Los versos de la madera Limam Boisha Ilustraciones
Irene Romero Nevado
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Hay un silencio que quiebra la palabra. Y la palabra quiebra el silencio transparente en la inmensidad del Sahara. En las ma単anas despiertas entre las estrofas de un poema se filtra el amargo vaso de la vida. Desde el fondo de una tetera suavemente galopa, respira el sonido al ritmo de un tabal de agua. Cuando las hojas se abren, lo artificial se rompe y se ahogan los vasos en el jugoso manantial del dulce amor.
Cuando rompe la sed en tus labios de esmeralda. Cuando brota la espuma el alma dialoga. Los vasos con su dialecto aportan el sensual suspiro entre dos distintas manos para derretirse en un mensaje explosivo. La muerte de un vaso es un instinto de la vida. La luz verde se entrega al ritmo del misterio encantador, al dulce sue単o de las noches dormidas, a las deseadas citas en la callada esquina. La hoja es por fin libre y ardiente cuando rompe la sed en tus labios de esmeralda.
Un beso
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de lo s labios de Europa
Mi padre me dijo: “yo naci el año de los dientes verdes de los dromedarios”.
: regunto p e m o s Ahora y hecho de nue s o m ¿qué he ro años, t os? estrech y s o n tan leja ¿Cayeron malbaratados entre el olvido de la tradición y la sed de las dunas? ¿Se esfumaron en el aire como haces de leña?
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Buscad los a en la poes ía huesos de la como nues tr
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años a, a memori a ros antepa sados.
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os, n vers las, o s s o ros añ ia de estrel Nuest v una llu sa yerba como mo la her as abejas. o m o c l rto de Estos son nuestros años o el pa abandonados, esqueletos trágicos como grandes tormentas, como una lluvia roja o un vendaval de langostas.
Y no estos otros incipientes y artificiales que ahora colgamos del almanaque de nuestros sueños.
En el polvo de tu mirada en el espejo de la soledad, descubro la inspiraci贸n de tus doradas dunas.
En el polvo de tu mirada exploro la ruta hacia Porto Saudade, donde existe mucho m谩s que el olor de los claveles.
Paola
En el polvo de tu mirada el fado emociona, incluso lejos de la portuaria taberna. (Mi mano repasa los c贸digos de la estructura de tu cuerpo mientras frotas una talha para captar la esencia de ms ancestrales esp铆ritus)
de Lisboa
Si es preciso, como ladrón, pintaré nubes en ese cielo estéril, grávidas nubes para humedecer los resecos labios que roen la garganta de los pozos. Mientras el ego de los caminos se salpica con huesos de dromedarios como pasos de cebra. Habrá que esperar el parto de las nubes. Y cuando el espejo de la tierra saque a relucir su alfombra, se abrirán mis párpados al arco iris y quizá con sístole pincelada de cada Galb, se irisarían: Tiris jadra.
Si es
preciso.
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