DE LA PRACTICA SINGULAR AL DIALOGO CON LO PLURAL APROXIMACIONES A OTROS TRANSITOS Y SENTIDOS DE LA SISTEMATIZACION EN ÉPOCAS DE GLOBALIZACIÓN. Alfredo Ghiso * Funlam , Agosto de 1998
"--Si tu cambias con cada experiencia que hacesLe preguntó en una ocasión al maestro Muto uno de sus discípulos -- Qué es lo que en ti permanece invariable? -- La manera de cambiar constantemente -- respondió." Michael Ende. 1
Resumen: El propósito de este trabajo es presentar de una manera sintética los contextos, y ámbitos en los que la sistematización de las prácticas se ha venido desarrollando como propuesta. Luego levantamos, de una manera indicativa, algunos de los enfoques que han enmarcado este tipo de prácticas reflexivas; para terminar presentando los desafíos que enfrentamos cuando queremos transitar de la práctica singular y particular al encuentro, reconocimiento y diálogo con lo plural, en un contexto de globalización, que exige establecer y cualificar los vínculos y articulaciones que potencien a las personas y a sus organizaciones como sujetos sociales capaces de ejercer democráticamente sus poderes. El texto que presentamos recoge apartes de las reflexiones desarrolladas en el marco del proyecto " Teoría y práctica de la animación sociocultural, estado del arte de las sistematizaciones realizadas en el campo de la animación socio cultural y de la pedagogía social entre los años 1995 -1997 ,en las ciudades de Medellín, Montería y Apartadó. " ( Tendremos posibilidad de poner en común y debatir los avances de esta propuesta en los talleres del viernes.)
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Alfredo Ghiso: Docente, Asistente investigación Especialización en animación sociocultural y pedagogía social FUNLAM - Coordinador Area Andina CEAAL 1 Ende Michael "Carpeta de apuntes", Madrid , Alfaguara, 1996
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Contextos y ámbitos de la sistematización:
Hagamos memoria de aquellos contextos y momentos que vivimos intensamente y que enmarcaron nuestras acciones y reflexiones, impulsando una propuesta que se denominó sistematización y que procuraba comprender y cualificar el quehacer social. Al final de la década de los 70, un marco generalizado de crisis exigía por parte de los sectores populares propuestas superadoras y transformadoras. Eran momentos en los que, desde la identidad política y de clase, la solidaridad, la creatividad y la lucha, confluían y se integraban "orgánicamente" en diferentes tipos de prácticas sociales que demandaban, criticaban, denunciaban, defendían, proponían y construían modelos sociales desde los cuales se pretendía o se ejercía el poder. Era la época de las luchas de liberación en Nicaragua y Salvador, de los paros cívicos, campesinos y mineros en Colombia y Bolivia. Eran y aún son los tiempos en los que se pone de manifiesto la incapacidad de los sectores dominantes y de las estructuras sociales existentes de asimilar, dentro de ellas, otras posibilidades distintas a las de la miseria generalizada, la desaparición forzada, la muerte, la represión o el miedo. 2 ( Colombia, Brasil, México, Guatemala, Perú y los países bajo dictadura vivieron, y algunos siguen viviendo, bajo estatutos y regímenes de seguridad aplicados por agentes estatales o para estatales.)
En este contexto emergen prácticas sociales subalternas, de carácter alternativo que se integran y articulan, de diferentes maneras, a lo que hemos llamado en algunos casos movimientos populares y, en otros movimientos sociales; Estas dinámicas sociales incidieron con menor o mayor fuerza en la vida cotidiana, en las organizaciones sociales, en el quehacer político y económico y en las expresiones culturales que en ellos convergen. Las condiciones críticas del contexto y las condiciones socio-políticas, culturales, económicas y ambientales en la que se desarrollan los procesos, las acciones y prácticas sociales de los sujetos vinculados a estos movimientos son cambiantes, complejas; en ellas se palpan momentos de evolución e involución, de progreso y de estancamiento, de proyección o de retención, denotando la existencia de diferentes motivaciones, ritmos y apropiaciones que limitan o dinamizan la 2
Ver Ghiso A. "Educación Popular lo alternativo de la propuesta" En: Salud Alfabetización y educación popular. Medellín, Fal, 1992.
