Ganemos málaga, documento nº 2 del grupo de urbanismo

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1 COMISION DE URBANISMO DE GANEMOS MALAGA SÍNTESIS DE LA PROPUESTA PARA EL PROGRAMA ELECTORAL DOCUMENTO NÚMERO 2 (ver notas al final del texto) Cómo serán los lugares que habitamos y cómo será la construcción de los imaginarios personales y colectivos de nosotros, sus ciudadanos, y reflexionar y decidir sobre ellos con autonomía, son las cuestiones que se plantea el grupo de urbanismo. El objetivo: que los ciudadanos puedan asumir procedimientos colectivos cotidianos para ejercer el protagonismo en la conducción, conformación y prefiguración de la ciudad. En todo sentido, la ciudad es el lugar que facilita la intervención de la ciudadanía para ejercer su propia soberanía. Este grupo de Urbanismo renuncia expresamente al proceso clásico según el cual serán expertos de todo tipo, incluídos los políticos, quienes definan qué y cómo debe ser discutido. Trás décadas de despolitización organizada y de dominio del individualismo, no hay una conciencia seria de la necesidad de hacerse cargo de lo nuestro. Como mucho, las demandas ciudadanas se circunscriben a sus ámbitos más inmediatos (la calle, el barrio...) y con unos contenidos concretos (equipamientos, zonas verdes, etc), que no ponen en duda las formas de gerenciar y hacer ciudad al margen de la ciudadanía. De ello deducimos que la propuesta política debe contener necesariamente una didáctica. El mismo proceso deberá ir determinando contenidos, tiempos y objetivos. Creemos que estamos ante una oportunidad histórica: recuperar lo perdido, en cuanto sustrato de nuestra creatividad actual, construyendo la ciudad desde abajo. En este documento se advierten ciertas cuestiones de partida, entre ellas: el derecho a la ciudad, la justicia espacial y el entendimiento de la ciudad como lugar donde la vida transcurre. Y a la vez trata de dar cuenta de su potencia. Sobre ello, los casos concretos que se exponen son solo ejemplos y sin ánimo de exhaustividad. 2. DE LA CIUDAD La ciudad ha sido siempre el proyecto del buen lugar, porque es donde la gente puede aprender a vivir con extraños, al ciudadano consigo mismo y a crecer internamente. En este sentido en la ciudad el diálogo y la comunicación de humanos y no humanos es central. La ciudad compone espacios y habitantes, que así se convierten en ciudadanos. Es el lugar que permite la construcción y reconstrucción del espacio físico al mismo tiempo que proporciona la experiencia que construye y reconstruye el imaginario personal y colectivo de quienes la habitan. La ciudad es un proceso que se debe configurar desde la acción política. Sin embargo no cabe duda de que, en las dos o tres últimas décadas, se ha diluido la vinculación entre ciudad y proyecto social. Igualmente la ciudad es un proyecto que incluye el futuro. Pero nuestra temporalidad es de corta perspectiva, marcada por los procesos electorales, de modo que hoy todos los problemas que no se adapten a estas condiciones son tratados improvisadamente o según esquemas prefijados. 3. REFERENTES PROMOTORES. Partimos de los referentes que enunciamos seguidamente. Tienen distintas funciones: posibilitan un programa mas o menos parecido a los tradicionales; constatan demandas conocidas, aunque no siempre expresadas claramente; encaminan a diagnósticos profundos, habitualmente ignorados; y dan contenido y forma a nuestros mensajes políticos en ruptura con las formas convencionales. 3.1. La ciudad de los cuidados El análisis de los cuidados y de su forma histórica de presentarse permite cuestionar el sistema económico dominante desde su raigambre en la vida cotidiana (la ciudad). Sin embargo, no se trata sólo de dicho cuestionamiento sino también de la transformación de las condiciones a partir de las cuales muchos de los


