Figuras de gestión del territorio El caso de huertas urbanas en las laderas de Medellín EAFIT | Maestría en procesos urbanos y ambientales | Laboratorio III Camilo Restrepo
Isabel Basombrío + Valentina Franco + Diana Marcela Rincón
Figuras de gestión del territorio: El caso de huertas urbanas en las laderas de Medellín
Imágen de la huerta de Don Tiberio Gómez. Comuna 8. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío. 2015
EAFIT | Maestría en procesos urbanos y ambientales | Laboratorio III Camilo Restrepo | Isabel Basombrío + Valentina Franco + Diana Marcela Rincón
ÍNDICE Introducción
Introducción
La continua expansión en los cada vez más difusos límites entre lo rural y lo urbano sobre las laderas de Medellín, plantea un problema crítico en materia urbana y ambiental para la administración y las autoridades locales, imponiéndoles un reto en cuanto a la implementación de herramientas de gestión del territorio que aporten a la configuración de estos entornos en constante expansión.
1. Contextualización de los procesos Antecedentes Pregunta de investigación e hipótesis. Agricultura urbana en Colombia Marco Institucional Marco Normativo
2. Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas Procesos de base comunitaria Procesos apoyados por Presupuesto Participativo Procesos apoyados por Secretarías municipales Iniciativas institucionales: Jardín circunvalar - EDU
3. Red de huertas y mercados locales ¿Cómo funcionará?
(G5)
La ladera nororiental, ha sido a lo largo de la historia de la conformación urbana de la ciudad, la que ha recibido la mayor parte de personas que han llegado desplazadas (URBAM, 2014), convirtiéndose en un área de alta densificación, que presenta un panorama complejo dado principalmente por las condiciones geográficas de inestabilidad de sus suelos, los cuales están compuestos por una roca llamada Dunita, cuyo origen y composición, sumado a las altas pendientes en ladera representan una amenaza para el establecimiento de asentamientos humanos debido a los constantes deslizamientos de tierra y desprendimiento de material (Urbam & DAP, 2013). En razón de lo anterior, en los últimos años las instituciones estatales, privadas y académicas han volcado su atención
sobre el escenario de la ladera, con el objetivo de plantear alternativas sostenibles física, social y ambientalmente, que puedan dar solución o permitir la incidencia en asentamientos precarios en zonas de amenaza geológica alta. Algunas de las estrategias planteadas para la intervención de este territorio, se encuentran en Rehabitar la montaña, investigación elaborada por Urbam y el Departamento Administrativo de Planeación de Medellín (2013), la cual plantea herramientas para abordar diferentes problemáticas en cuanto a la mitigación del riesgo y la anticipación, direccionamiento y desincentivación de la ocupación, mediante 5 proyectos piloto, asociados a diferentes situaciones territoriales características de la ocupación informal. Uno de los proyectos piloto propuestos para desincentivar la ocupación, está relacionado con el uso productivo de los suelos que no deberían ser utilizados para la construcción de vivienda y al igual que los demás planteamientos, está fundamentado en procesos de autogestión; a partir de lo anterior, nace la iniciativa de realizar este trabajo, con el fin de evaluar las diferentes figuras involucradas en los procesos de gestión del territorio en las laderas de Medellín, específicamente los que han girado en torno a la constitución de huertas productivas, pues si bien es
importante el valor de lo que propone Rehabitar la Montaña en cuanto a la pertinencia y la necesidad de liderazgo comunitario sobre los procesos que se implementan en el territorio, no se puede desconocer que actualmente las dinámicas de gestión no son solo comunitarias, sino también institucionales y de carácter mixto, y que a pesar de los esfuerzos de construir estrategias contundentes, eficientes y sostenibles, estas están lejos de generar procesos integrales que conduzcan a un desarrollo sostenible. En este trabajo, daremos una mirada detallada sobre las diferentes figuras de gestión de huertas urbanas en las comunas 3 y 8 de la ciudad de Medellín, evaluando diferentes casos de estudio desde las dimensiones urbana, organizativa, ambiental, económica y social, con el fin de extraer los elementos positivos y negativos más relevantes de los cuales dependen los éxitos y fracasos de los diferentes procesos, y así plantear una propuesta integral de mejoramiento que armonice las relaciones entre las dimensiones analizadas.
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MEDELLÍN
Capítulo 1 | Contextualización Antecedentes
de los procesos
Capítulo 1 | Antecedentes
Desde el planteamiento de BIO 2030 como plan director para Medellín y el Valle de Aburrá, se empezaron a formular las principales apuestas territoriales para la región como parte de una visión de planeación a escala metropolitana. En este ejercicio se analizaron las tendencias que están marcando el desarrollo del Valle de Aburrá y se plantearon las estrategias de intervención en cada ámbito identificado; de esta manera, lo que propone BIO 2030 es la construcción de una metrópoli compacta y policéntrica a través de la integración del territorio, por medio de sus sistemas estructurantes (ambiente/paisaje/ espacio público y movilidad/transporte). Bajo esta premisa, define el enfoque de las dinámicas de crecimiento sobre dos escenarios claves para la sostenibilidad del Valle: 1) el río como centro de actividades y hábitat y 2) la ladera como espacio de ocupación limitada, control del borde urbano y área de importancia ambiental y potencial productivo (Urbam & AMVA, 2011).
Vista aérea del centro de Medellín. Fuente: Wikipedia 2007
A partir de este planteamiento, nace la investigación Rehabitar la ladera (Urbam & Harvard Design School, 2012) como elemento fundamental para el análisis de las condiciones de las laderas del Valle de Aburrá, con el fin de empezar a dilucidar procesos existentes y plantear nuevos procesos de intervención, que conduzcan a un desarrollo sostenible de las laderas del Valle de Aburrá, de acuerdo a lo planteado en el plan director BIO 2030. Esta investigación contó con una segunda fase denominada Rehabitar la montaña (Urbam & DAP, 2013), la cual tuvo una escala de evaluación más acotada, enfocándose en dos
barrios de la ladera nororiental de Medellín. El resultado de esta investigación fue el planteamiento de diferentes propuestas de intervención sostenible para las laderas, en términos de preparación ante desastres naturales, mitigación del riesgo, anticipación y direccionamiento de la ocupación; estas estrategias parten de una apuesta fundamental que consiste en la creación o fortalecimiento de organizaciones de base comunitaria que generen mecanismos eficientes de autogestión del territorio y que tengan la capacidad de mantenerse en el tiempo sin presencia permanente del Estado (Urbam & DAP, 2013). A partir de lo anterior, nace la iniciativa de realizar el presente trabajo, con el fin de evaluar la efectividad de las figuras involucradas en los procesos de gestión del territorio en las laderas de Medellín, específicamente los relacionados con la constitución de huertas productivas, buscando analizar si las experiencias de base comunitaria son las que optimizan dichos procesos en la actualidad, como se plantea en Rehabitar la montaña. Lo que hemos encontrado en el análisis de diferentes procesos, es que existen diversas figuras de gestión -no solo comunitarias- que a pesar de realizar grandes esfuerzos para construir estrategias contundentes y eficientes para los territorios de ladera, están lejos de lograr la implementación de procesos integrales que conduzcan a un desarrollo sostenible, y además puedan representar modelos de intervención replicables en diversos ámbitos de participación.
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Re habitar la ladera
Re habitar la montaña
Capítulo 1 | Antecedentes
Esta investigación surge de una de las líneas temáticas planteadas por el Plan BIO 2030 en su apuesta por desarrollar una lógica de ocupación del territorio, con una re-densificación del río, y un modelo de ocupación de ladera que permita re habitar los bordes de forma integral. Este proyecto se realizó en alianza entre el Centro de estudios urbanos y ambientales de la universidad Eafit -urbam- y el Laboratorio de la Agencia Social de la Universidad de Harvard Graduate School of Design (2011); Rehabitar la ladera evalúa el problema de la ocupación de las laderas y plantea estrategias sobre prevención del riesgo. Propone que a través del uso productivo de las laderas se pueden reducir “las fuerzas destructivas de los desastres y dar lugar a un paisaje urbano más saludable”.
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Posteriormente, se desarrolla Rehabitar la montaña directamente sobre un territorio de estudio que corresponde a los barrios la Cruz y la Honda de la comuna 3 en la ladera nororiental de Medellín, y cuyos ejes temáticos son la anticipación ante desastres, desincentivar la ocupación, mitigar el riesgo y direccionar el crecimiento hacia lugares aptos. El enfoque que se propone está en “lograr que haya un diálogo de saberes entre las instituciones y los actores territoriales que permitan la promoción y el desarrollo de proyectos colectivos, concertados y sostenibles que interpreten las necesidades de los habitantes” (Urbam & DAP, 2013).
Mapa de asentamientos precarios en amenaza del Valle de Aburrá. Fuente: Urbam EAFIT 2012, Re habitar la ladera.
Los asentamientos precarios se encuentran en la zona de mayor riesgo: suelos de dunita y mayores pendientes Imagen de la portada del libro Re habitar la ladera. Fuente: Urbam EAFIT 2012, Re habitar la ladera.
