La Formación de la Biblia La Biblia o conjunto de 73 escritos definidos por la comunidad cristiana como sagrados en los que se reúnen las experiencias de un pueblo durante unos 14 siglos, aproximadamente desde el año 1300 antes de Cristo hasta el año 100 después de Él. Los libros de la Biblia, particularmente los más antiguos, fueron surgiendo por etapas. Estas fueron las principales: — primero hubo hechos y experiencias concretos en la vida cotidiana de un grupo de personas que reconocemos como los antiguos hebreos; — después de un proceso espontáneo de interpretación y elaboración, se transmitieron esos hechos en cuanto han sido significativos para ellos. Se configura la tradición; — finalmente, esas tradiciones se pusieron por escrito: Este esquema nos ofrece una idea aproximada de cómo se originaron los escritos de la Biblia. Examinemos cada etapa. a. Experiencia Un grupo de pastores nómadas, semitas, poblaban los actuales territorios de Israel, Siria, Líbano, Jordania y Egipto, vivía su vida cotidiana sin mayores novedades. Dedicaban su tiempo a buscar buenos pastos para sus rebaños; experimentaron las aventuras y desventuras propias de todo grupo humano. En medio de estas vivencias históricas se experimentó la irrupción del misterio que trajo como consecuencia el encuentro con Dios, particularmente vivido y comprendido por los jefes y líderes religiosos del grupo. A partir de ese encuentro con Dios surgió alguna fiesta, alguna poesía o relato y algún rito para conmemorar ese encuentro. b. Tradición Las experiencias de los antepasados ("los padres") fueron objeto de la reflexión y se volvieron tradición para las generaciones siguientes. Aquellos antiguos hechos se convirtieron en motivo para recordar y provocar el encuentro con Dios por eso se constituyen paulatinamente en modelo de vida, en enseñanza religiosa y en historia sagrada para las generaciones siguientes. Estas tradiciones religiosas no solamente se repetían de padres a hijos o de mayores a menores, también se ampliaban con nuevas interpretaciones de los antiguos relatos, añadían nuevas narraciones edificantes, incluían oraciones, detalles, acomodación de lugares, explicación de costumbres y ritos que corrían el riesgo de no ser entendidos.
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