Las ciruelas que guardé en la hielera

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poemas 1994-1996 Héctor Avellán

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Esto es solo decir Me he comido las ciruelas que estaban en la hielera, las cuales probablemente tú guardabas para el desayuno.

Perdóname, estaban ricas, tan dulces y tan heladas.

William Carlos Williams Traducción de Ernesto Cardenal y José Coronel Urtecho

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n 861.44 a944c Avellán, Héctor Las ciruelas que guardé en la hielera : poemas 1994–1996/Héctor Avellán.

León, Nic.: Editorial Universitaria, UNAN–León, 2002 69 p.

isbn: 99924-56-04-3 1. poesía nicaragüense–siglo xxi 2. literatura nicaragüense–siglo xxi

Créditos diseño inFORMA informa@ideay.net.ni foto del autor Otto Aguilar cuidado de edición Carola Brantome tiraje 300 ejemplares impresión Imprenta Universitaria León, Nicaragua abril 2002

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Hombre con trigo en la mano Ara la letra sin saber si un dĂ­a fructificarĂĄ, si ha de ser trigo, estela o nada la escritura de soledad.

Cintio Vitier

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Pechopeludo versus Pechuépaloma Pechuépaloma entra al ring.

Pechopeludo se tambalea.

Pechopeludo se incorpora y ¡véanlo señores! lanza un gancho al hígado del referee, el referee cae, y ya no se levanta.

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La rana y el albatros La rana tenía un estanque, un charco, una piedra, una casa y bajo las piedras huevezuelos como espuma.

El albatros tenía un cielo, un mar y anchas alas.

La rana invitó al albatros a vivir en su estanque.

El albatros quiso saltar como lo hacía la rana, pero sus alas eran gigantes y su tamaño colmaba el estanque.

La rana se acurrucó como pollo bajo las alas del albatros.

Entonces el albatros de alas gigantes que le impedían caminar, vio en el cielo un avión y creyó que era otro albatros.

Equivocado echó a volar tras el avión, por encima de los valles y los mares y las nubes.

La rana se puso triste, creyó que el albatros no había hallado calor en su sangre fría.

Más triste se puso cuando con nostalgia de alas vio al cielo: sangre y plumas en la ventanilla del avión impedían un tranquilo aterrizaje.

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Sueño de una noche de invierno Despierto y sobre mi pecho abierto y vacío una rana palpita.

Con asco y superstición la echo de mí.

Ella salta hacia otro charco que no es mi pecho.

Y luego hacia la tina roja de plástico que antes de dormir coloqué bajo la gotera.

Allí queda atrapada, intenta asirse de las paredes de la tina sin poder salir.

Estira sus ancas y se impulsa como un pequeño y verde músculo cardíaco.

Yo cierro mi pecho y vuelvo a dormir.

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Estado del tiempo para Johnny Jiménez

Continua zona de convergencia intertropical costera al litoral del pacífico y cada mañana somos menos.

El viento erosiona la montaña que construimos.

Continúan lluvias y actividad eléctrica ligera a moderada y nada engendramos.

Sin embargo el sol se pondrá a las 18:06 pm y habrá luna nueva.

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Recomendaciones de la defensa civil Un país más desnudo que la tierra polar.

Charles Baudelaire

Cuando vengan los cometas, temblará la tierra como rama bajo tormenta y furiosa, se abrirá con el golpe del cielo.

Antes que caigan las paredes de su mundo, colóquese en el umbral, como ido sin marcha, como visitante sin penetrar.

Se recomienda permanecer callado.

Sólo la radio emitirá una onda como el canto de un grillo.

Una palabra podría comenzar todo de nuevo.

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Agua sobre las aguas Cuando mis manos busquen en el caos una palabra.

Cuando la palabra sea inalcanzable, a la distancia de un lamento.

Cuando mis lágrimas y mi búsqueda cesen.

Cuando nada se ponga entre nosotros, ni un puente que separe, ni un abismo que una en la caída.

Entonces mi mirada será hueca como aullido.

Te llamaré con fiebre, suplicaré tu espalda en la noche.

Todo mi cuerpo será una llaga purulenta y rojiza.

Gozosa en sí.

