# 03 Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco
Hermosillo, Sonora, México
www.isc.gob.mx
28 DE OCTUBRE 2014
Homenaje a
Juan Gelman Para Juan, el amor es la palabra
Astrid Arellano
E
l caballo de la calesita fue el poema inicial en el homenaje a Juan Gelman, dentro de la Feria del Libro Hermosillo 2014, cuyos versos fueron extraídos de Violín y otras cuestiones, la primera obra publicada en 1956 del autor homenajeado, que emanaron de la voz del poeta Iván Trejo. En el círculo de expositores, lo acompañaron José Ángel Leyva y Mohsen Emadi, poetas también.
un diálogo con ellos. Se trataba de que la poesía tuviera su propio impacto en el ánimo del artista, para que éste generara a su vez “su propia propuesta, su propio discurso, su propia idea del amor. Lo que queda es un discurso con ambos casos, tanto en la pintura como en la poesía; un discurso inquietante, un discurso perturbador”, aseveró José Ángel Leyva.
Todos agradecen el espacio y el homenaje a Juan Gelman, que por vida y obra es bastante necesario. El poeta y traductor iraní Mohsen Emadi compartió un poema breve “eres mi única palabra, no sé tu nombre”, que posteriormente recitó en persa.
Amaramara es un canto al amor, “pero no del amor convencional, no del amor que está en el terreno de la incondicionalidad; habla del amor con todos los sentimientos humanos, incluso con el rencor, con el odio, con la ira. Para Juan, el amor es la existencia misma. Para Juan, el amor es la palabra”, agrega Leyva. Acto seguido, se lee un poema de ese libro:
“Juan Gelman era un hombre a quien los homenajes no le gustaban, pero le gustaba mucho estar con los jóvenes y conversar sobre la poesía, que es quizás a lo único que él consideraba que había que serle fiel”, intervino José Ángel Leyva. Durante la conversación, los poetas destacaron el espíritu de lucha y la sed de justicia de Gelman; un hombre militante comunista, revolucionario, perseguido por sus ideas políticas, exiliado de su natal Argentina y que luchó durante años por esclarecer el secuestro y asesinato -por la dictadura Argentina-, de su hijo y su nuera, embarazada en ese entonces de una niña que Gelman conoció 23 años después, en el año 2000. Además de leer poemas de Violín y otras cuestiones, también pudimos sentir y hacer nuestros los versos de Amaramara, una obra póstuma que hizo mano a mano con el artista plástico Arturo Rivera. Las pinturas de Rivera no tenían el propósito de ilustrar los poemas sino de entablar
La Conversación En la jaula del pensamiento no cabe / el amor que no dan. / La mentira cubre el planeta. / Hay visitas que no llegan y parientes prestados. / Una hija que aniquila a su padre, un tenor canta La Traviata. / La voz se recuesta en la sangre / como existir bajo el sol. En otra ronda más de intervenciones de los expositores, comentan de lo que le dice a cada uno la poesía de Gelman, evocan su obra y explican cómo es que se construye su andamiaje lírico, además de cómo es que representa una figura central en la poesía escrita en español y en la poesía en general, pues es uno de los grandes del Siglo XX, no solo de Argentina. “Y ahora cuando se decía que era un poeta argentino, al final de su vida, Juan decía que él no era un poeta argentino, ni argenmex; que era un poeta mexargen. Que él había escogido México para vivir y para morir”, compartió Leyva. Se habla de las constantes en su poesía: el exilio, el extranjerismo, la presencia del otro y de su profundo misticismo, a pesar de ser ateo. Los expositores cuentan que era un hombre ������������������������������������������������ íntegro, coherente, ���������������������������� de moral intachable, un hombre que jamás se doblegó ante ninguna situación, y que, a pesar de haber sufrido tanto, sabía reír y tenía un gran sentido del humor.
Trajín, ciudad y tarde buenos aires Aire de plaza, ruido de tranvía (Galopando una música de tango gira el caballo de la calesita)
José Ángel compartió una conversación sobre una ocasión en que él caminaba al lado de Juan Gelman: “¿Ya sabes que encontré a mi nieta?”, le preguntó. José Ángel se quedó muy sorprendido y respondió que si estaba seguro. Gelman le contestó que sí, que ya les habían hecho la prueba de ADN, y “aunque no nos hubieran hecho la prueba, yo sabía que ella era mi nieta”, afirmó. José le preguntó que si nunca se cansó de buscarla, que si nunca pensó en abandonar la búsqueda y finalmente, vivir su vida. Entonces Gelman le contestó algo que se le quedó grabado para siempre: “¿Cómo voy a renunciar a la memoria? Si se renuncia a la memoria, ¿el hombre es memoria o qué?”. “Mucho de lo que pasa en México me parece que es parte de ese problema; de una sociedad que está perdiendo esa memoria”, añadió Leyva. Finalmente, después de recitar otros poemas de Gelman, se pidió al público que participara con preguntas, comentarios o peticiones de poemas. Una joven solicitó Gotán: Esa mujer se parecía a la palabra nunca, / desde la nuca le subía un encanto particular, / una especie de olvido donde guardar los ojos, / esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo. / Atención, atención, yo gritaba atención / pero ella invadía como el amor, como la noche, / las últimas señales que hice para el otoño / se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos. / Dentro de mí estallaron ruidos secos, / caían a pedazos la furia, la tristeza, / la señora llovía dulcemente / sobre mis huesos parados en la soledad. / Cuando se fue yo tiritaba como un condenado, / con un cuchillo brusco me maté / voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre, / él moverá mi boca por la última vez.