2 cuidados se producen en el ámbito del hogar, se entienden al margen de lo colectivo y son resueltos por las mujeres (no es una casualidad que la ciudad propuesta por las mujeres exhiba significativas diferencias respecto la que ahora conocemos). Los equipamientos surgieron para atender funciones imposibles de ser asumidas por la familia nuclear moderna. Pero este desplazamiento tiene una cara menos satisfactoria, dado que ha supuesto que las decisiones sobre su promoción y gestión se sitúen lejos de los directamente afectados. Si los contenidos de la acción política quedan superados se debe entender que, paralelamente, también la pura disponibilidad de los llamados sistemas generales de equipamientos y servicios, en tanto que dispositivos de inclusión social y bienestar social, que suponen modos de reparto de la riqueza de orden compensatorio o redistributivo, no es suficiente. Lo que se propone como objetivo es una comunidad guiada por los afectos y, por tanto, de las atenciones concretas al otro, no circunscritas exclusivamente al ámbito del hogar. 3.2 La ciudad como bien común La expansión del capitalismo se produce apropiándose y colonizando los espacios comunes creados por todos (incluyendo la misma naturaleza), con el resultado de que lo que estaba al servicio de la producción y reproducción de la vida se supedita al beneficio privado y no el de la comunidad. La idea que empieza a extenderse es que no hace falta extender la urbanización o construir más, que existen viviendas y edificaciones, e incluso infraestructuras, más que suficientes. Utilizar los terrenos y edificios municipales sin uso o infrautilizados, y destinar los vacíos urbanos para propiciar espacios de relación social, lugares para los niños y mayores, para practicas deportivas, para huertos urbanos, etc. En esa línea va la consideración del patrimonio heredado como legado que a todos pertenece, sustrato de nuestra creatividad actual para construir la ciudad desde abajo. La urgencia de gestionar con inteligencia los límites, pero desde la potencia de lo común, se pone de manifiesto cuando pensamos en la relación de la ciudad con la naturaleza. Lo cual implica una determinada posición respecto de los modelos de crecimiento dominantes, y remite a cuestiones centrales: la rehabilitación como opción principal, la elección de infraestructuras objeto de políticas activas, la definición del tipo de relaciones que deseamos mantener respecto de los ecosistemas, incluyendo su reconstrucción. 3.3. La ciudad saludable Nuestra sociedad produce muchos malestares, que luego define como patologías físicas, sociales o psíquicas. Para ellas produce remedios que lejos de curar, cada vez más, reproducen y agudizan esos mismos males, creando además otros. Mecanismos reactivos contra el caos generados por el propio capital, que a su vez son la ocasión de nuevas mercancías. Ejemplo de esto es la obsesión securitaria, que produce la ciudad como suma de espacios públicos cercados con vallas casi impenetrables, haciendo que la vida social sufra un deterioro creciente, en su interior tanto como en su exterior. Es el momento de pensar la ciudad mas allá de lo patológico. 3.4. La ciudad y el tiempo Pensar los tiempos que no son el tiempo cronológico y uniformemente acelerado (exigencia de que cada vez todo sea más rápido), que necesita el capital para no caerse. Para este asunto solo esbozamos algunas ideas: tiempo-duración, el que necesitan las cosas para madurar por sí mismas. Los tiempos sociales, y por ello capaces de ser socialmente modificados, lo que supone pensar los sistemas de transporte, la accesibilidad, los cronousos y ritmos urbanos, el uso de los equipamientos. Tiempo también del acontecimiento, para la recuperación de la fiesta, por ejemplo.


3 3.5. La ciudad y la belleza Aquí belleza no se ciñe al término convencional, aunque lo abarca. Con ello queremos nombrar lo que tendría relación con la alegría de vivir y está más allá de lo utilitario y del cálculo de cualquier tipo. Al hablar de belleza como un derecho no lo hacemos aludiendo a normas y leyes; pero es cierto que los instrumentos jurídicos y los de los demás saberes están obligados a luchar por la belleza. Resulta elemental defender y acrecentar la belleza del paisaje privilegiado de esta ciudad, que empieza a no ser para todos. Pero también entender qué sentido tiene el que muchas de las personas que habitan barrios, que no se consideran precisamente como bellos, lo aprecian, se sienten bien ahí; la vida que los colonizó ha logrado hacer de esos espacios lugares entrañables para sus habitantes. 4. LOS MEDIOS En esta fase primera los medios nos interesan más que los objetivos, pues quienes los decidan serán los ciudadanos. Pensamos, por ejemplo, que hay legislación de sobra para hacer muchas cosas. El control de la gestión, o la gestión misma de los espacios públicos debería confiarse a agrupaciones de vecinos que operaran, mediante el apoyo municipal, con autonomía El programa municipal debería expresarse en cuatro escalas diferentes: la escala metropolitana, entendiendo Málaga-ciudad como centralidad metropolitana, y a la vez tanto la superación del marco exíguo de referencia impuesto por la planificación regional, como la posesión de un instrumental que permite estrategias destinadas a la activación de una economía productiva deseable. La escala intermedia que es la propia de las políticas para mejorar todo tipo de dotaciones; en este sentido, probablemente la actual división en distritos tendrá que ser reconsiderada. Por su parte, la escala barrio se constituye en el centro de la acción municipal tendente a cumplir allí el derecho ciudadano a la intervención. Finalmente, la escala doméstica, la de los espacios dignos y adecuados para la autonomía de las personas y de su entorno social más cercano (la familia, pero no siempre). No queremos acabar sin referirnos a los trabajadores que integran los organismos municipales. Nuestra actitud debería granjearse su colaboración y participación activa (pues ellos sufren nuestro mismo malestar), especialmente en relación con los cambios que requieran dichos organismos. Málaga, 12 de noviembre de 2014 Notas 1. Este documento es el número 2 de la serie que producirá el grupo de Urbanismo de Ganemos Málaga y es una versión breve del número 1, habiéndose editado el archivo en formato PDF el 12 de diciembre de 2104, tras la corrección de un error. 2. Se edita bajo una licencia Creative Commons con estas condiciones: Reconocimiento – NoComercial – CompartirIgual (by-nc-sa): No se permite un uso comercial de la obra original ni de las posibles obras derivadas, la distribución de las cuales se debe hacer con una licencia igual a la que regula la obra original. 3. Son autores del texto: Eduardo Serrano y José María Romero Siendo resultado del trabajo del grupo citado, del que son miembros (por orden alfabético del apellido): Daniel Barrera, José Antonio Cabezuelo, Amaranta Gargari, Enrique España, Ismael Fernández, Rubén Mora, Alicia S. Morales, José Antonio Pendón, Inmaculada Pérez de Guzmán, Ildefonso Narváez, Fernando Ramos, Naser Rodríguez, José María Romero, Alfredo Rubio, Nicolas Senegats y Eduardo Serrano


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