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Editorial

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Un mojón en la historia nacional

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El año académico en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC) llegó a su fin, y el año calendario languidece: a la vuelta de dos semanas diremos adiós a 2017 y recibiremos, entre alborozo e incertidumbre, al nuevo año 2018.

Cada fin de ciclo invita al balance, al repaso mental de cuánto se hizo, de cuánto ocurrió y de sus antípodas: los pendientes, los asuntos inconclusos y los procesos en marcha, aquellos que, según las certeras palabras de un conocido vallenato, “no tienen horario, ni fecha en el calendario”.

Para la USAC el año que termina fue uno de muchas enseñanzas –perogrulladas aparte– en diversos sentidos, en particular en cuanto al cumplimiento de su mandato constitucional de contribuir al estudio y solución de los problemas nacionales. En 2017, como en muchos otros momentos de la historia nacional, la USAC supo estar en el centro del acontecer nacional, en un año en que la crisis política e institucional llegó a nuevos picos de complicación.

Estudiantes, docentes, trabajadores, investigadores y autoridades estuvimos en las masivas movilizaciones de septiembre, octubre y noviembre pasados, expresión del entrelazamiento del ser universitario con las causas más sentidas del pueblo de Guatemala.

Pero el que hacer universitario, aun en el acotado ámbito del caldeado clima sociopolítico nacional, va más allá de la calle y la plaza. La USAC, como institución, acompaña y participa de procesos encaminados a la búsqueda de soluciones viables a los problemas inmediatos y mediatos del país, al tiempo que

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señala el necesario nexo entre el abordaje de la coyuntura y los más profundos planos de la estructura.

Ese espíritu de aporte constructivo, de búsqueda de caminos viables e incluyentes, se plasma en la propuesta de Agenda Mínima que la USAC puso a disposición de la sociedad guatemalteca, para alimentar los necesarios esfuerzos de diálogo y entendimiento que el país necesita para salir del atolladero crítico en que se encuentra.

La idea rectora de esa propuesta es que la crisis política, que tiene como trasfondo una aguda polarización social, podría ser una ventana de oportunidad para construir convergencias que permitan no solamente superar las aristas más complicadas de la coyuntura, sino también para avanzar en el encuentro de rutas hacia la solución de aquellos problemas más profundos. Con razón, en la citada propuesta de Agenda Mínima se plantea que “resolver una crisis en la superficie, sin tomar en cuenta los elementos estructurales, sentaría las bases para la profundización del debilitamiento del Estado y del sistema democrático guatemalteco. Por el contrario, los tiempos convulsos deben ser una oportunidad” para que tanto el Estado como la democracia sean fortalecidos.

Tal es uno de los aportes sustantivos de la USAC, y de su Instituto de Investigación y Análisis de los Problemas Nacionales (IPNUSAC) para sembrar un mojón en la historia nacional, uno que marque el inicio del arreglo viable, posible y necesario tanto de las dificultades inmediatas como de la remoción de las trabas estructurales, que mantienen entre ambas al país chapaleando en el pantano de la crisis.

Nuestra Revista Análisis de la Realidad Nacional es parte de ese esfuerzo institucional universitario

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encaminado a abordar con responsabilidad, profundidad y creatividad los muy diversos componentes de la vida de una sociedad compleja y dinámica, que se debate entre el lastre de fuerzas ancladas a un pasado de oprobio e impunidad, y un amplio abanico de actores emergentes, empeñados en lograr el avance del país por una senda de progreso, bien común y auténtica democracia.

En 2017 culminamos seis años de construcción y mantenimiento de un espacio académico plural e interdisciplinario, que reivindica la tradición de la libertad de cátedra, el debate vivo e informado, así como el ejercicio de la crítica y la propuesta responsables. Nuestra revista se ha consolidado y se constituye en un componente sustantivo de ese mojón en la historia patria, del que hablamos antes.

Confiamos en que 2018 será propicio para continuar por esta senda de la reflexión seria sobre los problemas nacionales y que, como ha ocurrido en 132 ediciones digitales y 21 ediciones impresas, seguiremos contando con el favor del aporte de las y los articulistas y la atención de ustedes, nuestros amables lectores y lectoras.

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