¿Podría definir qué es tecnología, qué se necesita para desarrollarla y cómo promovería usted una cultura en pro del desarrollo en este ámbito? En mi opinión, tecnología es saber cómo hacer las cosas, es saber qué hacer y en dónde para que los productos cumplan con las especificaciones requeridas por los clientes, de manera rentable. Debo hacer énfasis en la característica rentable porque hoy en día, por ejemplo, la maquinaria y equipo más modernos para fabricar un producto están a nuestro alcance: podemos ir a las ferias de equipo y maquinaria y comprar lo que se necesite; sin embargo, el tener estos equipos no garantiza que se vaya a producir de manera rentable y competitiva. Debemos saber qué hacer con los materiales, qué hacer con el diseño de la pieza; debo saber qué le debo ajustar al proceso para poder disminuir desperdicios y subir velocidades. En fin, debo tener lo que en inglés decimos “know how”, pero también “know why”: saber el porqué de las cosas. Yo creo que la mejor forma de promover la cultura tecnológica en México es precisamente así, demostrando con casos de éxito que la tecnología es un negocio, que deja utilidad a la empresa y beneficios al cliente. ¿Cómo invitaría a las empresas a sumarse a este tipo de esfuerzos para constituirse en competitivas? Para desarrollar tecnología no necesariamente se requiere de grandes inversiones, de tener grupos propios grandes de ID; se puede desarrollar tecnología utilizando los recursos que están a nuestro alcance; hay centros de ID Tecnológico públicos, áreas de vinculación con la industria dentro de las Universidades, y que en la mayoría de los casos están deseosos de colaborar con la industria en el desarrollo de tecnología. Ésa es una manera muy rápida y relativamente
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económica de desarrollar tecnología propia. Como empresarios, como industriales, debemos apostarle a la tecnología como medio de competitividad. Como lo estamos viviendo ya, la ventaja competitiva de mano de obra barata está desapareciendo, e incluso nuestros principales países competidores en inversión extranjera (como China) están apostando a la tecnología. Entonces, si no invertimos en la competitividad a través de la tecnología, estamos condenados a perder mercado. Podemos trabajar en algo por convencimiento (estoy convencido de algo y lo hago), por imposición (mi cliente me exige algo para poder venderle, como sucedió en la industria automotriz con los sistemas ISO-9000/QS-9000); o por miedo (si no lo hago, voy a desaparecer). Hoy en tecnología debemos invertir por cualquiera de estas tres razones.
Centro de Investigación y Desarrollo CONDUMEX
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CONCAMINO • ENERO 2003 9