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Boca balcĂłn Desde habitaciones olvidadas te llamo y en el desorden de este vacĂ­o te pienso y no encuentro sosiego.

Me asomo a esta boca ventana miro la ciudad y dejo caer paĂąuelos para que los recojan desconocidos.

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Jinotega–Matagalpa Parafraseando a Borges y recordando a Johnny

El bus amarillo de Jinotega se abre paso hacia Matagalpa entre la neblina matutina.

Sobre las montañas más verdes que el dólar una extensa nube negra como de industria se precipita se hace agua.

Los zopilotes se acurrucan como fúnebres diputados en torno a un roble y digieren sus cadáveres.

El hombre del bus se oscurece al mirar por la ventana.

Como inútil viejecillo entre dientes conjetura: hay una casa a la que no me atrevo a llegar, ningún camino me lleva a su lado, el nombre de un hombre me delata, me duele ese nombre en todo el cuerpo.

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Visión del enemigo, mientras duerme El pelo que has dejado en nuestro lecho, en los distintos lugares donde nos hemos amado, como dos caballeros que acuden a un duelo, se hizo nido en mi garganta, soga alrededor de mi cuello.

Trozos de tu piel se esconden entre los pliegues de nuestra sábana, bajo mis uñas, entre mis dientes.

Veo tu cuerpo desnudo y traicionado.

Me pregunto: ¿Dónde podría hundir el cuchillo antes que despiertes? ¿En qué parte la muerte te resultará más certera? ¿Dónde sino en mi pecho?

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Hombre que se aleja Detrás de cada uno vela su casa, el campo, la distancia.

Jaime Gil de Biedma

Tanto tiempo estuvimos cercanos como manos del mismo único cuerpo.

Y así nos distanciamos, a la velocidad que cae el marañón maduro al suelo y explota en jugos azucarados que devoran hormigas igual que a un cadáver humano. Él se aleja con el bigote crecido.

Queda la mugre en mis uñas y una mosca verde ronda mi pelo.

Con orgullo y desentumeciéndome, la espanto.

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Despertar Mis brazos como el borde de un vaso medio bebido medio lleno.

Mi sangre, frĂ­a leche de la maĂąana en la cuenca de mi pecho escalpado.

Llueve, un hombre pregona pan para el desayuno.

Otro husmea en la basura lo que el mundo le ha robado.

Como quien mete mano en su corazĂłn y busca una palabra o un billete en los bolsillos.

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Penitencia Tu castigo serรก verme sufrir.

Serรกs quien desde la otra orilla extienda su mano sobre el abismo.

Para que yo la rechace y la vuelva a implorar.

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Muerto entre los muertos Si a este lado de la vida, no llega un viajero como una carta, como una paloma, como una ola.

Si estos ojos no ven el pan ni las piedras.

Si en la mañana no golpea a la puerta el sol.

Si de la mañana a la noche, de la noche a la noche, no se oye tu voz en el auricular de un teléfono público.

Entonces me conformaré con el premio: una mano eterna y morena posada sobre mi frente, y el vacío para la tranquilidad de estos huesos.

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Dos cuerpos no identificados en una bocana Los cadáveres de dos hombres jóvenes fueron hallados en la bocana del río Erebo.

Parecían serenos cuando la policía encontró sus cuerpos, con algas colgando de sus labios carcomidos por los peces, sin huellas de mano criminal.

La última vez que se les vio vivos estaban en la orilla del río, uno probaba con su pie la temperatura del agua mientras el otro tiraba piedras sin ningún motivo.

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Legado Arqueรณlogos de otra civilizaciรณn encontrarรกn nuestros huesos, y tratarรกn de juntarlos.

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Desierto El cactus se nace de espinas y guarda agua para tiempos de sed.

AsĂ­ es mi corazĂłn, prudente.

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La Camioneta

mazda poemas y otros

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En igualdad de condiciones una condensaciรณn de dos millones de millas de diรกmetro ejerce ocho veces la atracciรณn que una de un millรณn.

Ernesto Cardenal

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Una camioneta no sólo es una sombra sobre la carretera Cuando la camioneta mazda 1300 azul 1969 corre a 40 km/h hace ruido de tecnología de otro siglo y es lenta como el amor.

