Cultura de inocuidad como indicador financiero proesa

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CULTURA DE INOCUIDAD COMO INDICADOR FINANCIERO Los negocios con finanzas saludables fortalecen su sostenibilidad; desarrollo de nuevos productos; innovación; capacidad para acceder a nuevos mercados nacionales e internacionales, etc. Dentro de ese esquema, la eliminación o disminución de las fallas en el circuito de producción, es determinante. Pero hay algo más importante: las fallas en Inocuidad, pueden frustrar las expectativas de negocio e inclusive hacer que se pierda todo el esfuerzo realizado. En todas las empresas las fallas tienen costo económico pero en la Industria de Alimentos, las fallas en Inocuidad también son críticas porque implican riesgos a la salud, que podrían llegar hasta la muerte del consumidor.

Ninguna Planta de Alimentos desea hacer daño al consumidor, al contrario, el objetivo es posicionar sus productos y asegurar cada día más mercado. Las fallas son amenaza latente pero con sistemas correctos, ejecutados correctamente, pueden preverse, controlarse, y en caso que aparezcan la Planta debe disponer de planes probados para evitar que el alimento llegue al consumidor. Para diseñar los planes es esencial no ver las fallas como inherentes al proceso sino entenderlas como amenaza, y tener la convicción que deben evitarse.

Daños a la Salud del Consumidor: Los daños a la salud, según la gravedad, pueden provocar pérdida de clientes, debilitamiento de imagen, demandas, litigios, pérdida de confianza en la marca, y hasta el cierre de la Planta, por tanto, todos los esfuerzos que se hagan para desarrollar la “Cultura de Inocuidad” deben entenderse como necesarios para cumplir con dos compromisos ineludibles: a) compromiso legal y normativo, b) compromiso moral con el consumidor. Al elevar el nivel de cumplimiento, la Planta también obtiene beneficio económico y mejoramiento en expectativas de negocio.

Hagamos el siguiente ejercicio: Pensemos ¿qué pasaría si la Planta está ante una “Situación en la cual existe probabilidad razonable de que el alimento pueda causar una consecuencia adversa y seria a la salud del consumidor (personas o animales) o su muerte.”? Esta situación se conoce como SAHCODHA [Serious Adverse Health Consequences or Death to Humans or Animals] e implica que la Planta está ante un grave problema, con la urgente necesidad de retirar del mercado todos los alimentos afectados, y que debe informar rápidamente al consumidor para advertirle el riesgo. Interpretaremos mejor esa situación si mentalmente nos ubicamos en la Planta e imaginamos que nos está ocurriendo. Al imaginarlo tendremos insumos para evaluar el impacto.


Las empresas comprometidas con la salud del consumidor no temen enfrentar responsablemente el retiro (recall), ni dudan en hacerlo si es necesario, pero la idea del ejercicio mental es evaluar todo lo que involucra un retiro y tomar la decisión de implementar mecanismos para evitar que ocurra, y que si ocurre, pueda controlarse a tiempo. Estas fallas tienen costo económico pero no es eso lo más importante sino el invaluable costo por daños a la salud, y representa la principal preocupación de la FDA.

Daños en la Calidad Las fallas de calidad generalmente no interfieren con la Inocuidad sino con los costos y lo más seguro es que se detecten antes que el producto salga al Mercado. Son ejemplos: merma en volumen de los granos a causa de insectos de grano almacenado [los roedores, aves y murciélagos, entre otros, sí tienen potencial de daño a la salud]; empaque arruinado por mal funcionamiento de la empacadora; materia prima o empaque inservible por humedad; desecho de etiquetas por información incorrecta [si es alérgeno no declarado sí puede afectar la salud]; daño a empaque por manejo inadecuado de estibas; producto No Conforme, etc. Todo lo anterior también está asociado a gastos de re-trabajo.

Prevención: Gasto, Costo o Inversión Coincidiremos entonces que lo más grave es la capacidad de las fallas para provocar daño a la salud. Para el caso de fallas que pueden causar SAHCODHA indiscutiblemente la misión es prevenirlas y si se presentan, el costo de solución, por alto que sea, es irrelevante porque debe priorizar la salud del consumidor.

Para otras fallas, el dinero asignado a la prevención podría parecer gasto, y aumenta esa percepción si la Planta no ha calculado el valor financiero de las pérdidas por fallas. Entendiéndolas en función de inversión, el primer paso es identificarlas y ponerles valor en moneda; luego identificar la causa raíz de las fallas. Los datos resultantes serán el parámetro para decidir hacia qué debe orientarse la inversión, y para medir resultados.

En el proceso de prevención y corrección de fallas hay otros beneficios, por ejemplo: las mejoras en edificio aumentan o mantienen el valor del Activo; las mejoras en Mantenimiento prolongan la vida útil de la Maquinaria y Equipo, y aumentan la efectividad porque reducen los paros de emergencia para reparaciones. Al mismo tiempo, todas las mejoras cooperan a crear condiciones para que la Organización completa asimile y viva la Cultura de Inocuidad.

Invertir en Inocuidad es el mejor negocio en la Industria de Alimentos.


Guadalupe Galo Directora de Capacitaciรณn Program Alimentos Representante para C.A. de Food Product Integrity (FPI) Febrero/2017


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