03 Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez
www.isc.gob.mx
Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco
Hermosillo, sonora, México
28 de octubre 2012
TRES VECES,
TRES,
noche donde tres grandes, José Ramón Enríquez, Irineo Álvarez y Jesús “Chobi” Ochoa
LA VOZ DE NUESTROS MUERTOS
F
Imanol Caneyada
ue la noche de Sergio Galindo, con teatro lleno y en el escenario, tres valedores, tres cómplices, tres hombres de teatro dispuestos a mostrarnos lo que significa este dramaturgo para la escena del noroeste. No, mejor, para la escena y punto, que eso de andar encorsetando al creador en regiones le quita volumen a la obra.
Fue una noche donde tres grandes, José Ramón Enríquez, Irineo Álvarez y Jesús “Chobi” Ochoa, se vistieron de modestos para reconocer lo que Sergio Galindo ha significado para sus carreras, pero sobre todo, para poner en su justa dimensión la obra de este autor teatral que ha sabido captar como ningún otro “el sonido, el ritmo, la respiración y los giros lingüísticos” de los habitantes de la sierra sonorense, pero sobre todo, la tragedia del despojo y el éxodo. Claro que se trataba de recordar anécdotas ante un público ávido de ellas, y de la singular chispa de nuestro actor de moda, nuestro particular “charolastra”, el buen “Chobi”, a quien se le agradece que, al menos en estas tierras, siga siendo el “Chobi” y se saque fotos con todo mundo. “Cuando terminé la Normal, Sergio me dijo: No te hagas pendejo, tú no eres maestro, tú eres actor”, platicó Ochoa a un auditorio dispuestísimo a aplaudirle todo. Así la importancia del maestro Galindo en ésta nuestra escena. Mientras tanto, Irineo se asumía como el actor de cabecera del autor de “Huevos rancheros” y declaraba sin ambages que su carrera se la debía a Galindo, que en el caso de un actor es como decir que le debe la vida misma. Fue José Ramón Enríquez, mentor de Sergio en muchos sentidos, quien puso sobre la mesa el siempre debatido tema de si el libreto teatral, más allá del hecho escénico, es literatura. Si el texto, en las manos de un lector, puede leerse como se lee una novela, un cuento o un poema. Y es que la noche de ayer se trataba, además, sobre todo, de presentar la edición de “Trilogía bajo el agua” que el Instituto Sonorense de Cultura
Publicación diaria durante la Feria del Libro
preparó para la Feria del Libro de Hermosillo 2012, a propósito del homenaje a su autor. Una edición sobria y cuidada de las tres, creo yo, tragedias modernas que Galindo escribió para contarnos del despojo y el éxodo que sufrieron los habitantes de Batuc, Tepupa y Suaqui cuando la modernidad inundó su forma de vida, su manera de entender el mundo, su universo. En 1962, el presidente de la República, Adolfo López Mateos, como un dios perverso de la cosmogonía griega, decretó levantar un muro para contener las aguas del río Moctezuma, sin importar que bajo ellas perecieran agónicamente estos tres pueblos de los que ya no queda memoria, salvo por las voces que Galindo supo plasmar en escena, y ahora, gracias a la impresión, eternizar en letra de molde, que siempre es más duradera que el efímero hecho teatral. El entonces adolescente Galindo, enamorado de los mentideros serranos, de sus acentos, sus modismos y su filosofía, al saber de los estragos que el progreso era capaz de hacer, y al constatar que gobernantes y gobernados en Sonora celebraban entusiastas la puntada del omnipotente jefe del Ejecutivo, se prometió llevar a escena la tragedia de estos vaqueros que tuvieron que cambiar el caballo por la bicicleta, nos dice el autor, y el rancho por la casita Infonavit. A lo largo de los años, a “Agua pasa por mi casa” le siguió “Más encima... el cielo” y remató con el soberbio monólogo “El último vaquero”. Tres obras, nos dice el maestro Enríquez, que “en el lenguaje encuentra Sergio Galindo el espíritu mismo de la tierra, porque la tierra es ritmo. Los sonidos de esas voces tienen dentro de sí conceptos indescifrables. Hay que saber oírlos, no para decodificarlos sino, humildemente, para empezar intuir cuánto vienen a decirnos nuestros muertos”. Tres obras que ahora están a disposición del lector.