Cuando está parqueada en la calle parece mascota en espera del amo.

Ajena en el silencio de su naturaleza.

Como si recordara al obrero que la ensambló y que al final de la jornada laboral de aquel 20 de julio del 69 regresó a casa, soltero y cansado.

Para ver en el televisor, como sueño en forma de rectángulo, a Neil Armstrong sobre una luna cuya superficie parece de queso francés.

Desde allá supongo que el mundo se ve pequeño y triste, astro en la noche vestido de lentejuelas.

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El obrero ve a Neil, millones de personas ven a Neil.

Ha llegado el futuro.

El hombre ha puesto su pie enfermo sobre la luna.

Mientras, en la oscuridad del cuarto de ensamblaje, la camioneta espera los últimos retoques, junto a otras de la producción en serie.

Todas para generar divisas e ir a muchas partes del mundo, como niñas que una madre máquina regala.

Todas de igual forma, la misma cantidad de puertas, espejos, asientos y quizás igual color.

Pero el amor y el tiempo dan a la materia color distinto, y propio.

Cuando conduzco esta camioneta no existe el tiempo ni el cansancio y no importan las llantas ponchadas, ni el aceite, que como animal herido, 22

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ha derramado sobre la carretera.

Sólo veo el semáforo y el taxi de adelante que enciende sus señales y apaga.

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Todas las oscuridades de la luz La misma pequeñez de la luz adivina los más lejanos rostros.

José Lezama Lima

La luz es una relación de amor entre el objeto y el ojo.

Sólo vemos lo que amamos.

Entre el ojo y el objeto hay luz, esa luz es amor y Dios es luz.

En los libros se afirma que luz es fotones, es decir, entidades mecánico-cuánticas que muestran ciertas características de ondas y otras de partículas.

Por siglos la humanidad se ha preguntado qué es la luz, todas las oscuridades de la luz.

Esa luz que hiere el espacio como cuchillo y es veloz como conejo en el bosque.

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Antes de Planck y Einstein se creía que la luz era movimiento ondulante transversal, como baile de reggae.

Pero, si la luz es Dios y Dios no me habla, entonces la luz es sonido que ha perdido la voz o estoy sordo para escucharla.

Por eso las luces de New York son tristes como bujillitas en árbol de Navidad.

Clerk Maxwell tenía la convicción de que las ondas de luz debían propagarse a través de un éter material.

O sea que la luz es río, ola en el espacio, ola de partículas lumínicas como infinitas luciérnagas microscópicas que chocan con cuerpos sólidos.

Partículas que emanan de cuerpos materiales, cuerpos que sudan luz como el cuerpo del ser amado desnudo en el cuarto oscuro.

Por lo general la luz calma la sed.

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Newton dice que luz es corpĂşsculos de materia...

Yo imagino que esos corpĂşsculos son para un reo trocitos de pan, entrando por una rendija a su celda.

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Declaración de amor post-morten a Kurt Cobain La noche del 20 de marzo del 94 en tu casa de campo en Seattle oíste el ronco refrigerador y distinguiste voces que llamaban.

Acudiste, como a una cita de amor, con vos mismo, y fuiste puntual.

La pistola te vio como el ciego ve dentro de sí mismo a otro.

Uniste la frialdad de su boca metálica con la sed de tus labios.

Y oprimiste el gatillo como al prender una lámpara, y la bala como pájaro voló el cielo de tu boca.

Llegaste al suelo por el mismo peso de tu vacío.

Al fin, la soledad total y feliz.

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Luego vaso, pistola y cigarro fueron tomados por agentes del fbi con sus manos vestidas de guantes, y depositados como cadáveres en bolsas plásticas para buscar huellas digitales, pero sólo las tuyas estaban en todo.

Se difundió la noticia y ojos como lágrimas cayeron en vos, como un concierto.

Y entre miles de cartas que no leíste, la mía quedó sin darle voz a tus ojos azules y muertos.

Yo pude hacerte feliz, caminar tomado de tu mano por las calles de Washington, sin oír de los hombres de esquinas, comentarios maricones.

Pero estabas en otra dimensión y yo te veía como Humphrey Bogart a Ingrid Bergman alejarse en el avión.

