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El magisterio es misión, apostolado y destino, dijo alguna vez Andrés Henestrosa

El magisterio es misión, apostolado y destino:

Andrés Henestrosa

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En mayo, un pequeño homenaje a todos los maestros de la República

l encierro al que nos obliga la pandemia del coronavirus no fue pretexto para festejar a todos los profesores de la República; lo misE mo a los de educación básica, media superior y superior, quienes día a día dejan su vida en las aulas ubicadas desde el más remoto rincón de la provincia mexicana, hasta los que dictan cátedra en las universidades.

Cuenta la historia que el día del maestro tiene su origen desde mediados del siglo XVII, donde el sacerdote y pedagogo, Juan Bautista de La Salle

dedicó parte de su vida a la formación de maestros que daban clase a hijos de artesanos y niños de escasos recursos; y debido a su labor, el 15 de mayo de 1950 el papa Pío XII lo nombró el “patrono universal de todos los educadores”.

En México fue el presidente Venustiano Carranza quien estableció oficialmente el 15 de mayo al firmar el decreto en 1917, por lo que a partir del año siguiente y hasta el día de hoy, se celebra el Día del Maestro. De acuerdo con datos estadísticos son más de 2 millones 100 mil profesionales de la educación en los distintos niveles, quienes celebran su día.

Andrés Henestrosa dijo alguna vez que “El magisterio es misión, apostolado y destino”. Solo así se explica verlo remontar, trasponer alturas para llevar el pan del alma, que es la letra a los que carecen de todo pan. Bien lo saben los que vienen del pueblo apartado, de la montaña, del desierto; no lo olvidan los que eran niños en los días más aciagos de nuestras luchas libertarias, de la penuria del erario mexicano.

Y Elena Poniatowska nos recuerda a Rosario Castellanos quien contaba de su escuela en Comitán, Chiapas “…donde una sola maestra agrupaba en un único salón de clases a niños y niñas de todas las edades y enseñaba curiosas materias como “Calores y Palancas”, epistemología, o sea el estudio de los pistilos de las flores y otras especialidades recónditas”.

Poniatowska puntualiza: “Sin embargo, debió ser una extraordinaria maestra, puesto que el producto fue Rosario, la mayor escritora mexicana después de Sor Juana Inés de la Cruz, trescientos años más tarde”.

Por ello, en este mes de mayo, este pequeño homenaje a todos los maestros de la República.

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