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OPINIÓN
Parece que se roba más vino que medicamentos
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Luis de Haro Director general de iSanidad
¿Se roba más vino o se roban más medicamentos? Esta misma semana nos hemos encontrado con que a un restaurante, Coque, de 2 estrellas Michelín, le han robado 132 botellas. El valor total de las botellas es de 150.000 o de 200.00 euros según el medio que se lea. Atrio, Diverxo o Lavinia, son establecimientos que también han visto como se les roba, o ha robado, vino de alta gama. Prácticamente todos los medios lo han contado. Sin embargo, se sabe que en España se producen centenares de robos de medicamentos, y estas noticias no saltan a las portadas ¿Qué es más peligroso el robo de estos vinos o el de los opiáceos y ansiolíticos altamente adictivos? Estos robos no son mediáticos, no impactan.
Que se roba vino es noticia, que se roban medicamentos no es noticia
En España los casos de ansiedad y depresión desde el inicio de la pandemia han aumentado hasta un 25%. También el consumo de ansiolíticos ha crecido exponencialmente en la sociedad. España ya es uno de los países con mayor consumo de psicofármacos del mundo. Las listas de espera no ayudan a que se faciliten tratamiento a los pacientes que los necesitan. La falta de disponibilidad de los tratamientos se suplen con prescripción de fármacos y un difícil seguimiento.
La automedicación y el autoconsumo para tratar la ansiedad, la depresión o el insomnio están aumentando. En muchos casos se identifican síntomas y, sin pasar por consulta, se automedican. También los profesionales lo hacen, que tienen un mayor acceso a muchos fármacos. No hay nada bueno el hecho de que se sepa que en Coque se roba vino, pero nos puede hacer levantar la cabeza.
Nordic Cochrane Centre asegura que hay más de 50.000 muertes anuales en el mundo por el efecto, abuso o mal uso de los psicofármacos. Es la automedicación de este tipo de fármacos quien genera muchos de los casos dependencia. Si Coque, Atrio, Diverxo o Lavinia fueran oficinas de farmacia o farmacias de hospital nadie se hubiera fijado.
Accesibilidad en atención bucodental en personas con discapacidad, cuando los autocuidados no son posibles
En el último año, la sanidad pública está trabajando para homogeneizar las prestaciones de salud bucodental en el territorio nacional, garantizando la equidad en su acceso, así como para incrementar los servicios comunes con un enfoque preventivo, priorizando determinados colectivos en los que se incluyen las personas con discapacidad.
La población con discapacidad suele cursar con afecciones odontológicas de carácter recidivante y con tendencia a la cronificación, sobre todo en el grupo con mayor grado de dependencia, en el que los autocuidados del paciente no son posibles, a lo que se suma la dificultad de colaboración en el medio ambulatorio.
Para todos los proveedores de salud, públicos y privados, la mejora de atención bucodental y la satisfacción de los pacientes es esencial. Sin embargo, en el caso de las personas dependientes que presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, siguen encontrando diversas barreras que limitan su inclusión y participación plena en estos servicios sanitarios en igualdad de condiciones.
El acceso a los servicios de salud bucodental es uno de los primeros obstáculos que encuentran. En sí misma, la cartera de salud bucodental de los sistemas sanitarios públicos suele ser desconocida, no sólo por la población en general sino por los mismos profesionales sanitarios y de gestión del sistema. Estas ineficiencias en la gestión de la demanda se deberían de evitar mediante la difusión de los circuitos asistenciales de cada área sanitaria, para que cada colectivo conozca su cobertura y el modo de utilización.
En numerosas ocasiones, el paciente acude a las unidades de salud bucodental derivado por su médico de familia o pediatra, para dar solución a un proceso odonto-
lógico urgente, lo cual implica una probable mayor complejidad del tratamiento. Todos estos pacientes deberían ser derivados como cualquier otro a las consultas de odontología de atención primaria para hacer una revisión al menos una vez al año desde su nacimiento, y así evitar el desarrollo de patología oral, mediante la instauración precoz de hábitos bucodentales saludables, teniendo como pilar básico la odontología preventiva.
Pero ésta no es la única dificultad que encuentran: las citas no suelen ajustarse en tiempo para garantizar el control de la conducta y alcanzar éxito en la colaboración, se cursan pruebas complementarias diagnósticas adicionales, se llevan a cabo múltiples interconsultas con diferentes especialidades, sin considerar la complejidad logística y el costo económico de los desplazamientos especiales de este colectivo y del tiempo que invierten sus familiares, cuidadores o representantes legales que lo acompañan.
Por otro lado, la tasa de derivación hospitalaria para la atención odontológica de estos pacientes bajo anestesia general o sedación profunda es muy elevada, a pesar de ser una opción más compleja y costosa no exenta de riesgos y efectos secundarios para el paciente. Por tanto, la accesibilidad a esta modalidad de intervención es restringida y la lista de espera en los sistemas públicos alcanza gran demora.
Entre las fórmulas que pueden solventar este problema se encuentra la implementación de consultas externas ambulatorias en medios hospitalarios para la atención de pacientes con necesidades especiales y discapacidad que garantice la accesibilidad, la seguridad del paciente y disminuye derivaciones de intervenciones bajo anestesia general o sedación profunda.
Un alto porcentaje de éxito va a depender de los mismos profesionales, que necesitan pensar más allá de los límites disciplinarios del paciente, aplicando conocimientos y habilidades especiales, estableciendo cuál es la prioridad del paciente, para optimizar la calidad de los resultados, mejorar el confort y evitar la pérdida de funciones bucales normales.
Uno de los primeros obstáculos que encuentran las personas dependientes que presentan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales es el acceso a los servicios de salud bucodental
Un ejemplo de este tipo de consultas se encuentra en el Hospital Universitario de Jaén, tras un año después de implantarse esta modalidad de atención ambulatoria se ha reducido la lista de espera quirúrgica en un 86%. En este sentido, el 37% de los procesos no han requerido ningún tipo de anestesia, estos altos niveles de colaboración del paciente se han alcanzado con técnicas de odontología de mínima intervención y en tratamientos preventivos.
Considerando que el 74,5% de los pacientes atendidos presentaban un riesgo de caries alto, se han de brindar conocimientos a los pacientes para favorecer su autonomía, formar en hábitos dietéticos y técnicas de higiene bucodental tanto a familiares, cuidadores y auxiliares de centros sociosanitarios, para facilitar el día a día del paciente y mejorar su calidad de vida. Asimismo, se ha establecido una monitorización y seguimiento del paciente en el tiempo, para reevaluar factores de riesgo y reforzar la actitud proactiva por parte de pacientes, familiares y cuidadores.
En conclusión, se deben mejorar las condiciones de las consultas donde se asisten estos pacientes en búsqueda de la accesibilidad y la continuidad asistencial, siendo necesario involucrar a equipos de trabajo competentes en el control de conducta y cualificados en prevención, diagnóstico precoz y mínima intervención para prevenir la morbilidad de las enfermedades bucodentales.
Dr. Antonio Expósito Delgado
Coordinador de la Prestación Dental Infantil Jaén y vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Epidemiología y Salud Pública Oral (Sespo)