Los catequistas

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Los Catequistas Como todo educador en la fe, el catequista que presta un servicio en la Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística tiene la misión de favorecer el encuentro con Jesucristo, promover la conversión y el crecimiento de la vida espiritual en los destinatarios, ayudándoles a seguir a Jesucristo hasta hacer suyo paulatinamente su estilo de vida dentro de la Iglesia y al servicio del Reino. Catequizar será siempre ayudar a quienes se han encontrado personalmente con Cristo, o buscan hacerlo a pesar de las limitaciones o dificultades de la vida, para que se desarrollen plenamente como personas cristianas. Un catequista procurará ayudar a los destinatarios de su catequesis a descubrir en Jesucristo la vida plena. Esto pedirá de cada catequista una postura de máximo respeto a los interlocutores, que en este caso son el Señor y cada una de las personas que le han sido confiadas. 1. Los Catequistas de Padres y Niños En la CFIVE la función de los catequistas es acompañar a las familias en su experiencia de encuentro con Jesucristo, transmitiéndoles la fe cristiana contenida en los encuentros, celebraciones y entregas del proceso catequístico. Quienes animan y conducen esta experiencia son verdaderos “Catequistas” de sus hermanos y, por lo tanto, en este proyecto catequístico reciben el nombre de: Catequista de Padres (CP) y Catequista de Niños (CN). Sobre todo, en el caso de los Catequistas de Niños, no se trata solamente de una persona que “anima” la catequesis, sino de alguien que realmente realiza con ellos un proceso catequístico ordenado y sistemático de educación en la fe. Por eso reciben con toda propiedad el nombre de “Catequistas”. Recordamos, además, en el caso de los Catequistas de Padres, la conveniencia de que sean, en lo posible, matrimonios que den un testimonio de vida coherente con lo que enseñan1. 1.1.

Una reflexión sobre los Catequistas de niños

Es admirable ver la generosidad y el entusiasmo de muchos jóvenes y no pocos adultos que en nuestra Iglesia han asumido la delicada tarea de colaborar en la catequesis familiar como “Catequistas de niños” o “Educadores de la fe” de niños. Muchos de ellos han iniciado esta experiencia sin una preparación previa suficiente.

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Cf. DPS 139; DPSS 245. 1 Material de apoyo para los alumnos del curso Metodología de la CFIVE Tomado de: Elementos Fundamentales de la CFIVE, p. 98- 103.


Se desea mejorar la calidad de la formación integral y del acompañamiento de estos agentes de pastoral como verdaderos catequistas y colaboradores en la Catequesis Familiar. Para ello el INPAS y el Departamento Arquidiocesano de Catequesis, proponen algunas exigencias básicas o criterios de selección y un proyecto formativo progresivo y completo en los contenidos fundamentales de la formación cristiana. Señalamos a continuación algunos criterios para la selección, el acompañamiento y el envío de los Catequistas de niños, algunos de ellos especialmente referidos a los jóvenes. - Criterios o exigencias básicas para ser Educadores de la Fe de niños       

Jóvenes no menores de 17 años, confirmados o en proceso de preparación al sacramento. Jóvenes y adultos que revelen una personalidad humana madura y equilibrada de acuerdo a la edad y apropiada a la misión que el Señor y la Iglesia les confía. Personas capaces de dar testimonio coherente y claro de su fe cristiana. Personas fieles en la celebración de los sacramentos de la eucaristía y de la reconciliación. Personas iniciadas a la oración, lectura y mediación de la Palabra de Dios. Personas disponibles para recibir la formación doctrinal y metodológica indispensable para ser educadores de la fe de niños según las exigencias de la Catequesis Familiar. Personas conocidas y propuestas por el párroco o el coordinador de la catequesis parroquial.

Y todos los catequistas deberán recibir la formación adecuada para estar lo suficientemente preparados para ejercer su servicio en la importante tarea de evangelización y catequesis de las familias. Deberán, además, prepararse semanalmente como su párroco y el equipo de catequesis lo hayan dispuesto para poder ejercer su servicio en forma eficiente y comunitaria. 2. La formación de los catequistas Así pues, para la Catequesis Familiar, como para todo proceso de evangelización, es vital la formación, pues es esencial que quienes guían y acompañan este proceso tengan las habilidades y conocimientos necesarios para llevarlo adelante. El Catequista es finalmente el “rostro” y el facilitador de la Catequesis Familiar. De la forma en que realice su servicio dependerá en gran medida la experiencia que tengan los adultos y los niños. Por eso es fundamental que se capacite adecuadamente tanto en los contenidos propios de su área como en otros temas relacionados.

2 Material de apoyo para los alumnos del curso Metodología de la CFIVE Tomado de: Elementos Fundamentales de la CFIVE, p. 98- 103.


Por esta razón, tanto los catequistas de los padres como los catequistas de niños han de contar con una adecuada capacitación, acreditada por la comisión diocesana de catequesis en conjunto con el Instituto Pastoral Apóstol Santiago. Los Vicarios, Párrocos y demás coordinadores de catequesis velarán por la permanente formación espiritual, doctrinal y metodológica del personal catequístico2. 2.1.