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Habías huído a tu casa en Seattle para que las cámaras fotográficas no te mordieran con su luz, ni los periodistas.

Pero te alejaste demasiado.

Ahora dormís al revés como murciélago.

No leíste mi carta.

Mi declaración de amor a una estrella de rock.

Aquella carta donde te pregunté: ¿Has besado la boca de una pistola?

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De las muertes posibles de William S. Burroughs Pudo ser el filo de los colmillos de un tigre en el Amazonas quien cortara tu vida en pequeños bocados, o que iniciaras el viaje por la garganta de una anaconda.

Pudo ser una sobredosis de cielo o heroína.

Pudo ser una bala perdida como vos en el Nueva York del 44.

Pudiste ser víctima de un asesino en serie, de esos que planean su crimen como estrategia de ajedrez o trama de novela inglesa.

Pudo ser el sida y el placer.

Pudo ser el amor.

Pudo ser la noche más liviana en tu alcoba, en tu cama, que te durmieras para siempre.

Días de putrefacción después, te habría encontrado el mayordomo que venía a limpiar el cuarto 30

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y no sabía que tu cama estaba tan desarreglada.

Pudo ser la cia o el fbi quien organizara un accidente y luego marcara tu expediente con el sello: cancelled.

Pudo ser tu madre en una clínica de abortos para señoritas.

Pudo ser la bomba de Hiroshima quien te desintegrara en moléculas menos peligrosas, o que una bala marca vietnamita hiciera brecha en lo más dulce de tu cerebro.

Pudiste ser vos.

Pudo ser Dios.

Pero tuvo que ser tu corazón felino.

Ese al que hacías cosquillas y con agujas le dabas las delicias intravenosas de la heroína.

Tu corazón, tu “soft machine”, a mil millas por hora [velocidad ilegal en este planeta], frenó, 31

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repentino y sin aviso, frente a la puerta de Dios.

Para ver a los buenos ciudadanos, sobrios y heterosexuales, entrar justos y cรณmodos al sistema.

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Panfleto para la clase incómoda La relación entre la humanidad y la tierra es sexual, se llama agricultura.

Abrir la tierra es oficio humano.

En la parcela, de cualquier país que aún cultiva sus rincones, un hombre dispersa semillas sobre el surco.

La semilla toca tierra como esperma a óvulo, como pájaro a flor. Luego sólo queda esperar, mientras la mano de Dios labore.

La tierra no pertenece a nadie, al menos a ningún mortal.

Y, aunque la creamos nuestra, no podemos disponer de ella como camioneta que se lleva a cualquier lugar.

A menos que llevemos la tierra en camiones, pero entonces haríamos abismos y los abismos no son cultivables.

El campo es el rincón de un país y los rincones están llenos de abandono.

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Shanin definió al campesinado ruso como la clase incómoda, como polizones en un avión de aeroflot, cuando agonizaba la economía agraria del país con la mayor cantidad de tierras cultivables y con técnica de superpotencia.

El éxodo masivo despobló el campo, y en las aldeas el vodka y el crimen invadieron.

Nuestra relación con la tierra es como un matrimonio por conveniencia.

La rociamos de fertilizantes químicos como perfumes calvin klein.

Separamos a las vacas de sus terneros, para que amamanten máquinas.

No son pies humanos los que andan sobre la tierra, sino tractores que destruyen la estructura orgánica.

El viento trae lluvias ácidas y destruye bosques, macroclimas y microclimas.

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Como si la naturaleza fuera una muchacha que abandonada por un amor se deja morir.

El 10% del humus creado por el milenio de crecimiento natural de pasto fue lo que hizo de Poltava, el Chernozem, uno de los suelos más fértiles del mundo.

Este porcentaje se redujo, por el arado indiscriminado que ha dado origen a la rápida proliferación de barrancos, y soledad.

Se dice que no existe una relación directa entre trabajo humano invertido y sus resultados en agricultura.

Pero, está comprobado que, quien siembra máquinas cosecha hambre, y quienes están involucrados en la producción han sido enajenados.

El desastre ecológico ha sido el costo del entusiasmo inútil de la superproducción.

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Ahora la reforma agraria parece asunto de Dios, de algo más grande que nosotros y que quizá no existe.

