dakar 2011 el libro
Autor / texto Lucas Newton. Nació en 1969 en Buenos Aires, es lic. en letras UBA. Ha desarrollado su carrera desde la literatura, buscando la integración con todas las ramas del arte, en trabajos básicamente interdisciplinarios. Escritor, cronista y editor, está convencido de que no hay formatos que se resistan a la posibilidad de ser reformulados. La fotografía, el dibujo, la pintura, el cine, y sus exclusivos mecanismo de comunicación, son reorganizados en sus trabajos, bajo una mirada literaria. Dicta talleres de escritura creativa y ha participado de la experiencia “Prólogos”. Su último trabajo como compilador y editor ha sido presentado en la Feria Internacional del Libro de Frankfurt en el año 2010.
Autor / fotos Alejandro Wirth nació en Montevideo en 1971. De padre diplomático, recibió la nacionalidad argentina. Su familia emigró a Chile en 1978 y en 1982 se estableció en Buenos Aires. Cursó estudios en Dirección de Arte y paralelamente hizo la carrera Fotodesign en la Escuela de Hans Lindner. Completó su formación como fotógrafo publicitario trabajando en destacados estudios publicitarios de Buenos Aires. Se ha destacado con su trabajo para grandes cadenas hoteleras en Argentina, Brasil, y el Caribe, y ha retratado varios proyectos para estudios de arquitectura en Buenos Aires y Manhattan. Actualmente es docente del taller de fotografía de la Universidad de San Andrés. El Dakar, según sus propias palabras “ha sido una fantástica síntesis de mis gustos: viajar, sacar fotos, conocer lugares nuevos y gente increíble”.
“Alrededor de un inmenso globo de luz, los autos son ajustados por enésima vez. Nada puede ser dejado al azar en este momento.
dakar 2011 el libro
Textos. Lucas Newton / Fotografías. Alejandro Wirth
Me detengo delante de dos Fiat Panda. Ninguno de los vehículos toca la tierra. Como si el simple roce pudiera quitarles una chance mañana. Tirado en el suelo, un mecánico trabaja en silencio. Son dos máquinas y dos números: el 386 y el 397. Me pregunto cuantas veces voy a volver a verlos durante la carrera. Otro mecánico, bajito y con anteojos, a la medida de estas miniaturas, se para delante del motor y prende una linterna en su cabeza. Se le ilumina un mapa infinito, repleto de marcas y señales que solamente él reconoce, y que son invisibles para todos nosotros. Alcanza a imaginar el circuito eléctrico, el recorrido de los fluidos. Estoy seguro de que, si cierra un poco los ojos y logra abstraerse de todos los otros sonidos, podrá calcular la vibración exacta que va a producir el encendido. Cuando se da vuelta un momento para mirarme, los dos nos estamos deseando suerte.”
“Lo que más se escucha, son preguntas. ¿Sabe por dónde pasan? ¿Sabe a qué hora? ¿Primero las motos? ¿Me regala la credencial? ¿Rompió el tucumano? ¿Son de la Asistencia? Y no importa mucho la respuesta porque la gente no quiere saber, ellos quieren hablar. ¿Y tu quién eres?, pregunta un morocho bajito. “me llamo Lucas”, le contesto. Me mira fijo. “Soy de la Organización”, le digo, mostrando mi credencial. “¿Y quién te ha preguntado?”, se enoja. Tiene razón. En la ansiedad por decir algo, me desenfoco. “¿Y que noticias tienes?”, me pregunta aprovechando mi condición “Ninguna”, le digo, “estoy acá esperando igual que vos”. “Al pedo tanta credencial” se ríe. Yo también me río. No le pregunto su nombre. En su remera dice “Tanti”. Después de un rato se va, cantando una tonadita norteña. ¿quién de los dos se va a acordar de este momento mañana?”