Benemérita Escuela Normal Manuel Ávila Camacho Licenciatura en Educación Preescolar Cuarto semestre Evaluación del aprendizaje Ana María Frausto de la Torre "Avances, limitaciones y retos actuales de la evaluación del aprendizaje en México"
Gloria Isabel López Martínez
"Avances, limitaciones y retos actuales de la evaluación del aprendizaje en México" La evaluación en educación, ha tenido un importante desarrollo y una serie de transformaciones a nivel conceptual y metodológico a lo largo del siglo, sin embargo esto no garantiza el éxito de la misma, al momento de aplicarlos en los contextos escolares. Desde épocas antiguas se ha tenido la tendencia de evaluar para valorar y sobre todo para diferenciar y seleccionar, de esta forma los más aptos según la examinación tenía los puestos privilegiados, a la par dicho modelo es utilizado en las escuelas de forma similar. Así aparece el examen en la educación, cuya forma de evaluación es la más antigua de la humanidad, el concepto examen aparece en el campo de la medicina, mismo que combina técnicas de jerarquía que vigila, normaliza y sanciona, dicho instrumento permite calificar, clasificar y castigar. Dicho en otras palabras los exámenes se encargan únicamente de evaluar contenidos y resultados, su función es asignar un valor numérico a los alumnos, pero acertar en la mayor cantidad de reactivos no determina cuanto saben los educandos, ni responder de forma fallida indica que no tienen capacidad para aprender. Lo impactante de este instrumento tradicionalista es que no se encuentra sustentado sobre un modelo educativo con base en perspectivas teóricas sino que es una imitación de la utilización en otra ciencia, por lo que los resultados obtenidos con el mismo resultan fallidos y poco racionales. Tiempo más tarde aparece la evaluación como punto de partida para mejorar la calidad educativa, considerando a Tyler como padre de la misma, en donde se pretende que a través de la emisión de juicios sobre la eficacia de los programas a partir de objetivos previamente establecidos, se determinen cambios individuales a nivel de los alumnos. En la influencia por Cronbach y Scriven, se plantea la necesidad de introducir la valoración, el juicio, como un contenido intrínseco en la evaluación, la cual está orientada hacia los individuos y a la toma de decisiones en términos de los instrumentos o programas empleados por el sistema educacional.
Hacía la década de los ochenta, el enfoque de la evaluación desarrollado por Guba y Lincoln, es respondente y constructivista, mismo que debe estar guiado y orientado en el aprendizaje del alumno y en sus competencias desarrolladas. Pese a que la evaluación ha tenido avances significativos, la aplicación en las aulas, sigue siendo tradicionalista, por lo que se ha visto envuelta en serios problemas que asechan la educación en México, existe una ruptura entre lo que se dice y lo que se hace, puesto que pasa el tiempo y la forma de evaluar sigue siendo la misma, se habla de un cambio en los planes y programas de estudio, pero quién menciona y sobre todo quién verdaderamente aplica un cambio en la evaluación. En pleno siglo XXI el concepto evaluación debe ser redefinido, no se puede seguir relacionando evaluación con examen, ni se puede seguir concibiendo al individuo como objeto descriptible, analizable, reducido a rasgos específicos, ya que esto limita y reduce las capacidades de los alumnos a simple memorización de contenidos que no resultan útiles ni significativos para su vida diaria. Considero que la mayor limitación de la evaluación, es querer evaluar comprensión a través de pruebas memorísticas, se plantea un avance en la misma pero se siguen utilizando instrumentos inapropiados, tal vez por la falta de preparación docente en torno a qué, cómo y cuándo se debe evaluar. Cambiar las formas de evaluación es un gran reto que implica cambiar la concepción de la misma y ponerla en práctica en las aulas. Para empezar el objetivo de la evaluación no es corregir a los alumnos, sino ayudarlos en las dificultades que presenten, tampoco se evalúa para clasificar, ni etiquetar, ni asignar un número, sino para determinar el nivel de dominio conceptual y procedimental que han alcanzado los alumnos sobre los estándares curriculares, otro error común es la evaluación descontextualizada, que se hace con las famosas pruebas estandarizadas, en donde se exige un nivel no adaptado a cada contexto, lo evaluado no es coherente con los alumnos y su aprendizaje, por lo que los resultados arrojados suelen ser bajos e inapropiados. De esta forma es importante romper con los esquemas tradicionales y comenzar a concebir la evaluación como una valoración del proceso de enseñanza y aprendizaje, en donde a través de la utilización de diversos
instrumentos que resulten adecuados y variados permitan a los estudiantes demostrar sus capacidades en diversos contextos y la par propiciar en ellos la reflexión y el análisis en torno a lo aprendido, por lo que dicho proceso debe contribuir a que los alumnos y el docente reconozcan sus logros y dificultades y puedan anclar sobre ellos. Desde esta perspectiva la evaluación implica un proceso formativo, que se compone de tres fases o momentos: evaluación sumativa, evaluación cuantitativa y evaluación cualitativa, en pro de la mejora de la calidad educativa.
Bibliografía Escudero T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de intenso desarrollo de la evaluación en educación. Revista Electrónica de Investigación y Evaluación Educativa, RELIEVE, 9 (1), 11-43. Foucault, M. (1977). El examen. En: Vigilar y Castigar (pp. 189-198). México: Siglo XXI Editores. Santos, M. A. (1988). Patología general de la evaluación educativa. Infancia y Aprendizaje, 41,143- 158.