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construcción de perspectivas emancipadoras en los procesos sociales. Las prácticas y los proyectos son dinamizados por diferentes actores sociales interesados en las transformación de las condiciones de vida y de su ser, como sujetos de poder, y se caracterizan por rápidas variaciones generadas por la transitoriedad de las coyunturas sociales en las que se ubican. Estos cambios son veloces e imperceptibles y, en muchos casos, incomprensibles en su momento. La dimensión temporal y espacial de los sujetos y de su quehacer social empiezan a ser condicionantes que requieren ser reconocidos, estudiados y valorados, al igual que la intencionalidad y el paquete metodológico propios de los proyectos de animación socio cultural, educativo populares o de promoción grupal o comunitaria. Es en este momento que surgen preguntas como: -
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De qué manera lograr una interlocución armónica con las organizaciones tradicionales del pueblo, sean éstas partidos, sindicatos, cooperativas, asociaciones revalorizando sus historias de lucha y aportando a la cultura organizacional del pueblo? Teniendo en cuenta los cambios coyunturales y de contexto, cómo es posible revalorizar los movimientos sociales reubicando su rol y protagonismo? De qué forma inyectar en los movimientos sociales elementos experienciales que permitan cualificar los modos de hacer política ampliando y perfeccionando los mecanismos de participación de las grandes mayorías? Cómo transformar los componentes autoritarios que rigen las interacciones pedagógicas y organizativas? Cuáles son los medios que los proyectos deben dinamizar, en un contexto cambiante, para que hombres y mujeres latinoamericanas en condiciones de exclusión, logren de una manera digna y libre articular sus demandas y luchas, a través de una práctica política y organizativa obteniendo satisfacciones concretas y trascendentes? 3
Estas preguntas reflejan una preocupación de orden político, teórico, metodológico y operativo que llevan a destacar una necesidad cada vez más sentida, de ir redefiniendo el quehacer, ganando mayor claridad en las propuestas . Esto implicaba proponerse recuperar y reflexionar críticamente la práctica para posibilitar un salto cualitativo 4 que las circunstancias y las transiciones socio políticas, económicas y culturales demandaban. El momento exigía - y exige superar, entre otras cosas las crisis de crecimiento, identidad, comunicabilidad y 3
Ver Tapia G. "Educación popular y democracia latinoamericana" En: La formación metodológica de los educadores populares, Santiago, Ceaal 1989. 4 Nuñez C. "Desde Adentro. La educación popular vista por sus participantes" , Santiago, Ceaal, 1990.
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eficacia que presentaban y se descubrían en los proyectos de intervención política, económica, social y cultural. Por otra parte, resolver estos interrogantes suponía generar saber y conocimiento desde la práctica y para ello se requería empezar a hacer conciencia de lo que se realizaba por medio de registros, análisis e interpretación del acumulado existente en lo práxico, en las formulaciones y en las concepciones 5 . Surge, en este período para responder a los desafíos contextuales y a los interrogantes que presentaban las diversas propuestas de educación popular y de trabajo social alternativo, un llamado a "sistematizar las practicas" como un esfuerzo consciente de capturar los significados de la acción y sus efectos; como lecturas organizadas de las experiencias, como teorización y cuestionamiento contextualizado de la praxis social, para poder comunicar el conocimiento producido. En resumen, si bien la sistematización no es un concepto unívoco, aparece como un tipo de tarea reflexiva, que todos podíamos hacer y que al recuperar organizadamente la práctica permitía volver a intervenir en ella y en la realidad con mayor eficacia y eficiencia. Pero allí no quedan las cosas; toca hacer frente a una década pérdida, en un marco apertura económica y globalización político - cultural ( caída del Muro de Berlín). Los regímenes políticos latinoamericanos empiezan a generar procesos democráticos - reformas constitucionales y administrativas - que aparentan una estabilidad y dinamismo extraño. Además, van abriendo las puertas a la participación de mayorías y minorías buscando consensos y concertaciones, respetando los derechos humanos y buscando conformar espacios en los que se de un grado de convivencia pacífica, solidaria y justa. Estos cambios y adecuaciones fruto de exigencias internas y externas están marcados por un modelo de democracia política con una dictadura económica neoliberal. 