapus y dedicada a Monsieur d’lncarville, secretario e intérprete del rey de Francia. Vendrán nuevas ediciones del libro de Botero, como la de Venecia, del 1606, y una última publicada en 1671 por Bertani. Es de notar que en las ediciones

[12] Con toda probabilidad, Touchard confunde en este caso Della ragion di stato con la primera obra de Botero, Regia sapientia (véase Touchard 1983:265).

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que aparecen a partir de 1600, la obra clasifica una serie de temáticas a desarrollar, entre otras la excelencia de los antiguos capitanes, la neutralidad de la reputación, la agilidad y las fuerzas, todas ellas virtudes de los príncipes; pero también el autor se explaya en una amplia explicación de las fortificaciones y de las relaciones marítimas que una nación puede tener. Vale la pena destacar que entre la primera y la segunda de las ediciones venecianas hay un agregado importante. En la segunda aparece el título de La razón de Estado: 10 libros, de los cuales tres tratan de la causa de la grandeza y magnificencia de las ciudades. Desde entonces esas dos ediciones concebidas por separado se presentarán de manera conjunta. El contenido de la obra La obra de Botero está divida en 10 capítulos o libros. Analicemos los temas más importantes del conjunto, siguiendo el orden que el propio autor planteó en la edición veneciana de 1589. Empecemos planteando los elementos que figuran en la dedicatoria original al arzobispo y príncipe de Salzburgo. En esta parte del texto, Giovanni Botero manifiesta, como ya lo habíamos señalado, su verdadera meta, que no es otra que refutar a Maquiavelo. Le preocupa, y así lo dice, que la discusión sobre los preceptos del gobierno y la conducción de los pueblos estén cada vez más empapados por las ideas del florentino que por otras fuentes de inspiración. Se lamenta de que se invoque a Tiberio para ilustrar el tema de la razón de Estado, pues, apunta, el sucesor de Augusto hizo de la tiranía y la crueldad una forma de gobierno. Pero si el tercero de los cesares era una pésima referencia para abrevar conocimiento del arte de gobernar, Maquiavelo le resulta todavía más aborrecible. El autor de El Príncipe, explica Botero, funda la razón de Estado en la poca conciencia del gobernante. Nuestro autor sale al paso de estos argumentos y proclama que no hay cosa más irracional y más impía que guiar a los hombres con los principios maquiavélicos. Con su obra, Botero intenta recuperar la visión religiosa y hacerla armónica con la conducción de los asuntos del Estado. Con este premio, el autor deja clara sus intenciones y el alcance de su obra. Veamos ahora con mayor detenimiento cómo desarrolla conceptualmente el tema.


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Escondrijos de la Alforja

Reforma energética; Por Marcos Marín Amezcua

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í, pero no así. La reforma energética es necesaria, sin duda alguna. Sin embargo, las propuestas escuchadas al Ejecutivo Federal, al PAN y al PRD dejan mucho qué desear y no aciertan a procurar el aseguramiento de nuestro futuro energético. Lo que mosquea y resulta inevitable es que por un lado, desde la presidencia se metan en el mismo saco al petróleo y a la electricidad, que caminan con dinámicas tan diferentes como su propia esencia. Lo que mosquea es una propuesta del gobierno federal que va en apariencia hilvanando y sin fisuras a un discurso que nos apresura, casi a empujones, a efectuarla, desestimando una consulta nacional ante tan trascendental tema y asumiendo cual perdonavidas, que puede atender algunas propuestas opositoras sólo mientras desliza que mayoriteará la propuesta presidencial, pero que de tan “perfecto” el discurso cae, ya no digamos en fraseos comunes y malabarismos lingüísticos, sino que topa con una congruencia muy endeble por sus prisas expositoras entre los números y las pretensiones, entre lo que se pide y lo que se quiere, entre cómo alcanzarlo y los pasos propuestos. Presenciamos una argumentación confusa, repetitiva, ambigua y asegurando escenarios no probados que apuntan a guasa, como ese de la disminución del costo de la energía; con aseveraciones poco sólidas para justificar su proceder acerca de compartir los beneficios en la búsqueda y extracción de petróleo, por ejemplo. México ronda la recesión, lo alertan las calificadoras, con una deuda pública reportada en junio de 2013 por un monto de 5 billones 330 mil 311 millones 300 mil pesos, de los cuales el 71.3 por ciento corresponde a deuda interna y 28.7 a externa; mientras a finales de agosto enfrentó la dura realidad de ver derrumbarse sus expectativas de crecimiento en 2013, confirmadas por el Banco de México y a regañadientes reconocidas por Hacienda, que debió disminuirlas del 3.5% al 1.8 %, en tanto se desploman índices de exportación y no crece el turismo, por más que se empeñan en la secretaria del ramo en lanzar las campanas al vuelo. Pinta así un panorama terrible que enmarca en el peor momento económico el difundir propuestas de reforma y cuando se reciben un día sí y otro también advertencias desde la OCDE, el FMI y otras instancias internacionales señalando a México que se cuide ante un posible embate económico. Con 166 mil millones de dólares en reservas usadas confesadamente sólo para apuntalar al peso frente al dólar, por muy cifra récord que sea, todo

parece ir a peor, pese al silencio exasperante del secretario Videgaray. Claro, el gran negocio del petróleo y la rentabilidad de PEMEX lo valen. Con ese bagaje y concretándonos en el tema petrolero, la reforma energética propuesta por Enrique Peña Nieto, urgida de apelar a Lázaro Cárdenas para legitimarse e insistente en señalar como único camino el efectuar la reforma constitucional que relativiza la condición estratégica de la energía para el Estado, y expone innecesariamente la materia energética (sobre todo modificando su artículo 28), sin precisar detalles sobre el monto al que repartirán utilidades con la participación privada que pretende alcanzarse con sus contratos de utilidad compartida, omisión muy grave por lo demás, supone ello un silencio inadmisible dada la trascendencia que el tema confiere al ser la energía algo estratégico para el futuro energético del país. Compréndase, entiéndase que un país no somete su futuro a decisiones de escritorio como está sucediendo. Ninguno sensato lo hace.

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La propuesta presidencial carece de un plan B, uno C, D o E ni adelanta construirlo. Aventura a seguir extrayendo petróleo en vez de apostar por energías alternativas, más limpias, impulsándolas en serio más allá de esa tinta que apenas las balbucea, y que no apunta a mesurar la extracción y uso del petróleo, ni a crear y guarecer verdaderas reservas propias del energético –que por no hacerlo estamos al garete y a expensas de los compradores, y al final conducen a derrochar nuestros preciados recursos por no despetrolizar la economía– optando por venderlas al mundo; proponiendo mejor participación privada con una prisa atropellada que asoma en los discursos aturdidores y catastrofistas de los secretarios Joaquín Coldwell y Videgaray, en sintonía con el propio director de la petrolera –experto en inversiones y no en combustibles– junto con una machacona campaña mediática que efectúa una burda y tramposa comparación con Estados Unidos, país que produce mucho y explora más, nos dicen, mientras se callan que allá en contrapartida un PRI no ha solapado a un Romero Deschamps, por citar un caso. El texto dado a conocer el 12 de agosto de 2013 es altamente preocupante por carecer de una visión a largo plazo. Invitar a la inversión privada – no se atisba con claridad qué grupos nacionales estarían capacitados para participar, lo cual abre la evidente posibilidad de que sean los extranjeros los únicos jugadores – abunda en extraer petróleo para obtener de él lo que no se recauda por vías fiscales paralelas, preservando así también un sistema tributario desproporcionado e injusto, pero además, insuficiente al no ampliarse la base de contribuyentes, nutriéndose sólo de impuestos de fácil recaudación, anticipándose su posible aumento para cubrir el boquete previsible si se comparten beneficios petroleros;


