EL trayecto de la formación. Los enseñantes entre la teoría y la práctica
Gilles Ferry. Escrita a partir de su experiencia como docente e investigador, describe de manera clara y sintética de los diversos temas que se abordan en los discursos sobre la pedagogía y la formación. Analiza la formación científica y pedagógica de los docentes, así como la formación de formadores. Considerar a la enseñanza como un trabajo esencialmente relacional es situarla personalmente vivirla y asumirla dinámica de las interacciones con sus modalidades de reciprocidad, de dominación, de dependencia y de conflicto. Ninguna persona se forma a través de sus propios medios, tampoco se puede formar por un dispositivo, ni por una institución, ni por otra persona. Formarse no puede ser más que un trabajo de si mismo. El ejercicio de la profesión de enseñante ha estado subordinado a la adquisición de conocimientos y a la realización de cursos. La formación implica un gran trabajo en el ser humano, para no quedarnos en el conformismo y no estancarnos académicamente, para ello es necesario tener un orden de cosas o de ejemplos a seguir. Al formarse con el paso de los años se espera poder dominar las acciones o actividades realizadas, y también enfrentarse a las situaciones nuevas, a tener un cambio social y personal que uno ya no espera de la transformación de las estructuras, el remedio al desempleo, la democratización de la cultura, la comunicación y la cooperación entre los seres humanos, Formación: es un proceso de desarrollo individual tendiente adquirir o perfeccionar capacidades”, capacidad de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender, de utilizar el cuerpo, etc. Incluye las etapas de la vida escolar, con éxitos y fracasos, y los caminos marcados e instrumentados que emprende obligatoria o facultativamente el trayecto de la formación. Formarse es reflexionar para si, para un trabajo sobre si mismo, sobre situaciones, sobre sucesos, sobre ideas. Una formación profesional: que el educador cumple con las capacidades de la dinámica pedagógica para enseñar y los conocimientos académicos propios de su especialidad. Hablamos del maestro como simple trasmisor pero él es en realidad un formador, un profesionista que moldea a los futuros profesionistas y si él no reconoce esa labor la formación será un fracaso. El profesor se convierte o es convertido por el sistema en un burócrata, un simple funcionario que se apega al sistema y solo transfiere conocimientos mediocres pero la verdad no forma porque se olvida de que ni el mismo termina de educarse pues siempre aprende algo nuevo y se olvida de mostrarle a sus alumnos la importancia y la influencia que tiene la vida en la formación profesional porque cada vivencia influye en la
identidad profesional. Un formador moldea, es inevitable que un profesor no funja como modelo a seguir o imitar por su educando, pero la educación normalista no busca la imitación si no ser la guía de los futuros formadores buscando dotarles de “autonomía” para que ellos busquen su propio estilo de enseñanza, un proyecto de su propiedad que esté dotado de sus vivencias y realidades, que busque la armonía de la dinámica y la academia. El texto es de gran interés para nosotros como estudiantes de la licenciatura en educación puesto que nos proporciona una visión más amplia de los alcances y limitaciones de la relación teórico-práctica, así como de las diferentes manifestaciones de los modelos, que nos será de gran utilidad. Existen dos modelos que son el tradicional, y el otro es el de la nueva pedagogía, donde el contraste es el del pasado y el porvenir, el de la rutina y el de la innovación, del conformismo y de la autonomía, de lo reproductivo y de lo creativo, de lo pasivo y de lo activo. El estudio no es suficiente, también se tendrá que adquirir un saber hacer.-Lo importante para que pueda prepararme en el oficio de enseñantes realizar experiencias, de cualquier naturaleza, que lo enfrenten con diversas realidades y que permitan probar sus capacidades.