6 Es en este contexto que, a finales de los 80 y en lo que llevamos de esta década, muchas de las seguridades construidas, que parecían fundarlo y explicarlo todo, se desvanecen. En algunos sectores crece una profunda desesperanza, descreimiento y desconfianza llevando a que se sienta y experimente una condición de crisis de opciones ético- políticas y de paradigmas o fundamentos raíces. Esta crisis se expresa en la ruptura de coherencia entre el sentido y la acción, entre la razón ética y la razón política dando rienda suelta a una especie de cinismo que parece acompañar las prácticas sociales, el ejercicio del poder, la praxis política y la acción educativa cultural. Este contexto, el actual, lleva a rupturas, a reorganizaciones y a replanteamientos en las propuestas de acción, moviendo además los ámbitos de lectura de las mismas y poniendo en entredicho los puntos de referencia desde donde se realizaban. Es por esto que surgen 5 6
Ibid. pag 9. Mejia M. "La educación popular en los 90" Quito, Cedeco, 1990
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nuevas propuestas de sistematización que desmitificando, desmontando y deconstruyendo lo que llamamos fundamentos raíces; reconocen un universo teórico plural, provisional y perfectible producto de la interacción con otros. Hoy tanto prácticas como sistematizaciones asumen marcos referenciales, direccionalidades y procesos operativos de acuerdo a los sujetos: minorías étnicas, campesinos desplazados por la violencia, culturas juveniles, grupos de mujeres, niños de la calle, reinsertos a la vida civil, organización de venteros ambulantes, movimientos ecológicos, grupos culturales. Cada sector va desarrollando su práctica, la reflexiona y toma la palabra para trasmitir saberes que habían sido silenciados por discursos homogeinizadores e invisibilizadores de la diversidad y de los múltiples contextos en la que heterogeneidad económica, política, ecológica, social y cultural se soportan y de las relaciones que, entre alteridades, se establecen para legitimar, circular, hacer uso y apropiar conocimientos para la acción social. Es así como la sistematización empieza a ser reconocida en entidades académicas y gubernamentales, como el procedimiento heurístico que, apelando a la reflexión de la experiencia como fuente de conocimientos sobre prácticas contextuadas, descubre los pedazos de los discursos y de las acciones que habían sido acallados, permitiendo abrir las compuertas que reprimían y concentraban la información sobre las decisiones y operaciones, dejando brotar lo que es posible comprender, comunicar, hacer y sentir. Un contexto caracterizado por exacerbar el espontaneísmo, lo fácil, lo urgente, la liviandad niega a las personas, en especial a los oprimidos y explotados, la posibilidad de adquirir conocimientos que los potencien como sujetos de poder. Por ello la sistematización continúa entendiéndose como dispositivo investigativo, pedagógico, y político.
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Enfoques y marcos de referencia en propuestas de sistematización: El querer dar cuenta de los enfoques y marcos de referencia que en América Latina han permeado e identificado distintas propuestas de sistematización a lo largo de 15 años es una labor que requiere de tiempo rigurosidad y de un soporte tecnológico apropiado. Así todo se han aproximado a esta tarea dispendiosa, autores como Diego Palma, Jorge Osorio en Chile, el Taller Permanente de Sistematización del Perú, y Alfonso Torres aquí en Colombia. 7
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Se pueden consultar estos trabajos en la documentación y publicaciones edutadas por el CEAAL desde 1987.
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Todos aquellos que hemos impulsado y realizado procesos de sistematización de prácticas de animación socio cultural o educativo populares, de alguna manera nos hemos preguntado por su naturaleza, finalidad y metodología. Es en ese momento, con seguridad, que nos hemos encontrado con múltiples enfoques y marcos referenciales. Ahora bien, asumiendo las diferencias existentes en las propuestas podemos plantear algunos acuerdos básicos, como: -
A toda sistematización le antecede una práctica. A diferencia de otros procesos investigativos a éste le antecede un "hacer", que puede ser recuperado, recontextualizado, textualizado, analizado y reinformado a partir del conocimiento adquirido a lo largo del proceso.
