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3.4. El empleo juvenil en tiempo de COVID-19
trabajo igualitario y equitativo en términos de género requiere, en primer lugar, reducir los niveles de segregación en el sistema educativo.
En conjunto, y a pesar de los avances en los últimos años, el mercado laboral continúa segregado. La población joven re produce, en gran medida, las pautas de segregación de las co hortes anteriores: las mujeres se concentran en el sector ser vicios y administrativo (ocupaciones de cuello rosa), mientras que los hombres continúan siendo mayoría en las ocupacio nes directivas y profesionales (ocupaciones de cuello blanco) y en las manuales (ocupaciones de cuello azul). El origen de la segregación se encuentra en los hogares (los jóvenes de clase baja son los más propensos a reproducir roles tradicio nales de género que los de clase alta) y continúa en el sistema educativo. En consecuencia, reducir la segregación requiere una actuación integral y coordinada entre la esfera doméstica, educativa y laboral.
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3.4. El empleo juvenil en tiempo de COVID-19
La emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 ha pertur bado todos los aspectos de la vida económica y social. Según datos de la OCDE (OECD 2020) la pandemia ha afectado de manera desproporcionada a los grupos vulnerables y es pro bable que agrave las desigualdades existentes. En el caso de la juventud, la nueva crisis plantea riesgos considerables en los ámbitos de la educación, el empleo, la salud mental y la renta disponible.
Antes de la pandemia, el desempleo juvenil de la UE (15-24) era del 14,9%, un valor muy por debajo del máximo alcanzado en 2013 (24,4%). En agosto de 2020, se situaba en el 17,6% y se espera que siga aumentando. El Sondeo COVID-19 (IN JUVE 2020) permite explorar algunas de las consecuencias de la emergencia sanitaria en el empleo de la juventud espa ñola, comparando la situación laboral de los jóvenes antes y después del confinamiento. Concretamente, un 44,6% de los jóvenes entrevistados estaban empleados en el momento an terior a la pandemia (44,8% mujeres y 44,5%). La TABLA 3.7. muestra cómo el confinamiento afectó a su empleo. La tabla desglosa los resultados por género y por estatus ocupacional del joven.
TABLA 3.7. Cómo ha afectado la crisis a la juventud que estaba empleada (porcentaje)
Todos
Género Estatus profesional Mujer Hombre Bajo Medio Alto No me ha afectado 47,72 45,71 50,00 44,44 40,20 63,10 He hecho uso de mis días de vacaciones 1,52 1,59 1,44 2,78 1,35 1,19 Me han aplicado un ERTE 24,12 26,35 21,58 25,00 30,41 13,69 Soy autónoma y he cesado mi actividad 3,88 2,86 5,04 3,70 3,72 3,57 He perdido el empleo 16,19 18,73 13,31 18,52 18,58 10,12 Otros 6,57 4,76 8,64 5,55 5,74 8,33
Fuente: Elaboración propia. Sondeo COVID-19 (INJUVE 2020)
En líneas generales, el 48% de los y las jóvenes no experimentó cambios, un 24% se vio afectado por un ERTE y más de un 16% perdió su empleo. Las mujeres, que ya partían de una situación laboral más precaria, han sufrido más ERTE y han perdido más frecuentemente su trabajo que los hombres. Los datos revelan, además, diferencias importantes entre los trabajadores de clase alta (directivos y profesionales), media (ocupaciones adminis trativas y del sector servicios) y baja (ocupaciones manuales). Por un lado, un 63% de los trabajadores en ocupaciones de cla se alta no se vio afectado por la emergencia sanitaria, frente al 44% de los trabajadores manuales. Por otro lado, la aplicación de los ERTE afectó más a trabajadores y trabajadoras de clase media y baja (30% y 25% respectivamente) que de clase alta (14%). Igualmente, la pérdida de empleo también ha sido mayor en las ocupaciones menos cualificadas (18,5%) que en las alta mente cualificadas (10%).
Estas últimas cifras concuerdan con las estimaciones de Char les Gascón, economista de la Reserva Federal de Sant Louis. De acuerdo con Gascon (2020) las ocupaciones relacionadas con servicios básicos (salud, seguridad, trabajadores agrícolas, etc.)
son clasificadas como esenciales y, en consecuencia, tienen un bajo nivel de desempleo. A este grupo se suman las ocupa ciones que puede ser desarrolladas por teletrabajo (profesio nales y directivas, principalmente). Sin embargo, los trabajos relacionados con la hostelería, el comercio y, en menor medida, la industria, no son esenciales ni viables vía online. Parte de es tos trabajadores han sido despedidos, y otros se enfrentan a un alto riesgo de desempleo. El GRÁFICO 3.9. resume la forma de trabajo adoptada en los diferentes grupos de ocupacionales durante el confinamiento. Coincidiendo con las proyecciones de Gascón, 7 de cada 10 empleados directivos y profesionales ha pasado a teletrabajar, mientras que el 95% de los trabajado res manuales continúa en modo presencial. Los y las jóvenes en ocupaciones administrativas o del sector servicios (clase me dia) se reparten entre el teletrabajo y la presencialidad.
GRÁFICO 3.9. Forma principal de trabajo durante el confinamiento según estatus ocupacional
94,6
70,1
47,5
45,1 44,6 44,4
22,2
1,8 3,9 5,1 4,5
0,0 1,3 2,6 0,8 0,0 3,2
Estatus ocupacional Estatus ocupacional Estatus ocupacional
Fuente: Elaboración propia. Sondeo COVID-19 (INJUVE 2020)
0,1 5,3 3,6
El teletrabajo ha sido la opción prioritaria para los y las jóvenes que podían hacerlo. Además, a pesar de que su implantación ha sido masiva y precipitada (casi la mitad de los trabajadores pa saron a teletrabajar de un día para otro), la experiencia ha sido valorada positivamente. El GRÁFICO 3.10. resume la opinión de población joven sobre diferentes aspectos del teletrabajo, en una escala que va de 1 (muy de acuerdo) a 5 (nada de acuerdo).
En promedio, los jóvenes —tanto hombres como mujeres— han valorado positivamente el número de horas trabajadas durante el confinamiento, su nivel de productividad trabajando online y la flexibilidad que el teletrabajo les da para organizar su tiempo. Además, la mayoría reconoce haber tenido un espacio adecua do para desarrollar su trabajo y no han encontrado dificultades para realizar el trabajo de equipo. El aspecto más negativo del teletrabajo está relacionado con las dificultades para desconec tar del trabajo. En resumen, flexibilidad, productividad y conci liación son las principales razones por las que los y las jóvenes podrían querer continuar trabajando desde casa una vez pasa da la pandemia.
GRÁFICO 3.10. Opiniones sobre la experiencia de teletrabajar
Fuente: Elaboración propia. Sondeo COVID-19 (INJUVE 2020)
En conclusión, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reconoce que la pandemia está teniendo un efecto “devastador y desproporcionado” en el empleo de los jóvenes. Por un lado, los organismos oficiales anuncian un incremento de la brecha intergeneracional que deberá ser estudiando con detalle en un futuro próximo. Por otro lado, los resultados de esta sección apuntan también a un incremento de la brecha intrageneracio nal entre jóvenes de clase alta y jóvenes de clase baja. Mientras que los primeros tienen la posibilidad de desarrollar su activi dad online, los segundos mantienen la actividad presencial y se enfrentan a un mayor riesgo de perder su desempleo.
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