Arquitectura híbrida. El paisaje de la ciudad popular.

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Revista cultural electrónica

Año5. Nº5. Noviembre 2009. Lima-Perú. www.interculturalidad.org

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Arquitectura híbrida. El paisaje de la ciudad popular

Juan Tokeshi G.S.1 Coloquio lo cholo en el Perú

A manera de presentación

Una pregunta me asaltó cuando preparaba las ideas a exponer, ¿cómo resumir en el título la carga de contenidos? Pensaba que estaba en juego más que las palabras, pretendía que cobijara principios y afirmaciones, que permitiera interpretar a sus autores, los constructores de ciudad y vivienda, más que un mundo de letras: arquitectura chola, chicha, mestiza, híbrida o popular. La respuesta se escondía en las letras de una cita, afirmaba que “la naturaleza híbrida del proyecto contemporáneo alude a la actual simultaneidad de realidades y categorías referida no ya a cuerpos armónicos y coherentes sino a escenarios mestizos de estructura e identidades en convivencia comensalista”2. El sentido de lo híbrido lo percibo más que una “mezcla”, es: • (Trans)fusión de conocimiento y encuentro o acoplamiento entre tipos;

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Arquitecto y urbanista. Investigador en el Centro de Estudios y Promoción del Desarrollo (Desco). Docente universitario, Universidad Ricardo Palma y San Martín de Porres. 2 Gausa Manuel (editor). Diccionario Metápolis Arquitectura avanzada. Instituto Metápolis de Arquitectura avanzada. Barcelona. 2001. (página 268). La expresión comensalista alude a la superposición o insertos entre códigos de información diferentes. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


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Partes o especies basados en una interconexión directa y flexible, que se da entre elementos de naturaleza eventualmente opuestas ; Nuevas situaciones de cooperación, unión o multiplicación; Relación de nuevas potencialidades disolviendo antiguos perfiles, posibles combinaciones más abiertas, flexibles, polifacéticas.

Desde esa perspectiva el tema que nos convoca, “arquitectura chola” , es más que una frase que alude a una piel exterior de colores, afirmamos que es expresión de un proceso social de hábitat, una manera arquitectónica de funcionamiento por adición, y postulamos a que se constituya en estilo y representación de una arquitectura “más nuestra”. En los distintos espacios de diálogo donde nos presentamos, sea en un barrio popular, un pueblo andino, una jornada de capacitación con Maestros de Obra, un aula de clase de la Universidad, una reunión con funcionarios públicos o un auditorio con profesionales de la construcción y urbanismo, hago hincapié de ser un “arquitecto descalzo”3, que trabajamos con la comunidad en el logro de una vivienda de calidad, que sea como “sus vidas imaginadas”, y pretendemos más que un oficio, construir una forma de vida. Lo que presentaremos es un “testimonio de parte”; lo vincularemos desde la idea de lo híbrido con la arquitectura chola / chicha y plantearlo desde el terreno de la ciudad popular.

La ciudad popular, otra forma de hacer ciudad

Afirmamos que en un contexto urbano como el peruano, donde lo diferente es lo común, donde las continuidades temáticas son discontinuas, cuando la aparente confusión cobija a más de la mitad de la ciudad, los principios postulados de una “unidad” por la urbanística tradicional resultan relativas e incomprensibles para interpretar esa “otra” forma de construir ciudad, una ciudad en permanente evolución. Ilustrémoslo acompañando imaginariamente al Julius de Alfredo Bryce, cuando recorre la Lima de los cincuenta, observa para esos años, los cambios que se producen desde Miraflores al Rímac, esas casas que son cada vez más pequeñas y de otra 3

Según Van Legen, un arquitecto descalzo es el que construye el equipamiento y la infraestructura de un pueblo en acuerdo con la comunidad, empleando los recursos que el lugar le ofrece. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