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Todo sujeto es sujeto de conocimiento y posee , una percepción y un saber producto de su hacer. Tanto la acción, como el saber sobre la acción que posee son el punto de partida del los procesos de sistematización.
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Todo proceso de sistematización es un proceso de interlocución entre sujetos en el que se negocian discursos, teorías y construcciones culturales. Durante la práctica existen múltiples lecturas que tienen que hacerse visibles y confrontarse con el fin de construir un objeto de reflexión y aprendizaje común. La sistematización como proceso de construcción de conocimiento sobre una práctica social, no es neutro; por el contrario el interés que lo direcciona y los principios éticos que lo enmarcan son eminentemente emancipadores y transformadores. La sistematización hace parte de las propuestas socio-críticas de construcción de conocimiento.
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En la sistematización interesa tanto el proceso como el producto. El proceso vincula múltiples componentes uno de ellos es el pedagógico; nos formamos para sistematizar y sistematizando nos formamos. Estamos hablando aquí de aprendizajes altamente significativos para los que participan.
En dónde radican las diferencias en los enfoques ? Diego Palma, en su trabajo "La sistematización como estrategia de conocimiento de educación popular", publicado por CEAAL en 1992 planteaba las diferencias básicamente en tres aspectos: en los objetivos específicos, en el objeto a sistematizar y en
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las metodologías. En ese momento el autor consideraba que existía una fuente de unidad, un respaldo epistemológico común, que denominó como: oposición al positivismo que guía el quehacer de las ciencias sociales desde una "epistemología dialéctica": Dialéctica de la historia en su tensión primordial marcada por sujetos en conflicto y los cambios por ellos generados en sus realidades y dialéctica epistémica marcada por los ciclos: practica - teoría práctica. En este marco recordamos: " Descubrir la verdad a través de la práctica y, nuevamente a través de la práctica comprobarla y desarrollarla. Esta forma se repite en infinitos ciclos, y, con cada ciclo, el contenido de la práctica y del conocimiento se eleva a un nivel más alto. Esta es en su conjunto la teoría materialista dialéctica del conocimiento, y de la unidad entre el saber y el Hacer." Mao Tsetung 8
A nuestro juicio, es justamente allí donde Palma sitúa la coincidencia que nos atrevemos a plantear la diferencia de enfoques que enmarcan las actuales propuestas y desarrollos en sistematización. Si reconocemos que existen diversidad de sujetos y por consiguiente de lógicas y racionalidades, culturas y discursos que mueven a la reflexión y expresión del saber construido en relación a las prácticas, podemos, entonces, suponer que existen diferentes respaldos epistemológicos. Estos podrían ser: -
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Enfoque histórico - dialéctico: En el que las experiencias hacen parte de una práctica social e histórica general e igualmente dinámica, compleja y contradictoria que pueden ser leídas y comprendidas, de manera dialéctica entendiéndolas como una unidad rica y contradictoria, plena de elementos constitutivos que se hallan en movimiento propio y constante. Estas prácticas están en relación con otras similares en contextos que permite explicarlas 9 .
Mao Tsetung "Cinco tesis filosóficas" Pekin, Ediciones lenguas extranjeras, 1965. asir Ver Jara O. "Para sistematizar Experiencias" San José, Alforja , 1994
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Enfoque dialógico e interactivo: En el que las experiencias son entendidas como espacios de interacción, comunicación y de relación; pudiendo ser leídas desde el lenguaje que se habla y en las relaciones sociales que se establecen en estos contextos. Tiene importancia, en este enfoque el construir conocimiento a partir de los referentes externos e internos que permiten tematizar las áreas problemáticas expresadas en los procesos conversacionales que se dan en toda práctica social. Las claves son: reconocer toda acción como un espacio dialógico, relacionar diálogo y contexto, o sea introducir el problema del poder y de los dispositivos comunicativos de control, reconociendo en las diferentes situaciones los elementos que organizan, coordinan y condicionan la interacción. 10 En sistematizaciones desarrolladas desde esta perspectiva suelen utilizarse , también categorías como : unidades de contexto, núcleos temáticos, perspectivas del actor, categorías de actor, unidades de sentido, mediaciones cognitivas y estructurales.
