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Persistencia de la trata de niños, niñas y adolescentes
Partiendo de esta definición, se reconoce y concibe entonces al NNA como un ente carente de razón y de capacidad de toma de decisión respecto a su vida por su «inmadurez», por tanto, esto le hace ser altamente vulnerable al no saber cómo defenderse ni diferenciar lo bueno de lo malo, siendo entonces presa fácil de cualquier persona adulta que, consciente de su superioridad, puede ejercer cualquier tipo de poder sobre él o ella.
Según explica Pacheco-Salazar (2018), desde el punto de vista biológico y psicológico esencial, se delimita el comportamiento de los NNA bajo cualidades muy estándares (i. e., inmaduros, rebeldes, irresponsables), ignorando los factores personales, familiares, sociales, económicos, políticos y culturales que contribuyen en la construcción de su identidad, y es justo esto lo que se intenta explicar desde el Modelo Ecológico antes expuesto.
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Persistencia de la trata de niños, niñas y adolescentes
Los factores de vulnerabilidad mencionados parecen jugar un papel importante en la continuidad del fenómeno de trata de NNA a lo largo del tiempo, manifestándose en los entornos comunitarios y en algunos espacios institucionales sin mayores consecuencias; formando parte de la cotidianidad urbana, de la idiosincrasia de los pueblos y de una cierta pasividad de las autoridades.
Al abordar a las personas entrevistadas, sus respuestas se mantuvieron en la misma línea, resaltando la normalización que existe a nivel social, institucional, comunitario e individual de los casos de trata, enmarcados por el desconocimiento, la impunidad o la negligencia.
En el tema de los extranjeros menores de edad es muy difícil uno poder identificarlos y que te puedan dar un caso. De los casos que nosotros pudimos ver en el 2019 no nos encontramos con muchos casos de menores de edad, y no es que no hay casos, hay muchos casos y ahora mismo se están dando en los campos [zonas rurales]. Los pueblos más retirados de las ciudades grandes, lugares donde están más escondidos es donde uno escucha que se está dando más [...], a la clara te dicen
Niños, niñas y adolescentes extranjeros en situación o en riesgo de trata en República Dominicana desde la perspectiva de actores clave
«yo he visto que en tal sitio [...]», en lugares donde hay prostíbulos están trabajando menores edad.
Yo pienso que la normalización se debe al desconocimiento porque muchas personas no saben lo que es trata. Cuando tú vas la gente dice: «Eso no es trata, eso es tener una persona que me trajeron de un pueblo para que este aquí en la casa y yo no la puedo dejar salir», por decirte algo. Matrimonios forzados, la gente no entiende eso porque los padres lo ven como algo normal.
La percepción como algo «natural» del hecho de que una adolescente que haya iniciado su vida sexual o que haya tenido hijos, bajo una situación de extrema pobreza, se dedique al trabajo sexual, podría ser uno de los elementos que contribuyen a la normalización de la explotación y trata de las NNA. Estas adolescentes, en ocasiones, son señaladas por haber tomado esta «forma de vida»:
La comunidad muchas veces normaliza lo que pasa. Yo he estado en talleres en pueblos donde la gente se queda como diciendo: «Ah, pero ¿eso es eso?» Y le ponen nombre. Lo que la gente ve, en primera instancia desconociendo que esto es un delito, es que la muchachita está en la calle, que «se la está buscando», que por eso es que le pasa eso y la gente normaliza ver eso, como una vagabundería, como una sinvergüencería, como que esa muchachita está alocada.
De acuerdo con los hallazgos del Estudio sobre tolerancia social de la población al comercio sexual de menores de edad, realizado para Centroamérica, Panamá y la República Dominicana, el 7 % de los dominicanos no reconoció como un delito tener relaciones con una menor (Bente & Rosa, 2006, p. 14). El dato de República Dominicana fue el más alto en comparación con los demás países considerados en el estudio.
Otro de los elementos señalados en relación con la persistencia del problema es la falta de recursos en las instituciones encargadas de prevenir, perseguir e investigar la trata. Las personas entrevistadas indicaron
que la situación se vuelve inmanejable para las autoridades, debido a la falta de recursos para contar con personal suficiente y capacitado para la realización de investigaciones, por la dificultad probatoria del delito; recursos financieros para la movilización del personal y otros temas operativos; así como la ausencia de espacios suficientes en las casas de acogida.
[...] el Ministerio Público, diríamos que tiene ahora mismo un déficit en temas de recursos humanos, no cuenta con recursos humanos que puedan acaparar todo, y a nivel nacional no todas las fiscalías cuentan con personal especializado en estos temas, que también dificulta el poder buscar mediante investigaciones los casos de trata de personas.
Así mismo, refieren que esta normalización que ocurre en las comunidades se puede ver de igual forma en algunas autoridades que muestran poco conocimiento sobre el tema. Al mismo tiempo, respaldan la idea de que se carece de un recurso humano capacitado y sensibilizado para la intervención a nivel comunitario y familiar para manejar adecuadamente estos casos:
Lo hemos visto a instancias mayores en los tribunales donde un juez puede cegarse ante una realidad [...]. Una menor de edad, bajo cualquier circunstancia, está explotada porque es menor de edad, no tiene edad todavía para tomar sus propias decisiones. [...] la comunidad muchas veces lo que hace es que no se mete en eso y normaliza eso. Tú puedes tener dentro de la comunidad una organización, una iglesia que vela por la protección de los menores de edad porque se dedica a esto, pero si dentro del hogar donde está no se disponen, si las autoridades no asumen de manera directa la explotación con la investigación [...] simplemente como algo normal en la comunidad, entonces ahí hay un doble rol. Se debe sensibilizar a la comunidad sobre lo que está pasando.
