Metodolog铆a de la Catequesis de Iniciaci贸n Cristiana de Adultos
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Criterios metodológicos Dados
los múltiples propósitos de la iniciación cristiana y el deseo de que las experiencias y los contenidos sean asimilados por los catequizandos para que puedan aplicarlos en las diversas situaciones que viven como adultos, ninguna estrategia pedagógica puede responder por sí sola a estas necesidades. Para la iniciación cristiana de adultos es indispensable una estrategia pedagógica de gran amplitud, multifacética y coordinada.
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El
RICA considera implícitamente variados métodos pedagógicos para la iniciación cristiana. En la elaboración de este proyecto hemos tenido en cuenta el modo específico en que ocurre el proceso de enseñanza-aprendizaje de los adultos, vinculando todo nuevo contenido con la experiencia de vida acumulada que tienen y acentuando la utilidad de lo que aprenden.
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Se
ha considerado, además, las situaciones propias de la vida adulta (vida conyugal, hijos, trabajo, estudios, proyecto de vida, etc.) con ayuda de preguntas, reflexiones, comentarios, etc., de manera que el material propicie la reflexión sobre estos temas y la aplicación de la novedad cristiana en ellos.
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Autogestión del proceso catequístico Teniendo
en cuenta el alto grado de motivación que presentan las personas que participan en estos procesos de iniciación, el programa promueve paulatinamente la autogestión del proceso catequístico, siempre con la supervisión y ayuda del catequista.
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Esto
comienza a trabajarse especialmente desde el Catecumenado, partiendo de cosas tan sencillas como encender el cirio y comenzar la oración inicial con la señal de la cruz (Enc. 11), conducir un momento de la oración final (Enc. 12), proclamar el texto bíblico (Enc. 14), hasta conducir el encuentro en forma completa (Encuentros 38-40). Con esto, hemos querido favorecer también la continuidad del grupo en las variadas posibilidades que nos ofrece la vida de la Iglesia.
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Estrategia del catequista
Para el Catequista se ha diseñado una estrategia de doble propósito: por una parte, capacitarlo para que pueda transmitir adecuadamente la fe de la Iglesia por su mediación, fortaleciendo el conocimiento de los contenidos y el testimonio personal y, por otra, entregarle las herramientas pedagógicas necesarias para hacerlo. Por ello, los encuentros en la versión del Catequista consideran dos apartados: «Preparando el encuentro» y «Desarrollo del encuentro», los que veremos en detalle a continuación.
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Incorporación a la vida eclesial.
En cuanto a la incorporación de los catecúmenos en la vida y misión de la Iglesia, estamos conscientes de que las diversas comunidades eclesiales, especialmente la Parroquia, constituyen los lugares habituales de aprendizaje y maduración para un cristiano. Por eso la participación activa en acciones solidarias, comunitarias, litúrgicas y de anuncio del evangelio, se intencionan gradualmente en el proceso. La enseñanza doctrinal va iluminando y fundamentando la experiencia de estas dimensiones de la vida cristiana en la comunidad y, desde luego, en los ambientes propios de la vida adulta.
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Finalmente,
se busca apoyar las iniciativas que surjan de los propios catecúmenos en cuanto a su vinculación con la Iglesia, estimulando la experiencia eclesial como “comunidad de comunidades”. Por ello, se han incluido dos encuentros anexos en el libro del Catecúmeno al final del itinerario y el recurso al material “El Señor sale a nuestro encuentro y lo seguimos en comunidad”, para facilitar la continuidad de su andadura comunitaria en el seguimiento de Jesús en la Iglesia y al servicio del Reino.