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; Sí, pero no así pero sin atinar a cobrar a grandes inversiones. Y las empresas privadas que se apunten al tema podrían caer en ese rubro de exención permitido por la legislación fiscal. El petróleo es nuestro, el negocio no, ya se ve. Es altamente preocupante que la iniciativa del Ejecutivo, considerada al final como mediana en sus alcances por el capital privado extranjero, un texto de farragosa lectura y redactado como un catálogo de subastas para inversionistas y no como una iniciativa de reforma constitucional seria que se juega el futuro energético de la nación, pero sobre todo, que va emitiendo constantes juicios de valor que manipulan, impropios de una iniciativa presidencial y con continuos llamamientos y aseveraciones de medio pelo, chabacanas incluso, sin probanza alguna en muchos casos, apunta a callar que la causa de la causa es causa de lo causado. En efecto, la multicitada iniciativa no insinúa siquiera pedir cuentas ni perseguir a quienes han desfalcado la petrolera, desfondándola. Mientras se derivan menciones escuetas sobre pretender una mayor autonomía presupuestal sin precisarla, se apuesta paradójicamente a seguir dependiendo del petróleo como base mayoritaria de financiamiento del presupuesto. Ya no digamos lo escandaloso que ha resultado no tocar uno solo de los cuestionables privilegios del sindicato petrolero. La verdad contada debería pasar por plantearnos que PEMEX aporta el 37% del PIB y se valúa en un costo del 10% equivalente del PIB. Apenas reconoce tal propuesta una sobreexplotación del crudo, sin reparar y decir que en la mala conducción económica nacional se ha malgastado, paliando con él los excesos y errores, dejando muy lejos la aseveración que se repetía a inicios de los años ochenta señalando que contaríamos con petróleo hasta mediados del presente siglo. Sumemos la ordeña ilegal de ductos, las prestaciones exorbitantes de PEMEX, su sindicato sangrador, los contratos a prestadores de servicios, su pasivo laboral y su gigantismo o las corruptelas de décadas, que en conjunto la han desfalcado y suma miles de millones de pesos en pérdidas por tales razones, junto con el robo de combustible, que la han dejado exhausta, quedando claro así que ni hay dinero que alcance ni ganas de remediar tanta trapacería. Grave que se calle, sin duda. Resulta necesario drenar a la empresa antes de siquiera pensar en buscarle inversión privada. Tanta impunidad no puede obviarse antes de emprender cualquier proyecto serio, porque son las causas de su deterioro. Dos comentarios al margen: conduce a nada la campaña comparativa para convencernos de las bondades de esta iniciativa, diciéndonos lo que hacen los Estados Unidos en materia de extracción. En este caso concreto, ese encandilamiento de algunos mexicanos por lo estadounidense de forma sistemática obnubila sus sentidos y omiten con miopía mayúscula que si hemos de compararnos ha de ser con las cifras de la OCDE y no con un país que cuenta con una economía

ochos veces más grande que la nuestra, y donde el comparativo siempre será sesgado, incompleto, y en más de un caso, tramposo. Además, no olvidemos que lo que vale verdaderamente millones es el mercado mexicano. 118 millones de consumidores cautivos necesitados de más y más energía son un apetitoso, un suculento y promisorio mercado, como lo ha sido el de las pensiones. ¿Quién tasa eso?, eso es lo verdaderamente importante junto con nuestro futuro energético. Mientras se negaba en México que se tocarían artículos constitucionales (aseverado en boca del primer mandatario y de sus secretarios de estado) se ofrecía hacerlo en el extranjero. Incluso diarios como The Wall Street Journal admitieron que se planteaba establecer contratos a 25 años con particulares en áreas específicas y apartar reservas de petróleo a privados, sin precisar cuáles. La reforma peñista no privatizó como se esperaba, pero ni puede obviarse que al repartir los beneficios de la extracción disminuirán los dividendos de la petrolera, pasando a manos privadas ciertas ganancias no especificadas hasta hoy (dinero privatizado a fin de cuentas), ni que sostener la empresa estatal no es en forma alguna ni trasnochado nacionalismo ni menos es como sostiene, por citar un caso, The Washington Post en su edición del 22 de agosto de 2013, una postura mexicana de mantener la empresa estatal por simple justificación insensata como la argüida de la soberanía nacional. Lo pinta pues como atavismo, imperdonable por la prensa y los intereses estadounidenses a los mexicanos desde Lázaro Cárdenas, no lo olvidemos, al echar a las compañías extranjeras no por extranjeras, sino por desacato a las leyes mexicanas. La flaca memoria de ese diario es ofensiva. Pero la soberanía energética lo es como la alimentaria. No es cosa de chauvinismo, sino para aquel que le interese que no exista y sacar raja de ello. Ningún país, ni siquiera Estados Unidos que privilegia al capital privado, ninguno pone en riesgo su soberanía. Allí está la NASA: ya parece que iba a quedar en manos privadas aun con fondos precarios. Es estratégica, lo que cualquiera pueda

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entender por ello y lleva implícita su seguridad. No la soltarían. Así que miente también The Wall Street Journal afirmando que PEMEX permanece tal cual por nutrir un simbolismo revolucionario y que sólo por ello, por fantasmas del pasado, tocarlo es un tabú. Junto a la prensa extranjera, la campaña mediática gubernamental en pro es avasalladora y atrapaincautos. Como pocas en la Historia reciente. Tiene el gobierno mexicano derecho a vender su verdad, siendo importante que contara toda la verdad, porque lo visto hasta ahora es bastante precario. Ha reiterado el secretario de Hacienda que el otro (único) camino ya recorrido para sacar adelante a PEMEX, es endeudar al gobierno y que no nos conviene porque ya hemos pasado por eso. Obviando que otro camino sería limpiar la petrolera, el funcionario pasa de largo de que el capital privado en el sector petrolero también ya estuvo y no vimos dividendos estupendos antes de 1938. No nos convino. La propuesta peñista no adelanta ningunos controles, dejando todo a las leyes secundarias, lo cual anticipa la enorme probabilidad de que al final México en materia petrolera, reciba un pan por un costal de harina. Ya nos sucedió antes. Así de sencillo. En tanto que el primer círculo del Ejecutivo y su partido, el PRI, persisten en negar la privatización sin admitir que repartir ganancias menguará los ingresos públicos, pretendiendo convencernos de que eso se paliará con el incremento en la extracción petrolera, demostrando una carencia de imaginación para no depender sólo del petróleo para soportar la economía; no aceptan que un contrato de utilidad compartida con el capital privado siempre implica compartir las ganancias, cediendo. ¿Qué antes se comparten los riesgos de bús-


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queda y extracción como lo destacan sus promotores?, ¿qué los particulares no se llevarán el petróleo y qué no se los regalaremos? en efecto, pues nadie ha dicho que lo piensan regalar. Faltaba más hacerlo. Pero ¿qué garantías reales, qué porcentaje de participación, qué precio, límites y medidas fijados por quién, atendiendo a cuáles criterios, serán aquellos que preservarán nuestros intereses? No lo han dicho. Y no se olvide que en el caso eléctrico por ejemplo, comprar energía compromete nuestras ganancias en el precio pactado. Otro negocio que no es nuestro, fraguado a costa del contribuyente y el usuario. Es muy claro y no hay que darle tantas vueltas. Menuda reforma se anticipa en caso de alcanzarse. Ahora bien, obviando que el Tratado de Washington agotó desde 2010 la tregua para extraer petróleo de aguas profundas del Golfo de México, y que pesca a PEMEX sin la aparente necesaria capacidad tecnológica y financiera para profundizar las búsquedas allí, al agotarse los recursos sobreexplotados irresponsablemente en aguas someras, y la fracasada propuesta del gobierno anterior para buscar ese “tesoro”, es que cobra relevancia el texto de la propuesta peñista. No hay que “descubrir” nada per se, pues se sabe de “la Dona”, como que la iniciativa habla de ir a “descubrir” petróleo, mientras anticipa sabiéndolo de antemano, que se obtendría (mediante contratos de utilidad compartida) que pasaremos “de 2.5 millones de barriles diarios actualmente, a 3 millones en 2018, así como a 3.5 millones en 2025.” El negocito se olfatea aunque se pinta de “descubrimiento” y sin regalar nada, en teoría. El texto de la iniciativa de Peña Nieto contiene más frases entre catastrofistas y subastadoras, más ofrecedoras de oportunidades para clientes potenciales, pero sin explicar en cambio porqué no hay otra vía, como la hay, ni garantizando para México los resultados a obtener con tales contratos de utilidad compartida, limitándose sólo a enunciar supuestas ventajas. Así, leemos