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Enfoque hermenéutico: Aquí se pone en consideración la necesidad de entender a los actores de los proyectos socioculturales y educativos en el desarrollo de razones prácticas reflexivas, mediante una serie de procesos que permiten hacer explícitos y ponen en claro: intencionalidades, predisposiciones, hipótesis, sentidos y valoraciones que subyacen en la acción. 11 Es, desde este enfoque, que la sistematización se entiende como una labor interpretativa de todos los que participaron, develando los juegos de sentido y las dinámicas que permiten reconstruir las relaciones que se dan entre los actores , los saberes y los procesos de legitimidad, esto es dar cuenta de la densidad cultural de la experiencia. Desde este enfoque se afirma: "sistematizamos experiencias, esto es interpretaciones de un acontecimiento, desde el espesor sociocultural de cada uno de los participantes" 12
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Enfoque de la reflexividad y la construcción de la experiencia humana: Estos enfoques asumen la implícita epistemología de la practica, basada en la observación y el análisis de los problemas que no tienen cabida en el cuerpo teórico aprendido o aplicado. La sistematización está vinculada aquí a la resolución de problemas permitiendo hacer frente a los nuevos desafíos que les presenta el contexto. La sistematización busca entonces recuperar el saber tácito, que está implícito en las pautas de acción, en la percepción del
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Martinic S. "La construcción dialógica de saberes en contextos de educación popular" en Aportes 46, Bogotá, Dimed, 1996 11 Osorio J. "Cruzar la orilla: Debates emergentes sobre los profesionales de la acción social y educativa" Santiago, 1998. 12 Hleap J. "Escuela de Villarrica, Sistematización de una experiencia de educación popular" Cali . U.de Valle, 1995
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problema que se afrontó. Se reconoce y valora el saber, los juicios y destrezas que están invisibilizadas en la acción. En este tipo de procesos se descubre que, al recuperar y reflexionar la experiencia, el sujeto se reconoce observando, hablando y actuando y esto le permite el deslinde de la experiencia de su lógica de explicación, en el mismo acto de comprenderla y explicarla 13 . -
Enfoque deconstructivo: Desde este enfoque podría entenderse la sistematización como una intervención que permite entrar en la voz, en la autoconciencia de lo institucional, en los imaginarios y en aquellos campos donde existen formas institucionalizadas de ejercicio del poder. Es un oír las márgenes de la maquinaria institucional, sospechando de todo aquello que se afirma que está funcionando bien. Se construye conocimiento al reconocer las huellas que deja la acción y los orígenes de la misma, ya que éstos nunca desaparecen. Desde esta perspectiva la condición epistemológica es la de la incertidumbre que propicia a lo largo del proceso de sistematización la generación de preguntas que colocan a los actores en la posibilidad de abandonar lo que se es, para colocarse en un horizonte de construcción de lo que puede ser 14 .
Lo anterior sólo quiere mostrar que pueden existir diferentes enfoques de sistematización producto de clausuras teórico-prácticas; pero también hay que reconocer que entre ellos se dan hibridaciones. Como se decía en los 80: "Las interpretaciones sobre sistematización están impregnadas por concepciones y prácticas diferentes... lo que hace suponer que el debate sobre la misma tendrá que recorrer largos caminos." 15 •
Tránsitos y sentidos de la sistematización en épocas de globalización
Hace dos décadas valían las prácticas por su pureza, por su autenticidad producto de la incomunicación. Con la epifanía de los movimientos sociales descubrimos y palpamos la diversidad y la alteridad. Empezamos a leer al otro y con el otro su presencia y actuar singulares. No está por demás señalar que esto fue leído como producto de los procesos de fragmentación y de descentración social y cultural efecto de la crisis y puesta en duda de los grandes metarrelatos. Es en este contexto que nos damos cuenta que los otros ya no son lo que queríamos que fueran o, quizás, que los otros nunca fueron lo que creíamos que eran. Estas y otras paradojas se descubren en algunos procesos de sistematización críticos.
