Olympe de gouges es el seudónimo de maría gouze

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Olympe de Gouges es el seudónimo de María Gouze, escritora, dramaturga, abolicionista y feminista francesa, heroína que se atrevió a reivindicar, en una época en la que la mujer no era tenida en cuenta, la igualdad de derechos entre hombres y mujeres , en el marco histórico de la Revolución Francesa, por lo cual se la considera precursora del feminismo.


Nacida en la ciudad francesa de Montauban el 7 de mayo de 1748, en el seno de una familia burguesa, su padre era carnicero y su madre hija de un negociante de telas vendedora de objetos de tocador. Como era costumbre en la época, con tan solo 17 años fue casada con un hombre muy mayor, un tal Aubry, el matrimonio fue infeliz y corto, muriendo su marido al poco tiempo, quedando ella viuda, con un hijo, y con el convencimiento de que nunca volvería a casarse:” el matrimonio es una tumba para el amor”. Tras la muerte de su marido, 1770, se trasladó a Paris con su hijo Pierre Aurby, donde residiría hasta su muerte, allí es donde comenzaría a dedicarse a la literatura.


En Paris, llevó una vida burguesa, se preocupó de que su hijo recibiera una muy buena educación, se dedicó a frecuentar los salones literarios de París y allí conoció a los intelectuales del siglo de oro, entre ellos, el que sería su padrino literario, el poeta Jean-Jacques Lefranc de Pompignan. Es aquí donde empieza su carrera literaria: obras de teatro donde hablaba de la condición de los hombres esclavos negros: Zamore y Myrza o La esclavitud

de los negros o el feliz naufragio, Lucinda y Cardenio, El matrimonio de Chérubin, El hombre generoso, El filósofo corregido y Molière en casa de Ninon. Olympe de Gouges mantuvo una intensa actividad a favor de la abolición de la esclavitud, publicó el ensayo Réflexions sur les hommes nègres y Le marché des Noirs.


En 1788, el Periódico general de Francia (Journal général de France) publicó dos de sus folletos políticos, tratando uno de ellos de su proyecto de impuesto patriótico (Lettre au Peuple) y en el segundo presentaba un programa de reformas sociales. Tras estos escritos continuaron folletos que dirigía periódicamente a los representantes de las tres primeras legislaturas de la Revolución, a los Clubes patrióticos y a diversas personalidades como Mirabeau, La Fayette y Necker a los que admiraba. Se calcula que fueron cerca de 30 panfletos. Fundó varias Sociedades Fraternas para ambos sexos. En 1791 escribió su famosa Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que comenzaba con las siguientes palabras:

Hombre, ¿eres capaz de ser justo? Una mujer te hace esta pregunta


Otras obras importantes fueron: Mirabeau en los Campos Elíseos (1791), El convento o los votos forzados (1792) y Les Vivandiers (1793). Escribió, además, El príncipe filósofo, obra en la que, en forma de cuento oriental, expone sus ideas acerca de los derechos de las mujeres, y muchos sobre cuestiones sociales, como El espíritu, Las

tres urnas y Un testamento político. Trabajos profundamente feministas y revolucionarios. Defensora de la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada, la igualdad con el hombre en el derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar en público de temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito familiar y eclesiástico. Realizó planteamientos sobre la supresión del matrimonio y la instauración del divorcio, y el reconocimiento paterno de los niños nacidos fuera de matrimonio. Fue también una precursora de la protección de la infancia y a los desfavorecidos y recomendó la creación de talleres nacionales para los parados y de hogares para mendigos.


Tras la Revolución, tomó partido por los Girondinos y advirtió sobre los riesgos de dictadura criticando duramente la política de Robespierre y Marat. Denunció también la creación del Comité de Salvación Pública. Esa postura le costó el encarcelamiento en agosto de 1793. Fue condenada por un tribunal revolucionario por apoyar a los Girondinos, siendo guillotinada el 3 de noviembre de 1793.


Tras su muerte su obra cayó en el olvido, la mala interpretación de sus escritos contribuyó a convertirla en objeto de desprecio y burla a lo largo del siglo XIX, donde gran parte de la intelectualidad francesa rechazaba frontalmente la idea de que una mujer hubiera sido ideóloga revolucionaria. Se dijo de Olympe de Gouges que apenas sabía leer y escribir, se sospechó de la autoría de sus obras y se dudó de su capacidad intelectual hasta llegar a cuestionar sus facultades mentales

.

Hubo que esperar hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, para que Olympe de Gouges se convirtiera en una de las grandes figuras humanistas de Francia al final del siglo XVIII.


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