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enunciados tales como “la práctica internacional más extendida es que las empresas realicen operaciones en aguas profundas con esfuerzos compartidos, por lo que debería dársele a Petróleos Mexicanos la oportunidad de actuar en igualdad de condiciones que otros operadores petroleros en el mundo” para indicar que solos no podemos (ya en entrevistas se asegura que por carecer de recursos). Y al “debería” categórico se suman frases como esta: “también es conveniente darle al país la oportunidad de contratar a otros operadores petroleros para campos convencionales y no convencionales, con el objeto de que la extracción de nuestros recursos pueda darse en las mejores condiciones”. ¿Conveniente para quién? ¿Mejores condiciones para quiénes? Para apuntalar su dicho han ofrecido bajas en costos de energía y empleos, como antes ofrecieron transparencia en las privatizaciones o beneficios que el pueblo de México sigue esperando dos décadas después. La única garantía que nos da el jefe de Estado es su palabra. Sin más. Resulta a todas luces insuficiente y es inamisible dejarlo a leyes secundarias. Se sostiene un gran embuste que mueve a arquear las cejas y no puede minimizarse. La iniciativa presidencial asevera categórica: “Esta riqueza en el subsuelo (el gran potencial de hidrocarburos, petróleo y gas de lutitas) debe aprovecharse para contribuir al desarrollo de la Nación, (pues) no existe razón alguna para que, a diferencia de la mayoría de los países, se limiten los medios a través de los cuales el Estado pueda cumplir con su función de extraer sus propios recursos naturales.” ¿No existe razón alguna? Sí existe: se llama soberanía energética. Se llama “no repartir ganancias para no menguar el 37% del PIB proveniente de los beneficios del petróleo”. Se traduce en que hay países que están recuperando sus empresas por haber efectuado antes cesiones y concesiones, porque ya advirtieron que el capital privado no vela más que por sus intereses y no por los de un país. Se llama ‘no comprometer el futuro con vaguedades no especificadas en la iniciativa presidencial’. Hablar de contratos de utilidad compartida debe reconocer que se reparten ganancias. El secretario Videgaray ha confesado lo que calla en su texto la iniciativa: repartos hasta de un 50% como lo explicara el 13 de agosto de 2013, sin especificar fundamentos y criterios para ello. La vaguedad de la ini-

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ciativa presidencial es alarmante: “(se busca) a través de contratos para la exploración y extracción de hidrocarburos en los que puedan pactarse mecanismos de pago en función de los recursos que se obtengan, mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los mismos, entre otros”. Así de impreciso y ambiguo. Preocupante ese “entre otros”. Las otras iniciativas, mucho menos difundidas que la presidencial, resultan mediocres como aquella. La del PAN gira en torno a una privatización total con apenas algún control estatal y a entregar el petróleo a quien lo obtiene vía concesiones. Al menos es más clara que la del Ejecutivo. La del PRD apuesta de manera más responsable a sanear la petrolera antes que a mantener su actual esquema. Su valía radica en no reformar la Constitución y en ahorrar esas enormes fugas que han justificado plantear a PEMEX como carente de recursos para emprender nuevos proyectos, intentado así justificar la presencia del capital privado en sus tareas y a no abdicar de una capacidad que sí existe o puede existir. No ha sido poco lo que se plantea, porque ¿incursionar en aguas profundas es costoso? En efecto, por ello quedan tres preguntas a formular: ¿dónde está todo el dinero recaudado y no destinado como debió de ser a paliar nuestras necesidades con la infraestructura petrolera necesaria y a crear nuestra propia tecnología?, ¿no es posible formular otro esquema para dotarnos de los recursos, sin modificar el artículo 27 y, sobre todo, el 28 constitucionales, siendo ese segundo clave porque ya no prioriza ciertas actividades del estado, al amarrarlo a lo reformado en el 27?, ¿quién defenderá nuestros intereses persiguiendo las responsabilidades no asumidas por quienes desfalcaron a PEMEX? Así, la reforma energética no está propuesta de forma integral apostando al futuro energético de México en manos mexicanas y con capacidad de acción, atacando las fugas enormes de la petrolera. Sin visión de futuro, sin apostar a preservar reservas petroleras, sino a extraer lo más posible, la reforma energética que se propone tan solo para el ramo del petróleo por todos los actores políticos y destacadamente, por la presidencia de la República, es omisa, incompleta y muy ajena a los intereses del país. Lo dicho ya: el petróleo es nuestro…el negocito con él no lo es. Ergo, reforma energética sí, pero no así.


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Lenguaje, poder y control Por Fernando Dworak

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a planificación lingüística es un medio privilegiado para generar una conciencia de nación y para manipular a las masas. Es común a todos los regímenes, independientemente de su afiliación ideológica. Por lo tanto debemos conocerla e identificar su utilidad y consecuencias. No existe algo inherentemente “bueno” o “malo” en la política: todo depende de los fines con que se usa. Se ofrecerán aquí algunos ejemplos casi a manera de anotaciones sobre el impacto del lenguaje en las relaciones sociales, esperando que despierten la inquietud del lector. También se incluyen algunas sugerencias para lectura. ¿Se puede construir una identidad con el lenguaje? Las palabras moldean nuestras percepciones y la relación que entablamos con la sociedad. Por ejemplo un lenguaje uniforme al interior de una comunidad ayuda a fortalecer al Estado. Eso lo supo el Cardenal Richelieu al crear la Academia Francesa con el fin de construir reglas generales para el idioma, eliminando con ello los dialectos. Una institución que define cómo se hablará en un territorio influye en las percepciones y discursos. Y de paso se movilizó a los escritores para apoyar al Estado. Cuando los Borbones ascendieron al poder en España crearon también su propia Real Academia de la Lengua. Gracias a ello los países de Iberoamérica tenemos normas generales para comunicarnos – algo que no necesariamente sucede con otras lenguas que se hablan en varios países.

Ciudadanos alemanes manifestando su apoyo a Hitler.

Hitler saludando a la multitud desde el balcón, Berlín.