27.000 viviendas ubicadas en áreas de alto riesgo no mitigable y si no se hace nada para este fenómeno, para el 2030 tendremos 13.400 viviendas en zonas de alto riesgo.
Mapa de áreas de ocupación condicionada y áreas de alto valor ambiental. Fuente: Urbam EAFIT 2013, Re habitar la montaña.
Imagen de la portada del libro Re habitar la montaña. Fuente: Urbam EAFIT 2013, Re habitar la montaña.
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Proyectos Piloto Rehabitar la montaña propone 5 proyectos piloto enmarcados en los principios de “gestión de base comunitaria, baja tecnología, replicabilidad y fortalecimiento de las relaciones entre la comunidad y el territorio”. El planteamiento de estos proyectos está basado en la articulación de diferentes estrategias para 1) anticipar desastres mediante la implementación de un sistema de sensores de movimiento del suelo y alarmas tempranas; 2) mitigar el riesgo con el manejo de agua lluvia y estabilización de taludes; 3) desincentivar la ocupación dando un uso proactivo al suelo libre, mediante la implementación sistemas productivos como huertas, arreglos agroforestales y silviculturales y restauración ecológica; y por último 4) direccionar el crecimiento hacia lugares aptos, con la adecuación de lotes con servicios.
Anticipar desastres Alarmas, sensores y sistemas de evacuación
Mitigar el riesgo Manejo de agua lluvia y estabilización de taludes
Desincentivar la ocupación Restauración ecológica y silvicultura
Capítulo 1 | Antecedentes
Todas estrategias lideradas por OBC (organizaciones de base comunitaria)
Imagen de los pilotos propuestos en Rehabitar la montaña. Fuente: Urbam EAFIT 2013, Re habitar la montaña.
Desincentivar la ocupación Agricultura urbana y sistemas agroforestales
Direccionar el crecimiento Lotes con servicio y adecuación del entorno
Pregunta de investigación e hipótesis
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De acuerdo a la Política pública de seguridad y soberanía alimentantaria y nutricional en Medellín, una gestión eficiente del territorio sólo es posible mediante una articulación armónica entre las diferentes figuras involucradas en los procesos de intervención del territorio (Concejo de Medellín, 2005). A partir de esto, nuestra pregunta de investigación está relacionada con entender ¿cuál es la estructura organizativa más adecuada a la hora de liderar procesos de gestión del territorio a escala local? Para desarrollar este proyecto, decidimos retomar una de las líneas propuestas en Rehabitar la montaña, evaluando algunos procesos de implementación de huertas productivas urbanas, como vehículo para el análisis de las diferentes figuras de gestión que se han estado involucradas en su ejecución. La lectura general sobre los diferentes casos de estudio analizados, indica que la implementación de huertas urbanas no ha sido un proceso enteramente exitoso en la historia de la ciudad; hemos encontrado algunos indicios que nos llevan a plantear una hipótesis para explicar esta situación y están relacionados con las brechas de planeación, pertinencia y ejecución de los proyectos, que existen entre las instituciones y la comunidad e incluso intra/interinstitucionales en los procesos de gestión del territorio. Si bien se supone que el desarrollo territorial es de interés común entre los diferentes actores involucrados en estos procesos, el rol que ejerce cada uno (especialmente las instituciones) es de carácter individual y no articulado con las demás iniciativas, lo cual desdibuja la visión de construcción colectiva del territorio.
Mapa con áreas de amenaza alta desocupadas Fuente: Urbam EAFIT 2013, Re habitar la montaña.
Imagen del piloto para desincentivar la ocupación propuesto en Rehabitar la montaña. Fuente: Urbam EAFIT 2013, Re habitar la montaña.
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Agricultura Urbana en Colombia Fue a partir de 1950 cuando por causas de violencia, muchos campesinos colombianos comenzaron a abandonar sus tierras buscando la ciudad. Con ellos, iban las semillas y la experiencia que tenían como cultivadores de la tierra, y comenzaron a montar pequeñas huertas en sus solares para abastecerse de alimentos. (Hermi, 2011).
Comienza el concepto de Agricultura urbana en el mundo
1950
Capítulo 1 | Antecedentes
Violencia Migración de desplazados a la ciudad trayendo semillas y experiencia rural
Línea de tiempo síntesis sobre la historia de la agricultura urbana en Colombia y el mundo. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío. 2015
1960
1970
Bogotá sin hambre 2004-2008
1980
1990
2000
Programa MANA Programa de Mejoramiento Alimentario y Nutricional en el Departamento de Antioquia
Bogotá bien alimentada 2008-2011
2005
2010
Política de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional
2012
Política Medellín de Ciudad Verde y Sostenible.
En 1980, a nivel mundial, comienza a mencionarse el concepto de Agricultura Urbana (AU) y a ser tomado como una práctica para producir alimento y ayudar a la seguridad alimentaria de muchos países. “Desde la década de 1980 los huertos urbanos han ido ganando importancia y adquirido nuevas características relacionadas tanto con la seguridad alimentaria, la calidad de los productos y la generación de empleo, como con la mejora de la calidad de vida, la educación ambiental, las relaciones sociales y la regeneración urbana” (Hermi, 2011). Pero sólo fue en los primeros años del presente milenio cuando se institucionalizó por parte de gobiernos municipales y distritales (Bogotá y Medellín) la promoción de AU como Proyecto de Gobierno: La Alcaldía de Bogotá comienza en el año 2004 el programa “Bogotá sin hambre”. Un plan de política pública del gobierno del alcalde Luis Eduardo Garzón por medio de la cual, a través del Jardín Botánico de Bogotá (JBB), se promocionan como objetivo final las prácticas de AU en esta ciudad. Fue tal el éxito de este programa que rápidamente generó reconocimientos por parte de importantes instituciones internacionales. Autores Como Barriga (2011) sostienen: “Los
logros importantes que se dieron durante los cuatro años de la administración Garzón, fueron reconocidos no solo dentro de la ciudad sino también a nivel internacional por parte de ONG´s como el IPES-Perú y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón- JICA” La siguiente administración 2008 – 2012, dirigida por el Alcalde Samuel Moreno con su programa “Bogotá bien alimentada”, decidió continuar con este plan. Por otra parte, el programa MANÁ (Programa de Mejoramiento Alimentario y Nutricional) en el Departamento de Antioquia, ha contribuido a desarrollar los huertos familiares dentro de las áreas urbanas. Hoy en día cuenta con más de 7500 huertos en 90 municipios y se ha convertido en el proyecto bandera para garantizar la seguridad alimentaria a niños menores de 14 años en la región. En los últimos diez años, la ciudad de Medellín, ha venido desarrollando políticas públicas que han involucrado dentro de sus alcances el tema de la AU y terrazas verdes y productivas, lo cual ha ocurrido en el marco de las políticas públicas de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional (2005) y Medellín, ciudad verde y sostenible (2012), las cuales, además de otros diversos temas, hacen énfasis precisamente en la agricultura urbana, para promover y regular prácticas que favorezcan una mejor alimentación y contribuyan a mantener y desarrollar la cultura agrícola tradicional en el ámbito urbano, contribuyendo a la sustentabilidad económica ambiental y social del área urbana del municipio (Acuerdo 038, 2005)
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Es importante reconocer en la AU una herramienta importante para lograr la Soberanía Alimentaria en una región. Las familias urbanas en espacios reducidos pueden producir sus propios alimentos de una forma orgánica, más limpia y a menores costos ya que no incurren en gastos de transporte, mano de obra e insumos como fertilizantes de síntesis química ni pesticidas. “Este tipo de producción puede aportar hasta el 60 por ciento de las necesidades alimenticias de una familia, mejora sustancialmente la nutrición y permite a éstas gastar una parte mayor de sus ingresos en otras necesidades, como educación y salud (FAO, 2011).
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Marco Institucional
A raíz del análisis de los casos de estudio que se han desarrollado para esta investigación, hemos identificado como imprescindible tener pleno conocimiento del marco institucional en el que cual están inmersos los diferentes procesos de huertas productivas urbanas que se encuentran activos en la ciudad. Medellín cuenta en la actualidad con diferentes iniciativas de estas huertas, las cuales están adscritas dentro de diferentes programas promovidos por Secretarías municipales y entes descentralizados que hacen parte de la Alcaldía, siendo la estructura organizacional de esta última, el marco institucional y burocrático en el cual estos procesos están enmarcados principalmente. Es importante mencionar que si bien las huertas urbanas cumplen un rol importante en materia de gestión del territorio, desde los entes que las promueven, estas no necesariamente se conciben con ese enfoque, pues el objetivo de cada proceso, varía según el tema de interés de quien los coordina. Esta variedad en los enfoques y perspectivas planteadas, en parte explica la desarticulación de todos los procesos que se vienen desarrollando.
