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MULTIVIVIENDA Y CALIDAD DE VIDA: DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA

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TRES CASAS

TRES CASAS

COMISION EDITORIAL

Hay amplias coincidencias entre arquitectos, planificadores y especialistas urbanos: con la ciudad compacta -que se expande horizontalmente completando sus vacíos y verticalmente articulando tejidos mixtos de alta, medias y baja densidad- se modera el consumo de recursos limitados (suelo productivo, infraestructuras, red colectiva de movilidad) y garantiza, o debe tender a ello, calidad de vida a sus habitantes. Precisamente, una de las piezas clave para lograr la compacidad urbana es la vivienda multifamiliar de media densidad, de cuatro o cinco plantas como máximo, aquella a la que el arquitecto Alfredo Garay fija como límite de altura la copa de los árboles. Con esta modalidad de multivivienda, el paisaje urbano se enriquece por la diversidad tipológica, el barrio gana en mixtura social, la economía de los pequeños subcentros barriales se beneficia con el aumento de población, y las infraestructuras y equipamientos se utilizan plenamente, disminuyendo las inversiones que implican la expansión de los mismos. Como toda tipología arquitectónica, la vivienda multifamiliar de media densidad tiene características que le son propias y compartidas por proyectos con diferentes implantaciones urbanas y distintas localizaciones en el territorio bonaerense. Probablemente, las diferencias proyectuales las marque el paso del tiempo y las disímiles necesidades que demanda cada momento histórico. En lo que respecta a las obras que se presentan -en esta oportunidad se publica un proyecto situado en Asunción, diseñado por un colega paraguayo, como una especie de contrapunto con los proyectos locales- son todas contemporáneas, ejecutadas en el lapso de la última década. Un repaso minucioso de las seis multiviviendas que siguen en las próximas páginas ha permitido, a criterio de este Consejo Editorial, precisar algunas de esas notas comunes que se mencionan anteriormente.

1/ Punto de referencia. La propuesta de convertir a un edifico de tres o cuatro plantas, situado en un área de baja densidad, en un punto de referencia barrial, sin descuidar la necesaria consideración del medio urbano, es denominador común de todas las obras que se presentan.

2/ Vínculo con el entorno. La relación con el contexto es una búsqueda por el lado de la materialidad, las decisiones formales o las prácticas constructivas, en tanto que el disfrute del paisaje -un espacio verde, propio o ajeno, el barrio o la naturaleza-, son resueltos con espacios circulatorios que se acercan a la promenade lecorbusierana –sin rampas que el espacio construible y la cantidad de niveles no permiten- más allá de su función primaria. Los proyectistas han puesto especial cuidado en destacar los valores visuales y las sensaciones que pueden aportar desde estos espacios colectivos.

3/ Programa diverso. El programa de la multivivienda contempla la diversidad tipológica de unidades, incluso el tipo dúplex, o el destino comercial o administrativo, en algunos casos. Si bien desde los comienzos de la vivienda colectiva, hace más un siglo ya, se adoptó esta modalidad, en muchas ocasiones para mejorar la rentabilidad, actualmente se entiende que la diversidad favorece la mixtura social y generacional. La propuesta de algún servicio común -un lugar de descanso, una terraza amable, la oferta de un espacio público- y de circulaciones amplias y amigables, bien iluminadas, favorecen el contacto social, y éstas últimas también se desempeñan como interfase entre lo público y lo privado, una transición que todos los proyectistas consideran indispensable en la vivienda colectiva.

4/ Materialidad en bruto. El hormigón y el ladrillo vistos, las superficies claras o blancas que resultan de revestimientos acrílicos e, incluso, la tierra compactada del edificio asunceño, son la diversidad de recursos materiales a los que apelan los autores de los proyectos. El resultado: obras sin estridencias que dialogan con sus entornos.

Con seguridad, la práctica lo indica, el avance tecnológico provocará cambios e innovaciones y, quizá en pocos años, esta nota peculiar de los edificios de media densidad -compartidas con otras tipologías- se renueve con otros materiales, otros procesos constructivos (¿la prefabricación y la industrialización generalizada es un horizonte posible en poco tiempo?).

Como conclusión, la multivivienda de media densidad es una opción valiosa para evitar la aglomeración central -con manzanas de 1.500 o más habitantes- y la dispersión del suburbio, tanto en la región metropolitana como en algunas ciudades bonaerense -La Plata o Mar del Plata, las más multitudinarias-, pero también es una excelente alternativa a algunas torres extemporáneas que se levantan en el tejido de ciudades medias bonaerenses.

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