ISCsonora
FERIA DEL LIBRO
HISTORIA A PARTIR DE UN SUEÑO
ME LLAMAN LA TEQUILERA:
Hermosillo, sonora, México
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Ella describe los argumentos, el proceso de creación, retrata aquél sueño que una vez tuvo y donde una voz le dijo: Alma levántate y escribe. Paulatinamente los cantantes de la voz en la presentación para desentrañar los motivos de la novela, para decir los procesos en los que se vio inmersa Lucha Reyes, quien a decir de Alma es la fundadora de la música ranchera y por ende mexicana. Al calor de las palabras se fueron revelando las capacidades de Lucha, desde los posibles amores, incluso a los rumores de sus preferencias para con relaciones soterradas, desmentidas allí mismo por Alberto Moreno, quien en el preámbulo de la presentación el maestro de ceremonias ya había advertido a Alberto como experto en el tema de la cantante de la canción mexicana.
ay Jalisco no te rajes, grita una dama sentada en la primera fila. De fondo se escucha una canción interpretada por Lucha Reyes.
¿Qué otra vía si no las palabras para romper la contención que a veces surge por las miradas de un público que desea saber? Alma y Alberto para llevar de manera óptima la conversación. Y en una de esas que Alberto inquiere a la escritora: ¿“Me llaman la tequilera es una novela”? Alma Velasco apunta: “Es una novela biográfica, de investigación, y con testimonios de los hermanos de Lucha Reyes. Es una novela histórica”. Esto, entre otras cosas, respondió Alma.
Después de los aplausos como preámbulo, la escritora Alma Velasco, acompañada de Alberto Moreno, sale a escena. Con su sapiencia llenan el escenario de presentaciones y conferencias, charlas. Es en el marco de la Feria del Libro Hermosillo 2012. Y ante espectadores el volumen de la canción baja, entonces la voz del moderador para dar los generales de la escritora, el currículum del presentador.
Por ejemplo, entre esas otras cosas, la escritora en su remembranza para decir: “No sé si ustedes han tenido sueños, y crean que son premonitorios. Yo tuve un sueño, soñé que estaba en una acera, sentada, en eso llega un hombre y me dice: ‘Alma, ya tienes que escribir la novela de Lucha Reyes’. Me levanté, preparé un café y empecé a escribir la novela, y esta es”.
Alma viste blusa de manta. Con su pelo corto y sus ojos detrás de sus lentes, inspecciona el área, sonríe ante la presencia de quienes están allí para escuchar los argumentos que contienen la novela de su autoría: Me llaman la tequilera (ed. Suma de letras).
Después de las palabras en los presentadores, la oportunidad para los amantes de la música interpretada por Lucha Reyes, los amantes de los libros, allí reunidos. Conversaciones del público con la escritora. Diálogos para ilustrar a los otros presentes, sobre la vida de Lucha, las virtudes de su voz, la constancia y su pasión en la música.
Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com
H
Alma advierte que ella y Alberto se están peleando por el micrófono, “porque los dos queremos decir muchas cosas ya”. Ocurre el acuerdo tácito, Alberto para dar características de la escritora, del contenido de la novela, y para citar con precisión los acontecimientos del personaje central del libro: Lucha Reyes. En torno de una sala que juega a ser el confort, el lugar óptimo para conversar y contagiar del interés por las letras, Alma y Alberto se enfrascan en las palabras.
28 de octubre 2012
Acciones éstas para enriquecer la historia, el complemento de un libro: los lectores. Porque qué sería de éstos objetos preciosos sin la mirada aguzada de quien escudriña las páginas por necesidad del placer de aprender. Y saber. Me llaman la tequilera un tributo a Lucha Reyes, y la música mexicana. Me llaman la tequilera en Feria del Libro Hermosillo 2012, prueba fehaciente de que en la ciudad hay quienes saben de historia musical, y les apasiona la lectura.
LA IMPORTANCIA DE LOS LIBROS
La palabra escrita crea un vínculo entre el escritor y el lector que va más allá de la geografía y el tiempo, abre una ventana a otras vidas, formas y mundos, en el proceso permite conocernos mejor como especie comunicándonos con nuestro pasado, presente y futuro. (Luis Armando Moreno Preciado Economista, 31 años).