Danzine 03 abril

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danzine Publicación de Un Desierto para la Danza

Vol 1

Hermosillo, Sonora, México

www.undesiertoparaladanza.gob.mx

UN DESIERTO PARA LA

DANZA D

esde 1992, la muestra Un Desierto para la Danza nos convoca a tomarle el pulso a eso que genéricamente llamamos danza contemporánea, un término que lejos está de circunscribirse a un estilo único y uniforme. Los que asistimos año con año lo sabemos, si usted asiste por primera vez, bienvenido al mundo de las danzas contemporáneas, a las que abordan el presente como una dimensión en construcción continua. Esta 22a. muestra cuenta con la participación de artistas de Brasil, Finlandia y España; de México, estarán creadores de Oaxaca, Guadalajara, del Distrito Federal y por supuesto de Hermosillo. Es claro que las compañías desarrollan su trabajo en distintos contextos y con diferentes parámetros, sin embargo, tienen algo en común: conciben el cuerpo como eje del pensamiento y a la danza como un territorio de conoci-

miento. Desde sus propias trincheras, han desarrollado un diálogo reflexivo con su propia contemporaneidad y aspiran, desde el cuerpo pensante, a continuar ese diálogo con nosotros. La calidez de los artistas que conforman esta muestra nos emocionó, muchas gracias por su trabajo y las gestiones que realizaron para estar aquí. Nuestro reconocimiento a los que trabajan antes, durante y después - gestores, comunicadores, voluntarios, diseñadores, los técnicos del teatro. Abrazamos fraternalmente a la comunidad dancística local, sin una danza viva y constante, ningún festival tiene sentido. Todos estos grupos, junto con usted, que nos honra con su presencia, hacen posible que Hermosillo sea, una vez más, un punto de encuentro para compartir, reflexionar, disentir, disfrutar e interrogarnos sobre lo que nos hace humanos. En un mundo alterado y confuso, estos espacios son los imprescindibles. Adriana Castaños Directora artística de producciones la lágrima Grupo anfitrión de Un Desierto para la Danza

04 de abril de 2014


Vol 1.

danzine

Hermosillo, Sonora, México

Coordinación: Doris Arenas / Edición: Carlos Sánchez

04 de abril de 2014 Diseño: Argelia Juárez / Corrección: Rosy Orozco

Piedras de agua

Piedras de agua

Un poema siempre en construcción

Hayde Lachino

H

ay muchos lugares desde los cuales se puede pensar y escribir sobre la danza, desde las nociones tradicionales de la crítica de arte que en lo fundamental se adhiere a principios de verdad y para la cual se requiere un claro marco referencial, generalmente en función de un canon estético validado; pero también se puede ejercer tal reflexión pensando en términos de validez, que si bien es un terreno resbaladizo, resulta de mayor fecundidad porque intervienen aspectos más amplios que permiten aproximarse a la obra de arte desde diversos enfoques, con la idea de buscar en otras áreas del pensamiento, elementos y conceptos que ayuden a comprender el ejercicio creativo como parte de un todo. En lo personal, varias fueron las razones por las cuales dejé de hacer crítica de danza, por considerarla obsoleta y reduccionista y que no da cuenta de procesos complejos en donde operan dimensiones políticas, económicas, estéticas y subjetivas. Entonces ¿cómo escribir de danza sin eludir el compromiso con la palabra, con un juicio estético sin caer en simplificaciones? Propongo aquí un texto que juega con los recursos de internet y que permite ampliar, mediante vínculos, la opinión aquí contenida, con lo cual establezco la invitación a complejizar la experiencia de ver danza. Beatriz Cruz, es una coreógrafa de Guadalajara con una larga trayectoria en la danza, su aproximación al butoh parte de la necesidad personal por ir al encuentro de una técnica que le permitiera mayor libertad a la hora de construir su poética personal, de ahí que defiende el llamar a lo que hace danza experimental, que se nutre de toda su formación corporal presente y pasada. Podemos afirmar que en ella existe un pensamiento contemporáneo en torno a la danza, por lo tanto importa menos qué tipo de técnica o danza hace, y más bien el acento está en lo que hace a partir de ello, si bien es el butoh la técnica fundamental que guía el proceso de investigación de la coreógrafa, es claro que existe una apropiación personal de la misma. ¿Cómo logran los integrantes de Pájaro de Nube construir un universo para hablar de la condición humana? Ernest Gombrich, en su clásico libro La historia del arte, nos dice que los artistas no piensan en lo bello cuando se enfrentan a la creación, sino en lo que es pertinente para cada pieza, esto es, cómo hacer uso de los elementos formales de una práctica artística para dar forma a la idea o a la imagen que se erige como detonante del proceso creativo. Así, la apuesta de Beatriz Cruz y Marcos García es establecer diálogos disciplinares en donde los diversos lenguajes que intervienen en la puesta en escena, coadyuvan a dar forma a aquello que se quiere decir o que se intuye. Dentro de lo codificado que tiene la pieza, existe un amplio margen para la improvisación, para permitir un flujo abierto en donde el cuerpo es el canal que pone en movimiento y materializa ideas, sensaciones e imágenes. A través de una economía de recursos y el uso del gesto, es posible aproximarse a eso que tiene la vida de indecible, la angustia profunda por el hecho de estar vivos dirá Jean Paul Sartre, por lo que no controlamos, por lo que no podemos nombrar. En ese terreno parece querer colocarnos el trabajo de Pájaro de Nube, un lugar en donde no existe una historia qué contar, sino un estado para evocar e invocar. El espectador entonces es obligado a colocarse, no desde el consumo de acciones, sino desde la contemplación de una danza que se despliega en un suave y tranquilo discurrir del tiempo.

