Instituto Sonorense
de
Cultura
La Voz de álamos Información desde los portales www.festivalortiztirado.gob.mx
Vol. 2 Año 6 Álamos, Sonora, México
24 de enero de 2015
Uno pertenece al lugar donde sueña, Arturo Chacón en concierto.
C
Carlos Sánchez
antar. Sentir. Bailar. Porque la vida se dispone y es preciso celebrar. Escuchar. Porque ya se inscribe la historia del Festival Alfonso Ortiz Tirado (FAOT), en su trigésima primera edición. La música acompaña al canto. La esencia de este encuentro anual en honor al cantante y médico alamense. Y hoy que es noche de viernes, es primicia en el programa, primicia en la presentación del disco Arturo Chacón le canta a México. El tenor sonorense nos congrega en las calles aledañas al recinto de la Purísima Concepción: El Callejón del Templo. Desde allí la memoria le llena de nostalgia, y acude a los días de vivir en Las Bocas, ese territorio donde le sorprendió la infancia, los días de correr para encontrar la vida. Acompañado de la Orquesta Filarmónica de Sonora, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, Chacón inaugura el canto nocturno con una canción napolitana. Y advierte que “esta canción habla de una persona a la que el mar le dijo: ‘No te vayas’. Y cuando se fue le dijo: ‘Regresa’. Uno pertenece al lugar donde sueña. Yo me sueño en Las Bocas”. Arturo Chacón en su habilidad gira la perilla en sentido contrario, cuando todos pensamos que la entrega musical de esta
noche versaría concretamente sobre el contenido de su disco, la apertura la hace con variedad de canciones clásicas. Después vendría el calor de los versos, los que todos sabemos y cantamos, aplaudimos, incluso: bailamos. Renato Leduc es presencia. Gracias a la voz de Chacón, a las notas de la Filarmónica, los versos de ese soneto llamado Tiempo, encuentran refugio en el interior de los espectadores. ¿Cómo soslayar el recuerdo, la entraña de este poema que escuchamos de niños, que nos contaron nuestros padres y nos cantaron nuestros abuelos? Cuán contundente es la música, el contenido de las canciones que nos reconstruyen la historia interna. El arte: un bálsamo que cae como un viento sutil allí donde habita el corazón, al escuchar. La noche toma su rumbo, no hay más objetivo que el camino hacia la emoción. Arturo Chacón extrae de su repertorio, que obviamente es de su gusto y elección personal, las canciones que glorifican y construyen la identidad del México que somos. Agustín Lara y su legado, nosotros que también deseamos decir la poesía en coro, alzamos la voz para acatar el convite de Chacón. Y entonces decimos en acuerdo mutuo: Solamente una vez / amé en la vida / solamente una vez / y nada más…
De la pasión a la alegría. De Armando Manzanero a José Alfredo Jiménez. El repertorio encuentra un coro multitudinario. Y si de bailar se trata, la señora de pelo blanco muestra la experiencia de su cuerpo. Baila en el umbral del escenario. Y es un pájaro en libertad. Así la noche. La coincidencia en la búsqueda, el encuentro que es música. Porque para eso existe el FAOT, para reiterar el canto y construir la emoción. Otra vez. ¿Y qué si a Arturo se le ocurre prolongar el concierto? Entonces tendremos como punto final el canto generalizado, los versos de Sonora querida como un himno, el colofón para luego ir a seguir escuchando: en sueños. Pero antes, la canción que más agradece Chacón, la que le abrió las puertas en un festival, el corrido con el que hizo audición y la respuesta fue positiva. Entonces las oportunidades se le abrieron para continuar la carrera. Juan Charrasqueado, más que una historia trágica, es la perfección interpretativa. En este arranque del FAOT, Arturo Chacón tiró los versos, en complicidad con la gente que lo ha visto crecer. Y cantamos. Bailamos.