Capítulo 1 | Antecedentes
Así las cosas, se identificaron que en en este momento las huertas urbanas de Medellín, hacen parte de programas adelantados por: Secretaría de Participación Ciudadana y la Subsecretaría de planeación local y presupuesto participativo Secretaría de Gobierno y DDHH y la Subsecretaría de gobierno local y convivencia Secretaría de las Mujeres Secretaría de Inclusión social Secretaria de Medio Ambiente EDU - Jardín Circunvalar
Pese a los avances en materia de programas, y de interés institucional por abordar temas relacionados a prácticas productivas responsables ambientalmente y que puedan generar un beneficio colectivo, la falta de planificación y articulación intersectorial a la hora de gestionar, planificar y por ende transformar un territorio, retrasan y hacen improbable la continuidad en el tiempo de los programas, haciendo urgente una sinergia de esfuerzos y voluntades que logre articular los programas y proyectos contenidos bajo objetivos comunes.
Marco Normativo
Organigrama de la Alcaldía de Medellín y gestión de gobierno 2011-2015 . Fuente: Alcaldía de Medellín. 2015.
Los procesos de gestión del territorio que se vienen desarrollando a través de la implementación de huertas productivas en las laderas de Medellín, tienen por marco normativo las políticas públicas de “seguridad y soberanía alimentaria y nutricional”, “Medellín, ciudad verde y sostenible” y la “Política Nacional de Gobernabilidad para la Gestión Integral de la Biodiversidad” siendo estas las que promueven las prácticas ambientales mediante criterios ecológicos, educativos, de innovación y transferencia del conocimiento y también el desarrollo de programas de cultivos agroecológicos, incentivados con el objetivo de generar abastecimiento de alimentos sanos, además de estrategias de mitigación y anticipación al riesgo y control de la ocupación sobre las laderas. Por otra parte, si se tiene en cuenta que el nuevo POT de Medellín, define el suelo urbano como las áreas destinadas a usos urbanos, que cuentan con infraestructura de movilidad, redes primarias de energía, acueducto y alcantarillado, soportando su urbanización y edificación (POT 2014) y el suelo rural como, los terrenos que por su valor de paisaje ecológico, productivo y cultural se reservan para garantizar la base natural, la productividad agrícola, pecuaria y forestal, así como los usos y actividades suburbanos, este sin duda corresponde a un marco de actuación normativa que determina muchas de las acciones
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a desarrollar en estas áreas urbano-rurales de la ciudad, en las que generalmente se encuentran ubicadas las huertas. Es importante agregar que según la definición de los usos del suelo del POT, en el suelo urbano no se contempla la implementación de usos productivos. Y aunque si bien no se prohíbe expresamente, la producción agrícola en este tipo de suelo no está contemplada como un tipo de uso, permitiendo solamente la figura de ecoparques de borde de alta apropiación, a través del cinturón verde metropolitano, con el fin de proteger las áreas de valor paisajístico y ambiental, contener la expansión urbana y desestimular la suburbanización. (POT 2014) En ese orden de ideas, si bien el marco normativo evidencia esfuerzos y avances en materia de regulación de los asuntos ambientales y ecosistémicos, la falta de capacidad y de sinergias a nivel institucional para generar una aplicación armónica de sus esfuerzos, da cuenta de una desarticulación en varios niveles que en últimas se traduce en la dificultad de no poder comprobar la eficacia de las normas.
Imágen de una publicación del Plan de Ordenamiento Territorial de Medellín. Fuente: Alcaldía de Medellín 2015.
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SECRETARÍAS MUNICIPALES
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Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
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Capítulo 2 | Figuras
Dimensión urbana
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Dimensión social
Diagrama con las distintas figuras de gestión de huertas encontradas en la comuna 3 y 8 de Medellín. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015. Diagrama con los distintos componentes de análisis propuestos para cada una de las huertas. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015.
de gestión para la implementación de huertas urbanas
Uno de los indicadores más relevantes para evaluar el éxito de los proyectos productivos, está relacionado con la apropiación local de los procesos por parte de las comunidades, que puedan percibirlos como vehículos de transformación sostenibles en el tiempo, generar o incrementar el arraigo de los pobladores, además de incentivar la conformación o el fortalecimiento de organizaciones comunitarias, que gestionen nuevas iniciativas de intervención prioritarias para el territorio. Por lo anterior, es muy importante analizar los aspectos institucionales y microsociales involucrados en cada uno de los casos evaluados, con el fin de entender cuáles son las lógicas individuales y colectivas que juegan un rol importante en el desarrollo de dichos proyectos. Para esto, es importante comenzar por definir las estructuras organizativas de las diferentes figuras encontradas en el territorio. La implementación de huertas productivas en las laderas de Medellín, se ha llevado a cabo bajo diferentes figuras de gestión. El análisis elaborado para las comunas 8 y 3, a partir de diferentes experiencias (casos de estudio) de implementación de huertas en las laderas de estas comunas, ha arrojado como resultado previo la presencia de 4 figuras principales ya sean de origen comunitario, institucional o mixto que son: 1) procesos de base comunitaria, 2) procesos apoyados por presupuesto participativo -PP-, 3) procesos apoyados por secretarías municipales (G5) y 4) iniciativas institucionales.
manera más detallada posible cada uno de los procesos desde su concepción, financiamiento, implementación, operación y sostenibilidad. Con este análisis logramos identificar los aspectos positivos y negativos más relevantes de cada una de las figuras de gestión encontradas, los cuales determinan la justificación de la propuesta de proyecto que se planteará al final de este documento. La descripción y análisis de cada una de las figuras mencionadas anteriormente se presenta a continuación. Dimensión urbana Tenencia del suelo Tamaño de la huerta Función: Desincentivar la ocupación Espacio público
Dimensión Organizativa
Esquema organizativo ¿Cómo están funcionando? ¿Cuáles son los actores?, ¿qué funciones cumplen?, etc.
Dimensión Ambiental
Insumos y diversidad de especies Servicios ecosistémicos Manejo del agua. Estabilización del suelo
Dimensión económica
Productividad
Sostenibilidad
Autoconsumo Producción para venta local
Dedicación laboral (hs trabajo)
Evaluamos un total de 9 casos de estudio, a los cuales aplicamos un análisis sobre 5 dimensiones: urbana, organizativa, ambiental, económica y social, con el fin de documentar de la
Dimensión social
Educación Ocupación tiempo Vocación campesina
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Comuna 3 La Honda y La Cruz
Comuna 8 13 de noviembre y villatina
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Huerta La Honda Secretarías Municipales
Huerta La Cruz EDU
Huerta familiar Diana Castañeda
Huerta PP Colegio Rayito de Sol
Huerta PP Colegio Sol de Oriente
Huerta EDU Pinares de Oriente
Huerta PP Libardo Arango Huerta familiar Isela Quintero
Esquema de localización de las huertas en la comuna 3. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015 con base en imágenes aéreas Alcaldía de Medellín 2007.
Esquema de localización de las huertas en la comuna 8. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015 con base en imágenes aéreas Alcaldía de Medellín 2007.
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Al contrario de lo que pueda pensarse, las iniciativas productivas de base comunitaria no son tan comunes en estos territorios y nacen a raíz de una vocación campesina, que encuentra la oportunidad de cultivar y generar alguna productividad en los lotes aledaños o cercanos a sus casas, con el objetivo de garantizar el consumo propio, pero sin aprovechamiento de la producción excedente para la comercialización. Generalmente estas huertas son trabajadas por los poseedores de los predios y sus familiares cercanos.
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
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Procesos de base comunitaria: Huertas familiares
Huerta Diana Castañeda Autoconsumo 1 persona encargadas
Huerta de Diana Castañeda 1
Comuna 3 No hay datos de la cantidad de huertas de este tipo.
Identificamos tres proyectos de este tipo, de los cuales dos se encuentran actualmente adoptados por recientes procesos institucionales; el primer caso es el de las huertas familiares en el barrio Pinares de Oriente de la comuna 8, que comenzaron como iniciativa comunitaria para aportar a la seguridad alimentaria de la zona (Urbam y DAP, 2013), pero que ha tenido varios procesos de intervención por parte de diferentes instituciones a través del tiempo. En la actualidad, estas huertas hacen parte del proceso formal de intervención del borde urbano-rural que enmarca el proyecto Jardín circunvalar
de Medellín liderado por la Empresa de Desarrollo Urbano – EDU- (S. Gómez, comunicación personal, 24 de Febrero de 2015). El segundo caso es muy similar y corresponde a la huerta comunitaria del barrio Bello Oriente, que de igual manera comenzó como parte del proyecto de Huertas Campesinas de la comuna 3; esta iniciativa surge de los actores comunitarios de origen campesino, como estrategia para garantizar la soberanía alimentaria de sus pobladores, fortalecer su vocación agrícola y proteger el medio ambiente (Calle et al, 2012), y actualmente es una de las Ecohuertas comunitarias del Jardín Circunvalar de la EDU. El último caso corresponde a la huerta familiar de la señora Diana Castañeda, ubicada en el sector la Honda de la comuna 3; esta huerta nace por iniciativa propia para el autoabastecimiento de la familia conformada por tres personas, sin pretensiones de constituir un sistema productivo comercial, y aunque en el pasado ha tenido inyección de recursos provenientes del programa de atención a víctimas de la Secretaría de Gobierno, actualmente es un proyecto autosustentable de operación particular.
Imagen de la huerta de Diana Castañeda. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015. Esquema de localización de la comuna 3. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015.