En la urdimbre de ésta utopía, como un elefante que se balancea sobre la tela de una araña, el campesinado lucha y muere.

Pero yo sé, siento, que mi mano, ésta que escribe, es igual a la mano que abre la tierra y toma agua.

Aunque nunca hablaré de campesinas y campesinos en primera persona.

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No retornable Creo fue Einstein quien dijo que nada se destruye y todo se transforma.

Hojas y ramas caen al suelo o al agua.

Nuestros cuerpos sobre el césped, como dos hojas...

Los fenómenos que ocurren en el suelo conducen a una mineralización de las sustancias.

Una parte se quema durante la respiración.

El dióxido de carbono y el agua se incorporan a la atmósfera.

Palabras y lágrimas desaparecen en el aire.

El limonero desprende oxígeno por la función clorofílica.

La cáscara de la piña que comimos esta noche será atacada por microorganismos, se degradarán sus moléculas proteicas hasta el hedor como el odio contenido y que carcome por dentro.

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Luego quedará una masa pardusca, casi inodora, formada por una mezcla de sustancias húmicas, grasas y minerales, que a paso lento se oxidan por la acción del oxigeno atmosférico.

Es ahí cuando la piña llegará al olvido.

Los cuerpos que caen al agua, sufren una mineralización más rápida.

El ciclo de la materia se cierra por la acción de los microorganismos del suelo.

Estos son indispensables para transformar un pan en una pastilla para olvidar el hambre, un vaso de agua en una lata de Coca Cola Light y a un hombre, en una agenda.

O sea que la vida es círculo y los círculos no tienen fin.

Un teléfono para hablar con el mar.

Todo se transforma...

El amor no muere, se vuelve mano, pan, carro, luz...

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Y así, un átomo del ser amado podría venir con el viento y darme en la cara.

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Dos mensajes a Rubén Darío 1 ¿Ha preguntado Stella por mí?

2 La vida carece de misterio para los muertos, y para los objetos.

La luz sólo muestra lo que quiere ser visto.

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Mi unicornio azul ayer se me perdió, pastando lo dejé y desapareció.

Cualquier información bien la voy a pagar.

Las flores que dejó no me han querido hablar.

Silvio Rodríguez

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El unicornio encontrado Señor Silvio Rodríguez sírvase enviarme en moneda local o su equivalente en dólar, lo correspondiente a la recompensa que ofrecía usted a cambio del excéntrico caballo que en el pasto del día encontré.

A la siguiente dirección en Managua: de la terminal de la ruta 119 oriental 5 cuadras al lago y 1⁄2 cuadra al poniente.

Si dicha recompensa en dinero es menos de lo que dice sentir, no aceptaré reclamos por objetos perdidos.

Lo espera bien.

Héctor Avellán. p.d.: La inutilidad de su cornudo me sorprende.

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Recado a William Carlos Williams Las ciruelas que guardĂŠ en la hielera para el desayuno y que derramaban sabor en el aire con su olor de ciruela: Valen US$ 2 00 , espero que me las paguĂŠs.

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Carta de María Kautz al poeta Cuando aún tengo el día puesto en el pelo juego en el bosque a cortar leña, y regreso en la tarde con la carga en los hombros.

A mi paso pájaros y monos gritan mi grito.

La gente de tu pueblo cree que soy hombre.

Pronto aparece la casa y vos sentado en el corredor con los ojos como relojes detenidos en la quinceava hora de la tarde.

Paso junto a tu silla y en tu regazo pongo frutas de pan y todo mi cansancio.

De mis pies te doy caminos que yo no anduve, de mi boca la palabra que este lenguaje no te da, y los besos que otras no permitieron.

Te zurzo los calcetines que no logró coser tu abuela y le doy horas extras y vacaciones a tu jornada laboral.

Porque yo te empleé como biógrafo y te di las hijas y los hijos que vos no pudiste parir.

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Cada noche al estar lista la cena temo interrumpir tu silencio, pues no sé si hacés poemas o estás ausente, o quizás es lo mismo.

Pero mientras yo palmeo tortillas y vos hacés poemas aprendemos a envejecer.

