Los roles y servicios en la CICA

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Roles y Servicios En la Catequesis De Iniciaci贸n Cristiana De Adultos


Roles y servicios en la Catequesis de Iniciación Cristiana de Adultos 

El Obispo

El Párroco

El Asesor

El Catequista

Ser del Catequista

Saber del Catequista

Saber hacer del Catequista

Los Padrinos

La Comunidad


Roles en la Catequesis de Iniciación Cristiana de Adultos

La evangelización es un deber fundamental de todo Pueblo de Dios. “Todos los fieles tienen el deber y el derecho de trabajar para que el mensaje divino de salvación alcance más y más a los hombres de todo tiempo y del orbe entero”. Sin embargo, la Iglesia confía a determinados miembros del Pueblo de Dios este servicio: “La catequesis ha sido siempre, y seguirá siendo, una obra de la que la Iglesia entera debe sentirse y querer ser responsable. Pero sus miembros tienen responsabilidades diferentes, derivadas de la misión de cada uno”. (DCG, 107)

 Por

ello, conviene ante todo hacer una clara y eficaz distribución de las responsabilidades, aunque siempre hay que promover un compromiso por parte de toda la comunidad.


Propiciar el desarrollo y distribuir la ejecución de las tareas en cada uno de los agentes de la Iniciación Cristiana para Adultos:

Crea vínculos y unidad con los agentes pastorales responsables de ésta tarea evangelizadora.

Ofrece mayor eficacia en lo que cada uno realiza.

Acrecienta e integra los carismas de quienes colaboran en este camino de fe.

Promueve la vida fraterna, solidaria y de comunión, evitando discordias, antagonismos y discrepancias

Todo esto repercutirá favorablemente en la profundidad del anuncio, la acogida del mensaje, la celebración personal y comunitaria de la vivencia de la fe y, en la transformación de nuestras comunidades.


El Obispo 

“Unidos al Sucesor de Pedro, reciben en virtud de su ordenación episcopal, la autoridad para enseñar en la Iglesia la verdad revelada” (EN 68).

Ellos son los principales agentes de la catequesis y como tal, tienen la más alta responsabilidad de la promoción, orientación y coordinación de ésta. Por ello, vigilan atentamente el restablecimiento o las mejoras de la instrucción catequética, que tiende a que la fe, ilustrada por la doctrina, se haga viva, explícita y activa en los hombres (Cfr. CD 14).

Ellos mismos reconocen los servicios y carismas de cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo, de tal suerte que todos a su modo, cooperen unánimemente en la obra común de salvación.


 Como

principales dispensadores y custodios de los misterios de Dios, exhortan e instruyen a su pueblo a que participe con fe y reverencia en la liturgia, especialmente a quienes iniciarán a la vida de gracia, por la recepción de los Sacramentos de Iniciación Cristiana, siendo él mismo, el ministro ordinario para la administración de dichos sacramentos.


Ellos regulan la administración del Bautismo, por medio del cual se concede la participación en el sacerdocio regio de Cristo. Ellos son los ministros originarios de la Confirmación, dispensadores de las sagradas órdenes, y los moderadores de la disciplina penitencial; ellos solícitamente exhortan e instruyen a su pueblo a que participe con fe y reverencia en la liturgia y, sobre todo, en el santo sacrificio de la Misa. (Cfr. LG, 26)


.

En relación al ministerio que Dios le ha confiado a los Obispo, su rol en el itinerario de Catequesis de Iniciación Cristiana para adultos es:

Acompañar, promover y certificar, la realización de textos e instrumentos que orienten y fortalezcan la Iniciación Cristiana de los Adultos (DGC, 274), de acuerdo a la enseñanza de la Iglesia (DGC, 284) adaptados a las circunstancias por las que atraviesa la comunidad eclesial (CIC, 775; DGC, 118)

Delegar y aprobar a los agentes (DGC, 219) que crearán los itinerarios para la Catequesis de Iniciación Cristiana de Adultos.

Regular los criterios de admisión de quienes recibirán los Sacramentos de la Iniciación Cristiana.

Otorgar o delegar la administración de los Sacramentos de Iniciación Cristiana, de ser posible, celebrarlos en la Vigilia Pascual o en Pentecostés.

Regular tiempos de duración adecuados para la realización del proceso catecumenal.


El Párroco Por la recepción del Sacramento del Orden,los presbíteros son los colaboradores inmediatos de los Obispos y por lo tanto son los primeros catequistas de la comunidad a la que sirven. Como ministros de la Palabra de Dios, tienen como obligación principal anunciar a todos el Evangelio de Cristo, porque con la Palabra se suscita la fe y el deseo de adhesión a Cristo a través de los sacramentos en el corazón de los no creyentes y se robustece en el de los creyentes. (Cfr. PO,1;4)


 Ejercen

también el servicio de conformar la comunidad, reuniendo así a la familia de Dios. En ella coordinan, promueven y fomentan la vocación y la tarea de los catequistas, ofreciéndoles una formación adecuada. Dicha tarea, no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación que abarque las diversas dimensiones que deberán ser integradas armónicamente a lo largo de todo el proceso formativo. Por ello debe encaminar una obra catequética bien estructurada y bien orientada. (DGC, 224; DA 280; 290)


 La

experiencia nos enseña que la calidad de la catequesis depende, en gran parte, de la presencia y acción del sacerdote(DGC 225). Por tanto, las tareas que le corresponden de acuerdo a su ministerio, en el proceso de crecimiento de los adultos que inician su vida cristiana o, en aquellos que quieren fortalecer su experiencia de fe, son:


Suscitar en la comunidad el sentido de la común responsabilidad cristiana.