Itinerario Formativo para los Catequistas de Padres y Niños

El itinerario formativo para los catequistas de base3 está diseñado en el Plan de Formación para Laicos de la Arquidiócesis de Santiago, incluyendo los cursos de formación común y específica para los catequistas de la CFIVE e implica la realización de los siguientes módulos: Comunes:          

Madurez Personal Introducción a la Biblia Cristología I Antropología cristiana I Iglesia, Pueblo de Dios. María, Madre de la Iglesia Liturgia y Sacramentos Fe cristiana y seguimiento de Jesús Economía, cultura y participación social Moral fundamental Presencia cristiana en el mundo

Específicos:     

Espiritualidad del Educador de la fe Catequética fundamental Pastoral fundamental Curso específico de Catequesis Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística Metodología catequística general

En el Instituto Pastoral Apóstol Santiago hemos elaborado, además, un “Programa de Perfeccionamiento para Catequistas de la CFIVE”, que incluye los módulos de formación específica del Plan de Formación ya señalados y ofrece los siguientes cursos de profundización:

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Cf. DPS 139; DPSS 245. Entendemos por Catequistas de Base a aquellos cristianos laicos que educan la fe de sus hermanos en forma directa, a través de los encuentros de catequesis (Bautismal, Familiar de Iniciación a la Vida Eucarística, Confirmación, Matrimonial, de Adultos y con Discapacitados, etc.). 3 Material de apoyo para los alumnos del curso Metodología de la CFIVE Tomado de: Elementos Fundamentales de la CFIVE, p. 98- 103. 3


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La Iglesia y la comunidad cristiana en la CFIVE Itinerario bíblico de la CFIVE La Cristología de la CFIVE La Liturgia y la Eucaristía en la CFIVE La Oración y la Lectio Divina en la CFIVE La pedagogía y metodología en la CFIVE Juegos y dinámicas de grupo para la CFIVE Planificación y Recursos para la CFIVE

3. Espiritualidad del catequista La espiritualidad del catequista es un aspecto fundamental para su vida y acción apostólica. Esta se va a revestir de rasgos muy particulares cuando viva en función de la misión que la Iglesia le ha confiado por medio de sus pastores. Los rasgos comunes a la espiritualidad de todo catequista están dados por4:

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La propia experiencia del encuentro con Jesucristo y la acogida personal del llamado a vivir en su seguimiento animado por el Espíritu Santo, para realizar nuestro común llamado a la santidad, siendo hijos en el Hijo.

La conciencia de asumir el anuncio y vivencia del Reino de Dios en el mundo, bajo el impulso y la guía del Espíritu Santo. En la persona del catequista, la Buena noticia del Reino sale de su casa, del templo, y se encamina a lo largo de los caminos del mundo para colaborar en la búsqueda de la verdad, de la justicia y de la paz.

El cultivo de una relación de amistad permanente con el Señor, consciente que lo ha llamado al servicio de la familia en los niños o en los padres. Esta relación amorosa y la conciencia de su vocación específica dan sentido a todo lo que el catequista es, dice y hace, a su escala de valores, a sus convicciones más profundas, a la totalidad de su vida.

La escucha fiel de la Palabra de Dios que forma y transforma su propia vida y lo hace testigo del amor de Dios frente a las demás personas, especialmente sus catequizandos. El catequista profundizará junto a las familias “el misterio de Cristo a la luz de la Palabra para que todo el hombre sea irradiado por ella”5. Por eso buscará leerla y meditarla, acogerla en su corazón y ponerla en práctica, de

Cf. CELAM, Testigos y servidores de la Palabra, 2005, p. 219-220. Catechesi Tradendae, 20. 4 Material de apoyo para los alumnos del curso Metodología de la CFIVE Tomado de: Elementos Fundamentales de la CFIVE, p. 98- 103.


manera que la Buena Nueva del Evangelio se haga visible y legible ya en el rostro mismo y en las manos del catequista6. 

Una apertura fiel a la comunidad de los discípulos de Cristo que es la Iglesia, experimentada como la verdadera familia de los hijos de Dios. De ella el catequista se siente miembro y a ella procura servir con su servicio catequístico, en comunión y diálogo maduro con los pastores y, sobre todo, en un empeño sincero y permanente por hacer de la comunidad “casa y escuela de comunión”.

Conciencia y participación comunitaria en la vida litúrgica de la Iglesia y en la recepción de los sacramentos, particularmente de la Reconciliación y de la Eucaristía. El catequista se sienta a la mesa para alimentarse en comunidad del Pan de Vida, tanto de la Palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo7, fortaleciéndose con la vida de Dios y profundizando su amistad con Jesús, la que prolonga mediante la oración personal y comunitaria, así como a través de los acontecimientos cotidianos de la vida, donde percibe que Dios se hace presente y lo ilumina en su tarea de enseñanza de la fe.

Actitud de memoria agradecida, como fruto del influjo profundo que ejerce la Eucaristía en su vida. La Eucaristía, como fuente y culmen de su vida y de la misión que el Señor le confía, es para el catequista una escuela de vida según el Espíritu de Jesús. En ella aprende a agradecer, a pedir y ofrecer el perdón, a interceder por los demás, a entregarse a los demás por amor, a vivir en la esperanza8.

Apertura misionera, que abarca las necesidades del mundo entero, pero que se hace concreta donde el Señor y la Iglesia lo han llamado a colaborar, destacando por una opción preferencial por los más débiles, pobres y excluidos.

Coherencia y autenticidad para dar el testimonio de su propia vida, sin cuyo respaldo su enseñanza no sería creíble.

Espíritu mariano para dar cabida en su corazón a Jesucristo y ofrecerlo como la Virgen María lo hizo con sus hermanos. Como ella, el catequista conserva las maravillas de Dios y las medita en su corazón (cf. Lc 2,19). Especial importancia tendrá esta dimensión ya que atraviesa cada encuentro y todo el proceso de Catequesis Familiar.

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Cf. Mensaje Final del Sínodo de los Obispos al Pueblo de Dios, n° 10. Cf. Dei Verbum, 21. 8 Cf. Benedicto XVI, Sacramentum caritatis, 72, 77. 7

5 Material de apoyo para los alumnos del curso Metodología de la CFIVE Tomado de: Elementos Fundamentales de la CFIVE, p. 98- 103.


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