Cuando termino de hornear rosquillas empieza mi nostalgia germana y luego, con el rostro vuelto hacia tus pies, mientras dormís, ellos me cuentan el camino: al morir nuestros polvos van a confundirse.

Nadie va a saber cuál es el poeta y cuál la mujer.

Poeta, cuando yo baje por el monte, salí a mi encuentro y tomá un poco de mi carga.

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Pollita Lorimer responde a Carl Sandburg Me voy a donde chavalos no inviten a rechinar butacas en el cine y el horizonte no se insinúe femenino.

Por eso empaco el bluejeans vaquero y roto y atrás dejo aquellos vestidos como pasteles tristes.

Abordaré el bus como soldado que se enlista.

Sólo quiero estar en un lugar donde nadie me odie, ni me ame.

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A José Coronel Urtecho Te conocí al leer tu poema: “Pequeña Biografía de mi mujer”.

Quise ser mujer y a lo más que llegué fue a poeta.

Desde entonces mi oficio es olvidar.

Escribir y olvidar.

Pero, hago mejor lo segundo.

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Poema apátrida La aventura es volver al lugar de donde no se ha partido.

Descubrir en la calle un país que perdió su infancia y que el tiempo es futuro envejecido.

Lo siguiente es buscar peces en lo seco de una laguna, por ejemplo un poema a la patria.

Después enjaular palabras feroces, esconder huecos que comen hambre y manos que son estómagos.

Lo último es buscar una patria para un poema.

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Los lugares Los lugares siempre están en el lugar de siempre.

La ciudad que se dejó atrás, el camino que lleva a casa, aquella colina difícil de subir, la cueva que guarda niñez...

A veces los lugares parecen otros, quizá porque sobre un bosque han construido un parque, o un parqueo, o porque la calle no estaba topográficamente correcta, hubo que cambiarla, tal vez ponerle un semáforo porque el tráfico aumentó.

Pero aunque cambien de nombre y de apariencia, un río siempre será un río aunque ya no tenga agua.

Los lugares siempre están en sí mismos, como esperando.

Y mientras la tierra gira y se traslada, ellos sólo cambian de cielo.

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‌este dolor de bluejeans rotos.

Tania Montenegro

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Tengo una foto Tengo una foto del mar a 55 kms. de Managua, ahí iba en invierno cuando en la ciudad la gente se corría de la lluvia, los niños eran buscados por bomberos y la radio alteraba los nervios.

Nadie quería mar, ni lluvia, ni agua...

Estoy sólo en esa foto sepia (como postal enviada por un amigo que está lejos y a quien no se ve desde hace tiempo), el mar gris, una gaviota borrosa y un pescador a lo lejos echando una red. Él está detrás de la cámara, por eso estoy solo, con una leve sonrisa y en los ojos tristeza.

Como indígena chorotega, a quien con una cámara le roban el espíritu.

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Procesión interior Yo soy una fiesta de las suprimidas en el protocolo.

Azarías H. Pallais

Construí un castillo, lo poblé de sueño miedos, plagáronse sótanos de recuerdos y sobre tejados nacieron esperanzas.

Y si abro las puertas de mi cuarto derribarán el castillo, invadirán ciudadelas ajenas, sueños forasteros, miedos extranjeros.

Si abro para todos mi cuarto, mi vulnerable ciudadela, me matarán con su asombro, porque todos nacen y viven en sus propios cuartos.

Cerradas mantendré puertas aunque clandestinos entren “ojos abiertos.”

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El otro He visto a ese hombre llorar frente al espejo.

Su desnudez es camisa de fuerza.

He visto un pĂĄjaro manco en su garganta.

Lo he visto correr por el monte como venado con miedo.

Lo he visto tomar cafĂŠ, fumar.

Atarse una soga al cuello, caer y dormir como feto.

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Padre Su historia es silencio.

Todo silencio es tormenta. Él se incendia en ganas de olvidar el futuro, su noche sonámbula a mediodía.

Se aniña cuando manos se alejan del vacío y Padre huele a otro lugar.

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Marinero Muero puerto en humaredas de abandono, en estrepitoso silencio, en oleaje de palabras cenizas.

Muero puerto de sombras migratorias, de animales extintos como mis ojos.

Muero puerto cuando luna piedra y marea inunda.

Muero puerto de ayer inmolado.

