Gloria Isabel López Mt Desarrollo de competencias lingüísticas 4° semestre
Huellas en el interior Hace un par de meses que he sentido este vacío, desde mi ventana veo pasar en la esquina doble de mi casa, parejas que irradian felicidad, algunas otras amargura, en fin cada uno y lo que siente, lo que es cierto es que al verlas a mi mente vienen imágenes de mi misma cuando solía tener compañía, cuando tenía a quien abrazar, a quien besar y hasta con quien pelear, ahora sólo quedan un par de cosas materiales, tus recuerdos, nuestras fotos, los instantes, a diario digo tal vez mañana si te olvido, pero en el intento de olvidarte me pierdo y comienzo a amarte, las noche son un castigo sin tu cuerpo, mi cama me es indiferente, el aullido de los lobos ya ni siquiera se siente. Sé que es tiempo de olvidarte, de sacarte, de tirarte, pero ¿Cómo? Dime cómo quieres que lo haga, si apenas me sientes perdida das la media vuelta y regresas hacía mí. No te culparé ya por eso, culpa también tengo yo, por permitir que entres, que salgas, que hagas y deshagas, pero ya basta ahora sí tendrás que decidir. ¿Te quedas o te vas? pregunte al instante en que te vi, apenas y cruzábamos las mirada, mientras tú intentabas dar explicaciones vanas, mi mente pensaba: si decides quedarte tal vez nos espere un futuro juntos, el mejor de toda la existencia corazón, pero si decides marcharte este será el adiós definitivo, será el adiós que jamás pensé que llagaría, pues estar sin ti no es precisamente lo que yo esperaba. Con un poco más de frialdad en mis palabras, te pregunté una vez más lo que al principio, y tras escucharlo, un silencio amargo se apodero del poco oxigeno que había dentro del auto, en ese instante supe que era el principio del final, que tu silencio me decía a gritos que te ibas, no pude contener el llanto, te abrace y sentí como tu corazón ya no palpitaba al ritmo del mío, es una pena que te marches, adiós susurre en tu odio, adiós amor mío. Han pasado un par de meses y aún quedan huellas en el interior…