Cultivos de la huerta. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015,
Actualmente
subutilizada
300 m2
Evita la construcción
de 7,5 casas de 40 m2
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DATOS
Dimensión urbana
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Dimensión Organizativa
Dimensión Ambiental
Dimensión económica
Dimensión social
Huerta de 300 m2 ubicada en un borde urbano - rural.
Huerta familiar. Hace parte del predio de la vivienda.Manejada por la propietaria.
Utiliza buenas prácticas agrícolas (BPA): Alelopatía; bajo aporte de insumos químicos (mezcla de lombricompost y Triple15). Cuenta con diversidad de especies. El riego se hace con agua del acueducto; no tiene fuentes alternativas ni maneja el agua lluvia. Utiliza sistema de terrazas.
Dedicación en tiempo: media jornada. Autoconsumo.
Familia de 3 personas beneficiadas de origen rural y vocación campesina. Víctimas del conflicto.
ANÁLISIS Desincentiva la construcción de 7,5 casas. Controla el crecimiento urbano.
Es un proceso individual que no genera relaciones colectivas.
Incrementa servicios ecosistémicos Reduce la necesidad de insumos externos para control de plagas Reduce tiempo de dedicación Incoherencia insumos (triple 15) Aumenta costo (Agua EPM)
Además del autoconumo, podría producir: * 500m2 > 1 smlv > $644.350 300 m2> $386.000 Actualmente subutilizada.
Potencial de prolongar en el tiempo esta práctica. Sentido de pertenencia por su entorno. Mejora su autopercepción y sentido de seguridad humana. Genera reconocimiento social
¿Qué aprendimos de estas huertas?
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Las iniciativas individuales son compatibles con procesos de gestión del territorio. La conformación de sistemas productivos como las huertas en las laderas de Medellín, generalmente responde a la iniciativa de personas de origen campesino que han sido desplazadas como víctimas del conflicto en Colombia y que tratan de replicar sus prácticas cotidianas en su nuevo entorno. Esta vocación agrícola representa un gran potencial para el desarrollo de este tipo de procesos, los cuales pueden constituir escenarios para el rescate de conocimientos tradicionales sobre prácticas agrícolas, mejoramiento de las condiciones nutricionales, ambientales y económicas a nivel local, aporte a la constitución de procesos de base comunitaria, cohesión social, mejoramiento de la autoestima y la autopercepción comunitaria, entre otras. Como se planteó en Rehabitar la montaña, el uso proactivo del suelo puede ser una estrategia valiosa en procesos de control del territorio como desincentivador la ocupación (Urbam & DAP, 2013); en el caso de la huerta de Diana Castañeda por ejemplo, el uso de un área de 300 m2 para este fin, está previniendo la construcción de 7,5 viviendas, de modo que replicar esta iniciativa puede funcionar para controlar el crecimiento urbano hacia las laderas, especialmente en áreas de amenaza geológica alta. Desde el punto de vista organizativo, al ser una iniciativa individual y privada, no genera relaciones colectivas, pero sí
Imagen de la huerta de Diana Castañeda. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015. Análisis por componentes Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco, Isabel Basombrío 2015.
constituye un referente al que acuden diferentes personas de la comunidad, de modo que tiene potencial para atraer futuras relaciones y procesos a nivel comunitario. En términos ambientales y económicos, el manejo de las huertas con buenas prácticas agrícolas (BPA), reduce la necesidad de inyección de insumos externos, lo cual tiene como resultado un menor impacto ambiental y una reducción de los costos de producción; la biodiversidad en las huertas es un factor fundamental, pues incrementa los servicios ecosistémicos que éstas brindan y tiene inferencia en el mejoramiento de las condiciones nutricionales de las personas que están involucradas en los procesos al tener acceso a una mayor variedad de vitaminas y minerales; sin embargo, el balance general en estas dos dimensiones se ve seriamente afectado por el manejo del agua, debido a que el uso de agua del acueducto para el riego de las huertas, incrementa los costos económicos y ambientales. Teniendo en cuenta que una familia de 4-5 personas puede autoabastecerse de vitaminas y minerales durante un año con un área productiva de 200 m2 (Salvaterra, 2014), esta huerta podría estar generando todo el autoabastecimiento de la familia y un excedente para comercializar por un valor aproximado de
“Sembré rosa amarilla, por que sé que es una planta aleopática y aleja a los insectos”. Diana, Comuna 3
(1) Calculado de acuerdo a los datos de productividad para el Valle de Aburrá realizados por la fundación Salvaterra (2014) donde se estima que un área productiva de 500 m2 genera el autoabastecimiento para una familia de 4-5 personas + un excedente para comercializar por valor de un salario mínimo mensual ($644.350 para 2015) con una dedicación de tiempo completo de una sola persona.
386.000 pesos mensuales (1). La subutilización productiva que presenta esta huerta es una condición que se repite en numerosas experiencias; adicionalmente, dicha subutilización también se presenta a nivel de provisión de servicios ecosistémicos, pues una mayor cobertura y diversidad de especies, pueden generar mejores condiciones ambientales en el entorno cercano y si además las huertas se diseñan utilizando elementos de bioingeniería, pueden constituir un elemento clave en los procesos de mitigación del riesgo en zonas que presentan amenazas geológicas.
Procesos apoyados por Presupuesto Participativo
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3 Huertas Colegio Sol de Oriente. Autoconsumo 10 personas encargadas
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
DON RAMÓN LIBARDO
Huerta Institución Educativa Rayito de Sol. Autoconsumo 3 personas encargadas
2 Jorge Eliecer
Huerta Ramón Libardo Arango Autoconsumo 2 personas encargadas
2 1 3
Colegio Sol de Oriente
estos casos, la huerta de Don Ramón Libardo Arango, quien al ser desplazado de su pueblo natal San Andrés de Cuerquia, 5 años atrás como consecuencia del conflicto armado del país, encontró una oportunidad en el programa de huertas apoyadas por PP para seguir trabajando su vocación campesina, y no desaprovecharla en la ciudad. En la actualidad y como resultado de una serie comodatos que a través del programa se otorgan a personas como Don Ramón, el cultiva y cosecha una área total de 100 m2, los cuales utiliza fundamentalmente para abastecerse de los productos que allí tienen, tanto para él como para su esposa. El segundo caso, el de la Institución Educativa Rayito de Sol, nace a raíz del interés de tres vecinos del sector quienes accedieron al recurso tras proponer desarrollar una huerta en un terreno de 100m2, perteneciente a la institución educativa del sector, y el cual hasta entonces había utilizado como escombrera y lugar de desechos de basuras. La variedad de productos que allí se cosechan de igual forma que el caso anterior, son utilizados para el consumo de quienes trabajan la huerta, sin generar ningún tipo de recurso por su comercialización. Por último, la
20 Huertas
por PP en comuna 8
Esquema de localización de la comuna 3.Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Esquema organizacional de PP y huertas comunitarias.Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Sólo para el
autoconsumo
Huertas implementación y huertas fortalecimiento
iniciativa de huertas del colegio Sol de Oriente, también apoyada por PP, nace a raíz de la técnica en medio ambiente y recursos ecosistémicos ofrecida a estudiantes de últimos grados de dichas institución, quienes al disponer de un área de 300m2 alrededor la institución, aprovecharon el recurso para el cultivo y cosecha de vegetales- además de ser la única iniciativa que identificamos que hace uso de lombricultivo y recolección de aguas lluvias-. Este caso, al igual que los anteriores también destina los productos cosechados al consumo particular de los jóvenes que allí trabajan.
Mesa ambiental
Imagen de la huerta de Diana Castañeda.Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Comuna 8
Alumnos
Un total de 20 huertas distribuidas en las comunas 3 y 8 hacen parte de esta figura que consiste en la inyección de recursos para la implementación de nuevas huertas o el fortalecimiento de huertas existentes. Esta figura podría considerarse mixta, pues las huertas de fortalecimiento inicialmente fueron procesos de iniciativa comunitaria a los que tiempo después les fueron asignados unos pocos recursos para mejorar su productividad, mientras que las huertas de implementación son iniciativas que surgen directamente por la institución encargada, que en estos casos es la Secretaría de Participación Ciudadana. De manera general, el aporte anual de recursos asignados a cada huerta es muy bajo y la mayor parte de éstos se destina a la compra de insumos externos que son provistos por un operador único asignado por la Secretaría. El operador sólo se encarga de proveer los insumos una vez al año pero no presta apoyo logístico o técnico a los huerteros. Bajo este esquema de funcionamiento identificamos 3 huertas apoyadas por presupuesto participativo, siendo el primero de
Colegio Rayito de sol
1
25
Huertas Quebradas
Jac + Jal
Presupuesto Participativo
Convivencia Cultura Deporte Educación Infraestructura
Grupos Juveniles
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DATOS
Dimensión urbana
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Dimensión Organizativa
Dimensión Ambiental
Dimensión económica
Dimensión social
caso 1) 300 m2 caso 2) 100 m2 caso 3) 100 m2 Predios pertenecientes a instituciones públicas o del estado. (casos 1,2 y 3) Huertas comunitarias Manejadas por vecinos del barrio con acompañamiento técnico hecho por la Alcaldía .