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Pakman M. "construcciones de la experiencia humana" Vol 1. Barcelona, Gedisa, 1996 Op. Cit Mejia M. Pag. 44-45 15 Aportes 32 , Bogotá , Dimed, 198? 14
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Ahora bien, las sistematizaciones son procesos que develan identidades e intereses diferenciados, lógicas de intervención diversas y hasta contradictorias sobre las realidades sociales; por consiguiente reconocen teórica y metodológicamente el pluralismo, la provisonalidad, el disenso y el diferendo, retomando, recreando y recontextualizando las potencialidades críticas de cada experiencia. Frente a lo anterior en muchos surge la pregunta : entonces, sistematización para qué? Para reencontrar la unidad perdida entre campos irreductibles como son, entre otros: las diferentes formas de vida, de racionalidad, de legitimidad, de estéticas, de configuración de las relaciones de poder? Sistematizaciones para construir discursos con pretensiones de validez universal? O, sistematizaciones que reconozcan, potencien y generen más diversidad? Los procesos de sistematización sin duda parten de prácticas singulares, dando cuenta, comprendiendo, expresando y reinformando sus matices práxicos, axiológicos y simbólico-culturales. El desafío para los tiempos que corren no está allí sino en la construcción de lo colectivo desde múltiples lugares, ubicando las diferencias como elementos centrales y constitutivos, del pensar, del ser y del hacer social desde acuerdos, articulaciones y responsabilidades colectivas que son necesarias para reconfigurar sujetos sociales solidarios capaces de abrir caminos realmente democráticos. Asumiendo lo anterior los procesos de sistematización sólo podrían pensarse desde la construcción de identidades alternativas, desenmascarando cualquier intento que busque caer en nuevas negaciones o repetir viejas exclusiones. Los productos de la recuperación, tematización, comprensión y comunicación son conocimientos, saberes, mensajes, contenidos y valoraciones que van creando conjuntos de resonancia, mapas de sentidos y prácticas, redes y rizomas en los que se reconocen las pluralidades y se conectan sujetos y colectivos. En nuestros días, necesitamos pensar la sistematización en el marco paradigmático de las redes. La red se constituye en el ámbito privilegiado de recreación conceptual, de generación de interrogantes, de producción y circulación de conocimientos sobre la práctica , de recreación cultural, política, económica y , en general, de la vida cotidiana de los "ciudadanos". La red como ámbito permite el encuentro y la recuperación de las identidades, valorando la diversidad y las diferencias. Hoy por hoy, en los escenarios actuales y en los que se perfilan hacia el próximo milenio, las redes reales/virtuales son y serán los espacios de legitimación de lo producido en procesos de sistematización. El reto que tenemos entre manos es pensar y hacer sistematizaciones ubicadas en puntos reales/virtuales de intersección, de tránsito, de encuentro; en los que sea posible la construcción de vínculos que vayan, técnica e ideológicamente, más allá de los existentes y que tengan la potencia suficiente para recrear los ámbitos, las capacidades y las actitudes que configuren sujetos
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solidarios en la acción política, económica, ecológica y cultural, buscando con ello quebrar el modelo dominante, el neoliberal, empeñado en bloquear la vida, la justicia social, la convivencia y todas las formas de formas de participación democrática. Medellín, Funlam Agosto 11 de agosto de 1998 •
Bibliografía
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Salud
Hleap J. "Escuela de Villarrica, Sistematización de una experiencia de educación popular" Cali . U.de Valle, 1995 Jara O. "Para sistematizar Experiencias" San José, Alforja , 1994 Mao Tsetung "Cinco tesis filosóficas" Pekin, Ediciones lenguas extranjeras, 1965. Martinic S. "La construcción dialógica de saberes en contextos de educación popular" en Aportes 46, Bogotá, Dimed, 1996 Mejía M. "La educación popular en los 90" Quito, Cedeco, 1990 Nuñez C. "Desde Adentro. La educación popular vista por sus participantes" , Santiago, Ceaal, 1990. Osorio J. "Cruzar la orilla: Debates emergentes sobre los profesionales de la acción social y educativa" Santiago, 1998. Pakman M. "construcciones de la experiencia humana" Vol 1. Barcelona, Gedisa, Tapia G. "Educación popular y democracia latinoamericana" En: La formación metodológica de los educadores populares, Santiago, Ceaal 1989.
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