También es posible “revitalizar” una lengua para construir una noción de comunidad. Hacia principios del siglo XX los judíos usaban el hebreo para las plegarias y textos sagrados. La recolonización de Palestina planteó el problema de generar un idioma funcional; pues quienes provenían de Europa Oriental hablaban yídish, los de los Balcanes y otras partes del Imperio Otomano hablaban judezmo o árabe, y los del África Septentrional y del Asia Occidental hablaban una variante comunal del árabe. Por ello se promovió la modernización del hebreo no para crear una conciencia nacionalista, sino para movilizar apoyo a fin de promover la autodeterminación política. Emplear el idioma de los antepasados en su tierra natal simbolizaría la continuidad del arraigo de los judíos a esa tierra, lo cual legitimaba los intentos de restablecer una nación. ¿Se puede destruir una nación o segregar minorías con el lenguaje? De la misma forma que el lenguaje puede generar cohesión social, también es posible que los dirigentes políticos decidan usarlo como herramienta de segregación e incluso secesión. En la Yugoslavia de la década de los ochenta, tanto serbios como croatas comenzaron a “limpiar” sus lenguas de palabras tomadas de las distintas nacionalidades que conformaban ese Estado. De esa forma se comenzó a crear un clima de radicalismo, confrontación y ultimadamente división y guerra. Lenguaje y manipulación Al moldear las percepciones el lenguaje puede también inculcar o fomentar afectos y odios entre la gente. Se puede abusar de los calificativos para dirigirse a una persona, de tal forma que ésta absorba los atributos negativos que se emiten. Una lengua empobrecida, llena de abreviaciones, repetitiva y emotivizada ayuda a que el individuo limite su capacidad de raciocinio, haciéndolo manipulable. Durante los años treinta y cuarenta del siglo pasado los nazis acuñaron su propio idioma, donde se presentaba al fanatismo (palabra que en el siglo XIX mostraba a un energúmeno) como una virtud. Incluso a final de la Segunda Guerra Mundial se movilizaba a la población con “fervor fanático” por Hitler. Hoy día usamos coloquialmente la palabra “fan” para definir al seguidor de un artista. Los nazis fueron precursores en el uso de la propaganda oscura. Joseph Goebbels acuñó once principios que sirvieron de estrategia para ideologizar masivamente a los alemanes: 1) simplificación (uso de una sola idea para que la audiencia concentre su capacidad de percepción en el propósito sustantivo del mensaje); 2) contagio (meter a los adversarios en una sola categoría, para maximizar la

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simplificación); 3) transposición (ocultar las peores noticias con otras menores, como inventar enemigos); 4) desfiguración (minimizar o maximizar las características del adversario); 5) vulgarización (producir mensajes fáciles de entender y de memorizar); 6) orquestación (repetir incansablemente y desde distintos ángulos); 7) renovación (intensificar al máximo la propagación de mensajes diferentes); 8) verosimilitud (hacer que los argumentos sean sólidos, de tal forma que si se cambian los componentes el resultado sea el mismo); 9) silenciamiento (si se carece de argumentos para responder a los ataques del adversario, modificar la agenda y hacer lo necesario para que la gente se concentre en los errores de aquel); 10) transfusión (trabajar con el ethos nacional, con los valores y antivalores de los que dispone cualquier ciudadano); y 11) unanimidad (crear una idea de comunidad a partir de la lógica comunitaria). ¿Tiene la democracia un lenguaje? A lo largo del texto se presentaron algunos ejemplos sobre el uso y el abuso del lenguaje para inducir conductas sociales. Sin embargo, ¿se pueden generar políticas de planificación lingüística para la democracia? Un lenguaje democrático necesita apegarse a los valores básicos de este sistema: libertad, tolerancia y libre intercambio de ideas. La expresión necesita ser lo más clara y desprovista lo más posible de calificativos. Si la visceralidad facilita la manipulación, las expresiones que permiten la convivencia necesitan ser desapasionadas y buscar el entendimiento entre las partes. Un lenguaje simplista y emotivo no es patrimonio exclusivo de un partido o corriente ideológica. La mejor forma de escapar a la manipulación es dejarse de concebir como parte de un bando y abrirse al debate, con la posibilidad de modificar las propias opiniones en el proceso. A continuación se ofrecen algunos libros que sirvieron de base para la presente editorial, esperando que despierten la curiosidad del lector y su deseo de saber más: Cooper, Robert L., La planificación lingüística y el cambio social (Madrid: Cambridge University Press: 1997). Klemperer, Victor, LTI. La lengua del Tercer Reich (Barcelona: Editorial Minúscula, 2001). Saldaña Rodríguez, Mauricio, El código de Prometeo. Experiencia internacional comparada de la propaganda oscura (México: Ediciones de Educación y Cultura, 2010). Salmon, Christian, Tumba de la ficción (Barcelona: Anagrama, 1999).


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La generación Aguas Blancas Por Jorge Lofredo Prólogo

Este libro es el resultado del trabajo constante y paciente de muchos años de quien es considerado el especialista más reconocido en torno a las organizaciones clandestinas armadas mexicanas: Jorge Lofredo. Argentino de nacimiento, egresado de la licenciatura en Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires, Lofredo se interesa desde sus años de estudiante por la violencia política y la guerrilla, escribiendo sus primeros artículos sobre el caso argentino, lamentablemente prolífero en cuanto a dictaduras militares que causan miles de muertos, desaparecidos, presos, torturados y exiliados, así como diversos movimientos populares armados y pacíficos que son igualmente arrasados por la demencia criminal de la clase dominante argentina. La insurrección armada de los mayas zapatistas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, en Chiapas, llama la atención de este joven graduado que desde el Cono Sur registra también con especial atención en 1996, la aparición de otro grupo armado en México: el Ejército Popular Revolucionario. Años después, Lofredo viaja a Bolivia y Perú, pero es en 1999 que visita por primera vez México, sintiendo desde su llegada esa sensación, olfato o percepción que suele ocurrir cuando se adopta una tierra ajena como propia de que “ese era su lugar en el mundo” y que “la combinación -nos confiesa nuestro investigador- del interés académico, violencia política, organizaciones guerrilleras, y la especificidad del caso mexicano fue un hecho singular pero a la vez natural en mi”. Así, su interés inicial por el zapatismo, que provoca una vasta producción analítica y literaria entre politólogos, antropólogos y periodistas mexicanos, y de muchas latitudes, dio cauce a un creciente estudio sobre el eperrismo, del que se hacían pocas referencias e investigaciones, representando para Lofredo un desafío intelectual y político mayor. En el año 2000 regresa a México y viaja por Chiapas, Oaxaca y Guerrero, entrando en contacto con el semanario oaxaqueño La Hora, cuyo director le abre las puertas en su ahora ya conocida columna Postdata, dirigida al tema del movimiento armado en nuestro país y de amplia circulación nacional e internacional, tanto en el trascendente portal del Centro de Documentación de los Movimientos Armados, como en diversas redes electrónicas. En el 2003, Lofredo abandona su trabajo en Argentina y se establece en Oaxaca, no sin dificultades, hasta que en uno de sus viajes a la ciudad de México, le roban su computadora, en cuyos archivos estaban avances muy importantes de este libro, el que después de reconstrucciones y peripecias personales y familiares, el lector felizmente tiene en sus manos. Por su profesionalismo y su conocida solvencia intelectual, moral y política, Lofredo ha logrado la confianza de la comunidad académica y de la opinión pública mexicana, siendo citado profusamente en varios libros y tesis de grado sobre el tema, última de las cuales se presentó en la Benemérita Universidad de Puebla en diciembre pasado. En 2008, que tuve

