2 minute read

IPNUSAC

Editorial

Hacia el reencuentro de la primavera

Advertisement

IPNUSAC

Contrariando las “verdades fáciles” en uso en la sociedad de consumo, el inicio de un nuevo año no es, para todas y todos, ni feliz ni venturoso. En países como Guatemala –es de sobra conocido– la ventura o la dicha tienen el terreno bastante delimitado por condiciones estructurales que –no solamente en lo material, sino también en lo espiritual– dejan excluidas de su alcance a la abrumadora mayoría de la población.

La tendencia para Guatemala desde hace ya varios años es hacia el empeoramiento de la situación, con indicadores cada vez más preocupantes. Así, por ejemplo, circula desde hace varios días en las redes sociales una gráfica atribuida a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en la que nuestro país aparece entre las tres naciones de la región con mayores índices de pobreza. En último lugar aparece Honduras (con más de 60 por ciento), le sigue Guatemala (llegando a 60 por ciento) y en el escalón siguiente se sitúa Haití (con cerca de 57 por ciento).

Al presentar, el 20 de diciembre pasado, el Panorama Social de América Latina 2017, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, destacó que el impacto mayor de la pobreza y la pobreza extrema recae sobre la infancia y la juventud, las mujeres y la población residente en las áreas rurales. No extraña, pues, que Guatemala se encuentre en ese bochornoso penúltimo lugar del ranking regional.

Lejos de nuestra intención está hacerla de pregoneros de la catástrofe o de propagandistas del pesimismo. Pero la responsabilidad académica y profesional obliga a empezar este nuevo ciclo editorial sin prestarnos a la venta facilona y barata de la felicidad, tan en boga en las pasadas jornadas del fin de año.

Debemos vernos al espejo de 2017 y admitir que aquí las cosas marcharon de mal en peor; que nada sustantivo pasó como para pretender que 2018 será mejor. Para muestra, los acontecimientos políticos de la primera quincena de enero, de los que da cuenta nuestro primer Análisis de Coyuntura del año.

Pero de la constatación de que iniciamos un año difícil –cuyo desarrollo nos proponemos analizar en cada edición de Revista Análisis de la Realidad Nacional– no debe llegarse a conclusiones derrotistas, ni conformistas. Por el contrario, la experiencia histórica del pueblo guatemalteco enseña que, frente a la adversidad se despliega la creatividad y se construye la capacidad no solamente para subsistir, sino para trascender. El estallido de indignación ciudadana ocurrido en septiembre de 2017 confirma que, tras la aparente paciencia y el dejar hacer, suelen acumularse las fuerzas para forjar los caminos del reencuentro con la primavera. Los gélidos vientos del norte que aquejan a las y los guatemaltecos en estas primeras semanas del año inevitablemente cederán su protagonismo a la tibieza tradicional de nuestro clima. Con esa misma certeza, estamos convencidos de que, por obra del propio pueblo guatemalteco, nuevamente Guatemala florecerá.

This article is from: