Ministros al borde de un ataque de nervios

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MINISTROS AL BORDE DE UN ATAQUE DE NERVIOS

FADE IN

RELLANO DEL ÁTICO DE ANA MATO – INT. – DÍA De espaldas, ante la puerta, una figura femenina llama timbre que tiene como melodía los primeros compases de sintonía del PP. Tacones, pantalones pitillo, chaqueta en la mano, unos pasteles esmeradamente envueltos. puerta se abre y aparece ANA MATO.

al la y, La

ANA Alberto, pensé que ya no venías. ALBERTO Lo siento, cariño, pero nos hemos entretenido en el almuerzo discutiendo si comer cordero lechal es, técnicamente, un aborto diferido. Mientras se adentran en el recibidor donde quedan parados conversando, la cámara nos muestra la identidad del personaje. Es ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN, el ministro transformista, que ha decidido llevar a la literalidad su bipolaridad ideológica haciéndose travesti. ANA ¿Es el top o te has puesto más tetas? ALBERTO Una tallita más. ¿Me he pasado? ANA Para nada, te quedan ideal. Pero no te pongas más. El secreto de un buen pecho está en saber parar a tiempo. ALBERTO He traído unos pasteles de los que a él le gustan, a ver si se anima. ¿Sigue igual? ANA Sí. Está fatal. Dice que quiere dejar la política.


Ambos se dirigen al salón.

SALÓN/ÁTICO DE ANA MATO – INT. – DÍA Sentada en un sofá, está FÁTIMA BÁÑEZ y, derrengado en un sillón, con la mirada perdida y aspecto muy deprimido, JOSÉ IGNACIO WERT. Ana entra acompañada de Alberto. ANA Ya está aquí Alberto. Ha traído pasteles. Dame que los llevo a la cocina. Voy a prepararte un café. Ana toma los pasteles y sale hacia la cocina. FÁTIMA A mí ponme otro güisquito. ANA FUERA DE PANTALLA ¿Otro? Fátima, que ya llevas dos. FÁTIMA Tienes razón. Bueno, pónmelo pero sin Coca-Cola. Alberto se sienta al lado de Fátima, junto al sillón donde está Wert. Se saludan con un beso. Tú te has puesto más tetas ¿no? Alberto se abre la chaqueta. ALBERTO ¿Te gustan? FÁTIMA Son preciosas. (A Wert con la intención de sacarlo de su ensimismamiento) Mira, Jose, las tetas tan bonitas que se ha puesto Alberto. Wert cierra los ojos. Es lo último que esperaba escuchar. Fátima cuchichea con Gallardón.


¿Qué te parece la papeleta? Lleva sin hablar toda la tarde. ALBERTO Yo creo que está deprimido. FÁTIMA Eso o es que quiere mejorar su imagen. Alberto se acerca a Wert. ALBERTO Jose, cariño, no puedes ponerte así porque una encuesta diga que eres el ministro peor valorado. Mira Fátima, seis millones de parados y como si nada. FÁTIMA Sí, y encima tú queriendo que nazca más gente. Llega Ana con una bandeja. En ella, un café para Alberto y un güisqui para Fátima. Ambos se sirven. Ana se sienta cerca de Wert. ANA Todos pasamos por momentos así, Jose. La encuestas son como un garaje: no hay que prestarles demasiada atención. Fátima saca un blíster del bolso, toma una pastilla y la traga con un sorbo de güisqui. ¿Qué es eso, Fátima? FÁTIMA Optalidón. ANA Sabes que tiene un altísimo contenido anfetamínico ¿no? FÁTIMA Ya, por eso la tomo con güisqui, que es relajante. ALBERTO Mira, Jose, es verdad que el que te valoren con 1,76 no es, precisamente,


para sentirse orgulloso, pero eres ministro de Educación, Cultura y Deporte. Es muy difícil que con todas esas competencias consigas una buena valoración. ¿Entiendes lo que digo, cariño? FÁTIMA Está clarísimo: que esa nota la tiene que dividir por tres. ANA ¡Fátima, por favor! Te recuerdo que estamos aquí para animarlo. ALBERTO Voy a por los pasteles. He traído de los que a ti te gustan. Sale hacia la cocina. Fátima confidencialmente a Ana.

aprovecha

para

dirigirse

FÁTIMA Yo creo que se ha puesto demasiadas tetas. ANA Mujer, con su altura se lo puede permitir. FÁTIMA No sé. A mí no me gustan los ministros tan exuberantes. Gallardón vuelve con cara de asombro. ALBERTO ¡Ana, cariño, tienes un Seat León en la cocina! ANA ¿Sí? Pues ni me había fijado. Se lo habrá dejado alguien. ALBERTO Ya me extrañaba que fuera tuyo. No te pega nada ese coche. Ayudadme a moverlo, chicas, que no puedo coger los platos.


Ana, Fátima y Alberto salen hacia la cocina. Wert queda solo. Se levanta y va hacia la terraza.

TERRAZA/ÁTICO DE ANA MATO – INT. – DÍA Wert se dirige al pretil. Se apoya en él y mira hacia abajo. Le suena el móvil. Lo saca del bolsillo de la chaqueta y, sin mirar quién es, rechaza la llamada. Lo deja en una mesa cercana.

SALÓN/ÁTICO DE ANA MATO – INT. – DÍA Ana, Alberto y Fátima vuelven. Ana lleva los pasteles en una bandeja, Alberto y Fátima los platos y cubiertos. ALBERTO ¿Y Jose? Se oye un griterío exterior. ANA ¡Dios mío, no! ¡La terraza! Dejan apresuradamente todo en la mesa y salen hacia la terraza.

TERRAZA/ÁTICO DE ANA MATO – INT. – DÍA Todos acceden a ella precipitadamente. En la cornisa, alejado de ellos para que no puedan alcanzarle, está Wert. ANA ¡Jose, no! ¡Alberto, por Dios, haz algo! ALBERTO ¿Qué quieres que haga? Es adulto y no está embarazado. Tengo las manos atadas.


ANA ¡Habla con él! ¡Convéncelo! Alberto se acerca lentamente a Wert mientras le habla. ALBERTO Jose, no hagas ninguna locura. Te recuerdo que, aunque existe un vacío legal al respecto, la ley no es muy partidaria del suicidio como método de resolución de conflictos. ANA ¡Por Dios, Alberto! ¿Eso es todo lo que tienes que decirle? ¿Es que para dejar sitio a las tetas te han sacado el corazón? Debajo, el griterío persiste. Alberto lo intenta de un modo más sensible. ALBERTO Está bien. Jose, ¿oyes a la gente? Puede que las encuestas te hayan dado la espalda pero ahí, en la calle, observándote, hay un montón de personas que te aprecian y están ahora mismo sufriendo por ti. Fátima está asomada al pretil y mirando hacia la calle. FÁTIMA Oye, que eso de ahí abajo es un escrache. Alberto y Ana se olvidan momentáneamente de Wert y se asoman. ¿Esa no es Ada Colau? ALBERTO Está más delgada que en la tele. ANA Sí, pero las mechas las lleva horribles. FÁTIMA


Qué buena vista tienes para lo que te interesa, guapa. Jose, no puedes tirarte. Si lo haces, cuando llegues abajo te van a acosar. Suena el móvil de Wert. Fátima lo coge y descuelga. ¿Sí? […] No, el señor Wert no puede ponerse ahora. Soy Fátima Báñez, dígame a mí lo que sea […]. Sí, sí, claro, por supuesto que le va a interesar, ahora mismo se lo comunico. Gracias a usted. Cuelga. ¡Jose, era del CIS! Que ha habido un error en las encuestas, que no eres el peor valorado, que es Montoro. Al oírlo, Wert toma la mano que le ofrece Alberto y se dispone a volver a la terraza. ALBERTO Con cuidado. Con cuidado que aún me tiran los puntos. Mientras Alberto ayuda a Wert, aparta para hablar con ella.

Ana

mira

a

Fátima.

ANA Le has mentido. No era el CIS, ¿verdad? FÁTIMA No. Acabo de hacerlo de Vodafone.

FADE OUT

La


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