Dirigentes del EPR

oportunidad de conocerle personalmente, Lofredo fue invitado y aceptó ser asesor por parte de la Comisión de Mediación entre el EPR y el Gobierno Federal, de la cual forma parte quien esto escribe. La generación Aguas Blancas. Organizaciones clandestinas armadas mexicanas. Entrevistas y textos de Jorge Lofredo, constituye una obra de lectura indispensable para conocer ese otro México negado u oculto al escrutinio público e invisibilizado o estigmatizado por la mayoría de los medios de comunicación obsecuentes con el poder establecido pero siempre observado permanente y rigurosamente por los servicios de inteligencia, tanto civiles como militares, nacionales y extranjeros. La Generación Aguas Blancas refiere al nacimiento, o podríamos afirmar, renacimiento como Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario, del grupo guerrillero que se da a conocer con posterioridad a uno de los muchos crímenes de Estado recientes en la historia contemporánea de México, cometido el 28 de junio de 1995, en el vado de ese nombre, municipio de Coyuca de Benítez, Costa Grande, en el estado sureño de Guerrero, en el que son asesinados 17 campesinos indefensos que pertenecían a la Organización Campesina de la Sierra del Sur. El libro trata, precisamente, de los antecedentes históricos

de esta guerrilla, que se remontan a la década del sesenta, una de las más antiguas en el continente, junto con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, y de las variadas organizaciones igualmente clandestinas y armadas que se desprenden de esta organización; esto es, “un espacio político militar común y de mutua convivencia a otro delimitado en su interior, de confrontación, divisionismo y lucha fratricida.” De esta manera, el libro comprende o está integrado en la mayoría de sus páginas de pertinentes y bien elaboradas entrevistas que van entretejiendo el universo del eperrismo y sus desprendimientos, la diáspora eperrista, que revelan las distintas posiciones, concepciones, estrategias, visiones del mundo, imaginarios, distorsiones, retoricas de esta generación de Aguas Blancas que conforman hoy en día la realidad político-militar oculta del México bronco y rebelde: el PDPR-EPR, el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias del Pueblo, el Comité Clandestino Revolucionario de los Pobres-Comando Justiciero 28 de Junio, la Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo y el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos, entre las organizaciones más destacadas. Como interlocutor privilegiado de este complejo mundo de organizaciones clandestinas, Lofredo logra mostrar -con sus sagaces e incisivas interrogantes que demuestran su profundo conocimiento- la terca realidad de quienes ante la sistemática y permanente represión -estructural al capitalismo- consideran que los cambios radicales o revolucionarios que requiere nuestro país no es posible realizarlos por las vías legales exclusivamente, y convocan a la complementariedad de “todas las formas de lucha”. Esta generación de revolucionarios armados sostiene -a contracorriente del pensamiento hegemónico no sólo de la derecha, sino también de la izquierda institucionalizada- la viabilidad del proyecto político militar revolucionario. Es posible divergir de este planteamiento unificador -pese a las profundas diferencias tácticas y estratégicas del conjunto de las organizaciones armadas,

Familiares de las victimas clamando justicia en el vado donde tuvo lugar la masacre

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El texto de Jorge Lofredo puede encontrarse en el libro del mismo nombre y en la página de internet de Noticias Transición: (http://noticiastransicion.mx/columna-autor. php?autor=Jorge%20Lofredo) y en su columna Postdata que se encuentra en CEDEMA.org (http://www.cedema.org/index.php?ver=postdata)

lo que es inadmisible es desconocer su presencia, su accionar cotidiano, la opción que representan para miles de jóvenes desechables por las mentalidades y prácticas del darwinismo social, las exigencias y los rigores de la transnacionalización capitalista neoliberal. También, es notable en este libro la coherencia y sistematización del diagnóstico que hace el conjunto del movimiento armado de la realidad nacional e internacional. Sin los acotamientos, limitaciones y autocensuras pragmáticos y oportunistas de la izquierda institucionalizada, sus consideraciones sobre el fenómeno del narcotráfico, por ejemplo, como estrategia económica-político-militar de Estados Unidos y sus asociados subalternos locales para el control del estamento castrense, paramilitar y abiertamente delincuencial del territorio nacional, sus recursos y sus habitantes; como instrumento de criminalización de opositores, despliegue de la contrainsurgencia y mediatización autoritaria de la fuerza de trabajo; como mecanismo económico de ingreso por las vías financieras de lavado de dinero y reproductor del capitalismo en el espejo distorsionador del crimen organizado. Por deformación profesional de antropólogo y mi opción marxista para el análisis social y la praxis política, noto una ausencia notable en los textos de todas las organizaciones armadas entrevistadas: una interpretación específica y comprensiva sobre la cuestión indígena, fundamental en un país como México y de una gran actualidad a partir de la rebelión maya zapatista. Esto es explicable, en parte, por la perspectiva un tanto ortodoxa de organizaciones auto-identificas en su mayoría como marxistas leninistas que dan un peso a mi juicio excesivo a las misiones históricas del proletariado como vanguardia de la sociedad. No obstante, en la vertiente más rica de Lenin y en revolucionarias como Raya Dunayesvskaya y Rosa Luxemburgo encontramos profundos contenidos analíticos sobre la cuestión nacional y colonial, que promueven un juicio crítico a posiciones obreristas. Ya en otro texto refería que Dunayesvskaya propone: Una perspectiva que se fundamenta en el sujeto autodesarrollado, y se alinea con Lenin, quien -a su juicioconsideró a las masas, el proletariado, el campesinado e incluso, la nacionalidad oprimida, como sujetos autodesarrollado. Precisamente, Lenin creía que se necesitaba un nuevo impulso teórico porque había nacido un nuevo sujeto: la autodeterminación de las naciones. También discrepa con Trotski en su concepción del campesinado, quien no lo consideraba como sujeto autodesarrollado, ni tampoco le concedía una conciencia nacional y mucho menos socialista. Dunayevskaya mantiene, por el contrario, que la iniciativa política no es siempre patrimonio exclusivo de la clase obrera. Cuando las masas son el sujeto, no debe analizarse una revolución a partir del liderazgo, sino del sujeto autodesarrollado.1 [1] Gilberto López y Rivas, “Reseña del libro de Raya Dunayesvskaya (1910-1987)”, Filosofía y revolución, de Hegel a Sartre y de Marx a Mao, Siglo XXI, 2009.

Pintura en homenaje a Lucio Cabañas, autor desconocido

Como integrante de la Comisión de Mediación, considero que este libro será de gran utilidad para la comprensión del proceso que actualmente constituye la tarea esencial de la misma: encontrar con vida a Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez, militantes del PDPR-EPR desaparecidos en Oaxaca el 24 de mayo del 2007. Como es sabido, toda comunicación de la COMED con el grupo armado se hace a partir de los medios de comunicación, y especialmente, a través de la página del CEDEMA, gracias a la gentileza de Lofredo. Varios artículos de su autoría fueron incluidos en el libro de la COMED compilado por Pablo Romo Cedano y Yaiza Ariana Rodríguez. Desapariciones forzadas en México. Documentos del proceso de mediación entre el PDPR-EPR y gobierno federal. (México: Ediciones SERAPAZ, 2011.) Es apasionante y subyugante el recorrido por las páginas que siguen, cumpliéndose con creces el propósito que Jorge Lofredo se impone en cuanto que del “conjunto de entrevistas muchas aristas se desprenden, que permiten trazar y recomponer -al menos tentativamente- una aproximación a la elaboración de un cuadro del conjunto activo de las organizaciones político-militares mexicanas. Una de las ideas fuerza que permite ensayar una explicación y además abordar el escenario actual de las siglas clandestinas es la que afirma –siguiendo a Carlos Montemayor- una continuidad histórica de la lucha guerrillera desde el asalto al Cuartel Madera en 1965 hasta la actualidad.” Es un honor para mí invitar a la lectura de este libro, con el deseo ferviente de que en el México del futuro no sea necesaria la violencia revolucionaria, y la nación renazca en la utopía de un mundo de justicia y libertad para todos y todas. Gilberto López y Rivas

Apéndice

El texto “Ondas expansivas” fue publicado en el periódico Excélsior el 23 de abril de 2008. La bibliografía, por su parte, refiere exclusivamente a aquellos textos, de los pocos escritos sobre el tema, que han tratado la cuestión de las organizaciones clandestinas armadas mexicanas en la actualidad, los que se proponen como referencia para iniciar el estudio de este actor social.