Carlos Sánchez

A la hora que se pone el sol. En el fondo la mar. La poesía constante. Un río. Un dulce olor a incienso habita los olfatos. Y al compás de las notas se enciende Un Desierto para la Danza en su edición veintidós. Pájaro de nube es la compañía que abre el telón del Teatro de la Ciudad de Casa de la Cultura. En sesenta minutos de sonidos y atmósferas, cuerpos que desplazan sus texturas sobre el escenario, Piedras de agua, la coreografía, representa una ofrenda también para el espectador. Se cuenta la muerte, se siente la vida. Existe el ingenio, la creación como un trance, la búsqueda de un lenguaje, la exploración como un experimento. En las butacas los espectadores. En el escenario los bailarines emanan del vientre de un sueño. Respiran y habitan donde nosotros no. Son piedra, sal, agua, mar, tierra y soledad. El canto de un poema cuyo efecto sonoro sugiere un misterio permanente. Del que canta bendita voz, y plausible. Marcos García es compositor musical, intérprete. En el umbral del proscenio, sus manos construyen una coreografía paralela a la que se ejecuta sobre el escenario. Danzan las ideas en su pensamiento. Danza la emoción en su cuerpo y los dedos de sus manos son también un concierto en movimiento. Complejo concluir qué fue primero en la construcción de Piedras de agua, de la compañía pájaro de nube. La pregunta es qué se hizo para qué: ¿la música para los cuerpos, o los cuerpos dictando las ideas para la creación de los sonidos? El orden es lo de menos, la precisión matemática en los movimientos son el encanto: las piernas vueltas teclas de un piano, el ritmo que se adhiere a la sutil a veces, violenta también, interpretación musical de Marco. En el Teatro todo se vuelve poesía. Cada minuto es la sugerencia de un verso, cada instante la incertidumbre, la pregunta: ¿Qué imagen nos aprehenderá ahora? Las niñas juegan a ser niñas. Y buscan sus almas. Los espectadores disponemos los ojos, los sentidos; porque para encontrar hemos venido. Un árbol se suspende en el cielo. La intensidad del color es la puesta de sol en el desierto. Verano y otoño. La sagacidad de las ideas. El anzuelo desde los creadores: Beatriz Cruz, Marcos García. Aquí la mar. Un río. Aquí el agua. Un sueño. La danza que no requiere de un movimiento vertiginoso y constante. Porque el cuerpo en sí ya es movimiento. Porque el tránsito interior también expresa. Y son los rostros, las miradas, las voces, herramienta precisa en el decir. Ahora sé o sabemos que los cantos en Piedras de agua nos remiten a infancia, a duelo, que el vocablo muñeca es un poema siempre en movimiento, en construcción. Misterio.

Hubo magia aquí Heriberto Duarte Rosas

Marcos García es el protagonista musical de Piedras de agua, presentación que ofreció pájaro de nube en esta edición de Un Desierto Para La Danza. --¿Cómo sentiste la puesta de hoy? --Hoy hubo magia aquí, el lugar está chido. Tuvimos un incidente, un fallecimiento de alguien del grupo, a quien dedicamos la pieza. Creo que hubo una conexión, una entrega espiritual de cada uno de nosotros, en donde disfrutamos la obra como una ofrenda. Marcos García dirige al lado de Beatriz Cruz, Piedras de agua,

Entrevista

una propuesta de música y danza experimental. --¿Cómo es el proceso musical? --Beatriz llega con las ideas, ella tiene lecturas, yo tengo imágenes –Marcos también es fotógrafo–, combinamos las dos, proponemos cómo va a ser la música, cuántos cuadros van a ser. La obra misma nos va pidiendo, no nos aferramos a lo que dijimos, hay que darle chance a la obra, que ella pida lo que tenga que pedir. Un teclado que juega a ser marimba y piano, computadora y copas con agua, son las herramientas musicales de Marcos

Beatriz Cruz y Marcos García

García, el sonido se conecta con el danzante en el escenario. Marcos García llega al mundo de la música a los nueve años a través del piano. Ha tocado en grupos de jazz, reggae, rock. Hace casi veinte años que compone música para obras de danza. Es también ingeniero en electrónica, ahí radica su interés por crear sonidos desde su computadora. Manifiesta que un elemento primordial de una pieza es el sonido; el sonido caminando sobre el silencio.

https://www.youtube.com/watch?v=JvXFuwcIa7Q&feature=youtu.be

UN DESIERTO PARA LA DANZA 2014


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