3 apariencia. Esos ojos infantiles se sorprenderían si recorrieran hoy San Juan de Lurigancho, Villa El Salvador o San Martín de Porres, con sus casas sin piel de ladrillos expuestos, de mil colores por la expresión del cartón, la madera o el plástico, siempre a medio construir o a medio acabar, reflejado en los fierros de construcción que sobresalen en las esquinas avizorando el futuro deseado. Son los barrios populares auto urbanizados (aquellos que primero se ocupan siguiendo el ciclo: invasión / construcción de la vivienda por etapas / legalización / dotación de servicios y equipamiento / creciendo con una escalera exterior e inventando departamentos) y auto construidos (sin ingeniero o arquitecto, acompañado por un maestro de obra, contando con el ahorro familiar). Acelerado proceso de ocupación, en donde antes sólo existía el silencio del arenal hoy se levantan más de quinientas mil viviendas que cubren como un manto de ladrillo y cemento los extremos de la ciudad. Volver a la ciudad y las viviendas de “sus propios deseos y rostros”, ciudades que “constituyen los sentimientos, los ideales, los rituales de las mujeres y los hombres que en ella viven y que le dan vida”, como lo recuerda la atenta mirada del arquitecto Eike Schüz4. La experiencia aprendida en programas de desarrollo5 asistiendo a procesos de autoconstrucción en las ciudades peruanas demuestra que conforma, un paquete tecnológico donde se identifican acciones enhebradas a partir de estrategias: financieras (movilización de recursos familiares y ahorro en materiales), constructivas (diseño y construcción con maestros de obra locales) y sociales (organización para gestionar los servicios). Todos alrededor de un modelo de gestión donde la propia familia auto constructora se convierte en movilizadora de los recursos. Cuando miremos en los barrios populares imágenes de viviendas inacabadas no lo refiramos a la precariedad, debe suscitarnos la idea de evolución, que se está en constante crecimiento y reciclaje. El denominado ciclo de la vivienda popular grafica las marchas y contramarchas del proceso de construcción, en ciclos donde interviene toda la familia y que puede tardar décadas. La “construcción progresiva” es una de las lecciones aprendidas por los habitantes urbanos de las ciudades del tercer mundo. La

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Eike J. Schüz, arquitecto en El desarrollo urbano no es un proyecto, desarrollo urbano es un proceso. Misereor. 1999. 5 Denificación habitacional. Una propuesta de crecimiento para la ciudad popular. Serie Alternativas de desarrollo. Centro de estudios y promoción del desarrollo (Desco). Lima. 2005. En el programa a lo largo de 15 años se brindó asistencia técnica a más de 1500 unidades de vivienda en cuatro ciudades del Perú. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


4 gente “vive construyendo”, por la fuerza que le imprime la necesidad y la obligación social de tener un hogar. Compartimos el “nosotros” que nos convoca desde la filosofía, José Ignacio López Soria, “para pensar el Perú desde una perspectiva post‐moderna… bajo una forma de convivencia que se asuma a si misma como continuidad del pasado de nuestro propio presente y como una ruptura que haga posible el encuentro gozoso de las diversidades que nos pueblan y la apropiación de la riqueza humana”.6 Permítanme como a Julius, mi “encuentro con la ciudad” retratada en unas envejecidas líneas que encontré y siento vigente, “no una sino muchas Limas, reflejan la imagen de una ciudad de varias identidades. Los centros comerciales son un buen ejemplo de esta suma de varias ciudades. Las identidades espaciales‐sociales, tienen hoy mil formas y colores –por organización arquitectónica, escala y expresión exterior‐ y donde su ubicación nos delata esos estereotipos culturales, y esos miles de rostros de “ser limeño”. Reconocer los contrastes entre el Jockey Plaza, en un barrio mesocrático donde se acude en auto particular; pasando por Larco Mar donde la perspectiva de lo superfluo lo invade todo; donde los conos populares tienen lo suyo como el Complejo Vicky en Los Olivos o las múltiples galerías en la avenida Túpac Amaru (por el norte) o la carretera central o la avenida Pachacútec (por el sur); y sin duda el mayor emporio comercial‐industrial‐textil popular al este, el complejo Gamarra suerte surrealista de crónica comercial”7.