Ondas expansivas

En noviembre de 2006, tres explosivos detonaron conjuntamente en distintos puntos del Distrito Federal y cuya autoría reclamó un conjunto de organizaciones

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político-militares, entre ellas Tendencia Democrática Revolucionaria (TDR). En julio y septiembre del año siguiente, el Ejército Popular Revolucionario (EPR) llevó a cabo una serie de atentados contra los ductos de PEMEX, dentro de su campaña militar. Tanto TDR -que desde hacía tres años era la única expresión que se mostraba activa militarmente- como el EPR -que también llevó a cabo otras acciones militares- jamás habían obtenido tanta trascendencia como en estas ocasiones. El alto nivel simbólico de éstas, en la ciudad de México y contra los ductos, tiene un mismo sentido: amplificar sus efectos con la onda expansiva. Geografía y objetivo son, entonces, el epicentro; y se destaca en importancia por el espacio ganado en distintos medios de comunicación. La necesidad de recurrir a la idea de la onda expansiva contiene el reconocimiento implícito de una desventajosa en la asimetría de fuerzas por quien la ejecuta. En este caso en particular, la guerrilla (que, de acuerdo a lo que su nombre indica, parte de la noción de debilidad militar respecto al enemigo) ha incurrido en este tipo de acciones por lo menos desde 2001 y ha ganado su espacio en la agenda oficial, también en la discusión política y fundamentalmente en los medios de comunicación, que no hubo de obtener previamente ni tampoco a través de otras acciones contemporáneas, cuando el lugar y el objetivo fueron otros. Alcanza con comparar la cobertura otorgada a las acciones contra PEMEX respecto a la de la tienda departamental en Oaxaca (aun cuando en ese estado se celebraban elecciones y salía de uno de los conflictos sociales más importante de los últimos tiempos) o contra la cárcel vacía en Chiapas de Corzo por el EPR; o también la aparición de una columna de guerrilleros de Tendencia y otros en las afueras de la ciudad de Oaxaca, cuando la entidad todavía se encontraba en el ojo de la tormenta. Más aún, la espera periodística suscitada en torno a los días diez de cada segundo mes, que presagiaban la inminencia de una nueva explosión contra PEMEX, ocupó espacios en reportes periodísticos y columnas de opinión de diversos medios nacionales escritos y electrónicos. Esta idea no es excluyente con respecto a otras teorías o versiones, sino que sólo marca una pauta de táctica y estrategia clandestina actual. De esta manera, la onda expansiva amplifica la acción que le da origen y ocupa otros espacios por fuera del hecho puntual. Por lo tanto, lo expansivo de la onda afecta al resto,


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La Generación Aguas Blancas refiere al (...) renacimiento como Partido Democrático Popular Revolucionario-Ejército Popular Revolucionario, del grupo guerrillero que se da a conocer con posterioridad a uno de los muchos crímenes de Estado recientes en la historia contemporánea de México, cometido el 28 de junio de 1995, en el vado de ese nombre, municipio de Coyuca de Benítez, Costa Grande, en el estado sureño de Guerrero, en el que son asesinados 17 campesinos indefensos que pertenecían a la Organización Campesina de la Sierra del Sur.

Monumento conmemorativo a las victimas de la masacre

modifica sus conductas y obliga a definiciones. Pero estas organizaciones manifiestan al menos dos debilidades relevantes con respecto al desarrollo de la política mexicana: a) una asimetría militar ya mencionada que, característica de todos los grupos guerrilleros, las posicionan con debilidad frente al Estado; y b) la imposibilidad de incidir políticamente sobre las cuestiones nacionales en discusión, frecuente en grupos políticos marginales (o marginados) y organizaciones político-militares, más aún cuando en la circunstancia actual el espacio de la polarización y deslegitimación no las cuentan como eje de gravedad sino como actores armados testimoniales y periféricos. De esta forma, la acción concreta comienza a adquirir un valor agregado más allá del hecho; sin embargo, aunque alcanzaron cierta notoriedad, ha servido para dimensionar sus acciones más no así el peso específico de estas organizaciones político-militares estigmatizadas. Hoy, despiertan antes mayor controversia que debate dentro del escenario político mexicano y, generalmente, forman parte de factores ajenos que propios (vínculos con otras formas de organización armada o política). Además, las caracterizaciones que se realizan en torno a ellas son siempre por sus medios utilizados, la vía armada, pero no por sus fines: su ideario ni siquiera se considera como tal debido a que, entre otras cuestiones, no se atienen al juego democrático ni electoral. Junto a ello, enarbolan ideas que se consideran superadas por los tiempos actuales (socialismo, comunismo) y los hechos concretos (caída del muro, fracaso del socialismo real, implosión de la Unión Soviética, caracterización de regímenes socialistas como autoritarios, etcétera). Éstas tampoco cuentan con la fuerza propia necesaria para imponerlo sus iniciativas. Siempre han sido alcanzadas por el desarrollo de un proceso de deslegitimación, espiral de silencio y estigmatización; pero además porque la característica intrínseca de su secrecía, producto de la clandestinidad, imposibilita cualquier mirada hacia su interior. Así, su razón de ser es negada. Los tres últimos acontecimientos referidos a las organizaciones tuvieron íntima relación con la trascendencia mediática de sus acciones. Por tal razón, no fue sólo el ataque a los ductos lo que produjo una mayor

información sino que, desde noviembre de 2006, se concitó mayor atención alrededor de ellas. De a poco, en los últimos tiempos han ido ganado un espacio del cual carecían, aunque su crecimiento exponencial no igualó a lo sucedido con el zapatismo. En este punto, quizá, también podría invertirse la fórmula: gracias al camino previamente recorrido por los zapatistas es que hoy alcanzan una mayor cobertura informativa. En un sentido más amplio, deberían considerarse otros factores: 1) el cambio de gobierno en 2000 que inició una nueva etapa política democrática, aunque para la mayoría de estas organizaciones ese cambio no ha tenido lugar; 2) el peso de la red virtual, que ofrece mayor seguridad y anonimato respecto a aquellas actividades que requieren presencia de bases y que fue explorado inicialmente -y con éxito- por Marcos en 1994; 3) la realización de acciones cuya espectacularidad obliga a los medios de comunicación a dar cobertura sobre ellas; y 4) una posible redefinición de su política comunicacional, a partir de sus respectivos congresos partidarios en 2001 (EPR) y 2004 (TDR). Por último, también ha demostrado su propio límite pues en los casos de Tendencia y del eperrismo, tras los hechos en la ciudad de México y contra Pemex, la onda expansiva produjo más en torno al suceso antes que del actor que la produjo. Pero no siempre ha sido así pues el simbolismo de una fecha clave, como otro de los epicentros que puede reconocer la onda expansiva (tan sólo como ejemplos futuros pueden mencionarse el próximo 25 de mayo, fecha del primer aniversario de la desaparición; 5 y 10 de julio, de los primeros atentados contra PEMEX; 2 de octubre, cuarenta años de la masacre, etcétera), ha derivado en una realidad diferente: tanto los grupos clandestinos como el sistema político no han vuelto a ser los mismos luego del primero de enero de 1994. Acerca del autor Jorge Lofredo (Buenos Aires, 1963). Licenciado en Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires. Periodista. Columnista. Cofundador del Centro de Documentación de los Movimientos Armados. Asesor de la Comisión de Mediación entre el Gobierno Nacional y el Ejército Popular Revolucionario. Consultor de diferentes medios de comunicación. Autor de “La lucha armada contra sí misma” publicada en Bajo el Volcán, Puebla, 2004 y “La otra guerrilla mexicana: aproximaciones al estudio del Ejército Popular Revolucionario” en Desacatos, CIESAS, 2007, entre otros aportes. Participante de Conceptos y Fenómenos fundamentales de nuestro tiempo, dirigido por Pablo González Casanova en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México e integrante del Comité Académico de Cuadernos de Marte, Revista Latinoamericana de Sociología de la guerra.

