Todas las sociedades avanzadas se enfrentan, en mayor o menor grado de profundidad, al reto de reinventarse. La actual situación de crisis global en la que Euskadi, como el resto del mundo, se encuentra inmersa, ha dejado al descubierto algunas de las debilidades del sistema económico actual, y ha ayudado a cuestionar algunas de sus bases, principalmente aquellas que han facilitado su perversión. La crisis ha favorecido la «toma de conciencia» necesaria a la hora de acometer un reto tan importante como el que tenemos entre manos. Igualmente, nos ha permitido reafirmar la necesidad de reforzar algunas de las estrategias puestas en marcha con anterioridad, entre ellas, la apuesta inequívoca por la innovación. Ya era ésta necesaria en 2007, cuando se creó Innobasque, y hoy en día es imprescindible.