DÉCIMO ASALTO
LOS BUENOS BANCOS Sobre la importancia de escoger sectores en auge o rentables
El sector de actividad es una fuente de financiación Uno de los principales problemas a los que debe hacer frente el emprendedor es la falta de financiación. Todo negocio precisa un mínimo de capital para ponerse en marcha. Las fuentes de financiación más habituales son los inversores privados. A menudo, tiempo atrás se trataba de familiares, pero en la actualidad puede encontrar un amplio surtido de sociedades capital riesgo interesadas en nuevos negocios con potencial. Estos inversores apuestan parte de su capital por un proyecto de empresa determinado. La segunda fuente de financiación más habitual son los bancos. Esto es de lo que le hablarán en cualquier libro sobre cómo montar un negocio. Pero además de estas dos fuentes de financiación, existe una tercera con capacidad de generar más liquidez, que es más rápida y más económica que cualquier entidad financiera. Esta fuente de financiación es poco considerada por los emprendedores, en general. Se trata de su sector de actividad. En el asalto anterior hemos puesto de manifiesto la importancia de escoger un sector por el cual uno se sienta atraído y que, además, conozca bien. Otro FCF en lo que respecta al sector de actividad en el que se va a emprender tiene que ver con la situación económica del mismo. Es conocida la expresión: «Estaba en el momento y el lugar adecuado». Con esta frase se quiere significar el hecho de que, a menudo, lo que una persona consigue o lo que le sucede no ha dependido tanto de ella como de las circunstancias que le rodeaban. Un emprendedor, cuando pone en marcha un negocio en una industria, lugar geográfico y momento del tiempo está, literalmente, rodeándose de unas circunstancias determinadas. Si son propicias, sus probabilidades de éxito se multiplican de forma exponencial. Si esas circunstancias son de escasez, incluso el mejor de los emprendedores pasa por un calvario para sobrevivir. A finales de los 90, un grupo de jóvenes españoles fundó Cluster Consulting. Estos jóvenes detectaron que había una oportunidad para una consultaría de alta dirección especializada en el sector de las telecomunicaciones. Dieron en el clavo. Multitud de empresas de telefonía fija, telefonía móvil e Internet, presionadas por fechas de inicio de actividades (start-up's, en la jerga), necesitaban como agua de mayo ejércitos de profesionales bien preparados y, a poder ser, con experiencia en telecomunicaciones. Cluster Consulting creció de forma imparable entre 1996 Y 2001, pasando de una decena de consultores y una sola oficina en Barcelona a más de 450 consultores con varias oficinas distribuidas por todo el mundo. En 2001 Cluster Consulting fue absorbida por la norteamericana Diamond para convertirse en DiamondCluster, pero ese año la explosión de la burbuja tecnológica tuvo lugar y, en pocos meses, las desinversiones de todos los mercados de capitales en empresas de telecomunicaciones dejaron sin recursos a la mayoría de empresas del sector. Entre 2001 y 2006, DiamondCluster dejó de crecer y el número de proyectos se redujo drásticamente.
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