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Ya puedes buscar en la Torre de Papel las ediciones de Transición y Mollete Literario. Filomeno Mata 6-A, Centro Histórico, México, D.F. contacto@latorredepapel.com


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Agenda Pública

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Haciendo agua Por Gustavo Martínez Romero El balance de los daños causados por los desastres naturales del mes de septiembre arroja cifras gravísimas. De acuerdo a la evaluación del gobierno del 25 de septiembre, los fenómenos meteorológicos Ingrid y Manuel habían causado la muerte de 139 personas, 35 heridas y 53 desaparecidas. Un millón 200 mil personas con algún tipo de afectación y alrededor de 300 mil damnificadas. 552 municipios con afectaciones de distintos niveles en 26 estados. Los daños en infraestructura, vivienda, campo y turismo son tan cuantiosos que los fondos e incentivos que se puedan canalizar resultarán insuficientes. En 1985, el terremoto del 19 de septiembre en la Ciudad de México sacó lo peor y mejor de los mexicanos. La parálisis del gobierno federal y el apocamiento del presidente De la Madrid, un sistema corrupto y sin normas como cimiento de las edificaciones que se derrumbaron, el lucro y rapacidad de algunas movilizaciones, la explotación en centros de trabajo, entre otras cosas, por el lado de las sombras. La capacidad organizativa de la sociedad civil, la emergencia de movimientos sociales reivindicatorios y, esencialmente, la solidaridad de la población, por el lado de las luces. En los últimos 28 años se aprendieron muchas lecciones, pero otras siguen sin entenderse. Ahora el Ejecutivo no colapsó y está tomando el liderazgo ante la crisis, pero sí fallaron los mecanismos de alerta y previsión, con lo que su evaluación ya no puede ser aprobatoria; además, los recursos extraordinarios que demandan las contingencias, empeoran la gestión económica que trae un gasto público estancado y un raquítico crecimiento. Muchos gobernadores han sido rebasados y están a merced del rescate que también para ellos pueda efectuar el presidente Peña; en gran parte de los municipios que han sufrido los estragos de la lluvia, los gobiernos locales también han sido arrastrados. La sociedad nuevamente está saliendo a flote en muchos lados gracias a su esfuerzo. En la revisión de lo sucedido, además del inventario de los daños y su cuantificación, aparecerán muchas negligencias y responsabilidades que deberán ser sancionadas. Esto terminará siendo algo muy tangible y contable, pero no hay que dejar de advertir otros rezagos, quizá más graves, que se ponen en evidencia con las catástrofes. En principio, las condiciones de subdesarrollo que prevalecen en gran parte del país constituyen la afectación estructural más profunda sobre la que se extienden dos insuficiencias que propician una mayor expansión de los efectos ocasionados por Ingrid y Manuel: la incompetencia institucional y el limitado capital social que tenemos como país.

Ensanchamiento de tareas y descuido de deberes Lo paradójico de las falencias que estamos viendo por parte de las autoridades, es que se están presentando después de una larga lucha en la que los gobiernos estatales y locales han empujado por ganar más atribuciones y hacerse de más tareas. En el caso de los gobiernos estatales, la alternancia de 2000 abrió la puerta para el corrimiento del poder hacia la periferia. La presidencia se democratizó y los gobiernos estatales aumentaron sus facultades y poderes, legales y discrecionales. La democracia avanzó, pero el gobierno federal perdió eficacia política que ganaron los gobernadores. De la presidencia autoritaria se pasó a la presidencia democrática; y de los gobernadores alineados se pasó a los gobernadores feudales. Con el regreso del PRI no se ha configurado un nuevo orden, y por lo pronto se sigue notando la libertad y fuerza de los ejecutivos estatales, que tiene como único dique su propia torpeza en el manejo de los dineros (Granier, Reynoso, Moreira, Godoy, etc.). Ahora vemos, en estas horas de prueba, que este ensanchamiento de poder no se traduce necesariamente en beneficios para los gobernados, que los aparatos no pueden atender emergencias como las que se han presentado. Más dramático resulta el caso de los gobiernos municipales, con una batalla por la autonomía y el fortalecimiento municipal de más tiempo, que hoy siguen ganando espacios en tareas nuevas, al tiempo que deben sortear las pretensiones de control de sus gobernadores. La asimetría de los gobiernos municipales se confirma nuevamente con la tragedia, que en algunos lugares ha significado la desaparición material de la autoridad municipal. Estas debilidades ponen en la mesa el cuestionamiento al activismo febril con el que algunas autoridades locales se lanzan a realizar tareas de toda índole. El deber es atender las funciones que establece el 115 constitucional, pero en los últimos años se ha incursionado en nuevos terrenos, como celebrar convenios de coordinación directamente con la federación en distintas materias, acceder a fuentes de ingresos públicos y privados, crear sus propias dependencias y órganos, instrumentar nuevas fuentes impositivas, concesionar servicios que no se consideren estratégicos, asociarse, buscar mecanismos

Perspectiva

Actor

Comuitaria Asociaciones Locales

Grupos comunitarios Organizaciones de voluntarios

Lo pequeño es hermoso Reconocer los activos de los pobres

Redes Unir y construir los vínculos comunitarios

Empresarios Grupos de Negocios Mediadores de información

Descentralizar Creación de zonas empresariales Vincular segmentos sociales

Institucional Instituciones políticas y legales

Sectores públicos y privados

Apoyar la responsabilidad y la transparencia pública

Grupos comunitarios, sociedad civil, empresas, estados.

Coproducción, complementariedad, participación, establecimeinto de vínculos. Aumentar la capacidad y escala de las organizaciones locales

Sinergia Redes comunitarias y relaciones estado-sociedad

Orientaciones de política

novedosos de financiamiento (bursatilización, PPS), generar ingresos a partir del aprovechamiento de fuentes de energía y de una adecuada disposición de residuos (bonos de carbono, cogeneración eléctrica). Adicionalmente, se vienen explorando nuevos retos como el desarrollo económico local, la descentralización de servicios, la integración subregional y la participación ciudadana. Hay una agenda municipalista que enriquece la vida local, pero que también, peligrosamente, descuida las tareas sustantivas de los ayuntamientos. En el recuento de las pérdidas, hay que revisar las carencias y extravíos del quehacer municipal. ¿Capital social o súmate ya? El capital social es el acumulado de relaciones interpersonales, normalmente informales, en las que la confianza, la cooperación, la lealtad y el respeto de las normas hace posible que los grupos humanos puedan emprender acciones para perseguir objetivos deseados (Pedro E. Güell, Participación, capital y cohesión social, 2002). En ese sentido, el capital social lo forma la red de compromisos que se generan en el tejido asociativo del ciudadano, siendo primordial para la funcionalidad de las políticas públicas locales y la gobernanza democrática. Tenemos capital social en la medida que hay participación y hay redes sociales de personas, a través de las cuales logramos nuestros objetivos, crecemos como sociedad y se facilita la implementación de las tareas que le tocan a la autoridad. El tamaño de las carencias y necesidades está despertando el resorte de la solidaridad de los mexicanos, como sucede cada vez que se presentan estos fenómenos. Hay una respuesta que pasa por las posibilidades organizativas de la sociedad civil, lo cual es muy bueno, pero todavía limitado; al mismo tiempo, está la “respuesta” inducida desde los gobiernos y las campañas de los medios de comunicación, que apela a nuestra sensibilidad, sin importar la formación de redes cooperativas reales. La ola de sensiblería con la campaña ¡Súmate ya!, que tiene Televisa el encargo de lanzar y vestir, puede causar más averías que las tormentas y huracanes en la construcción de capital social. En Capital social: implicaciones para la teoría, la investigación y las políticas sobre el desarrollo, Michael Woolcock y Deepa Narayan, caracterizan las perspectivas de capital social, de acuerdo a los vínculos que establecen los actores e instituciones. El siguiente cuadro sintetiza dicho ensayo, permitiendo distinguir en qué nivel de organización podemos ubicar esta movilización que han causado las catástrofes. Por lo que hemos visto, la dimensión del problema que se enfrenta no se corresponde con un capital social fuerte, asentado en la cultura y las instituciones. Se está actuando porque se siente bien responder, porque nos debemos conmover, dar aunque sea poquito, cómo instruye Televisa. En resumen, estamos haciendo agua no solamente por Ingrid y Manuel, sino por la incompetencia institucional y el limitado capital social que tenemos como país. gustavomtz@azpol.com www.azpol.com http://www.facebook.com/AzpolComunicacion