(casos 1,2 y 3) Utilizan buenas prácticas agrícolas (BPA). El riego se hace con agua del acueducto en los casos 2 y 3, en el 1 se recolecta agua lluvia para el riego. Utilizan sistema de terrazas y camas.
(casos 1,2 y 3) Dedicación en tiempo: media jornada. Autoconsumo.
caso 1) 10 estudiantes beneficiados caso 2) 3 familias benediciadas caso 3) 1 familia de dos personas Todas de origen rural y vocación campesina.Víctimas del conflicto.
ANÁLISIS Desincentiva la construcción de: caso 1) 7,5 casas. caso 2) 2,5 casas. caso 3) 2,5 casas. Controla el crecimiento urbano. (casos 1,2 y 3) No existe una figura de coordinación entre el operador y los huerteros. Los operadores se limitan únicamente a proveer los insumos, generalmente una vez por cada contrato (casos 1,2 y 3) Son huertas poco productivas por recibir menos insumos y contar con poca diversidad de especies. Las especies utilizadas no son las más adecuadas para aportar a los procesos nutricionales BPA (sin triple15) En el caso 1 hay recolección de aguas lluvias.En los casos 2 y 3 Aumenta costo (Agua EPM). (casos 1,2 y 3) Subutilización productiva porque no comercializan lo que cosechan.Imposibilidad de alcanzar el área mínima para autoconsumo por la cantidad de personas involucradas. (casos 1,2 y 3) Potencial de prolongar en el tiempo esta práctica. Sentido de pertenencia por su entorno. Mejora su autopercepción y sentido de seguridad humana. Genera reconocimiento social.
¿Qué aprendimos de estas huertas? Existe una PP dependencia y una subutilización de los territorios asignados a huertas El programa de Presupuesto participativo, corresponde a una asignación de presupuesto anual de recursos de libre inversión, para ser destinados a las necesidades que las comunidades exponen en sus planes de desarrollo local, destinación de recursos que se asignan de acuerdo a la priorización que al interior de las comunidades se dé a los temas de interés. Estos temas de interés se desarrollan a través de comisiones temáticas, que cuentan con un acompañamiento técnico que se ofrece desde la Alcaldía y sus diferentes secretarías. La comisión temática de asuntos ambientales es receptora de muy bajos recursos, en tanto generalmente este es un tema que no suele estar dentro de las prioridades de las personas, por lo tanto todos los procesos relacionados con el medio ambiente, suelen recibir porciones muy reducidas del recurso si se les compara con aquellos procesos que tienen que ver con temas de recreación y deporte o infraestructura, por ejemplo. Bajo este panorama, y teniendo en cuenta que los procesos de huertas están asociados directamente a la comisión temática ambiental, estas reciben cantidades de recurso muy reducidas, las cuales inciden directamente sobre la calidad y la constancia del acompañamiento técnico y de los insumos, los cuales se
Imagen de los semilleros realizada en el colegio Sol de Oriente. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Análisis por componentes Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
suministran solamente una vez al año, pero al mismo tiempo haciéndolas dependientes de un recurso que no garantiza ni la sostenibilidad, ni la transferencia del conocimiento, involucrándolas además dentro de un mecanismo de subsidio, pero no dentro de unas dinámicas de mercado, que les permitan generar condiciones para su autosostenimiento y haciéndolas en esa medida “PP-dependientes” Bajo una dimensión urbana puede decirse que con estas huertas se aporta al control de la ocupación sobre la ladera, en tanto gran parte de los terrenos utilizados para su propósito están ubicados en zonas o que bien son de alto riesgo o pueden ser potencialmente ocupadas. En términos organizativos, estas varían entre características colectivas y particulares en tanto el recurso se asigna a grupos como el del colegio Sol de Oriente (10 personas), o familiares como el caso del Don ramón Libardo (2 personas) En materia ambiental, se identificó que algunas de estas cumplen un rol fundamental en tanto están evitando que esos mismos espacios se usen como botaderos de desechos; por otra parte,
“La comuna 8 es receptora de desplazamiento y necesita sustento, aquí es una prioridad la seguridad alimentaria”. Luisa, mesa ambiental Comuna 8 “ Hay que cambiar el método de sostenibilidad de las huertas” Gustavo, mesa ambiental Comuna 8
27
algunas procuran hacer uso de lombricultivos y compost, lo cual habla de una conocimiento arraigado de prácticas responsables para la fertilización de sus cultivos. Desde la dimensión económica, si bien estas generan una producción que es utilizada para el consumo particular, puede decirse que al igual que en otros casos evaluados, se está generando una subutilización de lo que se cosecha en tanto estas podrían servir como núcleos de provisión a pequeña escala, lo cual no ocurre. Por último, y socialmente hablando, identificamos que estas son altamente valoradas por aquellas personas que se involucran dentro de cada proceso en tanto representan la oportunidad ideal no solo para generar un abastecimiento propio, sino para poner en práctica una vocación campesina, o también como campo de estudio para jóvenes que quieren adquirir conocimiento en materia ambiental.
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Procesos apoyados por Secretarías
2 SECRETARÍAS MUNICIPALES
Huerta Diana Castañeda Autoconsumo 10 personas encargadas
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
DON TIBERIO
Huerta La Honda Autoconsumo 4 personas encargadas
Huerta la honda
1
primero de ellos, es el caso de la huerta de Diana Castañeda (reseñada anteriormente también como huerta familiar). Este caso específico sirve para ejemplificar muy bien una huerta de fortalecimiento, en tanto la Secretaría de Gobierno y DDHH entró a apoyarla al identificar a Diana como víctima del conflicto armado. La existencia de un contrato con la secretaría llevó a que esta huerta de origen particular y no comunitario, abriera sus puertas a la comunidad, involucrando a un grupo de 10 personas que entraron a hacer parte del proceso. A la larga esto derivó en una situación de agotamiento por parte de Diana, su poseedora original al tener que lidiar con un grupo mayor de personas dentro de su predio, y en la consecuente terminación del contrato. El segundo caso identificado en la parte alta del barrio la Honda, da cuenta también de un proceso que ha sido complejo en la medida que, buscando desincentivar la ocupación en un terreno potencialmente ocupable se comenzó con un proceso de adaptación del lote para el desarrollo posterior de la huerta. Esta adaptación, la cual significó un mes de trabajo par las personas
Sólo para el
autoconsumo
Huertas implementación y huertas fortalecimiento
del barrio, se vio interrumpido al identificarse que allí no era posible el suministro del recurso hídrico. Si se tiene en cuenta, que este es un lote de 1000m2, esto da un cuenta de proceso iniciado irresponsablemente, en tanto no se previeron todas las variables al momento de incentivar el procesos, lo cual se ha traducido en una desactivación del mismo.
Imagen de las huertas apoyadas por secretarías municipales. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Comuna 3
DIANA
A diferencia de los proyectos apoyados por presupuesto participativo, estos casos reciben mayores recursos y un acompañamiento técnico por parte de la secretaría encargada. Sin embargo, aunque los proyectos son manejados directamente por la comunidad, son liderados por el técnico asignado por la Secretaría, de modo que las personas no tienen autonomía sobre estos. De los 14 núcleos que existen en la ciudad, identificamos dos que funcionan o han funcionado bajo esta figura. El
2 1
Huerta secrtetarías
El grupo de las 5 secretarías involucradas en procesos de huertas (coloquialmente llamados G5) corresponden a la Secretaría de medio ambiente, Secretaría de las mujeres, Secretaría de gobierno y derechos humanos (+ programa de atención a víctimas), Secretaría de inclusión social y familia y Secretaría de participación ciudadana. Al igual que lo que ocurre con Presupuesto Participativo, este grupo de Secretarías apoya procesos existentes o promueve la creación de nuevas huertas por medio de la inyección de presupuesto ordinario.
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14 Huertas
en Medellín
Esquema de localización de la comuna 3. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Esquema organizacional de las Secretaría de Medio Ambiente y huertas comunitarias.Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Alcaldía de Medellín
Secretaría de Medio Ambiente
Subsecretaría de Gestión Ambiental
Huertas Implementación Fortalecimiento
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DATOS
Dimensión urbana
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Dimensión Organizativa
Dimensión Ambiental
Dimensión económica
Dimensión social
caso 1) 300 m2 caso 2) 1000 m2 Predios de instituciones públicas y de privados Huertas comunitarias. Caso 1) Manejada por su dueña y por vecinos del barrio con acompañamiento técnico hecho por la Alcaldía. Caso 2) No inició actividades. Utilizan caso 1) buenas prácticas agrícolas (BPA): Alelopatía; bajo aporte de insumos químicos (mezcla de lombricompost y Triple15). Cuenta con diversidad de especies. Caso 2) No han cultivado todavía. Caso 1)El riego se hace con agua del acueducto; no tiene fuentes alternativas ni maneja el agua lluvia. Caso 2) No cuenta con suministro del recurso hídrico. Utilizan sistema de terrazas. Caso 1) Dedicación en tiempo: media jornada. Autoconsumo. Caso 2) No han cosechado todavía casos 1) dueña + 10 familias beneficiadas casos 2) 4 familias beneficiadas . De origen rural y vocación campesina. Víctimas del conflicto.
