La crisis de la educación es estructural: pedagógica, didáctica, epistemológica, sociopolítica y mucho más; es también ontológica, con lo cual se pone en juego la vigencia del paradigma básico o visión de mundo de una sociedad-civilización estructurada en torno a la separación hombre-mundo, al antropocentrismo y la jerarquía.
Es la crisis de una educación racionalista que no puede revertir la irracionalidad de una humanidad que ha llegado al límite de la creatividad que es posible haciendo uso exclusivo de las potencias del pensamiento abstracto. De ahí que los variados planteamientos en el enrevesado camino pedagógico promovidas por este libro con un molde constructivista, y llevadas a cabo desde una mirada de los otros, en territorio y de carácter Iberoamericano, resultado de un trabajo reflexivo desde visiones compartidas de los autores.