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Las preguntas que me abofetean la inquietud En cada espejo yace un doble.

Octavio Paz

Me pregunto si en otro lugar o en otra época existís, si alguna vez fuimos pasajeros de un mismo bus y uno de los dos no siguió el rumbo o si uno repite los pasos del otro por la ciudad de Managua.

Me pregunto si te ves en las vitrinas y si tus ojos tampoco llegan a la mercancía, si le temés a la arena que gota a gota cae en el reloj, si te gustan los parques por las noches y si en tus palabras hay lagunas.

Me pregunto si te preguntás si en otro lugar o en otra época existo.

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Parado en una piedra, desocupado El dĂ­a empieza a dar la espalda.

Un zanate rezagado en el cable elĂŠctrico y una mujer apresura el paso para no perderse la telenovela.

Los carros pasan sobre el asfalto triste y dejan un poco de plomo corriendo en mi sangre.

Me acuerdo del barco de papel que junto a la fuente me regalaste.

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A la gente sola, Dios mata Hombre de 23 aĂąos, mestizo, de 135 lbs. aproximadamente, [a dieta por disposiciones del banco mundial] desea conocer persona de cualquier edad, sexo, raza y nacionalidad.

Para relaciĂłn amorosa a prudente distancia.

Escribir a hectoravellan@hotmail.com No incluir foto, ni metĂĄfora.

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Horóscopo cuando el panorama doméstico incluye sangre y adiós libra: La conjunción de los astros provoca que a partir de hoy el dolor le persiga. Hilos de miedo le saldrán por todas partes. No hable, pueden ocurrir tormentas.

Póngase la máscara detrás del rostro y no delante.

Por la tarde sus manos en el abismo podrán tocarlo.

Antes sólo conocerá seres invisibles [secretarias, poetas, médicos, editores]. Los cambios le ven a la cara con amistad. Recuperará lo perdido. Sus perspectivas financieras dependen de su capacidad de negociación en el amor. color: Carne. signos compatibles: Los de fuego lento.

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Recomendaciones prácticas para prevenir accidentes Esquive miradas y encuentros.

No doble en esquinas.

Váyase por la calle menos transitada.

Cancele citas, aun en el último minuto.

Descuelgue el teléfono y pida que borren su nombre del Directorio.

No crea ese cuento de la primera vista.

Evite grupos y conferencias donde se aborda el tema.

No lo trate en poesía, está agotado.

No esté a solas con otra persona y a nadie vea por más de 30 segundos.

Manténgase alejado, fuera del alcance, de niñas y niños.

Tome en cuenta que no hay valores absolutos en la vida.

Que no importa si un día cae convertido en soledad.

El amor, mientras no existe, es eterno.

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Algunas señas particulares Lunar cancerígeno en la mejilla izquierda.

Espina de pescado atravesada en la garganta.

Cabellera indomable, no el corazón.

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Digitopuntura Mano que cuenta los dedos de sí misma, los días después de un beso.

Dedos de pan viejo en una taza de porcelana cuando en la tarde contiene café.

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Suficientes razones para mirar por la ventana.

Para observar la mano que cuenta a oscuras los dedos de otra mano.

Blanca Varela

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Poética No creo en lo que escribo pero lo escribo con pasión.

Oficio Soy débil y flaco, no consigo cargar mis poemas.

Destino Antes del viaje llaman a la puerta.

Abro.

Una larga calle dobla en la esquina.

30 de mayo Llueve.

Su madre hace café y le cuenta las historias de siempre. Él sabe que la lluvia es ácida.

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Trampa No todo lo que es oro, brilla.

Razรณn del silencio I Quien calla no otorga, se apropia de lo callado.

Razรณn del silencio II Lo que muere no puede hablar de eternidad.

Globalizaciรณn A Alejandra Pizarnik

Mi primera persona estรก herida.

Mi primera persona del plural.

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A Carlos Pellicer

Las cosas aunque estén fuera de lugar siempre están en orden.

No igual las personas.

A Carlos Martínez Rivas

No es deseo de tener un pasado que oponerle al presente, es urgente un mañana que perdone.

A Beltrán Morales

Los objetos son sujetos.

Se desconocen las intenciones.

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