ANÁLISIS Desincentiva la construcción de: caso 1) 7,5 casas. caso 2) 25 casas. Controla el crecimiento urbano. Caso 1) Los operadores se limitan únicamente a proveer los insumos, generalmente una vez por cada contrato. Caso 2) No inició actividades. Caso 1) Incrementa servicios ecosistémicos. Reduce la necesidad de insumos externos para control de plagas. Reduce tiempo de dedicación Incoherencia insumos (triple 15) Aumenta costo (Agua EPM)
Caso 1) No se calculó la relación personas/ área y esto generó sobreocupacón de esta huerta, impidiendo a todos los participantes de obtener beneficios significativos. Caso 2) Al ser un terreno de 1000 m2 se podría abastecer a 5 familias de 4 ó 5 personas por un año. (Casos 1 y 2) Potencial de prolongar en el tiempo esta práctica. Mejora autoestima y confianza Mejora indices violencia familiar
¿Qué aprendimos de estas huertas? Muchos procesos realizándose pero con una falta de visión a largo plazo Se identificó que los programas de huertas no solamente corresponden a las secretarías de participación ciudadana o medioambiente, sino que también secretarías como la de mujeres, inclusión social, y gobierno y DDHH, se encuentran invirtiendo recursos en programas de huertas urbanas. En total entonces, identificamos un grupo de cinco secretarías que se han unido bajo el propósito de aportar mediante recurso ordinario al desarrollo de iniciativas productivas, y las cuales se han agrupado bajo el autodenominado G5, lo que ha surgido en parte respondiendo al llamado de la política pública en seguridad alimentaria por generar sinergia y coordinación entre los entes municipales comprometidos con esta política. Este esfuerzo que si bien identificamos en tanto han conformado un grupo particular para esto y que en la actualidad alcanza un total de 300 personas inscritas trabajando en 14 núcleos (huertas) se ve desarticulado en tanto cada secretaría plantea enfoques diferentes según sea su tema de interés. Así las cosas, el objetivo particular que los ha reunido hasta ahora ha sido cumplir con la norma, más sin embargo conceptualmente no hay una construcción compartida que se traduzca en que estas huertas apoyadas por ellos se estén enfocando de una forma
particular, característica entonces que no aporta a que estas sean sostenibles en el tiempo. En materia urbana, al igual que en los demás casos de estudio, estas huertas aportan a desincentivar procesos de ocupación en tanto los terrenos que suelen ocuparse para este propósito en tanto estan ubicados generalmente en bordes urbano - rurales. A nivel de organización, estas se han caracterizado por incentivar generalmente procesos comunitarios en los que se incentiva el trabajo colectivo, característica que si bien puede generar lazos fuertes entre las comunidades, al mismo tiempo hace vulnerables los procesos en tanto dependen de cierta armonía entre las personas vinculadas. En el ámbito ambiental, estas se han encargado de incluir dentro de sus prácticas, funciones de control importantes como la aleolapatía, mediante la siembra de especies destinadas para este propósito, sin embargo por otra parte, y muchas veces en razón de la extensión de sus lotes, el uso de fertilizantes químicos suele ser generalizado en la medida en que no hay una organización de prácticas a lo largo del proceso que permita desarrollar fertilizantes orgánicos.
“La sostenibilidad dura lo que dura el contrato”. Oscar, funcionario de la Secretaría de Medio Ambiente Imagen de la huerta de Diana Castañeda. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Análisis por componentes Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
“Al principio eramos 15 mujeres y todo lo que cosechabamos era para el gasto de nosotras. Habían muchas que se mantenían muy ocupadas con otras cosas y al fInal esto empezó a volverse un estress para mí y es dije que por mi bien y por el de todas es mejor deshacer esto”. Diana, huertera Comuna 3
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Bajo una dimensión económica, al igual que con las huertas apoyadas por PP, estas se enmarcan dentro de un esquema de administración de subsidio y de contrato con un operador, quien se encarga de suministrar insumos y capacidad técnica, sin involucrar a estos procesos dentro de la formación de capacidades o de mecanismos de mercado, que aporten a un mejor sostenimiento de estas, características particulares, que obligan a que exista un contrato de por medio para que las iniciativas se lleven a cabo. Por otra parte, en el ámbito social en tanto estas estimulan procesos de trabajo colectivo, lo cual en cierta medida puede funcionar, también puede ser motivo de conflictos entre las personas de la misma comunidad, sin embargo el hecho de vincular a las personas encargadas al trabajo de la tierra y su productividad se traduce en una apropiación, fortaleza social de apropiación que puede verse amenazada cuando desde las instituciones que coordinan los procesos no se tienen en cuenta las posibles contingencias que en el camino pueden detener los procesos.
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Luz Mary Judy
1
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Huerta EDU PINARES DE ORIENTE
Ecoparque TINAJAS
Judy
Iniciativas institucionales: Jardín Circunvalar
Huerta Pinares de Oriente Autoconsumo 6 personas encargadas Tinajas Viviero 4 encargados
2
3
Huerta La Cruz Autoconsumo 5-7 personas encargadas
2 1 3
Existen 23 huertas enmarcadas en el proyecto Jardín Circunvalar, que corresponde a uno de los componentes del macroproyecto Cinturón Verde Metropolitano propuesto por la Alcaldía de Medellín y liderado por la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU, 2015). El modelo de operación de las huertas es una alianza entre la EDU, el banco Arquidiocesano de Alimentos y la fundación Salvaterra. El Banco de alimentos lidera intervenciones en temas de nutrición para comunidades vulnerables y la fundación Salvaterra es una ONG que trabaja en temas sociales, ambientales y económicos sobre la base del apoyo técnico agronómico. Este proyecto pretende generar corresponsabilidades, sinergias y rentabilidad social, por lo cual está concebido como una serie de unidades productivas que puedan proveer vitaminas y minerales a las familias involucradas (autoabastecimiento) y generar excedentes que se puedan comercializar en las tiendas barriales y en los mercados campesinos de la ciudad. Actualmente, todos los excedentes que no son comercializados en los mercados barriales, son recolectados por el Banco de alimentos para utilizarlos en sus programas de comedores comunitarios y son intercambiados con los productores por otros productos de la canasta familiar
(D. Villegas, comunicación personal, 9 de Abril 2015). Todas las huertas apoyadas por la EDU deben ser operadas por asociaciones comunitarias, las cuales se formaron alrededor de estos proyectos y no eran organizaciones existentes, salvo algunas pocas excepciones.
23 Huertas
EDU en Medellín
Esquema de localización de la comuna 3 y 8. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Esquema organizacional de la Alcaldía de Medellín, la EDU y las fases de las huertas comunitarias. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Autoconsumo, venta en tiendas barriales y trueque con el Banco de Alimentos
Huertas implementación y huertas fortalecimiento
Sobre esta figura analizamos tres experiencias; la primera, la huerta del barrio Pinares de Oriente de la comuna 8, ubicada contigua a las experiencias de huertas familiares de origen comunitario que existen desde hace bastante tiempo, la cual actualmente involucra aproximadamente 6 familias. La segunda, Tinajas, ubicada en la comuna 8, no es una huerta propiamente dicha, sino que es un proyecto para la producción de Fique que presenta una perspectiva empresarial muy consolidada y no se destina a la producción de alimentos; y por último, la huerta del barrio La Cruz, ubicada en una zona de alto riesgo por haber presentado un episodio trágico de deslizamiento de tierra, y que hoy es una huerta productiva en la que se encuentran ivolucradas activamente entre 5-7 familias.
Imagen de la huertas del Jardín Circunvalar.Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
Comuna 3 y 8
Huerta LA CRUZ
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Alcaldía de Medellín
Halelopatía Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
EDU
Jardín Circunvalar
Fase 1 Fase 2 Fase 3
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DATOS
Dimensión urbana
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Dimensión Organizativa
Dimensión Ambiental
Dimensión económica
Dimensión social
Caso 1) 500 m2 Caso 2) 2000 m2 Caso 3) 1000 m2 Predios públicos
ANÁLISIS Desincentiva la construcción de: Caso 1) 12,5 casas. Caso 2) 50 casas. Caso 3) 25 casas. Controla el crecimiento urbano.
(Casos 1,2 y 3) Huertas comunitarias manejada por por vecinos del barrio con acompañamiento técnico hecho por la Alcaldía.
(Casos 1,2 y 3) Los operadores no sólo proveen los insumos, sino también hacen un acompañamiento técnico permanente.
(Casos 1,2 y 3) Utilizan buenas prácticas agrícolas (BPA). Cuenta con diversidad de especies.El riego se hace con agua del acueducto; no tiene fuentes alternativas ni maneja el agua lluvia. Utilizan sistema de terrazas.
(Casos 1,2 y 3) Incrementa servicios ecosistémicos. Reduce la necesidad de insumos externos para control de plagas. Reduce tiempo de dedicación Aumenta costo (Agua EPM)
(Casos 1,2 y 3) Dedicación en tiempo: media jornada. Autoconsumo y comercialización. Caso 1) 6 familias beneficiadas Caso 2) 4 personas Caso 3) 5-7 familias beneficiadas de origen rural y vocación campesina.Víctimas del conflicto.