De fórmula a Estilo Tenemos la certeza de que la vivienda popular es la mejor fotografía del país, nos habla de un Perú profundo, mestizo como encuentro de la diversidad y espacio de construcción de memoria más nostalgia. Lo que inicialmente fue un elemento agregado a la función de la propia vivienda, quizás un adorno, ha pasado de ser sólo una fórmula de identificación a la propuesta de un estilo. También afirmar que esa expresión de la arquitectura popular de fachada multicolor, de formas no convencionales; se suma al interior de la vivienda, esto es, el funcionamiento y el carácter de sus usos, una tienda que se anexa en el espacio a la calle, un taller en el segundo piso, o la ampliación por subdivisión del inicial chalet en 6

López Soria, José Ignacio.. Adiós a Mariátegui. Pensar el Perú en perspectiva postmoderna. Fondo editorial del Congreso del Perú. 2007. 7 Juan Tokeshi. Revista Escala. Programa urbano Desco.1997 Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


5 un pequeño edificio, adquiriendo por expresión exterior una singular continuidad con un retablo andino, un encuentro de pragmatismo por la necesidad y un puente a la nostalgia, de hacerse presente en una ciudad que le niega la posibilidad de habitar y los excluye, un virus que contagia a sus vecinos y que sumados dominan hoy la ciudad. Una búsqueda de inclusión y reconocimiento, que está más allá de la fachada de la vivienda, por lo que el componente de la propia unidad de vivienda se constituye de por sí en un modelo. Asimismo, esta idea de la ciudad popular quisiéramos que no se aprecie solamente desde la propia vivienda. Queremos destacar la manera en que se utiliza el barrio, la dinámica que se puede producir en él, Y es que los espacios públicos son espacios de relaciones, donde las posibilidades de organización se van fortaleciendo. Son también parte de esta lógica de construir lo que llamamos la producción social del hábitat. En mi experiencia personal, no sólo es “ir sino estar” en un barrio popular limeño, ha significado “encontrar cambio y crecimiento, vitalidad de vida y de construir un hábitat. No es la imagen de materiales de construcción regados en las calles, que están sin asfaltar, de espacios comunes vacíos, con locales a medio construir y donde predomina la tierra por la losa deportiva o el pavimento. En todo caso no predomina la precariedad del pasado. Hoy, la escenografía del barrio es otra, intenta ser verde, la vegetación que nace y se preserva por esfuerzo familiar, las plataformas deportivas que crecen, y al lado las pistas presentan huellas acabadas, más allá en el local comunal se reúnen los jóvenes y se dictan charlas, subsiste el esfuerzo de transformar y mejorar los espacios comunales. Plazas y calles que adquieren la identidad de sus vecinos, sus gente”8. Nuestro postulado es a un todo, a una manera distinta de producir social y espacialmente. Tratemos de señalar sus singularidades: • Es un modo de construir y rediseñar, en una cadena de procesos continuos que tienen su principal apoyo en la participación como acción de consensos; procesos de evolución, donde los aprendizajes se suman a la experiencia de las familias que está muy relacionado con el conocimiento de los Maestros de Obra. En nuestro recorrido por la ciudad popular hemos encontrado Maestros con mucha práctica constructiva, y deben ser nuestros aliados en el desarrollo de programas a escala nacional. Un ejercicio desde la práctica donde la Asistencia técnica que deben brindar los profesionales, lo municipios y la universidad están ausentes. Nuestra 8

Juan Tokeshi. Espacios públicos populares. Ponencia en Curso nacional Promesha.2001. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


6 experiencia como arquitectos descalzos, en ejercicios de diseño participativo, nos indica que se debe ir más allá de lo barato y lo masivo combinados con nuevos conceptos como: solidez (no sólo material sino sostenible a través de políticas) + flexibilidad (adaptable a la diversidad de necesidades y de recursos) + personalizado (socialmente aceptado y a la escala familiar). •

