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Acompañando a los espiritus de la fortaleza de los collis

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Barquito de papel

Barquito de papel

Acompañando a los espíritus de la FORTALEZA DE COLLIQUE

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Mg. Edi Escobar Maquera

Nos reunimos en el Km 16 de la Av. Túpac Amaru. Son las ocho de la mañana. En Lima Norte el cielo nublado parcial es un manto ligeramente frío que se extiende desde la zona urbana de Comas límite con Carabayllo hacia el milenario valle del Chillón.

Wilfredo Leyva Ramírez, director de la revista Collik nos da la bienvenida y nos recuerda que esta actividad es parte de las celebraciones por el 15.° aniversario de la única revista cultural del distrito de Comas.

Después de coordinar acuerdos primordiales de Protocolo Sanitario establecido por el Ministerio de Cultura para prevenir el contagio de la COVID-19 en estos espacios, también acordamos preservar las estructuras arqueológicas y seguir en todo momento las indicaciones del guía.

En tanto ascendemos el primer espacio de la Fortaleza denominado Sector defensivo, Fernando Silva, vecino del sector Villarreal, nos advierte que habitualmente grupos de jóvenes juegan fútbol en el sector Plaza cuadrangular.

Ahora nos dirigimos al sector Residencial siempre en orden y cuidado. Se sabe que en este espacio se realizaron excavaciones y se encontraron fragmentos del estilo Lima y el estilo Nievería. Ahora, en estas habitaciones se han instalado personas de mal vivir y los recintos son cúmulos de basura.

Nos acercamos al sector Ceremonial, y desde aquí podemos observar grupos de jóvenes (aproximadamente 30) disfrutan de un reñido partido de fútbol en el sector Plaza cuadrangular. Algunos pelotazos chocan inevitablemente en los muros del sector Público ceremonial. Son las diez de la mañana, seguimos en el sector

Ceremonial. Hasta aquí, llegaban los pueblos de la parte alta con sus ofrendas: los de Macas, Zapán,

Chocas, Huanchipuquio y

Punchauca; también los de la parte baja: desde Carabayllo, Zapallar, Con

Con, Pro, Comas, Chuquitanta y Oquendo.

Rápidamente, ascendemos por los restos de una gran escalinata que desde esta zona ceremonial llegaba hasta la terraza superior, donde se encontraba la residencia del gran Colli Capac, quien desde aquí vigilaba los grandes cultivos, los insondables manantiales y las huacas soberbias emergiendo en el gran valle del Chillón.

Retornamos a la zona ceremonial. El sabio David Suarez ordena los preparativos para el ritual milenario de agradecimiento a la Pachamama. Sobre una manta andina hay flores de diversos colores, hojas de coca, granos de maíz que semejan el arcoíris y chicha de jora.

El fuego del pequeño altar de piedras se enciende. Una gaviota levanta el vuelo de norte a sur. El ambiente aún se torna nublado. El silencio y el viento lo es todo, avivan el

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