Además del autoconumo, podría producir: Caso 1) No se calculó la relación personas/ área y esto generó sobreocupacón de esta huerta, impidiendo a todos los participantes de obtener beneficios significativos. Caso 2)Tiene el objetivo de comercializar lo que produce. Caso 3) Alcanza un punto de equilibrio entre su tamaño y la cantidad de personas que abastece. (Casos 1,2 y 3) Potencial de prolongar en el tiempo esta práctica. Mejora autoestima y confianza Mejora indices violencia familiar
¿Qué aprendimos de estas huertas? La organización comunitaria no es la figura más eficiente en la actualidad La coyuntura actual que supone el hecho de que la alcaldía municipal está desarrollando uno de sus Macroproyectos en las laderas (Cinturón verde metropolitano), ha ocasionado la inyección de una cantidad considerable de recursos a los procesos productivos (huertas urbanas) en estos territorios. Esto sumado al hecho afortunado de la decisión que el “Jardín circunvalar de Medellín” no fuera únicamente un jardín ornamental sino un “jardín productivo”, ha ocasionado un importante avance en la constitución y fortalecimiento de los sistemas productivos a pequeña escala con los que la ciudad cuenta actualmente. Sin embargo, los esfuerzos técnicos y financieros han estado enfocados principalmente en una visión de corto plazo que permita visualizar resultados de manera casi inmediata, en lugar de establecer procesos fuertes y con visión de empresarismo que puedan realmente crear o estrechar los lazos de organización comunitaria, ser eficientes controladores del territorio, asegurar el acceso a diversidad y calidad en los alimentos para las poblaciones más vulnerables y mejorar las condiciones económicas a nivel local. Es evidente que los procesos analizados cumplen con una importante función de desincentivar la ocupación en zonas de
amenaza alta y de control del borde urbano, pero los mismos integrantes de la comunidad que están involucrados en estos proyectos productivos, no son conscientes de esta situación. Esto puede estar relacionado con el hecho de que no existe una claridad en el planteamiento de dichos proyectos desde las instituciones hacia la comunidad, por lo cual, en general la comunidad no se apropia adecuadamente de los procesos. Como pasa en la mayoría de los casos, existe una subutilización productiva de los predios, debido a la baja diversidad de especies y/o la poca comercialización de los productos. Adicionalmente, existe una descoordinación y falta de sentido de pertenencia por parte de algunos miembros de la comunidad que están involucrados en los procesos y por lo tanto, las organizaciones comunitarias no constituyen la figura más adecuada para el liderazgo de estos proyectos en las condiciones actuales. A pesar que las huertas son manejadas por la comunidad, existe un acompañamiento constante por parte de la EDU en los temas técnicos y de comercialización e intercambio de los productos; esta situación sería beneficiosa si los procesos ya estuvieran muy consolidados y las organizaciones comunitarias
“La misma comunidad está manejando esto y hoy la comuna 8 que ha sido tan olvidada toma más valor.” Ecoparque Tinajas, proceso cultivo fique. Comuna 8. Imagen de la huerta de Diana Castañeda. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015. Análisis por componentes Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
“Nosotros aquí trabajamos mucho, y ellas por estar trabajando por fuera descuidaban el trabajo conjunto” Luz Mary. Pinares de Oriente. Comuna 8.
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bien estructuradas, de modo que el acompañamiento no implicara dependencia sino la capacidad de potenciar los procesos existentes; pero en el contexto actual, en el cual las instituciones son los proveedores del 100% de los insumos y del seguimiento de los procesos, pareciera que instalar las capacidades en la comunidad y promover su autonomía, aún es un camino bastante largo.
CONCLUSIONES DEL ANÁLISIS
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Dimensión urbana
Capítulo 2 | Figuras de gestión para la implementación de huertas urbanas
Dimensión Organizativa
La mayor parte de las huertas están ubicadas en borde urbano rurales y tienen potencial para la funcion de desincentivar la ocupación. Existe una problemática en torno a la tenencia de la tierra. En general son suelos privados, no del estado. Hay una falta generalizada de visión a largo plazo Brechas entre las instituciones, entre estas y la comunidad y entre la comunidad misma. La organizacion comunitaria no es la figura más eficiente. Las iniciativas individuales son compatibles con procesos de gestión del territorio. Tienen un potencial subvalorado de provisión de servicios ecosistémicos urbanos: Estabilizacion del suelo, calidad del aire, manejo del agua, etc.
Dimensión Ambiental
En general los procesos productivos generan buenas prácticas agrícolas. Problemática generalizada del manejo del agua, agravada por el uso nulo de aguas lluvias.
Dimensión económica
Dimensión social
Desconocimiento del potencial productivo que genera subutilización del suelo. Desde las comunidades una visión cortoplacista, y desde la institucionalidad no hay estrategias que aporten a la sostenibilidad de los procesos. Funcionan como una fuente de trabajo. Hay una vocación campesina que debe ser estimulada. Mejora autoestima y confianza.
La OBC es una figura ideal, pero no la más eficiente. El análisis de los casos de estudio desde las diferentes dimensiones, nos permite visualizar los elementos más relevantes que se aplican en la gestión de huertas y a su vez, cuáles son los vacíos que deben llenarse con el fin de generar procesos más adecuados, que puedan constituir experiencias integrales de alto impacto replicables en otros contextos similares. Desde la dimensión urbana, podemos concluir que todas las huertas tienen un potencial de cumplir la función de desincentivar la ocupación en zonas de alto riesgo y de controlar el crecimiento en el borde urbano-rural; sin embargo, uno de los factores más importantes a tener en cuenta en este planteamiento, es la solución de los problemas de legalidad en la tenencia del suelo que podrían entorpecer la implementación de sistemas productivos en estas zonas. Una de las soluciones a esta solución sería la adquisición de los territorios por parte del estado. En cuanto al tema organizativo, el fracaso de muchos de los proyectos de implementación de huertas, está relacionado a nivel comunitario con la incapacidad generalizada de apropiación de los procesos, la falta de visión a largo plazo, la debilidad de las organizaciones comunitarias y los conflictos que se generan al gestionar los procesos de forma colectiva; estas situaciones se agudizan cuando las instituciones involucradas no presentan objetivos claros para la intervención, no logran atrapar a las comunidades con los incentivos adecuados o presentan incoherencia en los procesos de articulación intra/ interinstitucionales e institución/comunidad. Existe una tendencia generalizada a pensar que la implementación de huertas debe ser un proceso obligatoriamente comunitario, pero al analizar las experiencias individuales (huertas familiares), encontramos que este tipo de prácticas también pueden aportar a la cohesión social cuando son referentes positivos y sus líderes
se vuelven puntos de apoyo para replicar los procesos; este proceso finalmente puede construir o fortalecer las prácticas colectivas en el territorio. Ambientalmente, las huertas tienen un potencial subvalorado de provisión de servicios ecosistémicos relacionados con el aprovisionamiento de una gran cantidad de alimentos, la regulación de fenómenos como los deslizamientos (estabilización del suelo), mejoramiento de la calidad del aire, incremento de la biodiversidad, control de plagas y enfermedades, provisión y regulación del agua, recuperación de prácticas de valor cultural, entre otros. Sin embargo, encontramos que las huertas en general son manejadas con buenas prácticas agrícolas (BPA) en cuanto al bajo uso de insumos químicos para fertilización y control de plagas, manejo de alelopatía, sistemas diversificados, etc., aunque identificamos una problemática generalizada en cuanto al manejo del agua, pues no existen sistemas de recolección de agua lluvia y la mayoría del riego se hace con agua del acueducto, lo cual además incrementa los costos de producción. En las dimensiones económica y social, los procesos son muy incipientes. En general, identificamos un desconocimiento del potencial productivo de las huertas, lo cual genera una subutilización del suelo y del potencial social, pues estos proyectos pueden mejorar las condiciones de autoestima y confianza en las comunidades, además de ser una fuente importante de empleo si se fortalece la vocación campesina de muchos de los habitantes de estos territorios. Como se mencionó anteriormente, la subutilización productiva puede estar relacionada con el hecho que las comunidades tienen una visión cortoplacista de los procesos y las instituciones no plantean estrategias de intervención que sean sostenibles en el tiempo. Adicionalmente, la dependencia hacia los
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subsidios, la provisión de insumos y el acompañamiento a las comunidades por parte de las instituciones, reduce la capacidad de autogestión, mantenimiento y mejoramiento de la productividad de las huertas; esto puede estar relacionado con la falta de objetivos claros en el planteamiento de los procesos y con la falta de cultura de empresarismo, lo cual genera la necesidad de dependencia hacia un contrato para poder llevar a cabo este tipo de iniciativas. Para enfrentar esta situación, es necesario cambiar los incentivos relacionados con mecanismos de subsidios por mecanismos de mercado para estimular e incrementar la productividad. Por último, es necesario entender que cada experiencia analizada es un mundo particular, y que aunque algunas comparten elementos clave, no necesariamente se puede aplicar un mismo tipo de solución para todos los casos.
