El año 2021 fue el primero en el que, por completo, niñas, niños y adolescentes vivieron los efectos de la sindemia, entendida y evidenciada como la interacción de las desigualdades sociales con los efectos nocivos de una pandemia. Y este año pudimos observar algunos avisos de lo que esta crisis múltiple le representa a la niñez: profundización de las desigualdades y violencias, incrementos en la pobreza y marginación adultocéntrica, racista y machista. Lo que la pandemia ha representado para el mundo entero nos hace vislumbrar ya la mayor crisis en la civilización que hayamos vivido en las últimas décadas. En este contexto se torna fundamental repensar lo humano, nuestra organización como sociedad, lo que
priorizamos o dejamos de lado. Esperamos que este Balance arroje algunas luces sobre la agenda pendiente que el país deberá abordar sin demora este nuevo año.