Promover, discernir, elegir, acompañar y formar vocaciones para el servicio catequético para la iniciación cristiana de adultos.

Planificar de manera bien estructurada y orientada, la implementación del Catecumenado de Iniciación Cristiana para adultos, junto con los catequistas que coordinarán éste servicio.

Integrar la acción catequética en el proyecto evangelizador de la comunidad.

Brindar acogida y cercanía de manera particular a quienes inician el proceso de maduración de la fe.

Presidir, acompañar o delegar las celebraciones que se han insertado en el proceso catecumenal de Iniciación Cristiana para Adultos (entregas y unciones).

Comunicar los criterios de admisión para aquellos que deseen insertarse a la comunión con Cristo por medio de los Sacramentos.


 Orientar

y acompañar a los adultos que inician el proceso catecumenal, que se encuentran en situación irregular para recibir los sacramentos, en orden a remediar su realidad.

 Realizar

junto con los catequistas el discernimiento adecuado, de los candidatos a la recepción de los sacramentos.


 Conferir

los Sacramentos de Iniciación Cristiana a los catecúmenos idóneos cuando ha sido delegado.

 Facilitar

los recursos necesarios para el desarrollo y realización del Itinerario de Iniciación Cristiana para Adultos, en coordinación con el catequista responsable del proceso catequístico.


ď‚› (DGC,

225; Orientaciones para la Pastoral Sacramental, 17. Jorge M. Bergoglio, Papa Francisco. Queridos Catequistas. Cartas, homilĂ­as y discursos. PPC, 2013, p. 26; Orientaciones para la Pastoral Sacramental, 20-22.)


El Catequista 

La comunicación de la fe tiene necesidad de una mediación, por ello es imprescindible la presencia del catequista. A él la Iglesia entrega el Evangelio que se hace mensaje de vida en el pueblo de Dios, por medio de su mente, de su corazón, de su palabra y de su vida de fe. Su servicio es de gran importancia para el crecimiento de los catecúmenos y de la comunidad. (RICA 48)


 La

misión del catequista está marcada por el método y el itinerario que implementa, pero sobre todo por las cualidades humanas y cristianas que desarrolla como discípulo misionero de Jesucristo. Como tal, es enviado por la Iglesia y con ella actúa de modo conjunto, colaborando en la formación de comunidades cristianas y en la promoción del Reino de Dios en el mundo. (DCG, 71)


 Se

requiere, por tanto, capacitar a los catequistas con una adecuada que les permita acompañar espiritual y pastoralmente a otros. Cualquier actividad pastoral que no cuente con personas verdaderamente formadas y preparadas, pone en peligro su calidad. Esta formación comprende varias dimensiones integradas armónicamente. El Directorio General de la Catequesis las agrupa en tres: Ser, Saber y Saber hacer del Catequista. (DA, 280, 282; DGC, 234)


Los Padrinos 

Para que la gracia bautismal pueda desarrollarse, es importante el apoyo de creyentes sólidos, capaces y prestos de acompañar, a aquellos que desean insertarse a la vida de Cristo a través de los sacramentos. Dichos creyentes reciben el nombre de padrino o madrina. Éstos son quienes, durante el desarrollo del proceso, acompañan cada uno de los pasos que el catecúmeno va dando y, después de haber celebrado los Sacramentos de Iniciación Cristiana, lo ayuda a llevar una vida cristiana coherente. Su tarea es una verdadera función eclesial. (CIC, 872-873; CEC, 1255)


ď‚› Conviene

que sea el mismo padrino en los tres sacramentos de iniciaciĂłn a fin de subrayar la unidad entre ellos. El padrino o madrina, debe ser elegido por el mismo catecĂşmeno, delegado por la comunidad cristiana local y aprobado por el sacerdote responsable. (CEC, 1311, RICA, 43; Orientaciones para la pastoral sacramental, 166)


A. Criterios para su elección:

Para que alguien sea admitido como padrino o madrina es necesario:

Que sea elegido por el catecúmeno, en razón de su testimonio de vida cristina.

Que tenga edad adulta.

Que sea católico.

Que esté confirmado y haya recibido el Sacramento de la Eucaristía y que al mismo tiempo, lleve una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir.

Que no esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada.

Que no sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.


 B.

Tareas confiadas a los padrinos:

 Acompañar

al candidato el día de la elección, de ser posible también, en las celebraciones y entregas dentro del proceso; especialmente el día de la celebración de los sacramentos y posteriormente en el tiempo de la Mistagogia.

 Mostrar

familiarmente al catecúmeno la práctica del Evangelio en la vida y en la convivencia de la comunidad.


 Ayudar

al catecúmeno en sus dudas y crisis con el testimonio de vida cristiano.

 Velar

por el crecimiento y fortalecimiento de la vida cristiana del catecúmeno.

 Desempeñar

públicamente su función a partir del día de la elección.


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