Una práctica de diseño participativo es un método por aproximaciones sucesivas. La experiencia que brinda el trabajo de promoción ‐ en el conocimiento de la familia, los barrios, sus expectativas y la búsqueda de acuerdos ‐ y el trabajo de campo ‐ en el conocimiento de los maestros de obra ‐ sumado a las prácticas constructivas constituyen argumentos para organizar el sistema, donde la labor del equipo profesional ‐ arquitectos e ingenieros‐ se sustenta en su experiencia práctica y el trabajo directo. Se cumplirá la siguiente secuencia de pasos: o Reunión inicial, contacto de conocimiento de la familia y de la unidad constructiva, que permita aproximarse al modelo de gestión ‐ cómo se diseñará, cómo se construirá y cómo se financiará ‐ donde explicaremos los procedimientos y características de la asistencia técnica. o La programación que incluye la evaluación técnica de la vivienda existente ‐ retratar la situación constructiva y el grado de consolidación, ‐ y entrevista con la familia participante ‐ para conocer la historia de su vivienda, detallándose con ellos los ambientes, las funciones, el crecimiento progresivo ‐ que dará las pautas para el diseño futuro. o El anteproyecto, es la imagen objetivo de la vivienda representado en planos y apuntes, como expresión del consenso entre los deseos de la familia sumados al conocimiento y creatividad del arquitecto; una propuesta que será revisada y aprobada por la familia luego de varios contactos. Será importante demarcar las etapas de construcción que corresponden al desarrollo progresivo de la vivienda. o Es el momento de considerar los deseos formales de la familia, el tipo de adorno, ventanas, el techo inclinado, pensar en los acabados, inquietudes que tenemos que procesar y definir. De donde el arpegio de ideas o ideales, podrá ser la imagen de casas vecinas, o la influencia del Maestro de Obra o algún familiar que vendrá con una novedad. o La fase de construcción, donde lo deseable es la autogestión asistida, requiriéndose de la participación de la familia, en un programa público o empresarial de profesionales sociales. Es clave la intermediación del

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maestro de obra que nos servirá de puente y sabia de conocimientos prácticos. o Al ser participativo el proceso constructivo, es importante mantener informado a la familia se podrá contar con un metrado y presupuesto, que "lean" los avances y la inversión de la obra y de ser posible un expediente técnico al nivel de planos municipales (con indicación de las etapas de construcción) como fruto del consenso y muestra de lo construido acompañado de un informe detallado de la inversión. o Es clave organizar las entrevistas, como medio de construir un "puente cultural" creativo que vincule la observación, con la entrevista y con la expresión gráfica; con la programación, con el anteproyecto y la construcción, que se construirá con la participación de todos los miembros de la familia en su propia vivienda. o Es importante que la familia participe en todas las decisiones del diseño y procedimiento constructivo, un diálogo9 donde sea consultada y considerada su opinión, como argumentos que la comprometen con el proceso, lográndose el sentimiento de identidad con su vivienda. En la "casa que crece y se multiplica" es importante revalorar lo edificado y el sentido del espacio futuro, transmitir que se están creando espacios/edificaciones de vida y belleza; que como un rompecabezas se definen etapas que se complementan, generando un proceso de crecimiento. La Casa que crece con la familia, la vivienda que se inicia como unifamiliar (el soñado chalet) y termina como multifamiliar (en edificio), convirtiendo una necesidad en fórmula. Una manera de brindar cobijo a la familia extensa, se adaptan ambientes y se aloja a más de una unidad familiar. Mecanismo de socialización que refleja el sentir de una ciudad de inmigrantes, cuanto de ese vínculo se expresa en los argumentos formales, los techos inclinados por ejemplo, pueden ser una remembranza o nostalgia de su terruño. Creo como García Márquez que en la memoria se mezclan planos temporales, no históricos, con múltiples sentidos y que están llenos de recovecos, cargados de energías que permanecen en nuestras vidas involuntariamente. 9

El diálogo como método de diseño participativo permite descubrir y construir la agenda secreta de cada miembro de la familia, resolver "conflictos" o puntos de vista diverso, transformándolos en planos de arquitectura consensuales y sólo posibles, si nuestra persuasión permite generar relaciones de confianza. La agenda secreta representa los deseos ocultos y privados, que no son comentados en público por los miembros de una familia; por razones de interpretación o porque suponen ser puntos de conflicto (por ejemplo los deseos no coincidentes de padres e hijos). Siendo la necesidad de lograr mejoras en la vivienda, una iniciativa principalmente de de género. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


