JOSÉ SELGAS LUCÍA CANO
INNOVACIÓN ABIERTA OPEN INNOVATION
漏 Federico L贸pez (maqueta)
José Selgas - Lucía Cano
Auditorio y palacio de congresos de Cartagena Estar en un límite:
Datos de situación Cartagena. España Autores José Selgas Lucía Cano Colaboradores Lara Resco, Blas Antón, Miguel San Millán, Julián Fernández, José de Villar, Carlos Chacón, José Jaráiz, Beatriz Quintana, Jaehoon Yook, Lorena del Río, Jeongwoo Choi, Laura Culiáñez, Bárbara Bardín. Maqueta: Gilberto Ruiz Lopes Arquitecto Técnico: Joaquín Cárceles, Raúl Jiménez Consultores: Fechor (estructuras), JG instalaciones (instalaciones), Lastra-Zorrilla (fachadas textiles), ATA (fachadas traslúcidas) Promotor Alcaldía de Cartagena Empresa Constructora Dragados-Intersa Fecha de redacción de cada fase del proyecto Proyecto 2004 Ejecución 2006-2011 Superficie construida 17.000m²
“...a pleno sol (se alimenta de sol) o a la sombra (se alimenta de sombra) o en el límite de la sombra y el sol.” H. Michaux
Este largo Palacio vive de la herencia, de la continuidad de tratamiento de un sitio: puerto de Cartagena, que no es otra cosa que puerto de Cartagena. Todo allí le es propio, propio del puerto, de todo puerto queremos decir: la inmaculada rectitud de la línea del cantil (recto), el mar invariablemente calmo (plano), el artificialmente horizontal plano del muelle (plano), el cielo como fondo variable para este plano (¿plano sobre plano?), todo basado en un artificio para representar lo más sencillo (plano) y por sencillo lo más natural (plano), el plano más enormemente artificial que se equipara a lo más natural. El muelle de Alfonso XII tiene 1.000 metros, un kilómetro justo, y nosotros nos suponemos en la parte final. A todo lo largo tiene una franja de 20 metros paralela a la línea del cantil respetada por las construcciones. Por ahí se puede realizar, es lógico, el más agradable paseo, procesión, de la ciudad siguiendo la inmutable línea del cantil. Y este paseo es lo que nosotros favorecemos, es lo que introducimos al interior del edificio, con la violencia que supone excavar un muelle. Una playa artificial, recuerdo de la antigua playa de El Batel que se situaba exactamente allí, abierta en el puerto que nos va sumergiendo lentamente por debajo de la línea cero del mar, jugueteando con la dura horizontal del muelle. Aquí ya no pertenecemos al exterior sino que nos pertenecemos a nosotros mismos y a nuestros paseantes, para los que trabajamos la escala de los 210 metros que nos han reservado. Trabajamos el contraste con la fachada exterior provocado por el corte en la cota cero del terreno, y nos seguimos sirviendo de la dictadura del muelle pero justo por oposición a ella. La hermosa monotonía del puerto ya no la admitimos en el interior, la dureza del puerto ya no la admitimos al interior, ni siquiera en los materiales la admitimos, sino queremos algo completamente opuesto: translúcido, delicado, ligero, acuático, como de música acuática. Todo material que colocamos se fabrica por extrusión, para acentuar la idea de horizontalidad, para hacer un rectángulo extruido como un churro, que parezca todavía más largo y tendido de lo que ya es. Es este un cuerpo muy falso al exterior y muy falso al interior, uno como antagónico del otro, tanto como esas personas que aparentan ser muy tranquilas y realmente están paralizadas por el continuo movimiento interior de sus nervios; antagonismo que se manifiesta claramente en la convivencia entre planta baja y alta que es un perfecto ejemplo de anacoluto: No hay concordancia entre ellas. Su única relación es que ambas viven del puerto.
José Selgas - Lucía Cano SelgasCano Estudio
Lo que se pretende con este estudio es muy simple: trabajar bajo los árboles. Para ello necesitamos una cubierta lo más transparente posible pero también necesitamos aislar del sol directo la zona de las mesas. Entonces la parte transparente al norte. La parte que se cubre con una plancha curvada de 20mm de plexiglás incoloro al norte. Y al sur, donde están las mesas, donde hay que cerrarse bastante más, pero no del todo, al sur una doble plancha de fibra de vidrio y poliéster en su color natural, en medio de las cuales se aloja un aislante translúcido. Los tres forman un sándwich de 110 mm de espesor total. Datos de situación Madrid. España Autores José Selgas Lucía Cano Colaboradores José de Villar Consultores TCI (estructura metálica), Ursa Fiberline (cerramiento poliéster), Industrias Del Metacrilato (cerramiento metacrilato) Bascope (carpintería), Elsues (telecomunicaciones) Promotor/Propietario Selgascano Fecha de redacción de cada fase del proyecto Proyecto 2006 Ejecución 2007 Superficie construida 65m²
En el primer caso tenemos la visión transparente y limpia hacia el exterior. En el segundo una translucidez bien ensuciada por la estructura metálica en voladizo que queda en el interior del sándwich, sobre la que se proyectan ligeramente las sombras de los árboles. Esta simpleza, evidentemente simple, se maduró luego en una construcción muy compleja. Compleja en el sentido de que no se pudo conseguir una empresa que quisiera involucrarse de principio a fin en hacer un edificio tan pequeño y con elementos que eran todos ellos de catálogo pero no eran de montaje, digamos, habitual, por lo que se tuvo que contratar por ese procedimiento llamado “por administración” con plazos que, más o menos, se encajaban en a los tiempos libres de las empresas que los ejecutaban. Por ejemplo: La parte del sándwich de poliéster está compuesta por dos tipos de piezas ambas pultrusionadas y ambas de catálogo: una recta con pequeños nervios que le dan rigidez y una curva que se realiza únicamente para los techos de algunos ferrocarriles alemanes. Para esta segunda pieza hubo que esperar a una petición por parte de estos ferroviarios ya que los pocos metros del estudio no bastaban para poner en funcionamiento la hilera de la fábrica – ¿podemos saludar y dar las gracias a Gonzalo Guddat que trabajaba entonces para la empresa danesa que lo fabricó?-. En medio colocamos un aislante blanco translúcido de espuma de polietileno para conservar la translucidez del poliéster. La parte transparente se realizó con planchas estándar de plexiglás curvadas y fresadas en sus laterales para poder embutirles una lámina de silicona para el sellado entre piezas. Una empresa las curvó, otra las montó. Y otra más hizo los dos laterales que son de plancha de metacrilato blanco opal de 10 mm sobre un bastidor de acero que por medio de poleas y contrapesos se abren completamente para permitir la circulación del aire. Antes de todo esto, pero también puede ser después, viene lo de semisoterrarlo, que viene a cuento de permitir la vista horizontal de la parcela en la que se encuentra el brazo. Todo lo enterrado es hormigón encofrado con tablón de madera, tablón de obra que también se coloca de pavimento pintado en dos colores con pintura de dos componentes con base epoxi. Al final un toque algo menos… o algo más…húmedo: son los días de lluvia, esa lluvia, cuando llueve, las gotas de lluvia sobre el plástico, cuando lo golpean. Por votación son los mejores días. Y siempre, envolviendo cualquier día, el fondo verde.
© Iwan Baan
Š Rolhand Halbe