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Capítulo 3 | Red
de huertas y mercados locales
Según la lectura general que hasta ahora hemos tenido de los diferentes casos de estudio, la implementación de huertas urbanas no ha sido un proceso enteramente exitoso en la historia de la ciudad; hemos encontrado algunos indicios para explicar esta situación, relacionados con las brechas que existen entre los miembros de las comunidades, entre las instituciones y las comunidades e incluso intra/interinstitucionales en los procesos de gestión del territorio. Si bien se supone que el desarrollo territorial es de interés común entre los diferentes actores involucrados en estos procesos, el rol que ejerce cada uno (especialmente las instituciones) es de carácter individual y no articulado con las demás iniciativas, lo cual desdibuja la visión de construcción colectiva del territorio.
Capítulo 3 | Propuesta
Es probable que esta situación responda a una falta de apropiación de las reglas necesarias para construir procesos de gestión y llevarlos a cabo adecuadamente. Para enfrentar esta situación, proponemos el diseño de una solución integral, que incluya en primera instancia el acercamiento a una nueva figura institucional/comunitaria, que reduzca los problemas de desarticulación existentes entre los diferentes actores involucrados en los procesos de implementación de huertas,
Esquema sobre la red de Huertas Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
y por otro lado, la constitución de una red que integre los diferentes proyectos existentes y promueva otros nuevos, que se encargue de dar respuesta a múltiples problemas de tipo ambiental, social, económico, y urbanístico, que promueva la cooperación entre actores para lograr beneficios colectivos en el largo plazo y que en general constituya una propuesta integral de gestión sostenible de los territorios de ladera en el Valle de Aburrá.
Mar Caribe 40
1.
2.
Desarticulación institucional en relación a las huertas
Política de seguridad alimentaria
Dentro de la estructura organizativa municipal de Medellín, existen alrededor de 7 componentes entre Secretarías, programas y entes descentralizados que lideran o han apoyado procesos de implementación de huertas en la ciudad. Sin embargo, y apesar de la existencia de una serie de políticas públicas en términos de seguridad alimentaria y ciudad sostenible que podrían enmarcar dichos procesos, en la actualidad todas las iniciativas se encuentran desarticuladas, e incluso algunas instituciones desvalorizan los procesos llevados por otras. Esta falta de articulación entre los entes institucionales, entorpece y resta efectividad a la implementación de huertas y por lo tanto representa un primer punto a trabajar dentro de esta propuesta.
Política de biodiversidad Política de ciudad verde y sostenible
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Problemática alrededor del autoabastecimiento en el Valle de Abrurrá El abastecimiento de alimentos para Medellín y el Valle de Aburrá presenta una problemática que es común a las grandes ciudades de Colombia y del Mundo, y es que la gran concentración de población, excede con creces la capacidad de producción y provisión de alimentos a nivel local y áreas cercanas. Del abastecimiento total de alimentos para el Valle de Aburrá, el 26% es aportado por diferentes municipios de Antioquia, el 37% proviene de otras zonas del país, el 34% corresponde a importaciones y sólo cerca del 3% es producido localmente. Sin embargo, de toda el área libre del valle de Aburrá, el 65% presenta un potencial productivo, que de hacerse efectivo, podría contribuir a modificar sustancialmente los porcentajes anteriormente expuestos, mejorando las condiciones ambientales, nutricionales y económicas de las comunidades más necesitadas del Valle de Aburrá. Esta situación constituye el segundo eje temático para el planteamiento de esta propuesta.
Panamá
3%
34 %
Medellín y área metropolitana
Resto del país e importaciones
26 %
Resto de Municipios de Antioquia
37 %
del área libre con
Capítulo 3 | Propuesta
65%
Colombia
Valle del Cauca, Tolima, Cundinamarca, Caldas y Córdoba
potencial productivo para el autoabastecimiento del Valle de Aburrá
Desarticulación institucional. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015, con base en Organigrama Alcaldía de Medellín 2011-2015 .
Abastecimiento de Medellín. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015 con base enPADAM 2010 basada en el Sipsa 2009
Ecuador
Oceano Pacífico Perú
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3.
¿Cómo funcionará? Primeras ideas para una red de huertas y mercados locales
Redes de intermediación
Las dinámicas actuales de mercado han generado unas redes de intermediación muy largas entre los productores y los consumidores, lo cual hace que exista un desequilibrio en los precios: los productores deben vender sus productos a muy bajo precio y el consumidor final paga un precio muy alto, cuyo mayor valor no llega al productor sino que se queda en los intermediarios. Plantear relaciones más estrechas entre productores y consumidores, fortalecer la producción y el consumo local, incentivar la creación y fortalecimiento de mercados campesinos y mejorar las economías locales, son los componentes del tercer punto a tener en cuenta en el planteamiento de una red de huertas y mercados campesinos a nivel del Valle de Aburrá.
1 4
Identificando y agrupando todas las huertas de Medellín para generar una cadena de abastecimiento local.
Mercado Minorista y Mayotista
Huerta
Transporte
Transporte
3
2
Transporte
Supermercados Plazas de mercado
Generando consumo limpio y local.
Comparativa de precios mayo 2015
Capítulo 3 | Propuesta
Generando y fortaleciendo mercados locales para evitar la red de intermediarios. Estimulando la productividad y aumenta recurso económico.
Mercados locales
Esquema de redes de intermediación y comparativa de precios mayo 2015. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
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1 lechuga crespa
$ 2.890
1 lechuga crespa
$ 2.520
1 lechuga crespa
$ 1.200
Produciendo cultivos agroecológicos promocionando nuevas especies.
y
Estimulando la vocación campesina mejorando capacidades sociales.
y
Generando formación para la comercialización.
Fomentando la formación de nuevas huertas para la generación de un borde urbano productivo y desincentivar crecimiento en ladera.
Huertas Mercados locales
Red de huertas y mercados locales. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
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Modelo Cooperativo de Negocio Una cooperativa trabajadora aseguraría que los empleados también fueran los dueños del negocio, teniendo voto igual en las decisiones y una distribución equitativa de beneficios. Dentro de la estructura de dicha cooperativa, cada grupo se especializaría y cumpliría con una función:
01
Huerteros: Huerteros familiares, huerteros PP, Secretarías, Jardín Circunvalar. personas interesadas. Equipo de Gestión: Asegurar tierra de borde y huertas actuales. Crear sistema para administrar tierra colectivamente. Equipo de distribución: Implementar un sistema de distribución a varias escalas. Equipo técnico y empresarial: Integrar nuevas prácticas agrícolas como sistemas hidropónicos para aumentar la producción. Capacitar. Generar conocimiento nutricional. Comunicación: Difusión, concientización alimenticia
divulgación,
debate
sobre
Huerteros
05
Comunicación
04
Capítulo 3 | Propuesta
Equipo técnico y empresarial
02
Equipo de gestión
03
Equipo de distrubución
Fortalecer el valor de consumir productos locales como alternativa a los mercados globales, podría ser una estrategia que garantizaría en gran parte un proceso exitoso de comercialización de lo que se produce localmente. Así entonces y a raíz de la importancia de generar vínculos conscientes entre el consumidor final y el origen del producto que sugerimos identificar los productos producidos localmente mediante el SELLO MEDELLÍN, una idea que podría ser movilizadora y atractiva para la venta, generando beneficios sociales y ambientales para el Valle de Aburrá.
Modelo de Fideicomiso tierra comunitaria La agricultura urbana es un recurso inestimable que requiere acceso sostenido a la tierra cultivable. Para que el cultivo urbano sea provechoso debe ser protegido de la especulación sobre el suelo y la apropiación privada y pública de la tierra, ya que éstas son una amenaza constante. El modelo de fideicomiso de la tierra comunitaria (CLT en inglés “community land trust”) nos da una solución posible, ya que es un modelo sin ánimo de lucro donde miembros de la comunidad y líderes adquieren la propiedad o un contrato de arrendamiento a largo plazo de una gran parcela de tierra. Las parcelas son arrendadas a largo plazo (99 años), debido a que la tierra es propiedad de un colectivo. En el contexto del cinturón verde en el cual la inversión puede afectar a la dinámica de bienes raíces un CLT puede ser una herramienta muy útil.
Modelo cooperativo de negocio. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
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Sello Medellín
Propuesta de esquema para el Sello Medellín. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015 con base en Green City Growers.
Sello Medellín
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Escalas de venta
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Teniendo en cuenta el problema del acceso de los alimentos en las comunas, la mayor parte de la producción debe ser consumida localmente en mercados locales barriales. A medida que la producción sea mayor éste mercado se puede capitalizar en otras escalas de venta, es importante abastecer plazas de mercado y aprovechar el actual éxito de venta de los mercados campesinos y la venta por internet. La producción puede recibir valor agregado, diversificar productos y de esa manera mejorar los ingresos.
01 02
Minorista
Internet
03 04
Plazas de mercado
Escalas de venta. Fuente: Diana Marcela Rincón, Valentina Franco e Isabel Basombrío 2015.
05
Actores
Capítulo 3 | Propuesta
Mercados campesinos
Suelos de borde Ecoparques Jardín Circunvalar
Financiamiento
Gestión
Subsidios
Apoyo técnico
Venta
Mercados locales barriales
Continuará...