Estructura de los encuentros: Catecumenado
Los
encuentros contemplan las tres grandes secciones de la etapa anterior. Sin embargo, se introducen modificaciones en los títulos para incorporar explícitamente los conceptos de “Discipulado” y “Reino de Dios”, elementos importantes en esta etapa. La estructura de los encuentros queda así:
Primera sección: Jesús nos acoge: Mantiene el nombre y el objetivo de la etapa anterior: introducir el encuentro, reunir al grupo en torno a Jesús a través de la oración y revisar lo aprendido en el encuentro anterior y lo vivido durante la semana.
Segunda sección: Jesús nos llama a ser sus discípulos:
En la etapa anterior esta sección se llamaba “Jesús camina con nosotros”. En este momento desarrollamos el contenido principal del encuentro, partiendo de la vida y experiencias de los Catecúmenos para iluminarla luego con la Palabra de Dios, con ayuda de preguntas y actividades, buscando que acojan significativamente en sus vidas lo que Jesús y la Iglesia les van enseñando. Incluye el “Momento de la experiencia” y “Momento del anuncio”.
Tercera sección: Con Jesús entramos en el Reino de la Vida: En la etapa anterior se llamaba “Jesús nos acompaña en la vida”. En este momento ayudamos a los Catecúmenos a hacer una síntesis de lo que han descubierto y los invitamos a comprometerse con Jesús y con la Iglesia para prolongar en la vida aquello que han aprendido. Incluye el “Momento del compromiso y la misión” y el “Momento de la oración y la alabanza”.
El apartado “Para crecer en la fe” Se
mantiene y enriquece en el Libro del Catecúmeno la sección “Para crecer en la fe”, que ayuda a los catequizandos a consolidar y profundizar el aprendizaje del encuentro con el apoyo de textos bíblicos, magisteriales y de los santos y santas. esta etapa aumenta el número de textos del Magisterio de la Iglesia, dado el mayor acento en la instrucción doctrinal que marca este tiempo.
En
Por otro lado, el testimonio de los Santos y Santas se amplía a otros Padres de la Iglesia, especialmente aquellos que aportaron con su reflexión en la época de oro del Catecumenado entre los siglos II y V (recordemos que durante el Precatecumenado sólo se usaron textos de San Agustín). Además se incorporan textos de otros Santos de la Iglesia Universal como San Francisco, Santa Teresa de Ávila, San Juan de la Cruz, San Juan XXIII, entre otros.