FERIA DEL LIBRO 2014
Hermosillo, Sonora, México
# 03
28 DE OCTUBRE 2014
Jerome Rothenberg,
Joaquín
poesía visual
Cosío
Acto personal e íntimo: la poesía Carlos Sánchez
L
a poética de la violencia. Versos como saldo de la crueldad. La desolación. Porque la poesía no es de rigor que muestre el lado amable de la vida. Joaquín Cosío, Jorge Humberto Chávez, poetas que construyen su propuesta literaria a partir de la contemplación, las lecturas, temas que antes estuvieron en la nota roja. Porque eso también es Ciudad Juárez, la frontera donde iniciaron y desarrollaron su camino hacia la poesía. Joaquín Cosío aparte de poeta es también actor. Sus habilidades para la escena lo colocan como uno de los mejores en la nómina de mexicanos que actúan para teatro y cine. Jorge Humberto Chávez obtuvo el Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes 2013 con su poemario Te diría que fuéramos al río Bravo a llorar pero debes saber que ya no hay río ni llanto, poemario que ya circula. La Feria del Libro Hermosillo 2014 abre sus brazos para Joaquín y Jorge Humberto. En el foro Rosario Castellanos los escritores ofrecen su lectura poética, cuando ya los espectadores impacientes esperan tercera llamada.
Y aparece la voz, el ejercicio de una lectura alalimón, de ida y vuelta. Jorge Humberto Chávez reseña la trayectoria de Joaquín en el mundo de las letras, y evoca los años de asistir a un taller de poesía juntos. Jorge Humberto propone que el también actor lea en voz alta para los espectadores. Joaquín toma la palabra y en un acto de humildad, de reconocimiento, reseña la importancia y trascendencia de la poesía que escribe Jorge Humberto. Así el rugir de la emoción, cuando la poesía en vivo se convierte en un acto masivo, cuando la palabra convoca y los espectadores miran y sienten, escuchan y reaccionan con la gratitud en los aplausos.
Heriberto Duarte Rosas
A
parece en el escenario con un semblante bajo, lento, su edad se lo indica, sin embargo su mirada grita desde el verde de sus ojos. Una bolsa ecológica cuelga de su mano, pronto sabremos que trae consigo.
Dice Jorge Humberto Chávez que esta noche se armó una mesa de poetas de Ciudad Juárez. Y en el júbilo de la energía que construye la gente, bendita gente reunida para escuchar y ver, los aedas arman su pieza, con versos. Chávez extrae de las páginas de su poemario ese texto que por nombre lleva Otra crónica. Respira, lee: El 6 de octubre de su año Armando El Choco nos comentó en una fiesta que lo habían ido
a buscar / y lo encontraron un mes más tarde esa mañana que calentaba el motor de su auto para llevar a sus hijas a la escuela / en 1967 íbamos al río Bravo a lavar los coches del barrio primero el del Chato luego el del Bogar y al último el del Huarache Veloz / en 1990 los policías iban al río Bravo a pescar muchachas que esperaban en la orilla para cruzar a El Paso… Aquí el resumen de la transformación. La vida cambia. Y se cuenta en versos la historia. Joaquín Cosío agradece la invitación a la Feria del Libro: “Sobre todo porque me permite mostrarles a ustedes una faceta que seguramente desconocen, están mucho más habituados a verme en las películas, supongo, en el mejor de los casos, y no leyendo poemas. Para mí es un honor estar en Hermosillo y poder compartir con ustedes este acto tan personal y tan íntimo como es el de la poesía. Joaquín extrae, abre su poemario: Bala por mí el cordero que me olvida (Ediciones sin nombre), el cual construyó a partir de los personajes que ha interpretado y que al terminar una puesta en escena tiene que olvidar. Y lee Clipperton a Sotavento: Yo fui el negro Victoriano / Y me alcé rey de la discordia entre el guano y la inanición / Yo violé a las hijas rubias y a sus hijos también / Y dispuse el terror 200 metros a la redonda (qué fuerte era qué imponente cómo nada me hizo el sol y los animales de la noche)… Vinieron luego más poemas en voz de los poetas. Las preguntas y respuestas. Fotografías y firma de libros. La comunicación en corto, la oportunidad perfecta en una noche de Feria donde los libros construyeron el verso coincidir.
PUBLICACIÓN DIARIA
Jerome es un poeta de Nueva York, poeta en el sentido más universal de la palabra, lo dice Rosa Vilá desde el micrófono, quien está a cargo de anunciar su llegada. “Me gusta mucho estar en Hermosillo”, suelta así Jerome Rothenberg las primeras líneas desde el escenario. Leerá para el auditorio Rosario Castellanos poemas que separa en siglo XX y XXI. El performance camina desde la mano derecha del poeta, un instrumento indígena hace las veces de una pandereta de madera, o una especie de maraca. Canta en repetidas ocasiones “los animales vienen, los animales vienen”. Un canto seneca. Viene un suspiro grande luego de su enérgico canto que es poema, la poesía es visual y es auditiva y es un grito. Rothenberg ha venido a despertar nuestros sentidos, vemos, escuchamos, sentimos la poesía. Nos comparte las tonadas de los indios americanos en unos versos galopantes, que abordan una comicidad amena. La tecnología nos traduce desde una pantalla lo que se lee en inglés. También somos partícipes de “un poema de milagros” donde nos vuelca desde un sentir desgarrado en dos partes, en los amores de un amigo, de una dama, de la vida misma. Rothenberg ha llenado la sala de luz, esto es la Feria del Libro 2014, el encuentro cercano con los mundos diminutos y macros, virtud de las páginas. Que la literatura nos abrace y festejemos juntos la fiesta de los libros.