Instituto Sonorense
de
Cultura
La Voz de álamos Información desde los portales Vol. 1
Año 5 Álamos, Sonora, México
www.festivalortiztirado.gob.mx
24 de enero de 2014
Fernando de la Mora, Carlos Sánchez
Medalla Alfonso Ortiz Tirado 2014
E
s un enamorado de la buena música. Es tenor. Es Fernando de la Mora.
Uno de los más grandes cantantes de ópera en la escena mundial está aquí y ahora. Por su trayectoria, por el palpitar de las notas en su voz, por su jerarquía, recibe la Medalla Alfonso Ortiz Tirado 2014 en el marco de inauguración de la 30 edición de FAOT, y en el escenario de El Callejón del Templo. Fernando de la Mora es la trayectoria que inició en Palacio de Bellas Artes en 1986, y adonde hace poco regresó para ofrecer su canto a beneficio de niños con leucemia. Su carrera continuó con paso prudente y constante. Pronto se encumbró en el lugar al que ascienden los grandes: la preferencia entre los amantes del bel canto. Dice Fernando de la Mora que la buena música es su gran amor, que le encanta descubrir canciones bellas que de no rescatarse estarían destinadas al olvido. Y asegura que los temas que cantó el alamense Alfonso Ortiz Tirado no son excepción de su enamoramiento musical. “El repertorio de Alfonso Ortiz Tirado me ofreció un abanico de canciones hermosas”, reconoce de la Mora, “y por lo tanto tuve que echarme un clavado en ese amplio cancionero”, para basar su concierto en él. El cantante originario de la ciudad de México reconoce su admiración por Alfonso Ortiz Tirado, tanto en la música como en su altruismo y su capacidad de ser exitoso en rubros tan distintos como el canto y la medicina. “Me puse a investigar su labor y me sorprendió mucho; fue un hombre con una gran emoción, con una voz muy educada y linda”. Esta noche es de Festival y la apertura se basa en el concierto de Fernando de la Mora quien alterna con la soprano Olivia Gorra, la Orquesta Filarmónica de Sonora extenderá sus notas para albergar ambas voces. Enrique Patrón de Rueda dirige.
Información desde los portales
Vol 1.
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La Voz de álamos
Viernes 24 de enero de 2014, Álamos, Sonora
Festival Alfonso Ortiz Tirado, otra vez Carlos Sánchez
La música como esencia. Espíritu del Festival. Año con año las voces congregan espectadores. La cita es puntual con el bel canto, el rock, la canción popular. Primero fue una noche para conmemorar el natalicio de Alfonso Ortiz Tirado, tenor, médico, filántropo. Remembranzas fue el nombre del programa que se realizó un 24 de enero de 1985 en el auditorio del Museo Costumbrista de Álamos. Vinieron después otras expresiones y la perfección, el enriquecimiento de los programas musicales en honor al doctor y cantante oriundo de la ciudad de los portales. Desde esa primera vez hasta el día de hoy se han desarrollado treinta ediciones ininterrumpidas. Desde 1985 hasta este 2014 el Festival ha ido cobrando mayor prestigio gracias al nivel de interpretación de los artistas que conforman el programa.
La importancia de
DON ALFONSO Carlos Sánchez / sonarquevemos@gmail.com
E
l escritor colombiano Álvaro Mutis cita en su novela Un Bel Morir, al tenor sonorense: Algunas noches, una victrola rompía la callada tiniebla con el chillón y casi irreconocible lamento de un tango de los años treinta o una gangosa canción del doctor Ortiz Tirado que hablaba del amor con la unción melodramática de un fatal pecado de utilería. Mutis, narrador y poeta, prolífico, empedernido del placer de la vida y su canto, hace un homenaje al cantante de Álamos en esta mención dentro de su prestigiada obra. Porque nada es gratuito, porque las coincidencias a veces parecen no serlo, conclusión de que el talento, en este caso el de Ortiz Tirado, rebasa sus propias expectativas, porque la voz es también una botella al mar y Álvaro Mutis la pesca como un recurso de la nostalgia que le funciona en la textura de su obra. Alfonso Ortiz Tirado y la consecuencia de su existencia: jóvenes con acordeón y guitarras, mandolinas, arpas, paseándose con sus cantos por los callejones empedrados de Álamos. Ortiz Tirado como emblema para la cita año con año y ejercer el canto, apreciar las voces, recorrer los escenarios. La alegría como un homenaje al tenor, filántropo, médico. Ortiz Tirado ejerciendo la función de inspirar. Alfonso con su canto como un dardo disparado por la vida y dentro de él dulce dinamita que estre-
mece el corazón al escucharlo. Insistencia en su nombre, porque los alamenses, los sonorenses, lo recordamos entregando su voz en una noche de mil novecientos cincuenta y cinco, en la Plaza de Armas, cantando para todos, regresando la emoción de la vida a los pobladores de la misma ciudad que lo vio nacer. Alfonso Ortiz Tirado en la sorprendida mirada de los paseantes, en el júbilo de los adoradores del canto, Ortiz Tirado con su voz siendo un tesoro en los oídos de quienes pasaban por allí. Porque se le ocurrió al tenor decir el arte en el territorio donde por primera vez anduvo y vio. Porque repartirse fue el trazo de su objetivo sobre el camino. Porque contó el doctor, también alamense, José María Guerra Flores, que Ortiz Tirado vino a Sonora, precisamente a Navojoa, para cantar en beneficio del hospital de esa ciudad y también llegó a Álamos, para hacer lo concerniente y beneficiar con su canto al Hospital de Jesús, el que antes estuvo en el barrio del Perico y el cual es hoy una casa particular. Alfonso tal vez no supo la consecuencia de esa noche de cantar en la Plaza de Armas, quizá no imaginó el fruto que arrojaría, el cúmulo de semillas que desde sus bolsillos como actitud desparramó para servir a la sociedad. Hoy aquí un tributo a su nombre como emblema. La fiesta perenne, la música interminable. Gracias doctor, gracias tenor. Gracias don Alfonso.
La consecuencia del natalicio de Alfonso Ortiz Tirado en esta ciudad mágica y colonial, patrimonio histórico de la humanidad, es la reunión y expresión del arte por excelencia: la música. Gracias a don Alfonso, Álamos es la alegría de los muchos cantos, de las muchas miradas, del aplauso colectivo que se deja escuchar en cada una de las noches de gala, en cada uno de los conciertos en el Callejón del Templo, en cada ocasión de las callejoneadas, en los conciertos al interior del Templo de la Purísima Concepción, en el mismísimo espacio donde el rock es un solo grito de celebración desde los espectadores. Hoy como ayer, como siempre, los artistas comparten su talento con el público, porque la consumación del arte se da en los oídos del escucha, en la mirada del asistente, sin el público el arte estaría incompleto. Por eso el Festival Alfonso Ortiz Tirado es esto: la complicidad entre los que miran y sienten, con quienes dicen la vida a través del canto. Hoy Álamos abre las puertas una vez más a la interpretación, a la observación. Y recibe tanto a artistas como a medios de comunicación, desde su entraña, con la nobleza que le caracteriza a su gente, a sus espacios, con su arquitectura, con su atmósfera, su energía. Treinta ediciones y contando. El arte dispuesto, los espacios para la música, la pintura, los talleres donde niños y grandes aprenden, los callejones y sus empedrados para la improvisación del baile, las manifestaciones indígenas, el bel canto, el rock, la cumbia, el mariachi, el ska. Festival Alfonso Ortiz Tirado, treinta ediciones. Y otra vez.
Festival Cultural Alfonso Ortiz Tirado 2014