En este mismo sentido, la aceptación del matrimonio infantil y las uniones tempranas es mencionada como un aspecto que contribuye a que la trata persista. Fueron referidos casos de NNA que serían traídas desde
Niños, niñas y adolescentes extranjeros en situación o en riesgo de trata en República Dominicana desde la perspectiva de actores clave
Haití para ser entregadas, principalmente, a nacionales haitianos para fines de unión conyugal. De acuerdo con UNICEF, República Dominicana tiene uno de los porcentajes más elevados (36 %) de matrimonios infantiles y uniones tempranas de los países de América Latina y el Caribe (UNICEF & Prosoli, 2017, p. 4).
Porque en nuestro país es común que adolescentes convivan maritalmente con personas de mayor edad y eso invisibiliza bastante el delito.
Una práctica que data de muchos años en la cultura haitiana, que puede ser considerada como una modalidad de servidumbre infantil, consistente en los llamados hijos de crianza o Restavèk. Las familias pobres entregan sus hijos bajo el supuesto de que los cuiden y les provean educación para que tengan mejores oportunidades. Estas prácticas abren la puerta a la explotación no solo laboral de los menores, sino que en ocasiones son objeto de abuso y explotación sexual.
[...] en Haití existe el fenómeno que los sociólogos llaman Restavèk, que es como entregar el niño a alguien para que viva y lo eduquen, esa es la idea, pero allá en Haití se da una situación prácticamente de esclavitud, porque a esos niños en esas casas los tienen como un objeto alejado del resto de la familia; les ofrecen educación, pero nunca los inscriben en la escuela. Ese es un fenómeno en Haití que, se puede decir, no que lo consienten 100 % los padres, pero ellos saben que sus hijos no la pasan bien en esos hogares sustitutos.
Prácticas similares, también se dan en el país, como lo indica el testimonio de una mujer dominicana participante en uno de los talleres de capacitación impartidos sobre trata, referido por una de las personas entrevistadas, quien al escuchar la definición y características de la trata de personas se sintió identificada como objeto de este delito en su niñez y adolescencia.
[...] una señora de un grupo de hermanos, a ella se la entregaron a una madrina, porque la madre entendía que esa era la forma de buscar la mejor oportunidad, cuando ella llegó a la casa, evidentemente tuvo trabajo doméstico, cuidar a los niños más pequeños, y encima de todo fue abusada sexualmente [...] ella hoy dice: «yo hubiera preferido comer pan y agua con mis hermanos en mi casa que haber estado allí».
Por otro lado, el tímido abordaje de quién es el consumidor de la trata de NNA puede ser uno de los elementos que contribuyen a que esta práctica se mantenga en el tiempo, lo que ha sido mencionada en otros estudios nacionales. Hasta el momento, el enfoque de intervención pública ha estado encaminado principalmente hacia la persecución del tratante y el rescate de la persona en situación de trata, por lo que personas entrevistadas sugieren poner atención hacia quién es el usuario o consumidor de la trata.
¿Quién consume? Tenemos que comenzar a hablar sobre quién consume la trata. Porque la víctima a veces está dentro del juego. O sea, ¿cómo tú me dices a mí, ella va a venir y va a pedirte dinero, tú vas a la playa y te va a ofrecer una niña o una persona sexo, no se lo dé o no entre en esa? ¿Quién consume? También tiene que haber un estudio, de quién consume la trata, porque quien la consume solapa a quien la vende.
A modo de resumen, se puede concluir:
• La trata de NNA es un fenómeno multicausal que visto desde el modelo ecológico, permite analizar cómo interactúan elementos de los diferentes niveles relacionales: individual, familiar, comunitario y social, determinando niveles de vulnerabilidad diferencial a la trata. Es decir, las características propias del NNA, como su sexo y edad, interactúan con elementos de su entorno familiar, políticas, leyes, normas sociales, creencias y actitudes que se convierten en factores de riesgo que favorecen la ocurrencia y persistencia de este tipo de delito.
Niños, niñas y adolescentes extranjeros en situación o en riesgo de trata en República Dominicana desde la perspectiva de actores clave
• La pobreza y la desigualdad son elementos estructurales que se consideran como el principal motor de la trata de NNA. La normalización de ciertas prácticas y formas de explotación de los
NNA, como estrategias para salir de la pobreza, forman parte de la cotidianidad en las comunidades, sin que en muchas ocasiones sean identificadas como situaciones de abuso.
• La persistencia de la trata se da en un contexto adultocentrista donde no se reconocen los NNA como sujetos de derechos, enmarcada en una cultura tolerante a la violencia hacia los NNA en sus diferentes manifestaciones, y con prácticas y normas culturales que fomentan la apropiación del cuerpo de los NNA y las mujeres.
• Las situaciones de explotación, se explican cómo estrategias de sobrevivencia en las familias, sostenidas en la cultura de apropiación de los cuerpos de los menores y en el no reconocimiento de sus derechos fundamentales; pero al mismo tiempo, como una especie de transferencia de vulnerabilidades, en el caso de madres que han vivido situaciones similares de explotación.
• La migración y políticas migratorias juegan un rol relevante en la trata de NNA. La migración como estrategia para salir de la pobreza, que puede convertirse en la aspiración o salida inmediata de los NNA y sus familias, y las políticas migratorias como reguladoras de este proyecto. Las debilidades institucionales también contribuyen a la persistencia de la trata.
• La migración irregular a través de cruces informales coloca a los NNA en situación de mayor riesgo, al mismo tiempo, la falta de controles adecuados por los cuatro puntos fronterizos formales permite el tránsito de los NNA solos o acompañados por adultos, sin que se cuente con documentación que avale una relación de parentesco o permiso para trasladar el/la menor.