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Generación de nuevas tipologías, como interconexiones flexibles: una escalera exterior que se luce en la fachada o un pasaje que se comunica con un patio interior, en la vieja fórmula del callejón y la quinta. Obedece a la forma de urbanizar, con manzanas que generan lotes proporcionalmente alargados (frentes que son una tercera o cuarta parte del fondo), que al subdividirse (horizontal o verticalmente) se van articulando en tres ejes constructivos que van a componerse como si fueran dos cuerpos que sobresalen (el clásico volado Lara ganar espacio). Luego los detalles como adornos que son sobrepuestos en los enlucidos como íconos de su tiempo (rombos antes, hoy enchapes pulidos) techos inclinados o tipos de ventano. No hay final en la construcción por que están en permanente cambio y transformación, el signo de ello son los “fierros de acero” que sobresalen del último techo, como “símbolo del desarrollo” en expresiones de un párroco jesuita. El síndrome del contagio, que representa una singular transfusión de conocimiento aprendido en la práctica, “vecinos que se agrupan o grupos que coinciden, en diversas fases de su hábitat: fachadas con techos inclinados que se asemejan y se personalizan, jardines, árboles y veredas delante de las casas que se suman, cambiando dimensión son las lógicas para agrupar comerciantes ambulantes o bodegas, a mayor escala, talleres de carpintería que cual “sarampión” tiñen de rojo el barrio; como una estrategia que encadena sensibilidades y voluntades de participar. En una doble lectura, la réplica trata de diferenciarse de los vecinos, acentuando colores o tramas constructivas.10 Convendría explorar en el futuro cuáles son esas reglas del “contagio”, cuál es la escala, quien toma la iniciativa, los canales de comunicación, qué normas existen. De este modo se podrá establecer los patrones de un contagio” general.

Pienso que lo expresado en esta reunión es el inicio de un camino de nuevos conocimientos, por lo que defino algunas líneas por trabajar: sobre el sentido de una estética popular (con o sin paréntesis), el funcionamiento de la cadena de 10

Apréciese como ejemplo los conjuntos multifamiliares o un proyecto innovador como PREVI, Programa Experimental de Vivienda, donde las viviendas transformadas pensadas distintas unas de otras terminan asemejándose, como un contagio. Queríamos Señalar que muchas de las viviendas han terminado en esta idea de vivienda de carácter muy popular: la escalera exterior y el techo inclinado. Y que estos cambios también se producen en otros distritos, como el caso de la residencial Santa Cruz, en San Isidro, o en la urbanización Los Próceres, en Santiago de Surco, o algunos edificios en Miraflores. Hemos tenido ocasión de visitar lugares rurales del Perú, y en un medio muy cercano a una zona minera, hemos podido apreciar esta introducción de la escalera exterior. Esto que señalamos como un elemento dominante de una vivienda que se transforma para dos generaciones empieza también a producirse, en este caso, en la sierra de La Libertad. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


9 conocimientos y transmisión de gustos, sobre la permanencia de valores o imágenes heredadas de sus tierras, entre varios ejemplos. A la hora de diseñar y construir la inicial vivienda o sus futuras ampliaciones, preguntarnos de como se establecen los puentes entre las familias y los Maestros de Obra, de como se “cocina el lenguaje exterior”, de lo permanente o lo provisional, del todo o de sus partes…, una nueva ruta por recorrer. Esto es a grandes rasgos lo que quería compartir con ustedes. Reitero la idea de que a la arquitectura chola y la arquitectura chicha las estamos vinculando con la arquitectura popular, que la caracterización no es solamente por la expresión exterior sino también por las dinámicas al interior de la vivienda, y que el gran reto es que podamos cambiar la escala de intervención y propuestas, ya no solamente al lote, vivienda una a una, sino al conjunto de viviendas, la manzana. La idea es poder desarrollar una estructura, un sistema consistente con la magnitud de la demanda, constituir una textura de ciudad donde se pueda compartir lo que a pequeña escala ya se viene dando. Como Eustaquio, de oficio minero, que “descubrió que la belleza de las piedras no se aprecian desde su cara externa, que es menester apreciarla desde su interior, logro que sólo es posible por su oficio, cuando ingresamos al socavón y horadamos la roca cincel en mano y descubrimos que cada golpe desprende la belleza que las piedras conservan como un mundo reservado”. Como las casas que crecieron con las familias. La perspectiva del presente ensayo es señalar un nuevo camino en el perfil de los estudios y del compromiso que deben optar los profesionales arquitectos, compartiendo conocimientos y saberes con Maestros de Obra y familias autoconstructoras. Es el momento de un cambio de paradigma, hacer de la arquitectura popular un Estilo, como reconocimiento por sus capacidades de organización, ingenio en recrear las condiciones naturales de su hábitat y ser autores sociales de su territorio y desarrollo. (1) Familia Cortez

