Historia de dos almas 1
Estaba impaciente por hablar con Carmen Sol, quería contarle que los gatos no eran peces de colores, ellos eran los guardianes de nuestras almas. Pensé que al fin podía descansar, pero me hizo otro encargo, me pidió que hiciera un trabajito más, ya que existía otra pequeña alma que necesitaba otro cuerpo. Este alma no tenía nombre, y ese nombre debía buscarlo la pequeña Eva. Así que, de nuevo cogí mis agujas y comencé a crear el pequeño cuerpo, os presento a la pequeña sin nombre:
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pequeña sin nombre esperaba impaciente que Eva le encontrara su nombre ya que de ello dependía su vida en este mundo. Le preguntaba nerviosa a la Princesa cuanto debía esperar. La Princesa Katze le decía al oído que para las grandes decisiones no se debía ser impaciente, todo debe ser meditado. Sabía que era difícil la espera sobre todo para una joven gatita como ella, pero debía esperar ya que a veces los tiempos son diferentes para cada persona y se debe respetar.
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Eva había decidido que la pequeña gatita se llamaría Lili. Lili corría feliz con su nombre, se lo iba contando a todos los seres que se encontraba por el camino.
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Correteaba feliz tras su pequeña pelotita, canturreando: ♫♫♫ mi nombre es Lili , Lili Lili ♫♫♫
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La Princesa pidió a Lili que cuidará de la bola, mientras ella se metía en los sueños de la Maestra Constructora para contarle el problema de esta nueva alma. En cuanto la Maestra Constructora despertó se puso a trabajar, pensando en lo que le había contado la Princesa. Sus manos corrían, su mente volaba, tenía que hacer algo especial para que esta bola pudiera cumplir sus deseos, y de repente su cara se iluminó, la Bola vería cumplido sus sueños. Ya lo tenía:
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La Bola no cabía en sí de gozo. Todos sus deseos se veían cumplidos. Tenía unas grandes orejas para poder escuchar el sonido de la música, de la que tanto había oído hablar, una gran nariz para oler las bellas flores, unos bellos ojos y sobre todo una gran memoria para poder recordar. Saltaba de felicidad juntó a Lili. Sólo quedaba un pequeño detalle, ahora tendría que buscar un bonito nombre. Lili le contaba al oído que eso no era problema ya que la Maestra Constructora tenía una sobrina llamada Eva que ponía bellos nombres. Seguro que Eva en cuanto despertase de su siesta se pondría a pensar en un nombre para ella.
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La belladurmiente despertó, mostró una bonita cara de sorpresa al conocer al nuevo elefantito y lo llamó Pink. ¡Lili! ¡Lili! ¡Eva ya despertó! Y dice que mi nombre será Pink, oh!! ¡Lili! ¡Soy tan feliz! así era como me llamaba mi mamá en el mundo del que vengo. ¡Pink! ¡Pink! Cree q Eva es la Maga de los nombres.
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FIN
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