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Columna

La imagen del poder

“Un buen fondo con mala forma no vende”: Morán

Viable en México despersonalizar problemas para dinamizar empresas Entrevista con Ernesto Morán Santoyo / 1ª de dos partes Por Luis Carlos Silva Reportero

“Los mensajes representan un 7 por ciento, y la forma en cómo se dicen las cosas representa el otro 93 por ciento. Despersonalizar es quitarle el 93 por ciento a lo que uno quiera decir, aunque lo importante es no dejar de lado a la audiencia objetivo”. En México es posible trabajar en el diseño de una estrategia bien planeada para “despersonalizar los problemas de las empresas”, y con ello obtener resultados más confiables y sólidos lo cual representa un reto en el que todos los días participan diversas áreas de producción de una compañía, afirmó Ernesto Morán Santoyo director general de Ergo. “Lo primordial es ofrecer alternativas claras a problemas concretos, si una empresa necesita resultados lo ideal es hacer un lado lo que no sirve, innovar y proveer de nuevas herramientas que simplifiquen las cosas y en esto, los mensajes y como se dice tiene mucho que ver”, puntualizó. Para él, son cuatro los puntos que jamás deben perderse de vista cuando el objetivo es alcanzar estándares cada vez más altos de eficiencia y calidad. El primero dijo es no hablar mal de la competencia, ya que eso te deslegitima; el segundo elemento es la coherencia en todo el mensaje que se esté enviando; confianza, que habla mucho de quien emite un mensaje y finalmente, la credibilidad, lo que al final es lo que ayuda a las empresas en sus cierres o logros de ventas. Desde su óptica, se dice mucho al momento de presentar un problema o una situación determinada pero lo fundamental hoy en día es buscar opciones confiables que permitan lograr que al interior de una empresa se tomen las mejores decisiones, y por ende, se consigan resultados que satisfagan a los más exigentes. Entrevistado por Grupo Editorial Transición, el CEO advierte que de las 4 millones de pequeñas y medianas empresas que actualmente existen en el país, un alto porcentaje de estas operan bajo parámetros bien delineados, de ahí la necesidad de llegar a resultados cada vez más propositivos. “Los mensajes representan un 7 por ciento, y la forma en cómo se dicen las cosas representa el otro 93 por ciento. Despersonalizar es quitarle el 93 por ciento a lo que uno quiera decir, aunque lo importante es no dejar de lado a la audiencia objetivo”, dijo el entrevistado. Ernesto Moran es claro y advierte que un elemento fundamental para entender un mensaje sea la naturaleza

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que sea es “como lo decimos” y otra parte es su contenido. Es decir, un alto porcentaje de nuestra comunicación es “no verbal”. Albert Meralian, lingüista, advierte que la parte de la comunicación se da 55 por ciento por la apariencia, 38 por ciento en el medio y únicamente el 7 por ciento es el mensaje. “Es decir son elementos de percepción física, vestimenta, el estilo, las posturas, gestos ademanes, es decir, expresión corporal, el otro porcentaje es la forma en cómo se dicen los mensajes, es decir, de manera verbal, escrita, visual, en que tono se dice, alto, bajo, haciendo algún tipo de énfasis, y lo mismo si es escrito, en la redacción, si se utilizan puras mayúsculas o en el contexto mismo de la propia redacción”. Convencido de que la manera en cómo se dicen los mensajes es fundamental para establecer un buen camino de comunicación, Ernesto Morán advierte que sólo a través de un mensaje claro, la gente puede accesar a un buen circulo de la comunicación, en donde los mensajes lleguen de la mejor forma y en el menor tiempo posible. Morán Santoyo dijo que muchas personas, hombres de negocios, líderes, expresan mucho de sus mensajes por la forma en como visten a través de la tipología del estilo, las posturas, es decir, mediante gestos y ademanes, aunado a la forma en como una persona expresa o externa un determinado mensaje. “En qué tono lo dice uno, suave, gritando, haciendo énfasis, o lo mismo si es de manera escrita, verbal, audio visual, o incluso en la redacción, si uno utiliza puras mayúsculas, o en el contexto mismo de la propia redacción”, puntualizó. Otro de los conceptos que destacó es la esencia de un mensaje o anuncio, pues para muchas personas vale mucho la pena, el ver como se enuncia, determinado asunto, y hacia qué sector va dirigido dicho mensaje. “El fondo es forma”, resaltó. Al tiempo que advirtió que un buen fondo con muy mala forma al final se convierte en un “fiasco”. Egresado del Tecnológico de Monterrey, con espe-

cialidad en temas de alta dirección de las Empresas, Ernesto Morán advierte que en una empresa o compañía, es posible tener el más bello de los discursos, “pero no va a estar debidamente perfilado para causar o despertar aquellas respuestas que se deseen en la audiencia”. Refiere que en las empresas para ofrecer un mensaje claro que llegue a quienes está dirigido, lo ideal es encontrar el justo equilibrio entre el canal que se utiliza para hacer un comentario, y en segundo lugar el 93 por ciento de la manera en cómo se viste un mensaje. Dos grandes variables La preparación de quien está emitiendo el mensaje, llamémosle preparación académica o experiencia, y la otra es considerar a la audiencia objetivo, señala Ernesto Morán en su entrevista concedida a Grupo Transición. “Advierte que la comunicación asertiva ya que puede dar un mejor resultado en la productividad, al lograr un objetivo primordial, el cual es hacer llegar un mensaje claro, a un mayor número de personas o auditorio determinado.” “La competencia laboral, y la comunicación asertiva que estemos más conscientes de este proceso comunicativo que podría dar incrementos en la productividad, en la eficiencia y en el logro de metas”, subrayó el entrevistado. Convencido de los alcances que para una empresa, corporativo o gran negocio debe tener el eslabón entre un mensaje claro y una respuesta asertiva, Ernesto Morán, director general de Ergo, advierte que en nuestro país el fondo es forma, y con un buen contenido y llevando el mensaje de la mejor manera, hasta el punto donde se necesita comunicar, estará hecho la primera parte de la estrategia en todo proceso comunicativo.

Ernesto Morán Santoyo es Consultor con grado de Maestría en Ingeniería de Imagen Pública, egresado del Tec de Monterrey en Administración de Empresas, Vicepresidente de Tecnologías de la Información en la Asociación Mexicana de Capacitación de Personal y Empresarial A.C. Actualmente, creador de la cátedra Imagen en los negocios del Tec de Monterrey, Zona Metropolitana para los estudiantes de la División de Negocios. Escribe artículos en revistas de negocios y es conferencista en congresos, donde expone temas organizacionales y de imagen pública aplicada en diversas etapas de los negocios, redes sociales. Autor de la columna “La imagen del poder”, donde aborda los temas del momento. Locutor en la revista radiofónica “No te Rajes” de Radio Capital 830 AM. Ha laborado en la Banca de Desarrollo en áreas de Administración, Recursos Humanos, Recursos Materiales y Servicios 04455.8580.7319. emorans@gmail.com @EMoranS

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