La imagen corresponde a una vivienda multipropósito que tiene como eje la escalera exterior. Una vivienda que “ha crecido con la familia”, con una enorme capacidad de adaptación, facilitado por su ubicación en una esquina. Se construyen “paso a paso, a mitad del camino se le va agregando a la casa una nueva actividad, en función de las necesidades de la familia”. Construyendo Nuestra Interculturalidad. Nº5. Año 5. Vol. 4: 1-14, 2009 www.interculturalidad.org


10 Actualmente funcionan en esta vivienda cuatro tiendas, un consultorio y una oficina, sumado a dos departamentos, los padres fundadores y el de una de las hijas. El carácter de lo productivo es permanente, esto es, que la ampliación de la vivienda pueda tener un carácter de alquiler. Alternativas de “crecimiento con calidad” que bien merecen una atención de la política pública.

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(2) Familia Soto. Un ejemplo más, una casa compartida por tres grupos familiares. Es un modelo de escalera exterior en esquina. En el primer piso habitan los hermanos solteros, y en los segundos pisos son los departamentos para los hermanos casados. Esta es la manera en la cual han evolucionado en el tiempo, la casa de los padres se ha transformado en un trifamiliar con sentido práctico. La expresión exterior refleja una capacidad de trasformación según los “deseos de la familia”.

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13 (3) Una propuesta de densificación a escala de una manzana En estas imágenes vemos las distintas intervenciones que podemos tener. En cualquiera de los barrios populares vamos a encontrar distintos niveles de consolidación. Esta es una manzana que corresponde a un Grupo residencial del Segundo sector, de las iniciales, en Villa El Salvador, sin embargo es posible encontrar algunas casas más consolidadas que otras. Las intervenciones para la construcción de esta arquitectura popular deberían estar aplicadas en estas viviendas que están creciendo. Los profesionales pueden articularse con las dinámicas que se dan en el mismo barrio, los maestros de obra, la propia familia, y probablemente encontrar las mejores respuestas. Desde el inicio podemos plantear propuestas donde la vivienda unifamiliar puede convertirse en multifamiliar, con la posibilidad de que las familias puedan intervenir sobre todo en el tratamiento de los exteriores. Y esto se articula con la idea de ya no producir estas intervenciones a nivel de solamente un lote. Es posible todavía encontrar que las viviendas se han construido hacia el frente de la calle, dejando al interior un gran espacio que podría ser replanteado, así como la utilización de la propia calle. La propuesta aquí es intervenir en un modelo que, trayendo ejemplos de la parte histórica de la ciudad ‐un modelo como quinta‐ pueda tener el carácter de calles internas, de espacios interiores desde donde se pueda acceder también del interior de las viviendas. Y de repente, según esta idea de una escalera exterior por cada lote, poder transformar las casas para que estas escaleras exteriores puedan ser compartidas a través de modelos de calle aérea.

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Cómo citar este artículo: Tokeshi G.S., Juan. “Arquitectura híbrida. El paisaje de la ciudad popular”. Revista Electrónica Construyendo Nuestra Interculturalidad, Año 5, Nº5, Vol. 4: 1-14, 2009. Disponible en: http://www.interculturalidad.org/numero05/docs/0503-Arquitectura_hibrida-Tokeshi_GS,Juan.pdf

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